En pleno siglo XXI, la LGTBfobia sigue existiendo. Como consecuencia de ello, todavía muchas personas gays, lesbianas, transexuales y bisexuales reciben agresiones físicas, verbales y psicológicas que les empujan a la invisibilidad. Así lo ha denunciado el colectivo madrileño de defensa de los derechos LGTB Cogam, que ha publicado los resultados de un informe realizado por los responsables de su servicio SOS Homofobia (91 183 85 55).
Del estudio, realizado con cuestionarios online, se extraen algunos datos “preocupantes”, como que el 72% de los agredidos por su orientación sexual o su identidad de género no lo han denunciado a la Policía. Así lo ha expresado hoy a Público.es el presidente de Cogam, Agustín López, que señala que este hecho se debe “a que [los agredidos] no creen que vayan a encontrar una solución o temen que sus datos queden registrados en los ficheros policiales”.
“Es un error”, alerta López. “Esos datos están especialmente protegidos por la Ley y, además, nosotros tenemos firmado un protocolo de actuación con una comisaría para agilizar los trámites de denuncia”, recuerda.
Otros datos que revela el estudio ponen de manifiesto que existe “cierto patrón machista contrario a los derechos de una minoría”, ya que el 60% de los agresores son hombres. Además, en un 52% de los casos hubo más de un atacante.
En cuanto a las víctimas, el 60% tiene entre 20 y 40 años y en la mayoría de los casos (un 61,5%) conocían a sus atacantes. El 95% son de nacionalidad española.
Visibilidad: importante y peligrosa
Aunque la visibilidad siempre ha sido la principal herramienta contra la discriminación, el informe de Cogam pone de manifiesto que también es un elemento de vulnerabilidad. “Las fechas donde se producen más agresiones son las más cercanas al Orgullo LGTB y al 17 de mayo, Día Internacional contra la LGTBfobia”, detalla el colectivo en un comunicado.
“Está claro que la visibilidad es nuestra arma para que la sociedad nos conozca y nos tenga presentes, pero también genera el efecto contrario entre la gente que no nos respeta”, explica López. “No hay más que recordar cómo los distintos dirigentes políticos, religiosos y sociales se apresuraron a lanzar sus mensajes homófobos en cuanto se empezó a hablar de la Ley del matrimonio entre personas del mismo sexo”, continúa.
“Ahora, pasa lo mismo con el obispo de Alcalá o con el concejal de Murcia, que con sus declaraciones legitiman que luego haya agresiones físicas”, denuncia el presidente de la asociación, haciendo referencia a la reciente polémica protagonizada por un edil del PP en el ayuntamiento de Molina de Segura.
Cayetano Ros equiparó ayer el matrimonio homosexual con la zoofilia en un tweet en el que respondía a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las que se mostraba a favor de la norma. “Pienso que las personas del mismo sexo deberían poder casarse”, escribió Obama. “Y un hombre con una cabra o una mujer con un perro”, respondió el edil del PP (@cachazas). Ros borró su tweet poco después de publicarlo e incluso ha pedido disculpas a través de otras redes sociales, pero varios tuiteros se han mostrado escépticos al respecto.
(Desde tiempos inmemoriales los primeros en atacar al disidente de la norma sexual son los líderes espirituales de todo tipo de religiones y sectas, que usualmente comparan el ayuntamiento carnal de animales con animales, aunque en México es tradición que en sus comunidades rurales los jóvenes se inicien en el sexo con animales de corral o de traspatio. Nota en Público en línea.)