viernes, 30 de noviembre de 2012

Jorge Cantú de la Garza (1937/1998 )

Nosferatu

Ábrele la puerta al vampiro,
aunque sepas que tú y él fracasarán,
ábrele la puerta.
Mira cómo pliega sus alas,
oculta sus colmillos, lleva
una rosa entre sus labios.

Él es tu lujo con sus ojeras
moradas, los ojos oscuros
y el azul en todo su cuerpo
porque está a punto de morir
de asfixia.

Ábrele la puerta, anda.
Tú ya sabes en qué terminarán
tus encuentros con él al amparo
de frágiles doseles, de quioscos
blancos a cuya sombra las aves
sabrán que tu vampiro es un malévolo,
un fracaso, como tú, de su esplendor.

Pero ábrele la puerta, anda.
Hace tanto que lo esperas
escuchando ese coro de cantantes
de voz estrangulada, negra y grave
porque -aunque ya no se estile-
están llanamente tristes.

Abre la boca y las otras puertas
de tu cuerpo para que entre por ahí
a buscar en tu corazón la almendra
más dulce y luego, rojo de tu sangre,
presida el júbilo de la inconsciencia.
Ábrele la puerta, finalmente,
para que en su última salida
te nuble los ojos perdidos
en la ruleta rusa.
Para qué apostaste. No te quejes,
¿qué no fuiste tú quien le abrió la puerta?
Vamos, amigo, más congruencia.

para Vicente Quirarte


(texto tomado de Poemas en que yo estaba escondido, ed. Universidad Autónoma de Nuevo León, Lecturas Universitarias, col. Nuestros clásicos, Monterrey, N. L., 2008.)

jueves, 29 de noviembre de 2012

Poetas de Chile

¿Cuándo surge, no la poesía chilena, sino la gran poesía chilena, que no es lo mismo? Afortunadamente existe un consenso preciso: en 1918. Ese es el año en que se publican los dos libros de Vicente Huidobro que inauguran la nueva estética en nuestra lengua: Ecuatorial y Poemas árticos. No estamos olvidando a Gabriela Mistral. Se trata solamente de que su primer libro, Desolación,apareció en 1922. Es Huidobro entonces el adelantado que clava en la cima la bandera de la gran poesía chilena. Este hecho constituye el nacimiento de la vanguardia en lengua española y por lo tanto tiene una proyección internacional. También la tuvo Gabriela Mistral, pero de una manera más limitada, porque su poesía aún estaba siendo regida por la tendencia posmodernista de principios de siglo, y tanto en España como en Latinoamérica ya soplaban vientos de ruptura con el canon anterior.
Los años treinta pueden ser considerados la década de oro de la poesía chilena. En 1931, Vicente Huidobro expande el espacio poético con esa audaz aventura de la palabra que es Altazor, y Pablo Neruda deja una impronta imborrable en 1935 con su obra capital, Residencia en la tierra, que representa un descenso a los laberintos del inconsciente, mediante un lenguaje muchas veces hermético, pero que penetra subliminalmente en el lector. Cierra el decenio Gabriela Mistral con un libro de alto voltaje: Tala, cuyo verbo es como “una socarradura larga que hace aullar”, por usar una expresión suya. Por esos años, sin embargo, el magisterio de Neruda ya estaba ocupando gran parte del territorio poético chileno. En 1950 publica el Canto general, máximo exponente del americanismo social, que por estar dirigido a una audiencia más amplia abandona el hermetismo y se abre hacia la claridad expresiva. Quiere ir de la voz de la soledad a la vocería de las multitudes.
Pero el espacio de la poesía es demasiado grande para que pueda ser llenado por un solo poeta. Y es así como en 1954 irrumpe Nicanor Parra con Poemas y antipoemas. Es la entrada en escena de la antipoesía, que se propone romper con el tono elevado y solemne de la estética nerudiana, realizando una labor desacralizadora, en la que el humor, la irreverencia y el lenguaje coloquial son sus herramientas más eficaces. Paralelamente se va gestando la obra de Gonzalo Rojas. Desde La miseria del hombre (1948) hasta Del relámpago (1981) el erotismo y la muerte confluyen en su poesía. Hay en ella una suerte de erotización del lenguaje y una fisonomía textual que es a la vez expresionista y barroca. Lo que viene después de Rojas es la llamada generación del cincuenta, en la que brilla con luces propias Enrique Lihn. Después de su muerte, Lihn se transforma en autor de culto. En su legado destaca La pieza oscura, que es de 1963.
Lihn ejerce una ácida conciencia crítica sobre los temas que trabaja, sin excluir a la poesía misma, a la que llama “la musiquilla de las pobres esferas”. Pero la poesía chilena no había dicho la última palabra. En 1982 y en plena dictadura militar se imprime Anteparaíso, de Raúl Zurita, un libro que recoge la tradición whitmaniana presente en Huidobro y en Neruda, le da una vuelta de tuerca y la empuja en una nueva dirección.
En poesía las valoraciones entusiastas suelen tener un alto grado de subjetividad, pero en el caso de los autores señalados hay datos objetivos que las avalan. Son poetas reconocidos más allá de las fronteras de Chile; figuran en numerosas antologías internacionales, han obtenido prestigiosos premios que van desde el Casa de las Américas hasta el Reina Sofía, el Cervantes y el Nobel (Gabriela Mistral y Pablo Neruda), y además tienen una vigencia que no parece desfallecer. Sus obras merecen el apelativo de gran poesía, porque mediante un instrumento verbal de sello inconfundible han sido capaces de acceder a estratos profundos de la condición humana y de instalarse con toda propiedad en la historia misma de la poesía.


(nota de Óscar Hahn clonada del sitio El País.)

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El autobús que me dejó

Carta a Hilario

Uriel Martínez


uno.

Ahora que he regresado a casa puedo exponerte los hechos como fueron, Hilario. Tú sabes que estuve nueve días en un puesto de la Feria del Libro de la ciudad. Fue un espacio destinado de forma gratuita a los libreros locales. No sé si fue ganado o no a pulso pero me cedieron una franja de 3 x 3 metros cuadrados como un apando, es decir, una celda de castigo para los reos conflictivos en la antigua cárcel de Lecumberri. Espacio a un tiempo sagrado y maldito en la noveleta de José Revueltas. Al término de la feria, por cuestiones administrativas y compromiso con mis proveedores, pospuse una salida de fin de semana de la ciudad. Salida que se concretó la tercera semana de septiembre. ¿A dónde encaminé mis pasos? A Durango, un pueblo ubicado al norte de Zacatecas, a cinco horas en camión o unos quinientos kilómetros de distancia con escalas en cinco pueblos intermedios.

dos.

Para este viaje hube de levantarme a las seis a.m. del sábado pasado y con la maleta dispuesta desde el viernes. La idea era permanecer dos noches y volver a casa el lunes a media tarde. Llevaba en una bolsa dos mudas de ropa y en la maleta una caja con devoluciones a mis proveedores universitarios en Durango. Te hablo, Hilario, de alrededor de cincuenta títulos sin considerar el tomo de tus apuntes “Brooklyn en blanco y negro, Diario 2008-2009”, más dos paquetes de películas de Chaplin y Sherlock Holmes para dos clientes probables y una novela de Lobo Antunes para Fernando. Después de una escala dilatada en el primer poblado, Fresnillo, llegamos al segundo, en donde bajé, sin avisarle al conductor, que también bajó a checar en la oficina de O. de M., en el área de una gasolinera. Fui a la tienda de al lado de donde salí con un café y una coca-cola. El camión pasó frente a mis narices, en el área de expendio del combustible. Pero no se detuvo. Creí que lo haría fuera de la zona de servicio y lo seguí. Pero tampoco lo hizo. En el maletero se iba la caja con los libros para devolución y en el asiento 16 la bolsa de mano con tu libro enviado de Brooklyn y el cine mudo de Charlot y los DVD con las versiones antiguas del detective inglés. Más la insulina que me suministro cada mañana. ¡Ay, sin ventura de mí!

tres.

El encargado de la oficina de O. de M. escuchó mi caso, me pidió el comprobante de boleto y el talón de la maleta en el maletero. De su móvil llamó a Sombrerete, donde el camión haría la tercera escala antes de salir de territorio zacatecano e internarse en el territorio del estado vecino. Pidió que ahí bajaran mis cosas y las retuvieran hasta mi arribo en la siguiente corrida, una hora más tarde. Mientras esperaba el transporte enviado por los dioses protectores salí a fumar y a caminar trazando ochos como el tigre del solterón López Velarde y Berumen, cuando hice como que me serenaba —imaginé que en mi ausencia alguien escondería mercancía restringida en la maleta en los espacios vacíos de ésta y la bolsa de mano, donde yo llevaba la muda, el cargador del móvil, el champú, el rastrillo, los juguetes sexuales, los calzones rojos para mantener la flama de la ilusión encendida, etc. Cuando supuse que recobraba la cordura y el equilibrio —¡Ay, sin ventura de mí!—, conté los jeeps y tráileres que trasladaban a militares con armas largas y pasamontañas, creo que conté entre diez y doce, que patrullan los límites y colindancias de Zacatecas y Durango, asolados por. Pero la siguiente corrida de la empresa de pasajeros llegó con cuarenta minutos de retraso. Por supuesto, el operador me regañó: su error fue que no avisó que iba a la tienda, al WC, a tomar aire, a fumarse un cigarro o a comunicarse a casa por X o Y asunto. A todo le respondía que sí; que fui un torpe, un distraído o una bestia, le confesé. Me dijo que abordara la unidad y que buscara asiento hasta el fondo, cerca del excusado. Así lo hice. La película en la video llevaba como una hora de iniciada y mejor contemplé el paisaje del semidesierto. En Sombrerete, a media hora de camino, me entregaron mis cosas e inmediatamente las llevé a sus lugares: el maletero y el asiento del fondo.

cuatro.

En algún punto previo al primer poblado de Durango apareció un campamento de militares. Ahí estaban las diez o doce unidades que yo había visto pasar enfrente de la gasolinera donde me había dejado el primer autobús. Subieron dos militares que nos solicitaron el desalojo de la unidad y dejar en los asientos los enseres personales, que serían revisados. Nadie chistó, sólo permaneció en su asiento un anciano de más de ochenta años que apenas podía con su estuche. Ya abajo cada pasajero recogió su maleta, maletín, mochila o caja de cartón del maletero para que pasaran el detector de objetos peligrosos, mientras que los perros entrenados exprofeso olfateaban aquí y allá sin distinción de sexo o inclinaciones de cada quien y cada cual.Cuando pasaban los hocicos por la entrepierna de las jóvenes, éstas se paralizaban con los labios resecos, sin creerlo. Cuando dirigí la vista al punto donde aparecía mi maleta sobre los rodillos metálicos escuché la pregunta del uniformado verde olivo: ¿Es suya esta maleta, señora? Le respondí afirmativamente e imaginando lo peor, me acerqué.


(relato tomado de la e-review "replicante", correspondiente a octubre 2012.)

martes, 27 de noviembre de 2012

FIL.Guadalajara, precios prohibitivos

Está a la entrada de la feria y siempre se ve lleno. El stand chileno de la Feria del Libro de Guadalajara, una estructura de madera que más de alguno compara con una mediagua, está haciendo historia: el primer fin de semana marcó un récord en ventas en los 26 años del evento. Entre el sábado y el domingo se vendieron cerca de 2.300 libros, por más de 40 mil dólares. “Es una cantidad que ha superado a muchos países, sólo Perú, hace ocho años, estuvo cerca”, explica José María Díaz, del Fondo de Cultura Económica, quien coordina las ventas de los países invitados.
Ayer, en el día de los bibliotecarios, en el stand había filas con gente que llevaba paquetes de 30 o 40 libros. “Cómo expresar la acogida de los lectores con los libros chilenos. Me sorprendió mucho”, dice visiblemente feliz Sergio Parra, el librero y alma del pabellón. De traje negro y camisa blanca, como siempre, “Parrita” cuenta que uno de los títulos más exitosos es Correr el tupido velo, de Pilar Donoso. “Está por agotarse”, dice, al igual que libros de Alejandro Zambra, Lina Meruane, Diego Zúñiga y Juan Pablo Roncone, y los hits de siempre: Marcela Serrano e Isabel Allende. Parra apuesta a que se venderán los 21 mi libros que salieron de Chile.


(Es cierto que la puerta de acceso principal a la feria del libro siempre se aprecia llena, pero es que es eso: la entrada principal -hay otra, por un acceso lateral y donde también venden boletos- y no todo mundo va directo al stand chileno. Tuve la fortuna de encontrar un ejemplar de la novela de Pedro Lemebel, "Tengo miedo torero" (2010), a un precio accesible. Pero había otros tres títulos del mismo con precios superiores a los 350 pesos mexicanos. Una antología personal dela poeta Diamela Eltit tenía un costo de 550. En tanto que en el espacio de Argentina no tenían la poesía reunida de Alejandra Pizarnik. Nota sobrevalorada reproducida del sitio "la tercera".)

domingo, 25 de noviembre de 2012

DE CENIZA

tampoco la noche escatima
latidos al abrir un compás
de espera marcado por aquel goteo
intermitente.

en cada oído, en cada ojo,
de uno a otro sentido
vertebra su presencia
como rosa, como espejo, como vaho.

con un silencio de sepulcro
hace que cada animal
adormezca uno a uno,
otro a otro cada latido.

sin pensarlo demasiado
la noche esparce y unta
ceniza en espejos, en lienzos
para tenderte el último lecho,

el definitivo, el deseado, el prometido.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Facebook, Inquisición siglo XXI

Se llamaba Andrea S., tenía 15 años, estudiaba en un instituto cercano al Coliseo y vivía en el sur de Roma, era de carácter extrovertido y a veces acudía a clase con ropa de colores llamativos y las uñas pintadas. Su familia y algunos de sus amigos más cercanos dicen que estaba enamorado en secreto de una muchacha de su mismo instituto, pero lo cierto es que nunca faltó quien se burlara de su aparente homosexualidad y sobre la red social Facebook una cobarde mano anónima había dedicado un perfil al “muchacho de los pantalones rosa”. El martes por la tarde, Andrea se ahorcó, en su casa, con su bufanda.

Lo que viene a continuación casi no hace falta escribirlo: la Fiscalía de Roma ha abierto una investigación por si se pudiera acusar a alguien de “inducción al suicidio”, dos ministros y el alcalde han pronunciado palabras sentidas de pésame y los compañeros del Liceo Cavour han encendido velas y le han dicho a una diputada que se acercó oportunamente por allí que sienten un doble dolor: el de la pérdida del compañero y el de sentirse señalados por la prensa como presuntos acosadores…
Prácticamente, el mismo guión de siempre. Con un problema añadido, la homofobia en Italia es una enfermedad grave, diagnosticada, pero la derecha y por supuesto el Vaticano se niegan a combatirla. Valga un ejemplo: el verano de 2011, la Cámara de Diputados rechazó la propuesta del Partido Democrático (centroizquierda) para introducir la agravante de homofobia en los delitos penales. Votaron en contra, los partidos conservadores UDC (democristiano), Liga Norte y Pueblo de la Libertad (PDL), de Silvio Berlusconi. El todavía entonces primer ministro, capaz de retorcer las leyes hasta extremos inimaginables, consideró “inconstitucional” la propuesta para que la caza al gay fuera perseguida en los tribunales.
También el guion se cumplió en otro aspecto no menos doloroso. Durante meses, un adolescente —Jokin en Hondarribia, Amanda en Québec, Andrea en Roma..—sufre, por un motivo o por otro, el acoso de los violentos, el silencio de los cobardes y la falta de auxilio de quienes, por incompetencia o dejadez, no aciertan a conjurar el peligro.
Los testimonios que ahora, ya demasiado tarde, salen a la luz no dejan lugar a dudas de que Andrea pisaba arenas movedizas desde hacía meses. Sus amigos dicen de él: “No era homosexual, mucho menos declarado, enamorado de una muchacha desde que llegó al instituto. La pintura de uñas y la ropa rosa, de la que se enorgullecía, eran su manera de expresarse. Era un muchacho mucho más complejo de lo que dicen: era irónico y autoirónico, capaz de poner en su justa medida las burlas a las que lo exponía su carácter caprichoso y original, también su gusto por travestirse”.
Al final de la carta, los muchachos del Liceo Cavour, encerrados tras el portón verde, en lucha como tantos otros estudiantes de Italia contra los recortes del Gobierno de Mario Monti, admiten que, “probablemente”, Andrea escondía detrás de su imagen alegre y de sus pantalones rosa, un profundo malestar, un “dolor de vivir”. Nadie lo supo o lo quiso ver. Los más cercanos creyeron que su carácter extrovertido, la valentía que demostraba al pintarse las uñas en medio de un ambiente homófobo, sería suficiente armadura contra los insultos que recibía por la calle o a través de las redes sociales. Pero no fue así. Al fin y al cabo, solo tenía 15 años y decidió que su bufanda era la única vía de escape. Ahora la red que apretó su angustia con crueles mensajes anónimos, se rebela: #ioportoipantalonirosa (yo llevo los pantalones rosa). Demasiado tarde.


(nota de Pablo Ordaz clonada del sitio El País.)

viernes, 23 de noviembre de 2012

Antonia Álvarez Álvarez (? )


Vuelo
Mira las altas alas de los pájaros
cómo pintan el cielo.
Sólo saben
volar, volver, posar sobre el delirio
su pura vida de alma migratoria,
la historia repetida de su canto.
Míralos allá arriba cuando el día
les dicta los destinos, los bendice
como esquirlas de luz del universo,
sin más obligación que alzarse, alzarse,
sobre su peso leve, a las alegres
ventanas de la voz que los convoca.
Y luego, si descienden, en el árbol
posan la ligereza de su vuelo.
No tienen más dolor que el dolor mismo,
no tienen más amor que el de la vida.
Nadie los ve morir, pues nunca mueren.
(texto tomado del sitio "portal de poesía".)

jueves, 22 de noviembre de 2012

Todos con Ai Weiwei y Pussy Riot

El artista angloindio Anish Kapoor baila junto a destacadas figuras del mundo de la cultura, entre ellas la española Tamara Rojo, en un vídeo al estilo 'Gangnam Style' para reclamar libertad de expresión en China y solidaridad con Ai Weiwei.
Tras innumerables versiones del gran éxito del rapero surcoreano Psy, Kapoor ha convencido a 250 personadas relacionadas con el mundo de la cultura en el Reino Unido para que bailen en contra de la censura. En el vídeo, apoyado por organizaciones como Amnistía Internacional y Liberty, el artista Mark Wallinger o el escritor Hanif Kureishi, entre otros, se atreven con los pasos del 'Gangnam Style' para hacer un llamamiento a favor de la libertad de expresión y en solidaridad con el artista Ai Weiwei y otros disidentes chinos.
La voz cantante de la versión más comprometida del éxito Psy la lleva Kapoor, que aparece con unas esposas y una camiseta con la fotografía del artista chino y la palabra "desaparecido". El vídeo, coreografiado por Akram Khan, responde a una parodia que Ai Weiwei, que se encuentra en arresto domiciliario, hizo con la misma canción y que fue prohibida por las autoridades de su país.
"Nuestro vídeo pretende llamar la atención sobre la libertad de expresión. Esperamos que este gesto de apoyo a Ai Weiwei y todos los prisioneros de conciencia se difunda ampliamente y ayude a enfatizar en la importancia que estas libertades tienen para todos nosotros", ha dicho Kapoor.
A los que bailan en un estudio de Londres, entre los que destaca la bailarina española Tamara Rojo con los pasos más elaborados, se van uniendo desde otros países organizaciones artísticas como el MoMa de Nueva York o el Museo de Arte de Filadelfia.
Mientras suena el tema del rapero surcoreano, los participantes muestran pancartas con lemas como "permanecer juntos contra la censura" y en el trasfondo aparecen a modo de pintadas nombres de presos de conciencia entre los que se encuentra el grupo ruso Pussy Riots. La de Kapoor es la última de las muchas versiones del videoclip 'Gangnam Style', del rapero surcoreano Psy, un fenómeno de internet que se ha convertido en el más visto de la historia de la plataforma Youtube.


(El estilo pegajoso y a un tiempo monótono del Gangnam Style está en todas partes y es motivo de noticia luego que el artista chino acosado grabó una coreografía con un mensaje político casi subliminal. Un día de estos veremos a la canciller alemana y la argentina, Merkel y Cristina Fernández de K interpretar una versión sobre los mapas de Europa y Sudamérica para burlarse de los ciudadanos. El video de Kapoor se encuentra en Youtube.)

Autores conservados en alcohol

Dicen las malas lenguas que sir Arthur Conan Doyle se ayudaba de la cocaína y otros narcóticos para inventar las aventuras de su personajísimo, Sherlock Holmes. William S. Burroughs, que era adicto a la heroína, publicó en 1953 una de sus obras más célebres, Yonqui, bajo el seudónimo de Bill Lee. Del autor de El libro blanco, Jean Cocteau, se dice que consumió opio durante una larga temporada.
Pero no nos engañemos; no solo de drogas duras vive la literatura. Los grandes de las letras también, y sobre todo, han salpicado sus manuscritos con gotas de bebidas alcohólicas y derramado sobre sus máquinas de escribir líquidos con alta graduación etílica (unos más que otros). El tándem de vocablos ‘escritor’ y ‘alcohol’ ha estado siempre ligado a nombres potentes de la historia de la literatura, empezando por Bukowski, Truman Capote o Dostoievski. Es evidente que no todos los escritores han sido ni son alcohólicos pero, tampoco es baladí pensar que más libros de los que imaginamos nacieron en la barra de algún bar inmundo, en alguna fiesta donde el wiski seguramente corría a borbotones o en las mentes divagadoras y enturbiadas por la resaca del domingo. El escritor Antonio Jiménez Morato publica Mezclados y agitados (Debolsillo), una animada guía de los gustos espirituosos de Roberto Bolaño a Javier Tomeo, pasando por Fernando Pessoa o Dorothy Parker, donde reúne entre copas y letras a escritores brillantes o aburridos, ebrios o abstemios, y sus cócteles favoritos o más afines. Todo ello acompañado de la receta de cada uno de los combinados con los que exceder la fiesta más allá de la lectura.
Gabriel García Márquez, por citar a alguno de los 39 literatos que incluye la publicación, era un incondicional de un combinado cuya receta exacta el Nobel nunca ha hecho pública, pero sí se sabe que incluía ron, y que le recordaba “al olor de la guayaba podrida”. Morato ha adjudicado al colombiano el Añejo highball (el pelotazo añejo, en lengua profana), que consiste básicamente en ron añejo, coraçao, zumo de lima y unas gotas de Angostura. Todo ello servido en un vaso alto con mucho hielo.
Las narraciones de John Cheever están íntimamente relacionadas con Nueva York, donde vivió el americano. “Cheever bebía casi de todo, pero sin duda el vodka, la ginebra y el wiski eran sus licores más habituales. Y el manhattan está basado en el wiski”, cuenta el autor del libro. Pero la adjudicación de este cóctel a Cheever, explica Morato, se debe sobre todo a que como él mismo explicó, “de no ser por los dos que su madre se tomó una noche durante un banquete, sus padres no le habrían concebido, ya que eran una pareja en la que el deseo había muerto hacía tiempo. […] Alguna vez Cheever dijo que el desafecto de su padre fue una de las razones que lo empujó al alcohol”.
Quien también se confesó alcohólico en sus memorias fue el realizador genial Luis Buñuel: “Toda mi vida ha habido veces en las que he bebido hasta caerme; pero casi siempre se trata de un ritual delicado que no te lleva a la auténtica borrachera, sino a una especie de beatitud, de tranquilo bienestar, acaso semejante a una droga ligera. En algo que me ayuda a vivir y trabajar”. Según el autor de Mezclados y agitados, el aragonés era un verdadero aficionado, (incluso le llega a calificar hooligan) del Martini. “Se tomaba cuatro o cinco diarios”. Y él mismo explicó cómo preparaba sus cócteles en casa. La receta, como ya se imaginarán, está en los libros. Y concretamente en este.
A lo largo de las 255 páginas del libro, Morato empareja así a cada escritor con su bebida más afín, ya sea por adicción o por uso social: Alejo Carpentier con el Daiquiri; a Marguerite Duras con el Negroni; a Julián Herbert con el Kamikaze; Tommas Mann con el Bellini; Juan Rulfo con el Margarita; William Faulkner y el Julepe de menta; Mario Vargas Llosa y el Chilcano; Julio Cortázar y el Cubalibre; Truman Capote y el Destornillador; Josefina Vicens y el tequila macho; Fernando Pessoa y el Porto flip; Jaime Gil de Biedma y el Sol y sombra; Hemingway y el Papa doble o Javier Tomeo y el café irlandés.
Es recomendable, eso sí, comer antes de leer, no vaya a ser que el calimocho de Fogwill les siente mal al estómago. Salud.

 
 
(Quizá la autora de esta nota antipática, Rocío Huerta, desconoce que cada época y cada generación tienen sus propias drogas. Así, la generación de los Contemporáneos y el poeta Ramón López Velarde tuvieron además del alcohol el jengibre, sin considerar las bebidas "preparadas" que cada cantina elabora: desde una "piedra" hasta un levantacadáveres o un "curado" y un "amarguito" -hecho éste a base de mezcal y otras yerbas-; jamás podrá compararse el gusto de Proust con las bebidas de Henry Miller o Jack Kerouac. En México hay miles de escritores que consumen mariguana como tabaco, por citar dos: Daniel Sada y Salvador Elizondo. Ya no hablemos de pintores alcohólicos que combinaron y combinan drogas "duras" como el recientemente fallecido Julio Galán. Reseña clonada del sitio El País.)

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Silvia Molly: novela y silencio

“No ha dicho una palabra desde que ella le arrojó el anillo. De pronto se incorpora como si se despertara y se desnuda. Sin mirarla se frota los ojos, se pasa la mano por el cuello, como si se acariciara. Sin mirar se acerca a ella, la desnuda y, recurriendo a las muy precisas descripciones que ella le ha brindado la hace gozar, una y otra vez. (...) La obliga, eso sí, a permanecer siempre de pie junto a la mesa, a no abandonar en ningún momento (...) la posición que adoptó cuando comenzó a hablar. (...) Intentaba fijar la mirada en algo que la sostuviera pero sólo veía, al bajar los ojos, la cabeza de Renata, la raya que exactamente en el centro del cráneo dividía un pelo que había crecido, que casi le cubría los hombros, que pronto podría llevarse atrás y dejarse caer, perezosamente, como cuando la conoció hace años”.
Esto escribió Silvia Molloy en 1981 y le alcanzó para entrar al cuadro de los fundadores de la novela lésbica argentina. No fue un escándalo, fue un silencio: la novela no se publicó en el país y sólo circuló en fotocopias en grupos de “entendidas”. Recién en 1998, la publicó en la Argentina la editorial Simurg. Treinta años y toneladas de agua bajo el puente después del rechazo, En breve cárcel se reeditó en la Argentina, en la “Serie del recienvenido”, una prestigiosa colección que dirige Ricardo Piglia. Molloy es escritora pero además es una teórica. Viene trabajando en lo que llama “poses”: las actitudes, la ropa que se pone, los elementos que rodean a un escritor y que hacen a la manera en que son leídos. O que son, directamente, parte de la obra. En otro libro suyo que editó hace poco Eterna Cadencia, Poses de fin de siglo , Molloy se deleita con Oscar Wilde: qué significados, que irritación produce su ropa de terciopelo, su prendedor de brillantes, con los que exhibe una sexualidad. Así que estas ideas elabora Sylvia Molloy y puede creerse que con la misma agudeza mira cómo cambió desde su salida hasta esta edición lo que significa, cómo resuena, su historia de amores y abandonos entre mujeres. De todo eso habló con Clarín, durante su última visita a Buenos Aires.
–¿La publicación de “En breve cárcel” en 1981 fue un gesto político?
–Sí, se volvió un gesto político. En primer lugar, tuvo un rechazo muy fuerte dadas las circunstancias: era plena dictadura. Ninguna editorial quería publicarla, ni siquiera Sudamericana, donde yo ya había publicado, donde tenía amigos, pero eran épocas difíciles para sacar un libro que, se sentía, iba a ser percibido como subversivo.
–¿La editorial dio explicaciones?
-No. Me dijeron “este libro simplemente no se puede publicar aquí”.
–Y aparecieron las fotocopias...
–Eso sí, circulaba en fotocopia. La gente me decía que lo había leído así. Me gustó tener como una comunidad de lectores secreta, que el texto circulara, si bien no estaba en las librerías.
–¿Qué significaba esa forma de circulación?
–Encontré una comunidad, encontré –para usar el cliché que se usaba con los gays– a las “entendidas”. Eso fue muy lindo, porque en ese momento me perturbaban ciertas reseñas que salían. Que recalcaban –creo que por razones de cautela política– que el libro se había publicado en el extranjero, que yo vivía en el extranjero, es decir, que distanciaban al libro.
–¿Estar afuera posibilitó escribir el libro?
–No sé si hubiera escrito esa novela estando aquí, siempre me lo he preguntado. Posiblemente no la hubiera escrito.
–Eso de marcar al homosexual como “otro” y extranjero usted lo señala en “Poses...”.
–Claro. Cuando lo reseñaban, lo distanciaban, entonces yo me sentía un poco como una escritora extranjera. Y que estaban hablando de una traducción de un libro escrito en otro idioma, casi. La otra cosa fue una reseña siniestra, que me agradecía que no me explayara en detalles explícitos sobre esas relaciones.
–¿Y por qué no se explayó?
–Porque quería mantener en el texto una enunciación urgente y muy comprimida a la vez, muy económica. Donde el detalle físico aparece de vez en cuando, pero muy contenido.
–Es mínimo: la raya del pelo.
–Esa famosa raya; esa raya fue deliberada, no te digo que la puse para que todo el mundo se acuerde, pero era el detalle que anclaba ese episodio. Yo cuando pienso en ese episodio también pienso en la raya.
–Usted hablaba de escritura económica, y resume una escena sexual en una raya, que es también una línea.
–Esa escena es la novela entera, porque además de esa escena sexual muy contenida e intensa, es una venganza implícita y una violencia implícita.
–¿Qué pose hacía falta para ser la autora de esa novela? ¿Qué ropa? ¿Qué terciopelo?
–Era un momento muy difícil de mi vida y estaba más metida en la cueva que exhibiéndome o autofigurándome. El título me vino perfecto, estaba metida en un cuarto escribiendo. Eludía la construcción de una pose.
–Otra vez algo contenido.
–Como el texto. Estaba encerrada, rabiosa, escribiendo contra algo. Contra una traición.
–¿Personal?
–Algo personal que quería volcar en la escritura, sí.
–Aunque fuera algo personal, la novela está escrita en tercera persona. Pero es una tercera persona que se lee como primera, como cuando se ve una película subtitulada y se recuerdan los diálogos en castellano.
–No hubiera podido escribir en primera, necesito una distancia.
–¿Para qué?
–No sé, para mantener, ilusoriamente si querés, cierta autonomía del personaje. No quiero identificarme demasiado con él.
–Como cuando se habla de algo que le pasa a “un amigo” para contar algo propio. Es una tercera que esconde y muestra la primera persona.
–Sí, es una máscara que me permite inventar, me permite distorsionar. Todavía se les pide a las novelas una veracidad que yo no le quiero dar.
–Ahora hay matrimonio igualitario, las novelas homosexuales salen en editoriales grandes. ¿Cómo se lee su novela hoy?
–Me lo he preguntado. El hecho de que Ricardo Piglia la incluyera en una colección donde hay novelas olvidadas o novelas de otra época hace ver que no es una novela de closet, de “entendidas”. Siempre fue una novela para todo el mundo.
–¿Hay novelas que no son para todo el mundo?
–No, yo creo que toda la literatura es para todo el mundo.
–Aunque por su temática entrara en un pequeño ghetto...
– “En breve cárcel” se escribió en París. Cuando se publica en inglés, por la Universidad de Texas, se empieza a enseñar en universidades y ahí se empieza a leer como dentro de un movimiento: esa lectura politiza la novela. Entonces, como es la época de los estudios de género, la época de cursos sobre género, se la lee en ese contexto. Recuerdo que al comienzo a mí me irritaban ciertas preguntas que se me hacían, en coloquios. Me decían, “pero su novela no es representativa de la lucha”y yo les decía “no, mi novela es lo que es, una novela de anécdota lesbiana, pero no es una novela escrita con ese propósito”. Yo no controlo las lecturas que se hacen de lo que escribo.
–Tampoco es inocente con lo que va a ocurrir.
–No. Y me cuestionaban que terminara mal. Pero mi propósito era escribir una novela, no es una novela programática –Dado el cambio de contexto desde 1981, sorprende ver que la contratapa no menciona el lesbianismo.
–Será para apelar a un público más amplio, pensando que si se dice “lesbiana” u “homosexual” se va a ahuyentar lectores. También indica que un lector no muy interesado en el hecho de que fue una de las primeras novelas lésbicas encuentra algo que le gusta en la novela. Eso para mí es importante: no es una novela de minorías. Me sentiría un poco defraudada si fuera un texto sólo reconocido por lectoras lesbianas.
–Pero a la hora de escribir esa contratapa eso ya no era un riesgo, no había pasado.
–No, no pasó. Y me gusta esa flexibilidad de lectura.


(Te preguntas si no será más cabrón para una mujer romper el silencio por el peso social que sobre ella ejerce la ideología y la moral, lo que habría llevado, por ejemplo, a Virginia Woolf a escribir "Orlando" como una gran metáfora de la sociedad isabelina. Entrevista de Patricia Kolesnicov tomada del sitio "revista ñ", Clarín, Buenos Aires.)

martes, 20 de noviembre de 2012

Marin Sorescu (1936/1996 )

 

Adán



Aunque estaba en el Paraíso,
Adán caminaba por los senderos
preocupado y triste,
ignorante de cuanto se estaba perdiendo.

Después Dios fue y creó a Eva
a partir de una de las costillas de Adán.
Y al primer hombre le gustó tanto este milagro
que lo primero que hizo
fue tocarse la costilla adyacente,
y sintió un delicado hormigueo en sus dedos
al tocar aquellos pechos firmes
y aquellas dulces caderas
tan iguales a los contornos de la música.
Una nueva Eva surgió frente a él.
Había encontrado un espejo
y se estaba pintando los labios.
"¡Esto es vida!", dijo Adán,
y creó una Eva más.

Y cada vez que la Eva oficial
se daba la vuelta
o iba al mercado a por oro, incienso y mirra,
Adán creaba una nueva odalisca
de su harén intercostal.

Pero Dios se fijó en seguida
en la desordenada creatividad de Adán.
Le envió una citación, le puso una denuncia divina,
y le expulsó del Paraíso
por surrealista.


(texto tomado del blog "rimainterna" de Martín López-Vega en el sitio El Cultural.)

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ana Claudia con la yerba

La actriz oriunda de Cancún, Ana Claudia Talancón, se pronunció a favor de la legalización del consumo de mariguana ya que, desde su personal óptica, acabaría con el círculo vicioso del narco y se le quitaría una bandera a los mochos panistas, que en el sexenio de FCH dejó un saldo superior a los 60 mil muertos. Nota y foto tomadas del sitio Diario Ciudad Juárez.

LA FLAMA

Si enciendes un cerillo mientras
haces un recuento de tu vida,
la flama morirá entre las yemas.

Si dejas la máquina en stand by
mientras te abres las canillas
con navajas, aquella se apagará.

Si dejas abierta la posibilidad de,
en lo que llenas la página con
una petición de auxilio, caerá la noche.

Si colocas los anteojos junto
al vaso de agua mientras el veneno
se expande, aquellos parpadearán lento.

Si te aferras al pecho la mascota
de la vitrina, escucharás
que expresa a tu oído un "ay".

Si abres las ventanas para que el gas
se vaya, quizá lo intentes de nuevo.
Más tarde.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Instrucciones previas al concierto de Madona

Mi Amigo Uruguayo me avisó que estaría en Buenos Aires para el día de la Marcha del Orgullo, y nos dimos cita en Plaza de Mayo. “Buscame en el quiosco de Soy o en el camión BDSM leather”, le dije. Como suele ocurrir en tan multitudinaria marcha, sobre todo con alguien cuyo aspecto físico apenas conocés por foto, nos desencontramos. Cuando lo llamé al hotel a la mañana siguiente, medio dormido me contó que me había buscado: habrá pasado por el puesto de Soy justo cuando yo permanecía atado, amordazado y encerrado en una jaula en el camión BDSM leather, al que seguramente llegó una vez que yo había sido liberado y estaba asomando la cara barbuda por el agujero de una gigantografía con el cuerpo de Silvia Molloy para que Sebastián Freire me sacara una foto.
A mi Amigo Uruguayo lo había conocido hacía más de un año, cuando me solicitó amistad por Facebook. Como los dos tenemos VIH, los temas de conversación oscilaban entre la dificultad de él para conseguir sus medicamentos en Uruguay, nuestras preferencias sexuales, las ventajas y desventajas de cada cóctel de drogas, los vaivenes en el amor y la visibilidad como seropositivos, todo atravesado por un juego de seducción, con avances y retrocesos, citas frustradas y sesiones de cibersex de alto voltaje.
El día llegó y por fin nos conocimos. Me llamó desde el Abasto, que queda a cinco cuadras de mi casa, y le dije que viniera. Cuando lo vi en la entrada del edificio me sorprendió: era mucho más lindo que en las fotos, altísimo y atlético como un jugador de vóleibol. Y así, como en un partido donde la pelota va y viene pasando por encima de una red, estuvimos un par de horas, porque cuando el Uruguayo llamó me estaba visitando mi amigo R, pero decidí no postergar más el encuentro.
Mientras fumábamos porro, conversábamos y escuchábamos música, yo miraba al Uruguayo, el Uruguayo me miraba, yo miraba a R tratando de comunicarle telepáticamente que nos dejara solos, R miraba baboseado al Uruguayo, el Uruguayo nos contaba en detalle la medicación psiquiátrica que tomaba para mantener a raya su bipolaridad, yo pensaba si el porro le haría bien combinado con toda esa artillería de pastillas, el Uruguayo se tapaba el bulto con un almohadón mientras nos contaba cómo se estaban organizando con un grupo de fans de Madonna para acampar antes del recital y así poder encontrar la mejor ubicación en el “campo vip”, hasta que mi amigo R se dio cuenta de que me estaba arruinando el tan ansiado polvo con el Uruguayo, o simplemente tenía otra cosa que hacer y decidió irse. Cuando nos quedamos solos, el Uruguayo empezó a mostrarme los videos que había hecho en la Marcha, buen pretexto para acercarnos más. Sentados en el sillón, los dos mirábamos la pantallita de su cámara, yo asomado por encima de su hombro y rodeándole la cintura con un brazo. El insistía en encontrar uno donde dos chabones se estaban besando, tarea que le llevó casi una hora más, hasta que desistió y empezamos a besarnos nosotros.


(Nota de Pablo Pérez tomada del sitio "soy". )

viernes, 16 de noviembre de 2012

Herbert: abrazar la impureza del lenguaje

Julián Herbert aparece vestido de jeans, una mochila y cabeza rapada, sencillo entre los escritores que pasean por la Estación Mapocho de traje y anteojos de carey. Se sienta y mientras apura un cigarro habla del cansancio producto de meses de entrevistas y vuelos que vinieron después de ganar los premios Jaén de Novela 2011 y el Premio de Novela Elena Poniatowska, de México. Días ajetreados que lo sacaron de su pequeño paraíso en Saltillo, ciudad a 400 kilómetros de la frontera con Texas, y una casa con huerta donde en las mañanas baila con su hijo y los fines de semana escucha música y toma unas cervezas con sus amigos.

Ya había escrito Cocaína (2006) y Apuntes sobre la poesía mexicana (2010). En esta ocasión, llegó a la Feria Internacional de Libro de Santiago donde su novela Canción de tumba (Mondadori) se presentó en la mesa “Diálogos Latinoamericanos” y recibió elogios de sus pares chilenos.

Si su prosa fuera tangible, sería un preciso gancho en el rostro, un knock out que despabila al lector. Su voz narrativa intensa dibuja las relaciones familiares y toda destrucción posible. Esta es la historia de su madre, una mujer que trabajó como prostituta desde la infancia de Julián hasta su adolescencia, la que en su adultez padece leucemia y él debe cuidar y hasta darle comida en la boca. Todo en medio de una relación de amor-odio. “Que me dijo si te vas a ir vete grandísimo hijo de puta, tú no eres para mí más que un perro rabioso. Que la odie desde septiembre de 1992 hasta diciembre de 1999”, escribió Herbert a oscuras en las solitarias noches de hospital, donde pese a al sentimiento ambivalente hubo recuerdos de ternura. “Que la he amado siempre con la luz intacta de la mañana en que me enseñó a escribir mi nombre”...

-Sobre buscar un lenguaje desde donde narrar, en este caso el spanglish, los recuerdos y citas, sobre esa mixtura dijiste: “Ya no somos escritores, somos Djs”.

-El escritor mexicano promedio viene de la clase media. Tampoco quiero que suene como una simplificación, hay de todo, pero la fuerza verbal se construye en este estrato. Digamos que arribé a la clase media, pero también tengo esa raíz en mi otra relación con lo pop, con los bajos fondos y la vida entre lo rural y lo urbano que es mi origen y me es muy natural. Por ejemplo, la última novela de Yuri Herrera es un ejemplo de cómo un libro puede ser urbano y rural al mismo tiempo, y eso para mí es la invención de un lenguaje para usarlo en un libro, pero también para habitar un momento.

-Dijiste que esta novela te acompañó toda la vida, ¿cómo fue terminarla tras la muerte de tu madre?

-Lo hice de una manera pragmática. El principio de esta novela fue escribir en la habitación del hospital universitario mientras mi mamá estaba enferma. Entonces, más que encontrar la energía encontré la oportunidad para escribirla, era una historia que estaba ahí, que ni si quiera me había planteado si era una buena historia. No quería voltear a ver lo que me resultaba muy doloroso en muchos sentidos, más que vergonzoso. Pero cuando empecé a escribir me di cuenta que estaba pasando lo que pasa con la literatura: le da pertinencia a lo que toca. Cuando afrontas algo a través de la literatura se convierte en algo mucho más consistente, mucho más humano.

-La música cruza tu vida y tienes una banda de rock llamada “Madrastras”. ¿Cómo aparece lo melómano en la creación?
-Hay una frase en el libro que es verdad para mí: “Mi madre no es mi madre, mi madre es la música”. La relación que tengo con la música es casi indecible de lo feliz que me hace. Desconfío de la idea de lo sublime, porque estas generaciones posmodernas somos huérfanos de lo sublime. Si la alcanzo de reojo es a través de ella. Con mi banda y mi proceso de trabajo, me considero un músico más bien mediocre, pero consumo música de forma omnívora. Me gusta el jazz, el rock y la música norteña. Por ejemplo, mi hijo de tres años escucha Moby y empieza a contar una historia de dinosaurios o de súper héroes, le pone soundtrack a sus historias. Eso es lo que quiero alcanzar.

Lloverán cabezas sobre México
El escritor utiliza el concepto de “Suave Patria” para definir con ironía los problemas que aquejan su país citando a Ramón López Velarde con uno de los poemas fundacionales de su historia. “Es un poema optimista que ve al país como una muchacha. La idea era muy linda, la de despojar a la patria de esa aura gloriosa del siglo XIX y presentarla como una doncella virgen. Después la metáfora se vuelve brutal porque México se convirtió en una puta vieja, como mi mamá”, explica Herbert. Acto seguido confiesa que en la novela los temas de la violencia y los crímenes son subsidiarios, no centrales, no porque no lo crea, sino porque aún no lo asimila. “En este momento nada más me aterroriza, me indigna y otras veces me deprime”.

-En México y entre los jóvenes eres conocido por tu poesía. ¿Cuánto te ayudó para acercarte al estilo con el que escribiste tu novela?

-Para mí una diferencia obvia entre la prosa y el verso es que el encabalgamientos mucho más fuerte en la poesía. Escribo pensando en la poesía, en su ritmo, en la música y no conozco un escritor que me guste mucho que de algún modo que no haya manifestado que son lectores de poesía. Santiago Gamboa –que es un tipo muy brillante–, dice que a veces el problema con los poetas es que no son capaces de escribir una frase simple porque les parece muy banal, entonces la cargan demasiado. Muchos, no todos los poetas, tienen ese defecto. Para mí el verdadero acercamiento a la novela desde la poesía es abrazar la impureza del lenguaje

-En el libro no haces un análisis social de la violencia en México, pero tocas el tema de manera personal. Cuentas que tienes pesadillas con cuerpos cercenados y citas la frase de Juan Carlos Bautista: “Lloverán cabezas sobre México”.

-No puedes vivir en esa tensión permanentemente porque te quebrarías y te volverías loco. Lo pongo así, por ejemplo: hace dos años y sobre todo el último ha sido tremendo. Cuando pasa lo de los primeros muertos que se mencionan en la novela pensé que era terrible, lo peor que pudo haber pasado. Después de seis meses, como todos los días hay balaceras en la calles, lo que hacemos con mi mujer es revisar Twitter para saber por qué ruta debemos llevar a nuestro hijo a la escuela, nos informamos dónde están las balaceras como otros lo hacen para revisar el estado del tráfico. Lo que quiero decir: lo tremendo de todo esto es que los seres humanos acabamos habituándonos al horror.

-El escritor Carlos Fuentes dijo una vez que los narradores jóvenes eran más libres porque ya no tenían la obligación de darle voz a los sin voz. ¿Qué opinas?

-No sé si más libres, no sé si se puede ser libre en una sociedad teatralizada, ciega por el consumo, superpoblada, descreída y tan cínica. Asumo mi cuota de cinismo con la que vivo, pero la literatura mexicana se ha vuelto básicamente cínica con lo que está pasando en el país y eso pasa con muchos escritores. No voy a dar nombres...


(Cuando leíste "Canción de tumba", dijiste: "ay, no es la gran chingadera". Y es que José Revueltas escribió una historia de un hijo de puta. Fernando de Rojas escribió "La Celestina", Jesús González Dávila escribió la historia del niño Rufino que busca al padre que no conoce: y cuando lo conoce el papá es un travesti lumpen; y así sucesivamente. Quizá la fuerza de la novela de Julián Herbert radique en el lenguje poético de ciertos pasajes: aquellos en que el hijo se hinca ante la madre, en la atracción sexual de un incesto que nunca se consuma, a diferencia de la tragedia de Sófocles. Entrevista de Carolina Rojas N., calcada del sitio "revistañ", Clarín.) 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Aguilar Camín y el PAN

GUADALAJARA.- Por fin se pudo saber cuánto le pagó el gobierno de Emilio González Márquez a Héctor Aguilar Camín por la realización de un pretendido estudio sobre la situación del narcotráfico en Jalisco y el cual le fue contratado al director de la revista Nexos en el verano de 2011. Cobró 2 millones quien desde hace tiempo puede presumir de ser uno de los intelectuales mexicanos que ha hecho los mejores negocios –también los más ventajosos– con el sector oficial del país. Y es que desde los tempranos años ochenta Aguilar Camín ha realizando toda clase de business, no sólo con diversas administraciones del gobierno federal, sino también con los de los ámbitos estatal y municipal, y sin que hayan escapado de su cartera de clientes ni universidades públicas ni organismos no gubernamentales o ciudadanizados.

Todo hace pensar que esos 2 millones de pesos, cobrados por Aguilar Camín a través de una de las razones sociales que regentea (Nexos Sociedad Ciencia y Literatura, S.A. de C.V.), no incluyen la publicación de un libro colectivo, con un tiraje de 5 mil ejemplares, titulado Jalisco: más allá de la guerra de las drogas, que aparece con el sello de Cal y Arena, editorial de la que, casualmente, Aguilar Camín también es propietario. Y tampoco se incluyen, con toda seguridad, los gastos que generaron las aparatosas presentaciones de dicho libro tanto en Guadalajara (el 18 de octubre) como en la Ciudad de México (el 23 de octubre), a las que asistieron los participantes en el “estudio” y funcionarios estatales del ramo de seguridad, el primer grupo encabezado por Aguilar Camín y el segundo por el gobernador González Márquez.

En otras palabras, si a los 2 millones de pesos cobrados por Aguilar Camín por concepto de “honorarios profesionales” se suman los boletos de avión, los gastos de hospedaje y viáticos tanto suyos como de sus colaboradores en las repetidas visitas que hicieron a Guadalajara, así como el costo que para el gobierno de Jalisco representó el traslado de diversos funcionarios a la Ciudad de México, no sería exagerado estimar que el encargo de González Márquez a Aguilar Camín sobrepasó holgadamente los 3 millones de pesos. ¿A cambio de qué? A cambio de rizar el rizo, de ofrecer un “estudio” sobre el problema de las drogas con las conclusiones obvias y propuestas ídem que podría hacer cualquier hijo de vecino, como la de “abrir al debate la legalización” de algunas drogas (Mural, 19 de octubre).

Con este nuevo parto de los montes, las arcas estatales podrían haberse ahorrado perfectamente los millones que se gastaron en Aguilar Camín y colaboradores, suma que pudo haber sido utilizada para atender alguna de las múltiples necesidades de la sociedad jalisciense.

¿Qué llevó al panista Emilio González Márquez a contratar los servicios de quien fuera el intelectual favorito de los regímenes priistas de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari? ¿Por qué tenía que ser un gobierno estatal, como el de Jalisco, y no la federación, el que encargara un estudio sobre las drogas? ¿Y qué llevó a pensar al gobernador González Márquez que Aguilar Camín era la persona indicada para realizar ese estudio sobre el consumo y el tráfico de enervantes en Jalisco, si se considera que el historiador que devino novelista es por completo ajeno a la realidad de nuestro estado?

Todo comenzó hacia mediados del año pasado, cuando González Márquez acariciaba la idea de convertirse en el candidato del Partido Acción Nacional al gobierno de la República. Para ello ya tenía una carta fuerte a nivel nacional: los Juegos Panamericanos, que se celebrarían en octubre siguiente, y cuya inminente realización le daba un buen pretexto para recorrer buena parte de la geografía del país.

Y con el argumento de ir a promover los Panamericanos a distintas entidades, el mandatario estatal se dedicaba sobre todo a llevar agua a su molino político particular, a hacer proselitismo para su precandidatura presidencial, comparando, según él, su “exitosa” gestión al frente del gobierno de Jalisco con los “pobres” y “malos” resultados de Enrique Peña Nieto en el Estado de México, al que vislumbraba entonces como su principal adversario en la carrera presidencial.

Pero González Márquez sentía que le faltaba otra carta fuerte para llamar la atención del electorado nacional y, ya sea por cuenta propia o por recomendación de alguna persona cercana a él, decidió que un asunto tan caliente como el del problema del narcotráfico en el país podría ser esa carta fuerte que andaba buscando. La elección de Héctor Aguilar Camín se hizo más por el renombre mediático del personaje que por su conocimiento en cuestiones de narcotráfico. Realizar un estudio, con muchos cuadros estadísticos y cifras y datos mareadores sobre el particular, y a partir de ello hacer propuestas para tratar de salir del problema, respaldándolo todo con un personaje de renombre como el director de la revista Nexos, era algo que parecía venirle como anillo al dedo a quien se le quemaban las habas por estar presente en el ánimo de los votantes del país.

En otras palabras, el pretendido estudio sobre el narcotráfico en México y particularmente en Jalisco no surgió como un fin en sí mismo (como un deseo auténtico y políticamente desinteresado para buscarle una salida razonada al atosigante problema del consumo y el tráfico de drogas), sino como un medio para atraer los reflectores sobre quien más se venía moviendo en la pasarela prelectoral del país.

Una prueba de que ese “estudio” sobre el problema del narcotráfico era para favorecer las aspiraciones e intereses políticos inmediatos de González Márquez se tiene en el plazo inicial en que debió haber estado concluida esa sesuda narco-investigación: en la segunda quincena de noviembre de 2011, es decir, pocos días después de que se clausuraran los Juegos Panamericanos, y en vísperas de que los panistas eligieran a sus precandidatos presidenciales. El problema fue que como los tiempos prelectorales del PAN se adelantaron y para entonces los Juegos Panamericanos ni siquiera habían sido inaugurados. Ante ello, González Márquez se vio precisado a anunciar que siempre no intentaría ser el candidato de su partido a la presidencia de México.

Pero como Aguilar Camín ya había sido contratado para coordinar el pretendido estudio sobre el narcotráfico, ese proyecto no se canceló. Lo único que cambió fue el plazo de la entrega: de noviembre de 2011, como había sido anunciado en un principio, se pasó a octubre de 2012. Casi un año adicional para que los estudiosos de asuntos sobre narcotráfico convocados por Aguilar Camín echaran choro más reposadamente e insistieran en lo que medio mundo se ha venido pronunciando desde hace años: en la necesidad “impostergable” de que el gobierno convoque a una discusión seria sobre la conveniencia de legalizar el comercio de algunas drogas, en lo aconsejable que sería no considerar al adicto como un delincuente, sino como un enfermo que debe ser atenido y, por lo mismo, en que es preciso promover la despenalización del consumo de drogas.

Estos y otros lugares comunes aparecen a destajo y sin mayores variantes en el pretendido estudio Jalisco: más allá de la guerra de las drogas, el cual en esencia es un trabajo redundante y ocioso, pues no va más allá de rizar el rizo, aun cuando la persona que encargó (¿eres tú, Emilio?) tan ociosa tarea se haya gastado en ello varios millones de pesos del dinero de los contribuyentes.


(nota de Juan José Doñán tomada del sitio Proceso.)

El plagio o "los puteríos de aldea"

 
Las personas de a pie que cultivan la imaginación, mejoran su sensibilidad, afilan la mirada crítica, ensanchan sus percepciones o simplemente gozan, pertenecen a un mundo que obliga a los creadores a tomar distancia, para rencontrarse con él. Si lo consiguen, nunca sabrán con exactitud a qué atribuir su autoridad.
La crítica especializada procede al revés. Inmersa en lo contingente, maneja datos y lenguajes para iniciados, tratando de interpretar los misteriosos deltas de la creación. A veces, orienta y estimula. Otras, confunde y destruye. ¿Pero quiénes, para qué, desde qué lugar ponderar y juzgar?
De primera clase o segunda categoría, abundan críticos y autores que, a falta de más, se solazan con puteríos de aldea. La ética y la moral son sus temas favoritos. Y si por ellos fuera, tras la reciente aparición en Buenos Aires del prontuario policial de Carlos Gardel que lo sindica como estafador, le quitarían lo bailado.
¿Será el plagio literario una suerte de estafa con atenuantes? Hermenéutico asunto que volvió por sus fueros, luego que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) concedió al peruano Alfredo Bryce Echenique el Premio 2012 de Lenguas Romances, a más de un merecido homenaje a Carlos Fuentes.
Autores, críticos y periodistas curiosos se preguntaron: ¿por qué los aldeanos vanidosos acusaron al autor de Un mundo para Julius (1970) de plagiario y polémico, librando a Fuentes de igual pecado? Y sabrá usted disculpar por no entrecomillar aldeanos vanidosos, pues no recuerdo si los derechos de autor son de José Martí o Chicharito Hernández.
Hace muchos años, el cubano Guillermo Cabrera Infante acusó a Fuentes de que la novela Cumpleaños (Mortiz, 1969) se inspiró en otra de su autoría. Y en 1997, un par de investigadores apuntaron en la novela Diana o la cazadora solitaria (Alfaguara, 1994), 95 coincidencias textuales y personajes similares a los aparecidos en un texto de Víctor Manuel Celorio (1987).
Fuentes se defendía mejor que Bryce, respondiendo con una verdad que a muchos saca de quicio: No hay libro que no descienda de otro libro. En cambio, Bryce Echenique endosó a su secretaria la culpa de ciertas licencias con varios artículos periodísticos que habría plagiado.
Referentes de la gran literatura latinoamericana, los libros de Fuentes y Bryce Echenique sobrevuelan el cosmopolitismo barrial, fundiendo mexicanidad y peruanidad con auténticas miradas cosmopolitas. ¿Qué subyace, entonces, en los infames señalamientos de plagio?

Indulgente, el crítico y novelista argentino Ricardo Piglia cree que el plagio sería una práctica ligada a la “…apropiación y la admiración, dos palabras tan parecidas…”. Agrega: el plagio es la forma más ingenua de admiración literaria (revista Qué Pasa, Chile, 17/04/03). Como fuere, el acto de plagiar no le ha quitado el sueño a un sinnúmero de autores ilustres.
En el blog Autores del Mundo, conflictos interesantes sobre la creación (eso sí, con derechos reservados), la nómina resulta inquietante: empieza con los autores del llamado Siglo de Oro español, y termina en el presente, sin agotarse. Ahí están casi todos.
Felizmente, la nómina excluye a los negros que en México se dedican a cazar plagios, a cuenta de un protervo empresario de la cultura. Razón por la cual, un autor de la revista de poesía La Otra, propuso nombrar al líder de aquellos en fiscal único y perpetuo de la literatura mexicana.
En El plagio utópico, la hipertextualidad y la producción cultural electrónica se propone acabar con la noción que al plagio atribuye connotaciones negativas (capítulo 5 de The electronic disturbance, Critical Art Ensemble, Autonomedia, Brooklyn, 1994), Obra sólida y de autoría colectiva, que encaja a la perfección con La respuesta imposible (Siglo XXI, 2002), ensayo del gran Federico Álvarez, donde se muestra que todos los pensadores revolucionarios fueron eclécticos.
Plagio, eclecticismo, perogrulladas: ningún hallazgo creativo surge de la nada. De origen renacentista, el concepto de plagio pegó un salto cualitativo en el siglo XIX, y fue institucionalizado por un sistema clasista que, para legitimarse, requería de celebridades y citas de autoridad.
Cuando el tiempo lo permite, releo a Jack London, tan distinto y superior a las incontables obras originales que plagió. London, Fuentes, Bryce Echenique son importantes. Y en particular, para los que anhelan salvar el lenguaje cuando parecería que nada resta ya que decir.
Los interesados en profundizar el asunto con seriedad, pueden consultar El plagio en la literatura hispanoamericana: historia, teoría y práctica, tesis de doctorado presentada por Kevin Perromat Augustin, en la Universidad de París (2010).
Menos densa, La conferencia: el plagio sostenible, de Pepe Monteserrín. Mezcla de novela, ensayo y disertación enciclopédica sin fin, el libro fue publicado en España por una editorial cuyo nombre suena a melodía con la época que vivimos: Lengua de Trapo.


(Hace algún tiempo el crítico, investigador y docente universitario, Evodio Escalante, puso el grito en el cielo cuando al poeta Javier Sicilia le concedieron el premio de poesía Aguascalientes por su libro "Tríptico del desierto", poemario, al que se refirió Escalante como una "casa de citas sin comillas" pues había encontrado estrofas y versos completos extraídos de otros autores, entre ellos, a los místicos españoles, etc. Más atrás en el tiempo, el poeta Orlando Guillén acusó a su homólogo Juan Bañuelos de haber utilizado el mismo método, intercalación de versos de otros autores, en los suyos propios. Hasta donde se sabe, el chiapaneco nunca le contestó al veracruzano. O sea que el oficio de los que señalan con el dedo de fuego a Bryce Echenique seguirán apareciendo como hongos en el camino al infierno. Editorial de José Steinsleger copiada del sitio La Jornada.)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

España: huelga y marcha "gigantescas"

La jornada de huelga general del 14-N culminó durante la noche con una oleada de gigantescas manifestaciones en las mayores ciudades del país, mientras en la capital comenzaba una vigilia hasta las nueve de la mañana en torno al Congreso de los Diputados.
En Madrid, la multitudinaria manifestación final encabezada por una gran pancarta con el lema de la huelga general ("Nos dejan sin futuro. Hay culpables. Hay soluciones", en castellano, inglés y alemán) transcurrió desde la plaza de Cibeles hasta la plaza de Colón. Aunque la marcha estaba previsto que saliera de Atocha, los organizadores decidieron salir de Cibeles ante las dificultades para llegar a Atocha debido a que la riada de manifestantes se extendía desde allí por el paseo del Prado y hasta Cibeles.
Los secretarios generales de la Unión General de Trabajadores (UGT), Cándido Méndez, y de Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Fernández Toxo, así como el secretario general de USO, Julio Salazar, otros miembros de la Cumbre Social y un miembro de la Confederación Europea de Sindicatos, encabezaron la marcha y hablaron después desde la tribuna. Además, en solidaridad con los sindicatos españoles, asistió el secretario general del sindicato francés Sorce Ouvrier, Jean Claude Maailly. Representantes del mundo del espectáculo como José Sacristán, Almudena Grandes, Pedro Almodovar, Pilar Bardem y Miguel Ríos, que la noche anterior estuvieron encerrados en el Teatro Español, estaban también en las primeras posiciones de la manifestación.


(entrada de nota cogida del sitio Público, donde está completa.)

Sándor Márai (1900/1989 )

Demasiadas balas



Hace dos semanas fui a una tienda del otro extremo de la ciudad para comprarme un arma de fuego, pero el formulario de la policía no había llegado hasta ahora. Ahora vuelvo y el vendedor me  entrega la pistola, empaquetada con esmero, además de cincuenta balas. Cuando le advierto que no voy a necesitar tanta munición, él se encoge de hombros y contesta con indiferencia que eso nunca se sabe. En el establecimiento se exponen toda clase de armas de fuego, escopetas de caza, fusiles ametralladores. Los pocos compradores, la mayoría chicos con cazadoras de cuero, deambulan mirando las armas. En América todos los ciudadanos tienen derecho a ir armados. Vuelvo a casa en taxi;  el chófer me pregunta qué he comprado y asiente al saber que se trata de un revólver. "Siempre viene bien", me dice. Es la primera vez desde hace meses que siento algo parecido a la tranquilidad. No tengo planes de suicidio, pero si el envejecimiento, la debilitación, la pérdida de mis capacidades avanzan al mismo ritmo, es bueno saber que podré acabar con ese humillante deterioro en cualquier momento, y no tendré que temer lo peor: terminar en uno de esos vertederos institucionales, en un hospital o en una residencia de ancianos. Sin embargo, hay que tener suerte incluso para eso, porque la apoplejía puede impedir la huida.


(texto tomado de Diarios 1984-1989, ed. Salamandra, col. Narrativa, Barcelona, 2008. Traducción del húngaro de Eva Cserhati y A. M. Fuentes Gaviño.)

martes, 13 de noviembre de 2012

Nicaragua retiene juicio vs Televisa

La posposición del juicio contra la banda de 18 mexicanos conocidos como los “falsos periodistas de Televisa” es una muestra clara de que existe el interés de las autoridades “de ganar tiempo para negociar”, opinó el investigador independiente en temas de seguridad pública, Roberto Orozco, en el programa televisivo Esta Noche.
Por su parte, el también experto en temas de seguridad y defensa, Roberto Cajina, advirtió que en el proceso judicial es evidente que “hay una serie de huecos en los cargos por los que se acusa”, particularmente en lo referido a tráfico de drogas.
Cajina insistió en que la policía no logra profundizar en los fundamentos para procesar por tráfico internacional de drogas, lavado de dinero y crimen organizado a las 18 personas que el 20 de agosto pasado fueron retenidos en el punto fronterizo de Las Manos, cuando viajaban en seis unidades móviles con logotipos del emporio mexicano Televisa.
“Por lo menos en tráfico internacional de drogas está muy flojo, no hay evidencia real, lavado de dinero, sí, porque evidentemente ingresaron con 9.2 millones de dólares, y crimen organizado, por la amplitud que tiene este delito en el Código Penal de Nicaragua, pues sí, pero me parece que en cualquiera de los tres casos hay falta de sustento de pruebas”, remarcó Cajina.

Las preguntas que nadie responde
Alrededor de las grandes incógnitas que han surgido de este caso sobre cuántas veces transitaron por las fronteras nacionales, la cantidad de dinero trasegado y los puntos recorridos -que debieron quedar registrados en los sistemas de localización GPS (por sus siglas en Inglés)- , y si contaban con alguna protección de las autoridades, los expertos en seguridad vaticinaron que estas preguntas quedarán en el misterio.
“Primero porque si hay una investigación a fondo y si la Policía quiere realmente ir a fondo, lo primero que van a descubrir es que el sistema falló, y al descubrir que el sistema falla, tienen que ampliar el caso a una serie de funcionarios que están en la frontera, en Managua, en Rivas y el caso se volvería de una dimensión tan grande que tendrían que reconocer que hay por lo menos cooptación al nivel primario”, dijo Orozco. Y agregó que se trata de una posición política de reserva, de parte de la policía, “porque así seguimos siendo el país más seguro de Centroamérica y tenemos bajo control al crimen organizado”.
A los expertos les resulta inexplicable que las autoridades no hayan presentado la información recogida en los GPS que traza la ruta de la banda mexicana. Los GPS guardan los registros y es un asunto de lectura que no requiere de mayor instrumento tecnológico para saber cuáles fueron los puntos recorridos por la “caravana de Televisa”, dijo Orozco. En consecuencia, la Policía Nacional sabe cuáles fueron los puntos por donde estuvieron los 18 mexicanos antes de entrar al país, “pero no ha querido decir porque hay un obstáculo que les impide a ellos decir cuál es la ruta. Algo dio la investigación, con algo muy importante, que es donde está parado el asunto” conjeturó Orozco.
En tanto, Roberto Cajina recordó que en Nicaragua se supo cuántas veces entró y salió la banda de “Los falsos Televisa”, por los reportes de Migración de Costa Rica, mientras “Migración de Nicaragua no ha abierto la boca, la Policía (permanece) hermética; Aduana y la Dirección de Información para la Defensa, que pertenece al Ejército de Nicaragua, tampoco ha dicho nada”, cuestionó el analista de seguridad.
Adicionalmente, los expertos formularon otras preguntas que tampoco se han respondido en esta investigación: ¿Nicaragua ha solicitado a México la profundización de estas investigaciones? ¿Dónde están las solicitudes y los exhortos que Nicaragua ha mandado? ¿Qué es lo que Nicaragua le ha pedido a Interpol para aclarar internacionalmente este caso?

Lo esperado en el juicio
Pese a los nubarrones del proceso judicial que conduce el juez Edgar Altamirano, quien postergó sorpresivamente el juicio para el próximo 10 de diciembre, Orozco se adelantó a opinar que el veredicto esperado es una sentencia condenatoria por lavado de dinero, crimen organizado y tráfico de drogas.
Consideraron que en la sentencia prevalecerán los intereses particulares, sobre todo el interés de quedarse con los 9.2 millones de dólares incautados. “El Estado de Nicaragua quiere administrar ese dinero y ya el presidente Ortega dijo que lo iban a poner a disposición para crear nuevas cárceles… también hay un interés de distribuir las seis camionetas dotadas con equipos de televisión y antenas satelitales, cuyo valor de mercado ronda los 500 mil dólares cada una”, resumió Orozco.
“Si la ley se cumpliera, (los 9.2 millones de dólares y las seis vans) deberían estar temporalmente en un estado de resguardo. Con sentencia definitiva, se procede a la distribución real”, un procedimiento que de acuerdo con la Ley de Prevención, Investigación y Persecución del crimen organizado y de la administración de los bienes incautados, la tendría que hacer la Unidad Administradora de Bienes Incautados; “que como dicha unidad no se ha nombrado, el presidente Ortega dispone ilegalmente de esos 9.2 millones de dólares”.
“Esa distribución de bienes que hace Ortega es ilegal, porque hacer esa distribución solo le corresponde a esa Unidad que existe solo en el papel” insitió Cajina.
En relación con las unidades móviles, son vehículos que deberían ser subastados por la misma Unidad de bienes incautados y que el dinero pase a las instituciones, para fortalecer la lucha contra el crimen organizado, acotó Orozco.
En este caso, “bajo lo real y no lo formal, estamos claros que esas camionetas no van ni para la Policía, ni para la Fiscalía, ni para el Ejército”, coincidieron los investigadores, aunque tampoco se arriesgaron a afirmar cuál será el destino de los costosos vehículos.


(nota calcada del sitio Confidencial.)

lunes, 12 de noviembre de 2012

Cinépolis: como en el cine

MÉXICO, D.F.- La muerte de Hendrik Cuacuas, un niño de 10 años, quien el pasado viernes 2 recibió un disparo en la cabeza cuando veía la película Ralph El Demoledor, en Cinépolis Plaza Ermita, delegación Iztapalapa, en compañía de su padre y su hermano, causó conmoción en Twitter.

De acuerdo con el diario La Razón, el papá de la víctima, Enrique Cuacuas, explicó que el día del incidente escuchó que algo tronó cerca de él y al voltear vio que su hijo Hendrik se convulsionaba.

“Al principio pensé que le habían lanzado una piedra”, recordó el padre, quien exclamó: “¡Qué poca, ya lastimaron a mi hijo!”.

Relató al periódico que salió a pedir ayuda al gerente mientras que dos empleados del cine lo subieron a una camilla, lo acomodaron en la cajuela de un auto al que le bajaron los asientos y lo llevaron a un hospital sin su consentimiento.

A pesar del incidente, la función continuó y nadie se ocupó de buscar al agresor o al menos dar parte a las autoridades correspondientes.

En medio del desconcierto, Enrique tuvo que averiguar por su propia cuenta que su hijo fue trasladado al hospital de la Comunidad Económica Europea de Iztapalapa y una vez ahí advirtió que los empleados del Cinépolis “ya se habían ido sin más”.

Debido a la gravedad del menor, el padre pidió que trasladaran al pequeño al hospital Dalinde, en donde se le practicó una cirugía de cráneo, pero el menor no resistió y dos días después murió.

La noticia causó convulsión en las redes sociales, en particular en Twitter, donde #CinepolisAsesino se convirtió en uno de los temas más comentados del día con todo tipo de opiniones de condena a la empresa, indignación e irónicos la mayoría, y uno que otro en defensa de la empresa.

Aquí algunos ejemplos:

@PitufoFilosofon: “Las películas piratas se ven mal, pero Cinépolis ante el asesinato de un niño en sus instalaciones, se vio mucho peor”.

@Ruperboy: “De ahora en adelante se llamará AsesinéPolis: La Capital del Crimen.#CinépolisAsesino”.

@NoSePaseDice: “-¿Qué harás mañana? -Iré a buscar narcotraficantes y les voy a pegar ¿y tú? -Iré a Cinépolis -Ten cuidado te pueden matar #CinepolisAsesino”.

‏@PedroPother1: “Hola bienvenido a Cinepolis la capital del asesinato. ¿Que combo o sea como desea morir? #CinepolisAsesino”

@Facso: “Los tuiteros ya juzgaron: El culpable es #CinepolisAsesino y no el tipo que supuestamente disparó. Tiene su lógica”.

@jomarmtz: “Prefiero descargar películas ilegalmente que asistir un #CinepolisAsesino. Que mal por ese niño”.

‏@noseasmamador: En Cinépolis el 4D es tan real que hasta te dan balazos de verdad. #CinepolisAsesino”

@samuelmdza: “#CinepolisAsesino ?? Se les está pasando mencionar que el Hospital donde atendieron al menor debió avisar a la policía que tenían un herido”

@newcenturyzm: “#CinepolisAsesino Y como pueden estar tan seguro q realmente la razón social cinépolis es culpable d un asesinato”.

@Jadezitaw2m: “El problema no es Cinepolis el problema es la sociedad… #CinepolisAsesino”.

@DJD_EGO: “Ahorita si todos #cinepolisasesino pero la próxima semana bien que van a estar viendo Twilight en sus salas.”, fueron algunos de los comentarios.

El ruido que hizo la noticia en redes sociales obligó a Cinépolis a emitir un comunicado en el que reconoció el incidente en una de sus salas y aclaró que el personal de dicha empresa actuó de acuerdo con los protocolos de emergencia y otorgó al menor la ayuda necesaria.

Según Cinépolis, su personal “cuenta con la capacitación y conocimientos necesarios para responder en caso de una emergencia o un incidente”.

Además, refiere que los empleados que se encontraban en se momento llamaron a los servicios de emergencia, cuyo personal brindó atención de primeros auxilios y trasladó al menor al Hospital General de Iztapalapa ante la demora de la ambulancia que fue solicitada.

Precisó que el traslado del menor al hospital fue conjuntamente con la persona mayor de edad que lo acompañaba.

Asimismo, subrayó que en ningún momento se habló de una detonación de arma de fuego.

Finalmente, el corporativo expresó sus condolencias por el fallecimiento del niño después del incidente y refirió que la para la empresa “la integridad, salud y bienestar de nuestros clientes es lo más importante” y reiteró su compromiso con sus clientes, su seguridad y su integridad.

“Lamentamos este hecho y continuaremos colaborando con las autoridades en el esclarecimiento de este suceso”, finaliza el comunicado.

El 4 de noviembre, el día que murió el menor, el hecho fue formalmente denunciado ante la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) por lo que se abrió el expediente CUH-7/T3/3642/12-11 por el delito de homicidio por disparo de arma de fuego.


(Hace poco, durante la pasarela previa al estreno de la última de Batman, un enfermo mental hizo fuego contra los asistentes a la función de gala en Estados Unidos. Una de las sobrevivientes dijo que al principio pensó que era parte del happening. Igual el once de septiembre de aquel año memorable: hubo quienes creyeron que veían una peli tipo Hollywood. ¿Los años de terror asesino que sembró Felipe Calderón Hinojosa son parte de un guión demoníaco del PAN y/o los EEUU? Nota copiada del sitio Apro.)

Dragones sin combustible


El periodismo impreso es un tigre de papel, raza en extinción que nunca fue tan peligrosa como la pintaban. La prensa de papel va perdiendo los papeles, las nuevas tecnologías implican siempre cambio de soportes pero ni el video mató a la estrella de la radio, ni el cine mató al teatro, ni Internet acabará con el periodismo escrito, aunque quizás acabe con los periodistas. ¿Se puede hacer periodismo sin periodistas?… No, pero lo están intentando. La Red habilitó a los lectores para ejercer el oficio, los receptores se convirtieron también en emisores en una deseable interacción, Internet dio voz al público para participar en el debate y en la generación de contenidos informativos. Pero tan loable invento tenía también su lado oscuro, el prestigio del nuevo medio propició la confusión del todo vale: “es cierto porque lo he leído en Internet”. La noticia y el bulo, la información y la opinión se entrelazaron, se mezclaron churras y merinas, calumniadores, manipuladores y falsos profetas hallaron un fecundo caldo de cultivo. Los periodistas profesionales se hicieron más necesarios que nunca para desbrozar y verificar, para discriminar y denunciar, para devolver la confianza a los lectores y seguir formando, informando y entreteniendo hasta que el ERE los separe de sus cometidos y la precarización de su trabajo les fuerce a la obediencia ciega y a la sumisión. Los nuevos periodistas no deben saber lo que es una claúsula de conciencia, ni un comité de redacción, ni un sueldo honorable, serán becarios a perpetuidad, rehenes de sus empleadores cuando desaparezcan los perros viejos del periodismo con sus colmillos retorcidos, sus derechos adquiridos y sus inconvenientes reivindicaciones.
En países en los que la libertad de expresión no existe, o está gravemente recortada, la voz de los blogueros abrió fronteras. Blogueras y blogueros, a veces con grave riesgo de sus vidas, se quitaron la mordaza y nos abrieron los ojos y los oídos, entre ellos figuran grandes profesionales y arriesgados amateurs que contribuyen a la globalización de las noticias. Las noticias locales se hacen universales, el flujo de información circula a través de las autopistas electrónicas, que son también vías de peaje, administradas por empresas de telefonía y multinacionales de la informática. La inmediatez de los medios digitales se impuso al ritmo lento de los diarios de papel. Hoy el periodismo se puede hacer, y casi siempre se hace, pisando la calle lo menos posible, delante de una pantalla, de un terminal en el que confluyen demasiados canales y en el que tienen preferencia las declaraciones institucionales, comunicados, ruedas de prensa (sin preguntas o con ellas), los comentarios de unos sobre las declaraciones de los otros. El periodista terminal permanece anclado en su silla anatómica 24 horas para seguir el ritmo vertiginoso de la Red que no deja tiempo, ni espacio, para la reflexión o la investigación. “Nada más viejo que un periódico de ayer”, rezaba un viejo axioma periodístico; nada más viejo que una noticia de hace media hora. La prensa de papel parece sentenciada y entre sus ejecutores se cuentan algunos de sus ejecutivos, periodistas que se hicieron empresarios y no volverán a ser periodistas.
El que un periódico pueda sobrevivir sólo con las aportaciones de sus lectores y suscriptores y los ingresos de la publicidad, ayer era una utopía y hoy una entelequia. No hay periódicos, sino grupos de comunicación: grandes empresas que buscan grandes negocios, concesiones y cotizaciones en bolsa, especulaciones y aventuras financieras, lobbys, grupos de influencia que buscan la connivencia con las instituciones y el apoyo de las corporaciones bancarias y financieras. La dependencia de la publicidad nunca fue una panacea. La Transición a la democracia en España creó periodistas, libres por fin para denunciar y criticar a los poderes fácticos, a los políticos y a los militares, al papa de Roma, a los reyes, a los ayatolás y a los tiranos, pero respetó forzosamente a sus grandes anunciantes. No hay que morder la mano que te da de comer si no quieres que deje de alimentarte y te abofetee en el rostro.
Malos tiempos para la ética, sustituida por la cosmética. La economía y la gastronomía, la moda y el diseño, la lencería y la coctelería se combinan en la prensa diaria, un cóctel indigesto, un brebaje amargo edulcorado por glamourosos y superfluos aditivos. Las buenas noticias no suelen ser noticia pero la sobredosis cotidiana de malas noticias que ofrecen los periódicos aleja a los lectores de los kioscos, convertidos en bazares, y retrae también el consumo de papel prensa. Sólo sobreviven las autodenominadas revistas del corazón, pasto para analfabetos tecnológicos desconectados. Perseverantemente enfermo, el periodismo se resiste a firmar su acta de defunción. Seguiremos informando.


(En México hay medios informativos que sobreviven en un mar de nota roja -el fenómeno de la violencia que se vive desde los dos sexenios panistas no es nuevo-, otros que navegan con bandera de "izquierdas" -aunque ni su chingada madre se las cree-, otros que viven de elogiar al poderoso en turno -sobran los ejemplos y los firmas "prestigiosas"-, que además se apoyan en canales de televisión conseguidos con métodos gangsteriles. Esos, no sobrevivirán. Editorial de Moncho Alpuente, "Tigres de papel", calcada de El Mundo online.)

domingo, 11 de noviembre de 2012

LOS PABILOS

Te vi de lejos como cuando
enfocas binoculares a la inversa:
supe que te sobraban sesenta
minutos para cruzar calles
y plazuelas del centro:
presto a tender las redes.
Hace días atrasaste los relojes:
la hora del verano terminó
casi a las puertas del otoño.

Acaso no lo has razonado:
inicia la carrera irreversible
de los últimos días.
Voltea a donde gustes:
en esa esquina, en aquella
y en la otra expiraron cuerpos
como focos, fanales y cerillos
que ya no encienden, velas
consumidas y pabilos vencidos.
Cuerpos marcados por eclipses
y síntomas no advertidos.

Te vi de lejos y quise los añicos
de ese espejo empañado.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Funerales Calderón Hinojosa y sus rebajas

Ciudad de México. – Falta una semana para que inicien los descuentos y promociones del “Buen Fin” y en su página web se puede encontrar información de todas las empresas participantes en la iniciativa, entre ellas Funerales Calderón.
En el área de ofertas de esta compañía se hace promoción al “Paquete Suicides”, pero no se otorga ningún otro tipo de información.
Al parecer la página no cuenta con un severo filtro para las empresas que buscan aparecer en el portal, pues sólo pide datos personales y un correo electrónico para después recibir un mensaje confirmando la activación de una cuenta y se despliega otro formulario donde se solicitan datos más detallados sobre lo que se desea anunciar.
Este año el “Buen Fin” celebra su segunda edición y se llevará a cabo del viernes 16 al lunes 19 de noviembre.


(¿Para quién se urdió "El buen fin"? Para cadenas nacionales como Sam's, Sanborn's, Wal-Mart y Soriana, que, como los negocios de Sabritas, abarrotan las entradas de productos extranjeros programados para que a los cinco años se desconchiflen: pantallas de plasma, hornos de microondas, estufas, refrigeradores, televisores, colchones y un enorme etcétera para artículos de cocina y blancos. Hay que ver cómo el burócrata de gobierno y de las universidades se arrebatan las ofertas, aunque el 24 de diciembre cenen frijoles y arroz y brinden con mezcal Teulito y coca-cola, enciendan el árbol de navidad con foquitos chinos que provocan incendios, corto-circuitos y consumen energía como condenados. Nota copiada del sitio "sinembargo".)

Villoro y las balas perdidas de FCH

 Santiago de Chile..- El escritor mexicano Juan Villoro advirtió hoy en Chile que la violencia suscitada en su país a raíz de la lucha contra el narcotráfico no se trata de un problema de seguridad nacional, sino de salud pública.
En una entrevista con Efe, Villoro (México 1956), que se encuentra en Chile para recibir este mismo viernes el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso 2012, se mostró muy crítico con la “cruzada” que el presidente Felipe Calderón emprendió para combatir el tráfico de drogas.
“Es un tema de salud pública, no es un tema de seguridad nacional y eso no lo pudo entender el actual Gobierno; esperamos que con el cambio de Gobierno haya una nueva política al respecto”, precisó.
En este sentido, el autor de novelas como “Materia dispuesta” o “Arrecife” señaló sentirse “relativamente optimista” ante el nuevo proyecto del presidente electo Enrique Peña Nieto, que será investido el próximo 1 de diciembre después de obtener la victoria en las elecciones que se celebraron el pasado julio.
“Cerca de mi casa hay un grafiti que dice: que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos”, relató para resumir el momento de transición política en la que se encuentra México.
Añadió que la actuación de la etapa Calderón fue tan decepcionante que, en su opinión, México “ya tocó fondo”.
Según medios mexicanos, la violencia del crimen organizado ha causado cerca de 57.500 muertos en México durante los seis años de presidencia de Felipe Calderón, algo que para el escritor demuestra que ha sido una guerra “presidencialista” en la que “toda bala fue una bala perdida”.
Por ello, Villoro está elaborando “Alfombra roja”, una obra que agolpa crónicas relacionadas con el arrebato de libertad durante este periodo violento de su país.
Mientras acaba de completar su último libro, este apasionado del fútbol y articulista ha encontrado un espacio en su agenda para visitar Chile y recoger el galardón José Donoso a su “extensa y “versátil obra” en el marco de la XXXII Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa).
“Me hace sentir un poquito viejo, porque es un premio a la trayectoria, pero espero que no sea una nominación a la jubilación, sino a sentir estímulos y desafíos en la tercera edad”, enfatizó.
Su visita al país austral es especial, ya que se trata de la primera vez que desembarca en Chile después del terremoto del 27 de febrero de 2010, un suceso que Villoro vivió en primera persona y que le sirvió para relatar su vivencia en el libro “8.8: El miedo en el espejo”.
Dos años y nueve meses después Villoro consideró que Chile continúa con la misma capacidad de respuesta y de organización al asegurar que los “terremotos son inspectores de la honestidad arquitectónica” de un país.
“Los edificios son una prueba de la resistencia que tiene este país. Ahora encuentro nuevamente un país pujante con expectativas electorales interesantes, como el regreso de la presidenta (Michelle) Bachelet”, explicó.
Asimismo, Villoro se refirió al artículo que remitió a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) para que hiciera marcha atrás y no entregara su galardón más importante al peruano Alfredo Bryce Echenique, involucrado en casos de plagio, porque, según dijo, “violaría las normas éticas”.
Villoro, advirtió junto a otros escritores mexicanos, que premiar con dinero público al autor peruano perjudicaba al premio, a las instituciones convocantes y a la cultura del país y supondría una “bofetada” para “las víctimas de los plagios”.
El mexicano negó que tenga algún tipo de problema personal con Bryce Echenique, si bien defendió que no se puede falsear la ética.
“Es un contrasentido que se castiguen los plagios de los alumnos y que premies a un escritor que ha cometido plagio. Había un problema ético”, concluyó.


(nota de Efe en el sitio "sinembargo")

viernes, 9 de noviembre de 2012

Llanto por Leonardo Favio

En políticas de la amistad, el filósofo Jacques Derrida parte del pacto que parece ser fundante de toda amistad: de dos amigos, uno de los dos morirá antes y el otro deberá recordarlo. Esa es la verdad desde el primer saludo, es algo que los amigos saben desde el momento en que se conocen. El duelo está adelantado, está siempre allí, antes de la muerte:
“No hay amistad sin la posibilidad de que uno de los dos amigos muera antes que el otro, tal vez incluso en su presencia o ante sus ojos. Pues incluso cuando los amigos mueren juntos o, mejor dicho, en el mismo momento, su amistad habrá estado desde el principio estructurada por la posibilidad de que uno de los dos vea morir al otro, y que el sobreviviente se quede solo para enterrarlo, para recordarlo y guardar luto por él”. Al sobreviviente le toca la responsabilidad de llevar el mundo del amigo muerto, después del fin del mundo, de ese mundo singular y único que se ha muerto.
Leonardo Favio fue el cineasta dickensiano que narró las infancias desdichadas de los niños pobres. También el que captó las miserias y las ambiciones miserables de las clases populares en obras tales como El dependiente. O el erotismo como único escape a la pobreza de la vida pueblerina en Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedo trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más. A su vez, Favio combinó un mito de la religiosidad popular con el más trágico melodrama en la entrañable y melancólica Nazareno Cruz y el lobo. A grandes rasgos, de eso trató su obra cinematografía: de captar la cultura popular, sus leyendas, sus ídolos, de retratar las vidas y las voces de las clases subalternas, la de los vencidos de la historia.
Pero también Favio fue el cineasta de la amistad. Al menos tres de sus films rondan en torno de seres que no tienen nada que perder excepto sus cadenas y que salen a conquistar el mundo y que precisan de la compañía y de la lealtad incondicional y hasta la muerte de un amigo. Son amistades viriles, de una intensidad tal que dan sentido a la vida de sus protagonistas y que sin poder definirse como homosexualidad hubieran fascinado a Foucault.
Es la amistad entre los gauchos Juan Moreira y Julián Andrade. O la devoción de “Charlie” (Carlos Monzón) por Mario el Rulo (Gianfranco Pagliaro) en Soñar, soñar. O el mismo amor tardío que hace que Mario el Rulo cuide a Charlie cuando está enfermo de pulmonía. O la abnegada amistad entre el boxeador Gatica (Edgardo Nieva) y el Ruso (Horacio Taicher).
Leonardo Favio dijo una vez que uno muere cuando desaparece de la memoria de la gente. Todos los que aún sin haberlo conocido lo consideramos un amigo, llevamos la responsabilidad de que su vida y su obra, su mundo singular, fantástico y popular sigan existiendo como cuando él estaba vivo. El que supo hacer un canto de la amistad merece ese tributo de todo amigo.
Y empezar hoy en esa tarea de hacer sobrevivir el mundo del amigo, una escena memorable del film Gatica:

Gatica: ¿Me querés?

Ruso: ¿Acaso no sabés?

Gatica: Decime si me querés.

Ruso: Sí, José, te quiero.


(nota de Adrián Melo, "Dulce amistad" en el sitio "soy", diario Clarín, Buenos Aires.)