Heracles encuentra a la cierva
En el Parque de los Venados
luego de cinco kilómetros
de carrera y de bosque, te detuviste.
Estabas pálida y tenías
una agujeta del tenis desatada.
Por tu frente escurrían
el sudor y sus cansadas perlas.
Luego te recogiste la cabellera
para beber del grifo
como un ciervo a la orilla del Ladón.
(texto tomado de Heracles, doce trabajos, edición Universidad Autónoma de Zacatecas, México, 2012.)
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