Terredad
Estar aquí por años en la tierra,
con las nubes que lleguen, con los pájaros,
suspensos de horas frágiles.
A bordo, casi a la deriva,
más cerca de Saturno, más lejanos,
mientras el sol da vuelta y nos arrastra
y la sangre recorre su profundo universo
más sagrado que todos los astros.
Estar aquí en la tierra: no más lejos
que un árbol, no más inexplicables,
livianos en otoño, henchidos en verano,
con lo que somos o no somos, con la sombra,
la memoria, el deseo, hasta el fin
(si hay un fin) voz a voz,
casa por casa,
sea quien lleve la tierra, si la llevan,
o quien la espere, si la aguardan,
partiendo juntos cada vez el pan
en dos, en tres, en cuatro,
sin olvidar las sobras de la hormiga
que siempre viaja de remotas estrellas
para estar a la hora en nuestra cena
aunque las migas sean amargas.
("alfabeto del mundo", fce, méxico, 2005, 2a. ed.)
martes, 31 de mayo de 2016
lunes, 30 de mayo de 2016
Linda Pastan (1932 )
Las cinco fases del dolor
La noche que te perdí
alguien me señaló
las cinco etapas del dolor
ve en aquella dirección me dijeron,
es fácil, como aprender a subir
escaleras después de una amputación
y subí
La Negación fue primero,
me senté a desayunar
poniendo cuidadosamente la mesa
para dos. Te pasé el pan tostado
-tú estabas ahí sentado- te pasé el periódico
tú te escondiste detrás de el.
El Enojo parecía más familiar.
quemé el pan, arrebaté
el periódico y yo misma leí los titulares.
Pero ellos mencionaban tu partida,
y por lo tanto pasé a la sección de Subastas.
¿Qué podría yo intercambiar por ti?
¿El silencio después de las tormentas?
¿Mis dedos que escriben?
Antes de que yo pudiera decidir
llegó resoplando la depresión,
una pariente pobre con su maleta
amarrada a un cordón. Adentro
había vendajes para los ojos
y frascos para el sueño.Me resbalé
hasta el fondo de la escalera
y no sentí nada.
Y todo el tiempo la Esperanza
destellaba intermitentemente
en un neón defectuoso.
Después de un año aun sigo subiendo
aunque mis pies resbalen
en tu cara de piedra.
La vegetación
hace mucho que ha desaparecido
el verde es un color que he olvidado.
Pero ahora veo hacia
donde estoy subiendo: Aceptación
escrito en letras mayúsculas...
sigo luchando,
agitando y gritando.
Aceptación,
finalmente la alcanzo.
Pero algo anda mal.
El dolor es una escalera circular.
te he perdido.
("emma gunst", trad. elisabeth azcona cranwell)
La noche que te perdí
alguien me señaló
las cinco etapas del dolor
ve en aquella dirección me dijeron,
es fácil, como aprender a subir
escaleras después de una amputación
y subí
La Negación fue primero,
me senté a desayunar
poniendo cuidadosamente la mesa
para dos. Te pasé el pan tostado
-tú estabas ahí sentado- te pasé el periódico
tú te escondiste detrás de el.
El Enojo parecía más familiar.
quemé el pan, arrebaté
el periódico y yo misma leí los titulares.
Pero ellos mencionaban tu partida,
y por lo tanto pasé a la sección de Subastas.
¿Qué podría yo intercambiar por ti?
¿El silencio después de las tormentas?
¿Mis dedos que escriben?
Antes de que yo pudiera decidir
llegó resoplando la depresión,
una pariente pobre con su maleta
amarrada a un cordón. Adentro
había vendajes para los ojos
y frascos para el sueño.Me resbalé
hasta el fondo de la escalera
y no sentí nada.
Y todo el tiempo la Esperanza
destellaba intermitentemente
en un neón defectuoso.
Después de un año aun sigo subiendo
aunque mis pies resbalen
en tu cara de piedra.
La vegetación
hace mucho que ha desaparecido
el verde es un color que he olvidado.
Pero ahora veo hacia
donde estoy subiendo: Aceptación
escrito en letras mayúsculas...
sigo luchando,
agitando y gritando.
Aceptación,
finalmente la alcanzo.
Pero algo anda mal.
El dolor es una escalera circular.
te he perdido.
("emma gunst", trad. elisabeth azcona cranwell)
domingo, 29 de mayo de 2016
Raúl Henao (1944 )
El hambre
Mientras miraba fijamente las vueltas que daba un pollo
en el asador
Advertí que a pesar de poner todo empeño de mi parte
no podía cerrar la boca.
Afortunadamente había pasado desapercibido para las personas
Que a esa hora acostumbran pasearse
A lo largo de la calle.
Cuando tocado por la curiosidad alguien se detuvo
A mi lado y echó una ojeada
Luego con el aire del domador de circo que mete su cabeza
En la boca de un león, introdujo la suya en mi boca
Y volvió a sacarla al parecer sin ningún desperfecto.
Sólo en la expresión avergonzada de su rostro
Se adivinaba que acababa de perder la cabeza.
("ala de cuervo.blogspot")
Mientras miraba fijamente las vueltas que daba un pollo
en el asador
Advertí que a pesar de poner todo empeño de mi parte
no podía cerrar la boca.
Afortunadamente había pasado desapercibido para las personas
Que a esa hora acostumbran pasearse
A lo largo de la calle.
Cuando tocado por la curiosidad alguien se detuvo
A mi lado y echó una ojeada
Luego con el aire del domador de circo que mete su cabeza
En la boca de un león, introdujo la suya en mi boca
Y volvió a sacarla al parecer sin ningún desperfecto.
Sólo en la expresión avergonzada de su rostro
Se adivinaba que acababa de perder la cabeza.
("ala de cuervo.blogspot")
sábado, 28 de mayo de 2016
Enrique Solinas (1969 )
Magnificat
Hoy desperté y mi cuerpo
tenía olor a flores,
a perfume de orgasmo y alegría.
Los animales obedientes acompañaban
el transcurrir violento y ciudadano.
El tráfico en las calles se partía en dos
cada vez que deseaba cruzar
hacia la otra orilla.
Voces diversas escuché
y entendí todas las palabras del mundo.
Dos marcas rojas en mis manos
anunciaron la transformación.
“Soy santo”, me dije, “soy santo”.
“En el exceso de la muerte
y la vida
está la redención".
("al pial de la palabra")
Hoy desperté y mi cuerpo
tenía olor a flores,
a perfume de orgasmo y alegría.
Los animales obedientes acompañaban
el transcurrir violento y ciudadano.
El tráfico en las calles se partía en dos
cada vez que deseaba cruzar
hacia la otra orilla.
Voces diversas escuché
y entendí todas las palabras del mundo.
Dos marcas rojas en mis manos
anunciaron la transformación.
“Soy santo”, me dije, “soy santo”.
“En el exceso de la muerte
y la vida
está la redención".
("al pial de la palabra")
viernes, 27 de mayo de 2016
Cindy Jiménez Vera (1978 )
Guantes
Le puse la bufanda azul
el abrigo de invierno
los guantes negros
y el gorro que le tejió su nieta.
Lloré para que no se fuera
porque llovía.
Construí una barrera
entre la puerta y la lluvia.
Lloré mientras mi hermano
la sacaba y la llevaba a comprar
hojas de plátano que podía
arrancar en el patio de su casa
si estuviésemos en la isla.
Quise esconderla
en veinte bóvedas chinas.
Quise abrigarla
como si se fuese
a Islandia.
("revista ping pong")
Le puse la bufanda azul
el abrigo de invierno
los guantes negros
y el gorro que le tejió su nieta.
Lloré para que no se fuera
porque llovía.
Construí una barrera
entre la puerta y la lluvia.
Lloré mientras mi hermano
la sacaba y la llevaba a comprar
hojas de plátano que podía
arrancar en el patio de su casa
si estuviésemos en la isla.
Quise esconderla
en veinte bóvedas chinas.
Quise abrigarla
como si se fuese
a Islandia.
("revista ping pong")
jueves, 26 de mayo de 2016
Néstor Perlongher (1949/1992 )
Opus jopo
En el cordón del jopo, engominado, arisco, mecha o franja de sombras en la metáfora que avanza, sobra, sobre el condón del jopo la mirada que acecha despeinarlo, rodar la redecilla en las guedejas:
un público pudor, irresistible, tieso en la goma del spray: la goma libidinizada, esa saeta de la mata en el enroque de la fima, el gime, el fimot: denuedo de las uñas en el mechón de grima. Guedeja en muslos enroscada, húmedo pelo, espesor de las cejas en lo ebúrneo cobrizo, un jaloneo de papilas en los estrechos del olor, jugoso, el ronroneo de los labios ante las curvas cuevas, su salitre, el tartaleo de la transpiración, sudores finos, atascaban al muslo en ese rulo. Jadean las haras sus aros de peltre, jaleo lúcido, luminiscente en el rebote de las ligas en la película infusa, taza de té en los bordes del revoque. La trama, en ese punto, en la lisura de ese cascabel, serpeante, de esa rima de jade en los jabones de los pies, melecas, masca en el erizar de los penachos la promesa de un guante.
("medusario, muestra de poesía latinoamericana", sel. y notas r. echavarren, j. kozer y jacobo sefamí, ed. fce, méxico, 1996)
En el cordón del jopo, engominado, arisco, mecha o franja de sombras en la metáfora que avanza, sobra, sobre el condón del jopo la mirada que acecha despeinarlo, rodar la redecilla en las guedejas:
un público pudor, irresistible, tieso en la goma del spray: la goma libidinizada, esa saeta de la mata en el enroque de la fima, el gime, el fimot: denuedo de las uñas en el mechón de grima. Guedeja en muslos enroscada, húmedo pelo, espesor de las cejas en lo ebúrneo cobrizo, un jaloneo de papilas en los estrechos del olor, jugoso, el ronroneo de los labios ante las curvas cuevas, su salitre, el tartaleo de la transpiración, sudores finos, atascaban al muslo en ese rulo. Jadean las haras sus aros de peltre, jaleo lúcido, luminiscente en el rebote de las ligas en la película infusa, taza de té en los bordes del revoque. La trama, en ese punto, en la lisura de ese cascabel, serpeante, de esa rima de jade en los jabones de los pies, melecas, masca en el erizar de los penachos la promesa de un guante.
("medusario, muestra de poesía latinoamericana", sel. y notas r. echavarren, j. kozer y jacobo sefamí, ed. fce, méxico, 1996)
miércoles, 25 de mayo de 2016
Juana de Ibarbourou (1892/1979 )
Olor frutal
Con membrillos maduros
Perfumo los armarios.
Tiene toda mi ropa
Un aroma frutal que da a mi cuerpo
Un constante sabor a primavera.
Cuando de los estantes
Pulidos y profundos
Saco un brazado blanco
De ropa íntima,
Por el cuarto se esparce
Un ambiente de huerto.
¡Parece que tuviera en mis armarios
Preso el verano!
Ese perfume es mío. Besarás mil mujeres
Jóvenes y amorosas, mas ninguna
Te dará esa impresión de amor agreste
Que yo te doy.
Por eso, en mis armarios
Guardo frutas maduras,
Y entre los pliegues de la ropa íntima
Escondo, con manojos secos de vetiver.
Membrillos redondos y pintones.
Mi piel está impregnada
De esta fragancia viva;
Besarás mil mujeres, mas ninguna
Te dará esta impresión de arroyo y selva
Que yo te doy.
("emma gunst")
Con membrillos maduros
Perfumo los armarios.
Tiene toda mi ropa
Un aroma frutal que da a mi cuerpo
Un constante sabor a primavera.
Cuando de los estantes
Pulidos y profundos
Saco un brazado blanco
De ropa íntima,
Por el cuarto se esparce
Un ambiente de huerto.
¡Parece que tuviera en mis armarios
Preso el verano!
Ese perfume es mío. Besarás mil mujeres
Jóvenes y amorosas, mas ninguna
Te dará esa impresión de amor agreste
Que yo te doy.
Por eso, en mis armarios
Guardo frutas maduras,
Y entre los pliegues de la ropa íntima
Escondo, con manojos secos de vetiver.
Membrillos redondos y pintones.
Mi piel está impregnada
De esta fragancia viva;
Besarás mil mujeres, mas ninguna
Te dará esta impresión de arroyo y selva
Que yo te doy.
("emma gunst")
martes, 24 de mayo de 2016
Linda Pastan (1932 )
Entra dócilmente
Te han crecido alas de dolor
y te agitas en la cama como una gaviota herida
pidiendo agua, té, uvas
cuyas pieles no puedes mascar.
¿Recuerdas cuando me enseñaste
a nadar? Suelta, dijiste,
el lago te sostendrá.
Ansío decir, suelta Padre
que la muerte te sostendrá.
Afuera el otoño prosigue sin nosotros.
Con qué facilidad ceden las hojas,
las oigo en el último soplo de aire,
dejando atrás este lugar que desaparece.
("emma gunst", trad. elisabet azcona cranwell)
Te han crecido alas de dolor
y te agitas en la cama como una gaviota herida
pidiendo agua, té, uvas
cuyas pieles no puedes mascar.
¿Recuerdas cuando me enseñaste
a nadar? Suelta, dijiste,
el lago te sostendrá.
Ansío decir, suelta Padre
que la muerte te sostendrá.
Afuera el otoño prosigue sin nosotros.
Con qué facilidad ceden las hojas,
las oigo en el último soplo de aire,
dejando atrás este lugar que desaparece.
("emma gunst", trad. elisabet azcona cranwell)
lunes, 23 de mayo de 2016
Dr. Atl (1875/1964 )
Ernesto García Cabral no solamente es un caricaturista nato, sino que él mismo es una caricatura viviente. Desde el momento en que salió escapado de las selvas veracruzanas, fue acogido con entusiasmo entre los seres humanos, que lo bautizaron con el nombre que correspondía a los seres de su especie. Y el recién llegado levantó ese nombre como una bandera, y a su amparo, atravesó la vida política y social de México llenando las páginas de las revistas y los diarios con la magia de sus dibujos, siempre oportunos, saturados del más sano humorismo, dibujos ágiles, contundentes, que dan siempre en el punto vulnerable de la víctima sin aniquilarla.
Cabral es el "eslabón perdido" -milagrosamente encontrado- que desde la prehistoria agita la sonaja del placer entre la gente, y ha llegado con la obligación de poner en la picota del ridículo a todo bicho viviente, con beneplácito hasta de los mismos ajusticiados.
Las selvas veracruzanas han perdido al más valioso de sus habitantes, pero el mundo se ha llenado de alegría, con el chisporroteo del talento que El Chango ha traído en la mera punta de su cola.
("Las décadas del Chango García Cabral", editorial Domés, México, 1979)
domingo, 22 de mayo de 2016
Uriel Martínez (1950 )
Los reptiles
Durante un mes dejaré
abierta la entrada del sueño
para que vengas y veas
si duermo entre ceniza.
Verás que al remover rescoldos
ya no brota humo, ni
brasas vivas, ni mi aliento
empaña el agua.
Podrás asomarte al fondo
de ese estanque oscuro
en que me sumerjo
noche a noche.
Hallarás escaleras y peldaños
por donde suben o descienden
imágenes como se abre
un álbum sin hojas.
Pasado ese tiempo se habrán
separado rabo y tronco
del reptil que dimos
vida y dimos muerte.
[Inédito]
sábado, 21 de mayo de 2016
Cristian López Talavera (1985 )
Tú, el muerto
Siempre, cuando veas un charco de sangre
Aparecer por la puerta
No cierres los ojos,
Ni trates de nadar
Sumérgete
Y siéntele,
Ahógate
Puede ser el lago en tus sueños;
Ese laberinto de la muerte
Es parte del libreto en la vida.
Si ves a un muerto
Con una copa de vino en medio de sus manos
Aparecer como un espectro por la ventana
No llores, ni grites
Solo sonríele como un gato
Puede ser tu abuelo
Y solo viene para llevarte a un paseo
Por un lugar desconocido
-todos ya hemos pasado por ahí en alguna cama de un hospital-
O tal vez, tranquilo con nieve y árboles
Y nada de gente.
Si ves un hacha
Que recae sobre tu cabeza del lado derecho de tu cuerpo
Ni grites, no llores,
No duele;
Te puede hacer una melliza
Si te cae en la corona de la cabeza.
No mires al rostro del asesino
Porque puede ser tu padre borracho
Y él no quiere que mueras con rencor
Solo busca lo mejor para ti…
Si ves tu rostro
En una caja adornada con flores rojas
En medio de lágrimas y sonrisas
No te asustes
Eres tú al otro lado,
Eres el ser que guardaba el espejo
Eres vos y eres el otro,
Eres el muerto…
Siempre, cuando veas un charco de sangre
Aparecer por la puerta
No cierres los ojos,
Ni trates de nadar
Sumérgete
Y siéntele,
Ahógate
Puede ser el lago en tus sueños;
Ese laberinto de la muerte
Es parte del libreto en la vida.
Si ves a un muerto
Con una copa de vino en medio de sus manos
Aparecer como un espectro por la ventana
No llores, ni grites
Solo sonríele como un gato
Puede ser tu abuelo
Y solo viene para llevarte a un paseo
Por un lugar desconocido
-todos ya hemos pasado por ahí en alguna cama de un hospital-
O tal vez, tranquilo con nieve y árboles
Y nada de gente.
Si ves un hacha
Que recae sobre tu cabeza del lado derecho de tu cuerpo
Ni grites, no llores,
No duele;
Te puede hacer una melliza
Si te cae en la corona de la cabeza.
No mires al rostro del asesino
Porque puede ser tu padre borracho
Y él no quiere que mueras con rencor
Solo busca lo mejor para ti…
Si ves tu rostro
En una caja adornada con flores rojas
En medio de lágrimas y sonrisas
No te asustes
Eres tú al otro lado,
Eres el ser que guardaba el espejo
Eres vos y eres el otro,
Eres el muerto…
("revista ping pong")
viernes, 20 de mayo de 2016
Adrienne Rich (1929/2012 )
"Te internas..."
“Te internas en los bosques detrás de la casa
allí, en ese territorio
hallas un templo
construido hace mil ochocientos años
entras sin saber
qué es donde entras
así pasa con nosotros
nadie sabe lo que puede suceder
aunque los libros lo digan todo
quema los textos dijo Artaud”
("escomberoides", s/c al trad.)
jueves, 19 de mayo de 2016
José Watanabe (1945/2007 )
Restaurant vegetariano
A los vegetales se entra
con hambre de animal longevo y apacible, y lentamente
se acaba
la lechuga.
A la carne se va distinto, se ingresa a ella
con ansia orgánica, casi disputándola
como si fuera carne
del día de la resurrección, y se acaba
el bife.
Recuerdas:
para que tú vivieras
tu familia depredaba la tierra para ti,
pollos patos reses cuyes cabritos carne
para convalecer y durar.
El alimento en la boca te relaciona
con el mundo. Hay días de felino
y días de paquidermo. Hoy sean bienvenidas
las benéficas ensaladas, la suave soya y las frutas
aunque tarde:
ya cincuenta años que comes carne
y estás eructando miedo.
Pero hay días que no tienes carnes ni vegetales
sino arena en la lengua. Te explicas: tal vez has comido
una sequedad inicial, insidiosa, de pecho, y nunca
se acaba, el desierto
nunca se acaba.
("otras criaturas poéticas")
A los vegetales se entra
con hambre de animal longevo y apacible, y lentamente
se acaba
la lechuga.
A la carne se va distinto, se ingresa a ella
con ansia orgánica, casi disputándola
como si fuera carne
del día de la resurrección, y se acaba
el bife.
Recuerdas:
para que tú vivieras
tu familia depredaba la tierra para ti,
pollos patos reses cuyes cabritos carne
para convalecer y durar.
El alimento en la boca te relaciona
con el mundo. Hay días de felino
y días de paquidermo. Hoy sean bienvenidas
las benéficas ensaladas, la suave soya y las frutas
aunque tarde:
ya cincuenta años que comes carne
y estás eructando miedo.
Pero hay días que no tienes carnes ni vegetales
sino arena en la lengua. Te explicas: tal vez has comido
una sequedad inicial, insidiosa, de pecho, y nunca
se acaba, el desierto
nunca se acaba.
("otras criaturas poéticas")
miércoles, 18 de mayo de 2016
Eduardo Chirinos (1960/2016 )
Retorno de los profetas
para antonio claros
El sol se hará oscuro para ellos
pero pronto han de volver
Miqueas III, 6
Los profetas han muerto.
Cuernos de guerra anuncian la pronta llegada de la peste,
nuevos tiempos de miseria y escasez.
El campo de batalla está desierto, el cielo se oscurece, la infinita
rueda se ha quebrado.
Dicen que ángeles bellos y monstruosos nos vigilan
pero ya no tenemos ojos para verlos.
Los profetas han muerto.
Atrás los sucios velos que ocultaron la verdad de nuestros rostros,
las ramas que ocultaron la Serpiente cuando rogamos placer
y nos dieron a cambio la resignación.
Textos venerables son ahora pasto de las llamas,
sólo la lechuza mira con indiferencia la corona
que rueda a los pies del más miserable de los dioses.
Sólidas estatuas se arrodillan, gimen, se arrancan los cabellos,
los mástiles que antaño sujetaron los más bravos marinos
golpean la memoria de los dioses que quedan,
¿a quién debemos acudir cuando nos coja la peste?
Los mendigos del reino asaltan los jardines, desprecian los
oráculos, reparten por igual sus pertenencias.
Los nobles del reino conservan sus arcas, sus vinos, sus mujeres,
el miedo que gobierna la implacable voluntad de los presagios.
Los profetas han muerto.
Nadie ahora nos engaña, nadie nos confunde, nadie
nos dice la verdad, y estamos solos.
Estamos solos esperando la señal que nos indique
dónde hemos de ir para honrar con dolor a los profetas.
("otras criaturas poéticas")
para antonio claros
El sol se hará oscuro para ellos
pero pronto han de volver
Miqueas III, 6
Los profetas han muerto.
Cuernos de guerra anuncian la pronta llegada de la peste,
nuevos tiempos de miseria y escasez.
El campo de batalla está desierto, el cielo se oscurece, la infinita
rueda se ha quebrado.
Dicen que ángeles bellos y monstruosos nos vigilan
pero ya no tenemos ojos para verlos.
Los profetas han muerto.
Atrás los sucios velos que ocultaron la verdad de nuestros rostros,
las ramas que ocultaron la Serpiente cuando rogamos placer
y nos dieron a cambio la resignación.
Textos venerables son ahora pasto de las llamas,
sólo la lechuza mira con indiferencia la corona
que rueda a los pies del más miserable de los dioses.
Sólidas estatuas se arrodillan, gimen, se arrancan los cabellos,
los mástiles que antaño sujetaron los más bravos marinos
golpean la memoria de los dioses que quedan,
¿a quién debemos acudir cuando nos coja la peste?
Los mendigos del reino asaltan los jardines, desprecian los
oráculos, reparten por igual sus pertenencias.
Los nobles del reino conservan sus arcas, sus vinos, sus mujeres,
el miedo que gobierna la implacable voluntad de los presagios.
Los profetas han muerto.
Nadie ahora nos engaña, nadie nos confunde, nadie
nos dice la verdad, y estamos solos.
Estamos solos esperando la señal que nos indique
dónde hemos de ir para honrar con dolor a los profetas.
("otras criaturas poéticas")
martes, 17 de mayo de 2016
Antonio García Vargas (1942 )
Entré en el cerco mágico
Entré en un cerco mágico trazado entre las llamas
penetrando en la alquimia del modo
y de la causa.
En un fugaz momento copulé en la secuencia,
fui nexo y circunstancia en el abril de mi cuerpo
y desde lo profundo me derramé en el sepulcro
de la memoria cómplice.
Y me supe pasado, futuro y esencia de Nada,
la grácil estructura de un teorema jamás configurado,
el Arts Magna de Cardano, sirena de Ulises,
esa eterna centuria que repite su ascenso al Calvario,
la imposible hipotenusa de tus senos,
Sócrates con-venciendo a la cicuta,
feroz acometida de metáfora androide
que araña la piel cual loba desde mi último verso
y eterno ¡al fin!, viajero cautivo deletreado
en la rugosa piel del viejo pentagrama.
("punto en línea")
Entré en un cerco mágico trazado entre las llamas
penetrando en la alquimia del modo
y de la causa.
En un fugaz momento copulé en la secuencia,
fui nexo y circunstancia en el abril de mi cuerpo
y desde lo profundo me derramé en el sepulcro
de la memoria cómplice.
Y me supe pasado, futuro y esencia de Nada,
la grácil estructura de un teorema jamás configurado,
el Arts Magna de Cardano, sirena de Ulises,
esa eterna centuria que repite su ascenso al Calvario,
la imposible hipotenusa de tus senos,
Sócrates con-venciendo a la cicuta,
feroz acometida de metáfora androide
que araña la piel cual loba desde mi último verso
y eterno ¡al fin!, viajero cautivo deletreado
en la rugosa piel del viejo pentagrama.
("punto en línea")
lunes, 16 de mayo de 2016
Raúl Zurita (1950 )
Anteparaíso
Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras.
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era
nadie y aún están los muros contra los que llorando
aplastaba su cara mientras al verla
la gente se decía "Vámonos por otro lado"
y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella
pero yo reparé en ti,
sólo yo me compadecí de esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que la gente te respetára.
Ahora caminas por las calles como si nada de esto
hubiese en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no verte
y aun tiemblo de ira ante quienes riendo te decían
"ponte de espalda" y tu espalda se hacía un camino
por donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del pasto
cuando me querías ni del azul
del cielo acompañando tu vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando
incluso a tus malditos cabrones.
Cuando vuelvas a quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren.
("escomberoides")
Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras.
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era
nadie y aún están los muros contra los que llorando
aplastaba su cara mientras al verla
la gente se decía "Vámonos por otro lado"
y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella
pero yo reparé en ti,
sólo yo me compadecí de esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que la gente te respetára.
Ahora caminas por las calles como si nada de esto
hubiese en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no verte
y aun tiemblo de ira ante quienes riendo te decían
"ponte de espalda" y tu espalda se hacía un camino
por donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del pasto
cuando me querías ni del azul
del cielo acompañando tu vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando
incluso a tus malditos cabrones.
Cuando vuelvas a quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren.
("escomberoides")
domingo, 15 de mayo de 2016
Julia Magistratti (1976 )
Vivos se los llevaron, vivos los queremos
No importa si este cielo continúa
y si hay entre las horas
una fecha en la que no estaremos.
Lo que nos toca encontrar
está indefenso,
porque siempre está indefenso
el que nos espera.
Son 43 golpes que rebotan sin tocar tierra
en una cancha embarrada. Atormentan los días
desaparecidos,
la historia sin fondo, el retrato que la madre
lleva.
No es la primera vez esta rabia.
43, 42, 41, 40, 39, 38,
Todavía faltan 37 para llegar a cero.
El cero es el silencio, la línea de la derrota de la
comunidad.
37, 36, 35, 34
Ya no queremos sumar más muertos
porque no sabemos contar
lo que resta.
33
Diga 33 por favor, con el estetoscopio en la
espalda, grítelo fuerte que faltan 32 todavía y usted no
ha llegado a la salud
de poder olvidar. No se quede
quieto ni callado,
cuente con el latido, cuente justos, no cuente
muertos.
31, 30, 29 ¿Dónde estaba esa noche? ¿Dios?
28, 27, 26, 25, 24
Y ya el número es más grande que la edad de
los estudiantes,
el tiempo corre en una dirección de olvido y
usted apaga la televisión, cierra el diario, saluda
a su vecino. No los deje.
Siga con la pala, las linternas alertas, el grito
prendido, las sirenas buscando.
12, 11, 10, 9, 8, 7, 6
No deje de contar
5, 4, 3, 2, 1
El cielo es de los pájaros,
la justicia de los hombres
y la tierra es de las madres desobedientes,
las que saben
que los hijos están,
ellos crecen porque semillas son.
Al final de cuentas,
no vamos a sumar para atrás,
nunca más.
("poesía red federal")
sábado, 14 de mayo de 2016
Luna Miguel (1990 )
Mala sangre
V.
El útero de mi tía tiene forma de soga. Las sogas,
como las pulseras plásticas de las niñas que
venden en los chinos, tienen formas de animales
perfectos. El útero de mi tía Lourdes es un
animal perfecto: huele a estiércol y a hierba mojada
y a veces se lo comen las moscas. A mi tía le
han quitado un trozo de útero y no se va a morir
pero le duele. No se va a morir pero le asusta. A
mi tía le han quitado el útero y yo, que soy una
mala sobrina, no he ido a visitarla. Los hospitales
me dan miedo. Tanto que a veces prefiero no
ir a ver a mis seres queridos, opto por decir hola,
tía, estoy ocupada, opto por mentir, hola, tía, estoy
ausente. La primera vez que me quedé a dormir
en un hospital, fue para cuidar a mi abuela después
de su duodécima operación. La primera
vez que me quedé a dormir en un hospital mi
abuela se cagó encima. La habitación comenzó
a apestar. Llamé a las enfermeras para que limpiaran
pero no venía nadie. Abracé a mi abuela,
que lloraba de vergüenza. Pero su peste solo
me provocó amor. Su mierda era mi amor por
ella. Mi cara relajada, mi ceño sin fruncir, era su
amor por mí. El fin del mundo tiene que ser algo
parecido a esto, pensé: estar al lado de alguien a
quien amas cuando todo lo que te rodea apesta
a final infeliz.
El fin del mundo debería ser así.
Dos personas abrazadas en mitad del desconcierto.
Tranquilas pero tristes.
Con lágrimas pero soportando.
("poetas del fin del mundo")
viernes, 13 de mayo de 2016
Ted Hughes (1930/1998 )
El pensamiento-zorro
Imagino este momento del bosque a medianoche:
algo más está vivo
junto a la soledad del reloj
y esta página en blanco que mis dedos recorren.
A través de la ventana no se ve ninguna estrella:
algo más cercano,
aunque profundamente dentro de lo oscuro,
está entrando en la soledad:
frío y delicado, como nieve negra,
el hocico del zorro roza una rama, una hoja;
y dos ojos dirigen el movimiento que ahora
y nuevamente ahora, y ahora, ahora
deja nítidas huellas en la nieve
entre los árboles; con sigilo una delgada
sombra pasa junto a un tocón; y en la cavidad
de un cuerpo que se atreve
a atravesar los claros, un ojo,
un abierto y profundo verdor,
brillante, concentradamente,
se ocupa de lo suyo.
Hasta que con un repentino, afilado y caliente olor a zorro
entra al oscuro agujero de la cabeza.
Sigue aún sin estrellas la ventana; suena el tictac del reloj,
está impresa la página.
("otras criaturas poéticas", trad. de diego alfaro palma y alejandro crotto)
Imagino este momento del bosque a medianoche:
algo más está vivo
junto a la soledad del reloj
y esta página en blanco que mis dedos recorren.
A través de la ventana no se ve ninguna estrella:
algo más cercano,
aunque profundamente dentro de lo oscuro,
está entrando en la soledad:
frío y delicado, como nieve negra,
el hocico del zorro roza una rama, una hoja;
y dos ojos dirigen el movimiento que ahora
y nuevamente ahora, y ahora, ahora
deja nítidas huellas en la nieve
entre los árboles; con sigilo una delgada
sombra pasa junto a un tocón; y en la cavidad
de un cuerpo que se atreve
a atravesar los claros, un ojo,
un abierto y profundo verdor,
brillante, concentradamente,
se ocupa de lo suyo.
Hasta que con un repentino, afilado y caliente olor a zorro
entra al oscuro agujero de la cabeza.
Sigue aún sin estrellas la ventana; suena el tictac del reloj,
está impresa la página.
("otras criaturas poéticas", trad. de diego alfaro palma y alejandro crotto)
jueves, 12 de mayo de 2016
Raúl Gómez Jattin (1945/1997 )
Siento escalofríos de ti
Siento escalofríos de ti
hermana muerte
de verme en esta sala
mirando un cuadro de David
y súbitamente entrar en la vejez
sin ningún diente
y todas las arrugas
y los vientos negros
esparciendo mis cabellos
Yo te conozco hermana
se que eres una nube
de ojos yertos
que busca otra de luz
hasta convertirse en una
Te conozco y sin embargo
encontrarte en la sala del David
frente a frente
fue un gran susto
hermana mía
("otras criaturas poéticas")
miércoles, 11 de mayo de 2016
Nikiforos Vretakos (1911/1991 )
Reparto
Lo más probable es que nadie me pregunte
Que hice con mi alma. Pero yo
Necesito dar una respuesta antes de cerrar mi
Monologo en verso. Pues bien,
Corté mi alma con una afilada tijera en pequeñas
Hojas, pequeños papeles, relámpagos pequeños,
Y la reparto entre los transeúntes.
("otras criaturas poéticas", trad. horacio castillo)
martes, 10 de mayo de 2016
Idea Vilariño (1920/2009 )
Carta I
Como ando por la casa
diciéndote querido
con fervorosa voz
con desesperación
de que pobre palabra
no alcance a acariciarte
a sacrificar algo
a dar por ti la vida
querido
a convocarte
a hacer algo por esto
por este amor inválido.
Y eso es todo
querido.
Digo querido y veo
tus ojos todavía pegados a mis ojos
como atados de amor
mirándonos mirándonos
mientras que nos amábamos
mirándome tus ojos
tu cara toda
tú
y era de vida o muerte
estar así
mirarnos.
Y cierro las ventanas diciéndote
querido
querido y no me importa
que estés en otra cosa
y que ya no te acuerdes.
Yo me estoy detenida
en tu mirar aquél
en tu mirada aquella
en nuestro amor mirándonos
y voy enajenada por la casa
apagando las luces
guardando los vestidos
pensando en ti
mirándote
sin dejar caer
anhelándote
amándote
diciéndote querido.
("life vest under your seat")
Como ando por la casa
diciéndote querido
con fervorosa voz
con desesperación
de que pobre palabra
no alcance a acariciarte
a sacrificar algo
a dar por ti la vida
querido
a convocarte
a hacer algo por esto
por este amor inválido.
Y eso es todo
querido.
Digo querido y veo
tus ojos todavía pegados a mis ojos
como atados de amor
mirándonos mirándonos
mientras que nos amábamos
mirándome tus ojos
tu cara toda
tú
y era de vida o muerte
estar así
mirarnos.
Y cierro las ventanas diciéndote
querido
querido y no me importa
que estés en otra cosa
y que ya no te acuerdes.
Yo me estoy detenida
en tu mirar aquél
en tu mirada aquella
en nuestro amor mirándonos
y voy enajenada por la casa
apagando las luces
guardando los vestidos
pensando en ti
mirándote
sin dejar caer
anhelándote
amándote
diciéndote querido.
("life vest under your seat")
lunes, 9 de mayo de 2016
Circe Maia (1932 )
Esta mujer
A esta mujer la despierta un llanto:
se levanta medio dormida.
Prepara una leche en silencio
cortado por pequeños ruidos de cocina.
Mira como envuelve su tiempo y en él está viva.
y en él está viva.
Sus horas
fuertemente tramadas
están hechas de fibras resistentes
como cosas reales: pan avena,
ropa lavada, lana tejida.
Cada hora germina otras horas y todas son peldaños
que ella sube y resuenan.
Sale y entra y se mueve
y su hacer la ilumina.
("otras criaturas poéticas")
A esta mujer la despierta un llanto:
se levanta medio dormida.
Prepara una leche en silencio
cortado por pequeños ruidos de cocina.
Mira como envuelve su tiempo y en él está viva.
y en él está viva.
Sus horas
fuertemente tramadas
están hechas de fibras resistentes
como cosas reales: pan avena,
ropa lavada, lana tejida.
Cada hora germina otras horas y todas son peldaños
que ella sube y resuenan.
Sale y entra y se mueve
y su hacer la ilumina.
("otras criaturas poéticas")
domingo, 8 de mayo de 2016
Uriel Martínez (1950 )
En otra ciudad
Abro los ojos, alcanzo el par
de calcetines, los volteo,
los enrollo y van al cesto
de ropa sucia.
Bajo a la cocina, caliento
agua, le pongo la dosis
precisa de café, apago
la flama y lo cubro.
Subo al cuarto de huéspedes,
corro la ventana, enciendo
el tabaco, recuerdo la oblea
bajo la lengua.
Bebo dos tragos continuos,
uno que calme la sed,
otro que instigue la imagen
balsámica.
Otro día, otra ciudad, otro paisaje.
Abro los ojos, alcanzo el par
de calcetines, los volteo,
los enrollo y van al cesto
de ropa sucia.
Bajo a la cocina, caliento
agua, le pongo la dosis
precisa de café, apago
la flama y lo cubro.
Subo al cuarto de huéspedes,
corro la ventana, enciendo
el tabaco, recuerdo la oblea
bajo la lengua.
Bebo dos tragos continuos,
uno que calme la sed,
otro que instigue la imagen
balsámica.
Otro día, otra ciudad, otro paisaje.
sábado, 7 de mayo de 2016
Takako Arai (1966 )
Cuando surge la luna
Es el turno de noche en la hilandería abandonada
en la que solo hay una bombilla
y los tornos de hilar giran solos
cachán, era el sonido
de las bobinas cuando las cambiaban
el lugar fue clausurado
hace ya una década
pero el trabajo empieza cuando sale la luna
su extraña automatización
dicen que poco después de la guerra
quedó atrapado en una máquina el cabello
de una obrera que así perdió la vida,
pero este no es trabajo de fantasmas
no,
aunque esas cosas flotan en el aire
aquí en la fábrica
donde hay hábitos peculiares
lo que quiero decir
es que quedan costumbres peculiares
la anciana que aquí hiló cuarenta y cuatro años
se moja aún la punta del índice y enrolla
ni en su lecho de muerte
pudo huir de ese gesto
y así en el otro mundo ha de seguir
pues son tan infinitamente delgados esos hilos
que se introducen en el cuerpo del operario
y lo poseen
y así
desde los dedos de la obrera
el hilo de seda cruda
jalado suavemente
danza luego sin fin
la fábrica es así también
el eje de la rueda cuando hila
recuerda
las moléculas de acero
cuelgan sus cabezas en la
dirección en que hilan
luego son atrapadas
garang,
se echan a andar,
cuando la luz de luna se derrama
no es la pleamar lo único colmado
garang,
garang
los tornos de hilar giran
los hilos nadan
en la fábrica abandonada
("otra iglesia es imposible", trad. aurelio asiain)
Es el turno de noche en la hilandería abandonada
en la que solo hay una bombilla
y los tornos de hilar giran solos
cachán, era el sonido
de las bobinas cuando las cambiaban
el lugar fue clausurado
hace ya una década
pero el trabajo empieza cuando sale la luna
su extraña automatización
dicen que poco después de la guerra
quedó atrapado en una máquina el cabello
de una obrera que así perdió la vida,
pero este no es trabajo de fantasmas
no,
aunque esas cosas flotan en el aire
aquí en la fábrica
donde hay hábitos peculiares
lo que quiero decir
es que quedan costumbres peculiares
la anciana que aquí hiló cuarenta y cuatro años
se moja aún la punta del índice y enrolla
ni en su lecho de muerte
pudo huir de ese gesto
y así en el otro mundo ha de seguir
pues son tan infinitamente delgados esos hilos
que se introducen en el cuerpo del operario
y lo poseen
y así
desde los dedos de la obrera
el hilo de seda cruda
jalado suavemente
danza luego sin fin
la fábrica es así también
el eje de la rueda cuando hila
recuerda
las moléculas de acero
cuelgan sus cabezas en la
dirección en que hilan
luego son atrapadas
garang,
se echan a andar,
cuando la luz de luna se derrama
no es la pleamar lo único colmado
garang,
garang
los tornos de hilar giran
los hilos nadan
en la fábrica abandonada
("otra iglesia es imposible", trad. aurelio asiain)
viernes, 6 de mayo de 2016
Cesare Pavese (1908/1950 )
Paternidad
Fantasía de la mujer que baila, y del viejo
que es su padre y una vez la tuvo en la sangre
y la hizo una noche, gozando en un lecho, desnudo.
Ella se apura por llegar a tiempo para desvestirse
y allí hay otros viejos que esperan. Todos
le devoran, cuando ella salta en el baile, la fuerza
de las piernas con los ojos, pero los viejos tiemblan.
Casi desnuda está la chica. Y los jóvenes miran
con sonrisas, y alguno querría estar desnudo.
Se parecen todos a su padre los viejos entusiastas
y son todos, vacilantes, un resto de cuerpo
que ha gozado otros cuerpos. También los jóvenes un día
serán padres, y la mujer es para todos una sola.
Ha ocurrido en silencio. Una alegría profunda
invade la oscuridad delante de la joven viva.
Todos los cuerpos no son más que un cuerpo, uno solo
que se mueve clavando las miradas de todos.
Esta sangre, que recorre los miembros firmes
de la joven, es la que se hiela en los viejos;
y su padre que fuma en silencio, acalorado,
no salta, pero él ha hecho a la hija que baila.
Hay un perfume y un estallido en el cuerpo de ella
que es el mismo en el viejo, y en los viejos. En silencio
fuma el padre y espera que vuelva, vestida.
Todos esperan, jóvenes y viejos, y la miran fijo;
y cada uno, bebiendo solo, volverá a pensar en ella.
("otra iglesia es imposible", versión de j. aulicino)
Fantasía de la mujer que baila, y del viejo
que es su padre y una vez la tuvo en la sangre
y la hizo una noche, gozando en un lecho, desnudo.
Ella se apura por llegar a tiempo para desvestirse
y allí hay otros viejos que esperan. Todos
le devoran, cuando ella salta en el baile, la fuerza
de las piernas con los ojos, pero los viejos tiemblan.
Casi desnuda está la chica. Y los jóvenes miran
con sonrisas, y alguno querría estar desnudo.
Se parecen todos a su padre los viejos entusiastas
y son todos, vacilantes, un resto de cuerpo
que ha gozado otros cuerpos. También los jóvenes un día
serán padres, y la mujer es para todos una sola.
Ha ocurrido en silencio. Una alegría profunda
invade la oscuridad delante de la joven viva.
Todos los cuerpos no son más que un cuerpo, uno solo
que se mueve clavando las miradas de todos.
Esta sangre, que recorre los miembros firmes
de la joven, es la que se hiela en los viejos;
y su padre que fuma en silencio, acalorado,
no salta, pero él ha hecho a la hija que baila.
Hay un perfume y un estallido en el cuerpo de ella
que es el mismo en el viejo, y en los viejos. En silencio
fuma el padre y espera que vuelva, vestida.
Todos esperan, jóvenes y viejos, y la miran fijo;
y cada uno, bebiendo solo, volverá a pensar en ella.
("otra iglesia es imposible", versión de j. aulicino)
jueves, 5 de mayo de 2016
Luciana Reif (1990 )
La zafra
La vida durante la zafra
es una dulce y triste refracción del mundo.
Todo comienza en los cañaverales
donde hombres de lugares lejanos
desnudan el campo en un lento y precioso juguetear
con sus dedos, adultos y ásperos por el paso del tiempo
saben más que nadie como tratar a la caña,
hábiles para sacarle todos sus secretos, quedan
exhaustos después de cosecharla; el calor tucumano
se entrevera en forma de gotas que brotan de las manos
ajadas y dolidas de un peón que no ignora que ese fruto vital
concebido con sus fuerzas, será después de todo
azúcar que se derretirá en otra boca.
Peón golondrina conoce más que cualquiera el sabor
agridulce de la tierra, después de despojarla terminada
la zafra partirá a otros suelos a cosechar amargos sabores.
¿Acaso no es esta la verdadera tristeza,
la de un hombre que llega a abrazar la dulzura toda
y se desprende de ella sin apenas saborearla?
("el muchacho de los helados")
La vida durante la zafra
es una dulce y triste refracción del mundo.
Todo comienza en los cañaverales
donde hombres de lugares lejanos
desnudan el campo en un lento y precioso juguetear
con sus dedos, adultos y ásperos por el paso del tiempo
saben más que nadie como tratar a la caña,
hábiles para sacarle todos sus secretos, quedan
exhaustos después de cosecharla; el calor tucumano
se entrevera en forma de gotas que brotan de las manos
ajadas y dolidas de un peón que no ignora que ese fruto vital
concebido con sus fuerzas, será después de todo
azúcar que se derretirá en otra boca.
Peón golondrina conoce más que cualquiera el sabor
agridulce de la tierra, después de despojarla terminada
la zafra partirá a otros suelos a cosechar amargos sabores.
¿Acaso no es esta la verdadera tristeza,
la de un hombre que llega a abrazar la dulzura toda
y se desprende de ella sin apenas saborearla?
("el muchacho de los helados")
miércoles, 4 de mayo de 2016
Louise Glück (1943 )
Santas
En nuestra familia había dos santas,
Mi tía y mi abuela.
Pero sus vidas fueron distintas.
Mi abuela era tranquila, incluso al final de su vida.
Ella era como una persona andando en aguas calmadas;
Por alguna razón
El mar no se atrevía a hacerle daño.
Cuando mi tía tomó el mismo camino,
las olas rompieron contra ella, la atacaron,
que es la forma en que El Destino
le responde a quienes tienen una
verdadera naturaleza espiritual.
Mi abuela fue cuidadosa, conservadora:
de ese modo ella evitó el sufrimiento.
Mi tía no escapó de nada:
cada vez que el mar se retiraba,
alguien que ella amaba era arrastrado lejos.
Aún así, ella no experimentó
el mar como algo maligno. Para ella, era lo que era:
tan pronto tocaba la orilla se volvía violento.
("revista ping pong", trad. frank báez)
martes, 3 de mayo de 2016
César Simón (1932 )
Algo secreto
Hay en tu vida algo secreto;
es una noche en una casa,
los balcones abiertos al jardín.
En las habitaciones ya no hay nadie,
y, fuera, sólo luz lunar.
Pero el piano suena quedamente
con una melodía muy antigua,
tan antigua que nunca ha enmudecido.
Un pájaro es quien canta, hay una rosa
y hay una espina, en el balcón.
Tú eres el pájaro que canta.
Tu voz es inmortal, porque no es tuya,
y tu carne es efímera y doliente.
("rua das petras")
Hay en tu vida algo secreto;
es una noche en una casa,
los balcones abiertos al jardín.
En las habitaciones ya no hay nadie,
y, fuera, sólo luz lunar.
Pero el piano suena quedamente
con una melodía muy antigua,
tan antigua que nunca ha enmudecido.
Un pájaro es quien canta, hay una rosa
y hay una espina, en el balcón.
Tú eres el pájaro que canta.
Tu voz es inmortal, porque no es tuya,
y tu carne es efímera y doliente.
("rua das petras")
lunes, 2 de mayo de 2016
Fernando Pessoa (1888/1935 )
Poema de Ricardo Reis
No tengas nada...
No tengas nada en las manos
Ni un recuerdo en el alma,
Que cuando te pongan
en las manos el óbolo último,
al abrirte las manos
nada te caerá.
¿Qué trono quieren darte
que Átropos no te quite?
¿Qué laureles que no se mustien
en los arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te hagan
de la estatura de la sombra
qué serás cuando estés
en la noche y al final del camino?
Coge las flores pero suéltalas,
de las manos apenas las miraste.
Siéntate al sol. Abdica
y sé rey de ti mismo.
("escomberoides"sin crédito al traductor)
No tengas nada...
No tengas nada en las manos
Ni un recuerdo en el alma,
Que cuando te pongan
en las manos el óbolo último,
al abrirte las manos
nada te caerá.
¿Qué trono quieren darte
que Átropos no te quite?
¿Qué laureles que no se mustien
en los arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te hagan
de la estatura de la sombra
qué serás cuando estés
en la noche y al final del camino?
Coge las flores pero suéltalas,
de las manos apenas las miraste.
Siéntate al sol. Abdica
y sé rey de ti mismo.
("escomberoides"sin crédito al traductor)
domingo, 1 de mayo de 2016
Jaime Jaramillo Escobar (1932 )
El día es infinito
JW Goethe
Hay un animal que tiene que estar siempre con el día. Si lo
alcanza la noche, muere.
Este animal corre con el sol, para él es siempre medio día y
no conoce la oscuridad.
Le da la vuelta a la tierra con el sol; corre, vuela, nada;
está hecho así a su necesidad de luz.
Atraviesa las selvas, las montañas, los mares, siempre con
el sol.
En las islas es fácil verlo cuando pasa siguiendo al día. Va
siempre debajo del sol.
En el último eclipse se precipitó en el mar como un
paracaídas del sol. Estuvo a punto de morir.
Asimismo hay otro animal que tiene que estar siempre con la
noche. El día no le puede tocar la punta de la cola, porque muere.
Este animal va siguiendo la noche, por continentes, islas y
mares; pero no es fácil verlo. Sólo una vez estuvo a punto de ser atrapado
sobre el Océano Índico.
No conoce el día, y si por algún acaso se llegara a
encontrar con el animal que va siguiendo al día, la pelea de ambos levantaría
olas de cien metros en la mar, y trombas capaces de derribar un navío.
Cuando niño, solía yo quedarme despierto toda la noche en el
zaguán esperando que pasara este animal para verlo, pero quizás no pasaba por
mi aldea.
Yo pensaba que él comería estrellas, pues ¿quién no sabe que
las estrellas suben y bajan? Pero tal vez no se alimentara más que de
luciérnagas.
Este animal no tiene un nombre fijo porque en cada país lo
llaman de un modo distinto.
Nunca quiere salir de las tinieblas, y si el dedo de la luz
lo toca en la espalda le abre una llaga incurable.
(blog del autor)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)