El Día de los Enamorados me desperté raro, como pesado. Cuando abrí Facebook, mientras desayunaba, me encontré con una historia triste que se empezaba a replicar muro a muro y que puede leerse en pandillantihomolesbotransfobia.blogspot.com.ar. Otra vez le pegaban a alguien por puto en La Plata.
Marina y Rodrigo cuentan, en el blog, cómo fueron golpeados un domingo a la madrugada al grito de “puto, puto, puta de mierda” y “nosotros matamos putos”, ante la mirada de varios transeúntes que no hicieron más que mirar. Tuvieron que caminar solos hasta el hospital.Su historia hubiese quedado olvidada, molestando en el recuerdo de estos dos pibes que no tienen mucho más de veinte años, si no fuera por esa casi anónima publicación. El boca a boca se consolidó en encuentro, y el sábado estábamos allí sentados en Plaza Italia, el mismo lugar donde empezaron los golpes.
Pude ir solo al encuentro del sábado (hubo otro el viernes). Había bastante gente y esa sensación de “las mismas caras de siempre”. Varones, mujeres, la mayoría gays y lesbianas, varios varones trans. No ver ninguna mujer trans me hace pensar en qué relación tienen estas chicas, en su mayoría trabajadoras sexuales, con este reclamo (para nada postergable) proveniente de, en considerable mayoría, estudiantes universitarios.
En el encuentro se discutieron consignas, se repartieron volantes y se pintaron carteles. Toda la tarde tuve la sensación de estar haciendo algo sin sentido. Qué insignificante es pintar un cartel cuando a la persona que tenés al lado la cagaron a palos por ser gay.
Este encuentro no pasó desapercibido para el blog Diario Pregón, que no dudó en fogonear la violencia difundiendo que la jornada culminó en un ataque a la catedral, hecho que jamás ocurrió.
Después pasaron los días y pensé en las caras que vi. En cómo a partir de esos golpes se generó un lugar de encuentro.
Ante el miedo que me provoca pensar que todo puede llegar a quedar en la nada, me tranquiliza saber que muchxs de lxs que estuvimos el sábado en la plaza elegimos la militancia y las acciones concretas y organizadas como la forma de generar el cambio.
Este hecho, entre otros tantos, es una muestra de la necesidad urgente de aplicación de políticas públicas que protejan la integridad de la comunidad lgbttti y también que se fomente la reflexión en relación con el género a partir de campañas nacionales y la puesta en práctica de la Ley de Educación Sexual Integral.
Santiago Abel
@nubedesanti
(carta dirigida al sitio "soy", Clarín, de donde se tomó tal cual.)
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