Preservativos para enanos

La Fundación de Bill y Melinda Gates lanzó un concurso en busca de “un preservativo sexy, irresistible, que atraiga a los amantes incluso más que hacerlo sin condón”. La recompensa es de 100 mil dólares. Más allá de que el preservativo buscado aparezca o no, el concurso sirve para recordarnos que al día de hoy, tal como lo conocemos, es la única manera de prevención del sida y otras enfermedades de transmisión sexual.

Las dificultades para negociar el uso del condón todavía existen –leemos en Impatient Optimists, el blog de la Bill&Melinda Gates Fundation–, es un tema frecuente en las discusiones sobre la prevención del VIH y la salud reproductiva. “La innegable y sorprendente verdad es que la mayoría de los hombres prefiere el sexo sin condón.”
No es mi caso. Los preservativos me resultaron siempre muy excitantes. Cuando era chico, la primera conversación sobre sexo que tuve con mi padre fue a partir de haber encontrado en el baño de una pizzería una máquina distribuidora de “profilácticos”. Yo estaba entrando en la pubertad y la concienzuda explicación de mi padre me despertó mil fantasías. Días después, un compañerito de séptimo grado trajo una caja a la escuela y ahí pude ver cómo eran, empecé a reconocerlos cada vez que los veía usados y tirados en alguna banquina. Me imaginaba un hombre y una mujer cogiendo en un auto estacionado en ese lugar. Más adelante, cada vez que podía compraba una caja y los usaba para masturbarme, había descubierto además la ventaja de que las pajas resultaban muy limpias. Tras muchos años de “trabajo de campo”, me animo a presentar una hipótesis. Hasta ahora, la mayoría de mis amigos y conocidos del chat que practican el sexo a pelo son muy dotados, el último que me escribió tiene un pijón de 25x7. Nunca antes se me ocurrió preguntar, pero estoy seguro de que la mayoría coge a pelo porque los forros disponibles en el mercado, al menos en la Argentina, les estrangulan la pija. Un viejo amigo del club leather, que además de muy grande la tenía muy cabezona, usaba los forros para cubrirse sólo el glande, eso me calentaba muchísimo. Y sí, era tan “glande” que no se le salía. Por ahí, amigxs diseñadorxs, podría haber una idea.
Según entiendo, no podrá participar del concurso, por tratarse de una idea previa a su lanzamiento, el preservativo en aerosol (http://www.elciudadanoweb.com) todavía en etapa de prueba, ni tampoco los preservativos de origami (http://www.origamicon
doms.com/), muy prácticos en cuanto al tema del desenrollado y lubricación, pero con forma de farolitos chinos, para mi gusto muy poco eróticos.
Para terminar, no puedo evitar preguntarme si Francisco subirá la apuesta de su antecesor Benedicto XVI, que sólo aprobó el uso del preservativo en relaciones con prostitutas.


(nota de Pablo Pérez en el sitio "soy", Página/12.)