Ese bombero era magnífico
Ese bombero era magnífico,
dijo uno de los sobrevivientes
de las Torres Gemelas,
y se le quebró la voz.
En medio de los gritos y el humo,
mientras todos bajaban las escaleras,
el joven bombero subía
hacia los pisos del desastre.
Se encontraron a la mitad
del edificio,
el hombre camino a la vida,
el otro camino al infierno,
y se miraron un segundo,
quizá menos.
Subía de dos en dos
los escalones sin equivocarse,
fue lo que dijo el hombre en la televisión,
y se le quebró la voz.
Todos lo estamos viendo
subir de dos en dos los escalones
a contracorriente de la vida,
hacia el centro ardiente de las cosas,
el magnífico bombero
camino a la licuefacción.
El verdadero infierno siempre queda arriba
y sólo alguien magnífico
puede subir de dos en dos
los escalones hacia él,
como otro joven y magnífico
en Grecia
subió y subió hasta derretirse
después de abandonar todos los muros.
("revista altazor")
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