martes, 31 de marzo de 2015

José Juan Tablada (1871/1945 )

El mole y la cocina mexicana

I.
La cocina de un pueblo es uno de los más poderosos factores del patriotismo. En el destierro o en la simple ausencia de la tierra natal, recordar los sabrosos manjares del terruño, es uno de los mayores tormentos... Creédmelo, la nostalgia del paladar, hace sufrir tanto como la de la naturaleza... Sólo una cosa existe en nuestra patria sobre cuya bondad todos los mexicanos estamos de acuerdo: el mole de guajolote, obra maestra de la cocina nacional...
     Por eso Maples Arce, el poeta estridentista, que cerró uno de sus ruidosos manifiestos con el inesperado grito: "¡Viva el mole de guajolote!", no arrojó los cánones estéticos a la cazuela del mole, como muchos obtusos imaginaron, sino que tocó el único punto de sensibilidad común a nuestra estirpe toda.

(La feria de la vida, Conaculta, Tercera Serie de Lecturas Mexicanas, no.22, México, 1991.)

II.
Tuve un amigo que deseaba regresar a su terruño, Veracruz, porque extrañaba las enchiladas de mole negro que le preparaba su madre.
III.
Tuve un amigo chileno que en una ocasión me invitó a un convivio en su casa. Llegué tarde y algunos invitados ya se habían retirado. Como le dije que no había comido, me informó que sólo había emparedados: me sirvió dos en un plato. Antes de probarlos le pregunté si había chiles curtidos. "Tenías que ser mexicano para pedir chile", al tiempo que me extendía una latita.
IV.
Tuve una parienta que cada vez que iba a Estados Unidos a visitar a sus hijos residentes, ella aun vivía en Dogville, en cada casa, a donde llegaba por un mes, le pedían que preparara el platillo favorito de sus hijos y nueras: chiles rellenos, enchiladas, guacamole, mole de olla, etcétera.

lunes, 30 de marzo de 2015

Pilar Alba (1974 )

Madejas


Todo es efímero, por desgracia las cosas no duran para siempre. Dice la abuela mientras va destejiendo por tercera vez un suéter, que alguna vez fue chaleco, luego bufanda y ahora será un tapete. Las madejas entre sus manos parecen ceder la hostilidad del enredo. Yo me desespero, no puedo encontrar las puntas, los nudos se me vuelven ciegos. Termino con las madejas enredadas entre las manos, en los pies, en los cabellos. Enredada, busco la forma de salir de esa maraña de hilos y colores. Cuando voy a la mesa por las tijeras, mi abuela me detiene. Búscale la forma, ¿a poco vas a rendirte? Acepto el desafío y con paciencia comienzo a buscar una punta para ir deshaciendo el capullo de estambres en el que me he envuelto. La abuela con sus manos sabias me va guiando para encontrar la salida. Entre las dos desenredamos los hilos, volvemos a hacerlos madejas. Ella comienza a tejer ahora su tapete. No todo es efímero, pienso, porque sé que para siempre me durará este recuerdo.


(inédito)

domingo, 29 de marzo de 2015

Uriel Martínez (1950 )

El juego


De Tín Marín
Señalo con el índice
Al perro. Mueve la cola.

De Do Pingüé
Señalo con el dedo
Al niño. El chico sonríe.

Cúcara Mácara
Señalo con la uña
Al gato. Me pasa la cola lenta.

Títere fue.
Con las yemas rozo
Al canario. Gorjea de gusto.

Yo no fui,
Fue Teté,
Apunto con el otro dedo
A la guacamaya. Guarda silencio.

Pégale, pégale...
Antes de terminar el juego,
La guacamaya me dice cállate ya.

sábado, 28 de marzo de 2015

Amalia Bautista (1962 )

Gula


El sabor de lo higos, su textura
limando y lubricando la lengua, el paladar,
los labios, las encías.
El líquido estallido de las uvas
entre los dientes, inundando todo.
El chocolate derretido.
El café, el vino rojo, el pan caliente.
Mi almíbar en tus labios.

Tu sal sobre los míos.


("life vest under your seat")

viernes, 27 de marzo de 2015

Blanca Varela (1926/2009 )

Tal vez en primavera


Deja que pase esta sucia estación de hollín y lágrimas
     hipócritas.
Hazte fuerte. Guarda miga sobre miga. Haz una fortaleza
     de toda la corrupción y el dolor.
Llegado el tiempo tendrás alas y un rabo fuerte de toro o
     de elefante para liquidar todas las dudas, todas las
     moscas, todas las desgracias.
Baja del árbol.
Mírate en el agua. Aprende a odiarte como a ti mismo.
Eres tú. Rudo, pelado, primero en cuatro patas, luego en
     dos, después en ninguna.
Arrástrate hasta el muro, escucha la música entre las
     piedrecitas.
Llámalas siglos, huesos, cebollas.
Da lo mismo.
Las palabras, los nombres, no tienen importancia.

Escucha la música. Sólo la música.


("blog del amasijo")

jueves, 26 de marzo de 2015

Maurizio Medo (1965 )

Alicia (la confesión de Carroll)



excucusadme si os retraté con el cucuello ajirafado
o popor retratarla fefetal en una madriguera.
tatataaanta insistencia vuestra por oír aventuras.
sois la bebelleza atroz que escuece mi coconciencia
y cuaaaando os contemplo así de ensimismado
es que aando prepreguntando de qué sueño sois origen.

esta almama mía, rudi men ta ria y aritmética vive
sola babajo esta apariencia vuvulnerable. soy cacasi
una hecatombe que caaeeeeee dentro de vuestro
edénico seendedero y contrito presiéntete la muerte
de mi mi amor.

–cortadle la cabeza– sentenció vuestra mamadre.
que no os aflija. veveo aún como dibubujabais
oníniricas estampas bogando allá en el isis.
alicia, os coconvertiste en un innnstante eterno
en mi rereloj mamás nunca os confefesé del amor
que provocó.

aunque fuere yo un humimilde tutor inmerso
en la mamatemática y la lógica,
¿seríais fe feliz siendo mi esposa? (gulp)
búsquememe en el revés de vuestro espepejo.

os espero alicia.


yo os espero.


("neorrabioso" y "letras.s5")

miércoles, 25 de marzo de 2015

Louise Glück (1943 )

Una fantasía


Voy a decirte algo: cada día
muere gente. Y eso es sólo el principio.
Cada día, nuevas viudas nacen en las funerarias,
nuevos huérfanos. Se sientan, mano sobre mano,
e intentan tomar decisiones sobre su nueva vida.
Luego van al cementerio, algunos
por vez primera. Tienen miedo de llorar,
de no llorar también. Alguien se vuelca
con ellos, les dice qué  hay que hacer:
pronunciar unas palabras,
echar algo de tierra en la tumba abierta aún…
Y después todo el mundo vuelve a casa,
y la casa se llena de visitas,
con la viuda sentada en el sofá, majestuosa,
la gente que hace cola y se aproxima:
unos cogen su mano, otros la abrazan.
Ella encuentra qué decirle a cada uno,
da las gracias, les da las gracias por haber venido.
En el fondo, quiere que se marchen.
Quiere volver al cementerio,
al cuarto del paciente, al hospital. Sabe
que no es posible. Pero es su única esperanza,
querer volver atrás. Tan sólo un poco,

no hasta su boda, no hasta el primer beso.


("de sibilas y pitias", traductor abraham gragera)

martes, 24 de marzo de 2015

María Teresa Andruetto (1954 )

Patricia Lee

Flota Patricia Lee sobre la vereda,
como un poema de Rimbaud. Es de oro la luz
y sin embargo ella sabe que puede no alumbrar.
Cuando era chica quería ser poeta. Tenía al niño
genio de la mano, pasaba con él su temporada
en el infierno. Saludaba al ojo bizco, camino
del templo a los vecinos, pensando que su palabra
no era para esa gente. Algún día volveré
y seré millones, se decía, cantaré en los estadios,
estudios, festivales, y aplaudirán los músicos
del mundo, no esta gentuza de pueblo. Cuando
era chica quería ser famosa. Más tarde quiso ser
la monja de Calcuta. No la maldita, no la artista
consumida, no la puta, sino la que llora al hermano
muerto, al marido muerto, a los amigos. Ya no hay
distancia entre los sueños y la vida. Por eso canta
en la noche en los estadios, los estudios, los rincones
de su casa. Canta Patricia Lee y mientras canta
la maldicen los bizcos y los genios, gritan camino
del templo los poetas, Volvé a tu casa, Patti,
volvé a tu casa. Pero Patti lee,
Patti Lee...


("de sibilas y pitias")

lunes, 23 de marzo de 2015

Circe Maia (1932 )

Palabras



En este cuarto me rodean muebles
que no conoces: tengo puesto ahora
este vestido que no has visto y miro
¿hacia adentro, hacia afuera? -No lo sabes.

Pero ahora y aquí y mientras viva
tiendo palabras -puentes hacia otros.
Hacia otros ojos van y no son mías
no solamente mías:
las he tomado como he tomado el agua
como tomé la leche de otro pecho.
Vinieron de otras bocas
y aprenderlas fue un modo
de aprender a pisar, a sostenerse.

No es fácil, sin embargo.
Maderas frágiles, fibras delicadas
ya pronto crujen, ceden.
Duro oficio apoyarse sin quebrarlas

y caminar por invisible puente.


("marcelo leites")

domingo, 22 de marzo de 2015

Uriel Martínez (1950 )

Paredes


Sé que no vendrás porque
no te espero; sé que más temprano
que tarde caerá la noche.
Y aunque no sabes en qué hotel
me alojo, es un sitio rotulado
"no hay vacantes, reservaciones agotadas"
Sabes que la ciudad es grande
e inhóspita como aquellas noches
que nunca la habitaste.
Sabes también que en sus avenidas
me desoriento cuando no llegas
cuando no llamas cuando no oigo tus latidos.
Pero aún así me anclo a sus
anuncios de neón, a sus solares
de fiesta y a sus tardes de lluvia.
Y aunque un día renuncié a su música
estruendosa, a sus risas cariadas
y a sus mingitorios anónimos, en sus paredes
escribo todavía tu nombre.


Cd. de México, julio 2013

sábado, 21 de marzo de 2015

Enrique Lihn (1929/1988 )

Gallo

Este gallo que viene de tan lejos en su canto,
iluminado por el primero de los rayos del sol;
este rey que se plasma en mi ventana con su corona viva, odiosamente,
no pregunta ni responde, grita en la Sala del Banquete
como si no existieran sus invitados, las gárgolas
y estuviera más solo que su grito.

Grita de piedra, de antigüedad, de nada,
lucha contra mi sueño pero ignora que lucha;
sus esposas no cuentan para él ni el maíz que en la tarde lo hará besar el polvo.
Se limita a aullar como un hereje en la hoguera de sus plumas.
Y es el cuerno gigante
que sopla la negrura al caer al infierno.


("ómnibus")

viernes, 20 de marzo de 2015

Eduardo Chirinos (1960 )

Fragmentos de una alabanza inconclusa


Debe haber un poema que hable de ti,
un poema que habite algún espacio donde pueda hablarte sin
cerrar los ojos,
sin llegar necesariamente a la tristeza. Debe haber un poema que hable de ti y de mi.
Un poema intenso, como el mar,
azul y reposado en las mañanas, oscuro y erizado por las noches
irrespetuoso en el orden de las cosas, como el mar
que cobija a los peces y cobija también a las estrellas.
Deseo para ti el sencillo equilibrio del mar, su profundidad y su
silencio, su inmensidad y su belleza.

Para ti un poema transparente, sin palabras difíciles que no
puedas entender,
un poema silencioso que recuerdes sin esfuerzo
y sea tierno y frágil como la flor que no me atreví a enredar
alguna vez en tu cabello.
Pero qué difícil es la flor si apenas la separamos del tallo dura
apenas unas horas,
qué difícil es el mar si apenas le tocamos se marcha lentamente
y vuelve al rato con inesperada furia.
No, no quiero eso para ti.
Quiero un poema que golpee tu almohada en horas de la noche,
un poema donde pueda hallarte dormida, sin memoria,
sin pasado posible que te altere.

Desde que te conozco voy en busca de ese poema,
ya es de noche. Los relojes se detienen cansados en su marcha,
la música se suspende en un hilo donde cuelga tristemente tu
recuerdo.

Ahora pienso en ti y pienso que después de todo conocerte no ha sido tan difícil como escribir este poema



("life vest under your seat")

jueves, 19 de marzo de 2015

Ana Ajmátova (1889/1966 )

A la muerte


Vendrás de todos modos. ¿Por qué no ahora?
Cuánto he esperado. Vienen los malos tiempos.
He apagado la luz y abierto la puerta
para ti, porque eres mágica y sencilla.
Asume, por tanto, la forma que más te plazca,
apunta y dispárame un tiro envenenado,
o estrangúlame como un eficiente asesino,
o bien inféctame —el tifo sería mi suerte—,
o irrumpe del cuento de hadas que escribiste,
aquél que estamos cansados de oír día y noche,
en el que los guardias azules trepan las escaleras
guiados por el conserje, pálido de miedo.
Todo me da lo mismo. El Yenisei se arremolina,
la Estrella del Norte cintila como cintilará siempre,
y el destello azul de los ojos de mi amado

está oscurecido por el horror final.


("festival internacional de poesía de buenos aires", s/c al traductor/a)

miércoles, 18 de marzo de 2015

Miriam Reyes (1974 )

Eventualmente paso días enteros sangrando


Eventualmente paso días enteros sangrando
(por negarme a ser madre).
El vientre vacío sangra
exagerado e implacable como una mujer enamorada.

Si los hijos no salieran nunca
del cuerpo de sus madres
juro que tendría uno ahora mismo,
para sentirlo crecer dentro de mí
hasta poseerme como en una sesión espiritista
o como si mi bebé y yo
fuéramos muñecas rusas
una llena de la otra
mamá llena de bebé.

También tendría un hijo
si ellos siempre fueran bebés
y pudiera sostenerlo en mis brazos por encima de la realidad
para que mi niño nunca pusiera los pies en la tierra.

Pero ellos llegan a ser
tan viejos como uno.

No alimentaré a nadie con mi cuerpo
para que viva este suicidio en cuotas que vivo yo.

Por eso sangro y tengo cólicos
y me aprieto este vientre vacío
y trago pastillas hasta dormirme y olvidar

que me desangro en mi negación.


("emma gunst")

martes, 17 de marzo de 2015

Sharon Olds (1942 )

Estación


Al volver del muelle después de escribir,
me acerqué a la casa,
y vi tu cara noble y alargada
a la luz de la lámpara con pantalla de pergamino
del color de la llama.

Tu mano elegante en la barba. Tus ojos
afilados me descubrieron en el césped. Miraste
como el lord mira hacia abajo desde una ventana angosta
y tú desciendes de los lores. Con calma, sin un
dejo de timidez, me examinaste,
la esposa que se escapa a escribir al muelle
ni bien uno de los niños se va a la cama,
y deja el otro a tu cargo.

                                                         Tu boca
fina, flexible como el arco de un arquero,
no se curvó. Nos pasamos un largo rato
en la verdad de nuestra situación, los poemas

pesados como presas de una caza furtiva colgando de mis manos.


("el poeta ocasional", traductores inés garland e ignacio di tullio)

lunes, 16 de marzo de 2015

Alejandro Nicotra (1931 )

Cena



Como el año deriva al invierno
se vuelca el día a la noche.
Tengo junto a la lámpara
la fruta, el pan, un vado de buen
vino:
el viejo valle
condensado en la mesa.
Pero en nombre de quién bendecir esta vianda
y cómo ofrecer a nadie un lugar
y compartirla.

Sólo la noche cena conmigo.


("marcelo leites")

domingo, 15 de marzo de 2015

César Moro (1903/1956 )

Visión de pianos apolillados cayendo en ruinas


El incesto representado por un señor de levita

Recibe las felicitaciones del viento caliente del incesto

Una rosa fatigada soporta un cadáver de pájaro

Pájaro de plomo dónde tienes el cesto del canto

Y las provisiones para tu cría de serpientes de reloj

Cuando acabes de estar muerto serás una brújula borracha

Un cabestro sobre el lecho esperando un caballero moribundo

de las islas del Pacífico que navega en una tortuga musical

divina y cretina

Serás un mausoleo a las víctimas de la peste o un equilibrio

pasajero entre dos trenes que chocan

Mientras la plaza se llena de humo y de paja y llueve algodón

arroz agua cebollas y vestigios de alta arqueología

Una sartén dorada con un retrato de mi madre

Un banco de césped con tres estatuas de carbón

Ocho cuartillas de papel manuscritas en alemán

Algunos días de la semana en cartón con la nariz azul

Pelos de barba de diferentes presidentes de la república del Perú

clavándose como flechas de piedra en la calzada y

produciendo un patriotismo violento en los enfermos de la vejiga

Serás un volcán minúsculo más bello que tres perros sedientos

haciéndose reverencias y recomendaciones sobre la manera


de hacer crecer el trigo en pianos fuera de uso.


("el hombre aproximativo", s/c al/la traductor)

sábado, 14 de marzo de 2015

Franco Fortini (1917/1994 )

La partida

Te reconozco, antigua mordedura, volverás
muchas veces, y luego, la última.

He recogido mi fajo de hojas,
preparado la carpeta con mis apuntes,
recordado quién no soy, quién soy,
el esquema del trabajo que no haré.
He saludado a mi mujer que respira
en el sueño siempre la vida pasada,
el dolor que apenas le he adormilado
con imperfecta, piadosa de sí, aterrada ternura.
He escrito algunas cartas a amigos
que no me perdonan y que no perdono.
Y ahora, a punto de dormir,
un dolor terrible me muerde
como hace mil años, cuando era niño
y lo llamaba Dios, y Dios es esta
aguja del mundo en mí.

Dentro de un rato, a la hora en que el aire humea
desde los patios, aún de noche, y sobre la ciudad
la brisa revuelve los plátanos, bajaré por el camino
hacia la estación de donde salen los trabajadores.
Contra ese río triste, de pechos vivo,
a través de la cambiante esperanza
que se ignora y resiste,
iré hacia mi tren.


("otra iglesia es imposible", versión de j. aulicino)

viernes, 13 de marzo de 2015

Agustín de Foxá (1906/1959 )

Poema del tedio del mundo actual



Pronto no habrá ni una ciudad Sagrada.
Ni un oasis imprevisto,
con uvas y sandías
para la sed; ni una sola isla
con espumas y sangre,
de focas y gaviotas
para un náufrago…
Ni un príncipe de luto
afilará su daga entre los velos,
el vientre y el ombligo adolescente
de alguna favorita; no habrá nada
sino máquina y número.
Número y máquina.
Número, eternamente… repetido…
Se lotearán los bosques.
Se venderán las islas.
¿Quién asfaltará Asia…?
¿Quién pondrá un puesto
de gasolina entre las campanillas
azules y sonoras
de la Pagoda del tejado verde
y puntas levantadas…?
Se ha muerto
la fantasía y el mundo… y nada.
Se ha decretado el tedio.
El hombre-infierno sin infierno o cielo,
humo en pobre chaqueta.
Naciendo y almorzando.
Reproduciéndose
entre panales de cemento…
Muriendo sin saber.
Nicho y cuna
y en medio
unas horas de cine o de teléfono.
Escuadras de ataúdes
hacia la nada…
Ni un Dios, desnudo, arriba
Incendiando los sueños.
Ni un Rey. ¿Dónde el Profeta
apoyado en el hígado
de la ballena allí profetizando
iluminando al agua…?
aeródromos, y tenis, y aeródromos
endureciendo
la bella superficie de la tierra.
Como esa carne de las cicatrices
que no toma color, y es fría y rígida

carne.


("cómo cantaba mayo en la noche")

jueves, 12 de marzo de 2015

Adalber Salas Hernández (1987 )

XXI

(Cadáveres para Nés­tor Per­longher)

Hay cadáveres con y sin ros­tro, con y sin
miem­bros, con y sin ataúd, y aunque dicen recono­cerse
como iguales, no han logrado resolver aún sus ren­cil­las,
for­mar una república inde­pen­di­ente de ultra­tumba,
ni tan siquiera sindicalizarse.

Hay cadáveres que cavan túne­les para escapar
hacia el otro lado del plan­eta, hacia
una nueva vida –o al menos una muerte más prometedora.

Hay cadáveres que sólo pueden cam­i­nar
de espal­das, con pasos tími­dos, como quien
se pone tacones por primera vez.

Hay cadáveres que, orgul­losos, siguen votando en
sus países de ori­gen; algunos incluso han lle­gado
a vestir la banda presidencial.

Hay cadáveres que fueron lan­za­dos al mar
para que sólo el agua recor­dara sus nom­bres
(pero no fue así).

Hay cadáveres que pade­cen de anorexia
porque nadie habla de ellos.

Hay cadáveres que insis­ten en grabar sus ros­tros
sobre pare­des, cortezas de árboles,
sudar­ios: self­ies milagrosos.

Hay cadáveres que pactan con los gusanos
que los devo­ran; con ellos fun­dan una nación
sub­ter­ránea, un pequeño país en descomposición.

Hay cadáveres que dejaron sus retratos
en pala­cios, min­is­te­rios y cuar­te­les, creyendo
que podrían espi­arnos desde ellos
(pero no fue así).

Hay cadáveres que lle­garon pun­tuales
al olvido, pero impun­tuales a la muerte.

Hay cadáveres que están a punto de ser echa­dos
del pan­teón nacional –hace décadas que no pagan
con haz­a­ñas la renta.

Hay cadáveres que por nada del mundo se qui­tan
el uni­forme, las insignias, las
medal­las, con­ven­ci­dos de una inmi­nente
res­ur­rec­ción de la carne (pero no es así).

Hay cadáveres que regre­san porque la inmor­tal­i­dad
que imag­i­namos para ellos está mal amoblada, las
lám­paras no encien­den y siem­pre se cae la señal del wi-fi.

Hay cadáveres que no pueden hablar de estadís­ti­cas,
números, desapari­ciones, porque se les traba
la lengua. Aún esperan la opor­tu­nidad
de tes­ti­ficar con­tra los vivos.


("crítica")

miércoles, 11 de marzo de 2015

Raúl Artola (1947 )

Un cuadro


Dao rojo fuego

Uno mira el cuadro
se conmueve, lo comenta
y dice: esta mujer es feliz
no pueden faltarle hombre,
mujer, vecinos, hijos
que la amen.
Uno mira el cuadro
y le dan ganas de llorar
por uno mismo.
Después nos enteramos
que la autora ha pasado
malos tiempos:
estuvo internada
toma barbitúricos

y nadie la cuida.


("otra iglesia es imposible")

martes, 10 de marzo de 2015

María Teresa Andruetto (1954 )

Autorretrato ante el caballete


1.
Esto es lo que queda
de un hombre que se muere:
un pincel y la mano agrietada
que sostiene el pardo, el rojo,
el amarillo... la mano que va,
que se desvela, desde el charco
de luz hacia la tela.

2.
Lenta la pincelada oscura,
el hijo del molinero
tantea con ojos ciegos
la espesura
hasta dar con la luz.

3.
Este rostro ya estaba
debajo de la tela, estaba y carcomía
con su podredumbre el retrato del joven
con gorguera. Bajo las arrugas y los ojos
desteñidos están los ojos arrogantes
de otro tiempo, pero ni el otro ni éste
son grandes, a todos los ha herido
esta luz: ya nada es menos,
hasta lo más miserable
tiene su destello.

4.
No es la pieza oscura donde pinta,
ni la pobreza que trajo la desnuda forma.
ni la luz que cae sobre la gorra,
ni el pelo desprolijo, ni la barba,
tampoco el cuerpo vencido,
ni el olor rancio del encierro.
Son los ojos que no encuentran
a Saskia, a Hendrickje, al bienamado Tito;
los ojos que se han vuelto
hacia un lugar de nada,
hacia el vacío.

5.
Otros buscarán la nota pura,
la imagen que persiste, la tersura,
como buscan sus ojos en la tela

(es la mirada lo que abruma,
lo que desvela)

6.
También yo persigo una palabra
oscura en los retratos de Saskia,
en la ternura de Hendrickje, en la viva
luz de Tito, y el aire de bondad,
la carnadura de un hombre

que se deshizo.


("otra iglesia es imposible")

lunes, 9 de marzo de 2015

Héctor Carreto (1953 )

La catedral

En la Catedral de México
cada Cristo , cada mártir
aferrado a su altar observa,
en silencio, la caída de la noche,
marinero hincado
sobre la cubierta
de su navío perdido.

Y se hunde el arca
preñada de coronas, cruces,
la custodia, un ca´liz
y la espada encendida de San Miguel
en las entrañas paganas.

Y las pálidas vírgenes se contorsionan
mirando hacia las cúpulas
mientras la cera resbala
por el manto de reflejos.

Y la respiración se dificulta,
la respiración se atrofia
en los tubos de plata,
en los corredores de los órganos.

Y qué remedio,
la Catedral se hunde
llevándose a la Ciudad de Dios
a un país sin estrellas.


("poesía portátil 1979-2006", unam, 2009)

domingo, 8 de marzo de 2015

Enrique Solinas (1969 )

Río de la memoria


Con el padre íbamos a pescar al rio,
eran tiempos lejanos y violentos,
como ya sabrás.
Los peces desaparecían y nadie
era capaz de preguntar por ellos.
Yo prefería bañarme en el rio,
que el rio me abrace, me atraviese,
entrar en su cuerpo, con la certeza
de que nadie se baña dos veces
en las mismas aguas.
El padre pescaba y luego,
devolvía al rio sus peces.
“Cada cosa en su lugar”,
decía el padre,
“lo que viene del agua,
al agua debe ir”.
Con el padre íbamos a pescar al rio,
había peces de colores diversos,
como ya sabrás.
Yo tenía siete años y me creía pez,
compartía con ellos
un ritual incomprensible.
Había uno que siempre aparecía
y tenía el color de la esperanza.
Había uno que siempre se mostraba
y de repente desapareció.
Lo buscamos por toda la eternidad,
lo buscamos, lo buscamos
a lo largo y a lo ancho del río.
Nadie quiso decir en dónde estaba.
Nadie pudo explicar
adónde van
los peces cuando mueren.
Y todavía hoy,
que ha pasado el tiempo,
cierro los ojos y recuerdo,
y me sumerjo en las aguas,
otra vez.
Viene hacia mí de nuevo
el pez de la esperanza.
Voy de nuevo hacia él,
como la única verdad posible.


("el poeta ocasional")

sábado, 7 de marzo de 2015

Charles Simic (1938 )

La historia es un libro de recetas. Los tiranos son los chefs. Los
filósofos redactan las cartas. Los curas hacen de camareros.
Los gorilas son gente del ejército. Los cantos que oyes son los
poetas lavando los platos en la cocina.


("rima interna", martín lópez-vega)

viernes, 6 de marzo de 2015

Mascha Kaléko (1907/1975 )

El célebre sentimiento


Cuando morí por vez primera
–aún sé cómo ocurrió–,
morí en silencio y fue del todo,
pasó en Hamburgo, el mes de abril,
y yo tenía dieciocho.
Cuando morí por vez segunda
la muerte me hizo daño.
Yo te dejé bien poca cosa:
el corazón batiendo en tu portón,
sobre la nieve huellas rojas.
Pero al morir por vez tercera
no me dolió ya tanto.
Tan cotidiana como el pan
y los vestidos fue la muerte.
Ya no me muero más.


 ("muro de enrique solinas", trad, inmaculada moreno h.)

jueves, 5 de marzo de 2015

Alfredo Veiravé (1928/1991 )

Madame Bovary


Emma te equivocaste
cuando saliste de tu casa en un carruaje con grandes
ruedas que corrían hacia atrás como en las películas
[del Oeste
porque tu soledad era algo que debía ser solamente tuya
y porque era fatal que
nadie te comprendiera en ese pueblo de provincias
ni siquiera tu marido
el pobre hombre gris herido de amor.
Bueno, no me hables ahora de tus taquicardias
o de los vestidos con enaguas y encajes
déjame explicarte
que me conduelo solamente
porque te perseguían furiosamente
los vecinos ineptos en el juego
de tu corazón virgen
y tu siglo era un cambio
lentamente mirado a través de las celosías
de la villa
más bien ponte el anillo o los collares de los hippies
y piensa en Carnaby Street en cómo lograr la infidelidad
sin que tengas que recurrir a tu conciencia
de pobre muchacha provinciana
Yo pienso que buscabas saber solamente
cómo te desnudarían los otros
y estos otros cretinos te traicionaron
                                                  Emma
Dame la mano y no llores más
quédate en silencio
y escuchemos juntos estos discos de los Beatles.


("emma gunst")

miércoles, 4 de marzo de 2015

Roberto Menéndez (1962 )

 Odio al arquitecto

Siento un odio brutal por las cornisas,
que son como sirenas
mostrándome el poder de los abismos.
Por las piedras, los muros
y sus rectas paredes de ladrillos.
Por el opaco y frío
blanco de los mármoles
sin grietas ni fisuras.
Por la fragilidad de silicona
que cierra las salidas.

Odio el pálido gris del hormigón
tan parecido al de los cráneos,
la falsedad
con que miente el cemento en sus comienzos,
la del cristal sellado y sin pestillos
que muestra el paraíso al prisionero.

Odio el adobe hecho de barro como el hombre
y al dios que se lo inventa.
Odio la pulcritud del arquitecto
que construye prisiones en el aire.


("apología de la luz")

martes, 3 de marzo de 2015

Felipe Benítez Reyes (1960 )

La bala de plata


Es la última. Las demás las he ido regalando
a tipos como yo. Una leyenda
he mandado grabar a su través:
“Soy dueña de una vida”.
Mis familiares piensan que es sólo un amuleto.


Algún día, esa cosa minúscula
sabría acabar con todo. Y es curioso
que algo tan insignificante

me pueda trasladar a los infiernos.


("neorrabioso" y "rua das petras")

lunes, 2 de marzo de 2015

Luis Rosales (1910/1992 )

Porque todo es igual y tú lo sabes


Porque todo es igual y tú lo sabes,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta
con aquel mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.
Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz, para volver a comprobar
que todas las cosas están exactamente colocadas, como estarán dentro de un año,
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.

Has llegado a tu casa,
y ahora querrías saber para qué sirve estar sentado,
para qué sirve estar sentado igual que un náufrago
entre tus pobres cosas cotidianas.
Sí, ahora quisiera yo saber
para qué sirven el gabinete nómada y el hogar que jamás se ha encendido,
y el Belén de Granda
– el Belén que fue niño cuando nosotros todavía nos dormíamos cantando –
y para qué puede servir esta palabra: ahora
esta palabra misma “ahora”,
cuando empieza la nieve,
cuando nace la nieve,
cuando crece la nieve en una vida que quizás está siendo la mía,
en una vida que no tiene memoria perdurable,
que no tiene mañana,
que no conoce apenas si era clavel, si era rosa,
si fue azucenamente hacia la tarde.

Sí, ahora
me gustaría saber para qué sirve este silencio que me rodea,
este silencio que es como un luto de hombres solos,
este silencio que yo tengo,
este silencio
que cuando Dios lo quiere se nos cansa en el cuerpo,
se nos lleva,
se nos duerme a morir,
porque todo es igual y tú lo sabes.



("life vest under your seat")

domingo, 1 de marzo de 2015

Uriel Martínez (1950 )

Nota roja


Dime que no eres tú
quien ocupó esta mañana
las ocho columnas de nota roja

Dime que no te hallaron
con la garganta irritada
de un tajo y las canillas distantes

Dime que no llevabas
tres días y tres noches
como pasto de ratas tejones y auras

Dime que tu cuerpo esperó
la llegada de la Cruz Verde
para el traslado al forense

Dime que ahí, sobre la plancha
de cemento, esperaste la llegada
de pasantes de medicina

Dime que ni el serrote,
ni las cuchillas melladas
vulneraron tripas y demás

Pero si callas, si el eco
del eco se niega a salir
de tu aliento, interpretaré
el silencio, no diré más.