domingo, 30 de noviembre de 2014

José Watanabe (1945/2007 )

El kimono


Mi padre y mi madre eran sombras dispares
que ahora, muertas, acaso se encuentran más.
Yo recuerdo: él le regaló un kimono
y ella lloró en silencio
porque una gracia así
no concordaba
con su amor tan austero.

En la espalda del kimono
saltaba un salmón rojo.
Sobre los hombros de mi madre, el pez
parecía subir por la cascada de sus cabellos,
hermosísimos y azulados cabellos
de mestiza:
Una bella imagen que ella no podía ver.

Dígasela usted, padre,

para que deje de llorar.



(fuente: "griselda garcía")

sábado, 29 de noviembre de 2014

Hilario Barrero (1946 )

Tres haikus paganos

Gimnasio I

             Nieve en la acera,
    arden tras las ventanas
cuerpos gloriosos.


Gimnasio II

            Desnudo el torso
       sebastianes clavados
en cruz de hierro.


Minero

                  Estoy buscando
     diamantes en el bosque
de tu entrepierna.


(fuente: tinta china, noventa y nueve haikus, cylea ediciones, col. cuadernos de salima, segovia, 2014)

viernes, 28 de noviembre de 2014

June Jordan (1936/2002 )

Poema para mi amor


Cómo llegamos a estar una junto a la otra
en la noche
Dónde están las estrellas que nos hacen inevitables
a nuestro amor
Afuera las hojas se encienden en la oscuridad
y la lluvia
cae fría y bendita en la carne sagrada
los hombres negros esperando en la esquina
un espejismo femenino
La paz es un asombro para mí
Es esta posibilidad de vos
dormida

y respirando en el aire quieto


(fuente: "hasta donde llega la voz", versión: tom maver)

jueves, 27 de noviembre de 2014

Louise Glück (1943 )

Una vez creí en vos...


Una vez creí en vos; planté una higuera.
Aquí, en Vermont, el país
del no verano. Era una prueba, si el árbol vivía,
significaba que vos existías.

Por esta lógica, vos no existís. O existís
únicamente en climas más cálidos,
en la ardiente Sicilia y Méjico y California
donde crecen los inconcebibles
damascos y delicados duraznos. Quizá
ellos vean tu rostro en Sicilia, aquí apenas vemos
el dobladillo de tus prendas. Debo organizarme
para compartir con John y Noah la cosecha del tomate.

Si hay justicia en algún otro mundo, aquellos
como yo, a los que la naturaleza fuerza
a vidas de abstinencia, deberían
obtener la mejor parte de todo, todos
objetos del hambre, la avaricia
de alabarte. Y nadie alaba
más intensamente que yo, con
un doloroso deseo más documentado que yo, o nadie
se merece sentarse a tu derecha, si existe, compartiendo
lo perecedero, la higuera inmortal,
que no viaja.



(fuente: "otra iglesia es imposible",versión: Marina Kohon)

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Pablo Fuentes (1960 )

Doble exposición


No preguntéscómo vine.
Estoyaquí, detrástuyo,
caminandosiempre.
Preguntásigualcómo vine.
No vengo, estoy.
Tesorprende lo mismoverme
delotrolado de la mesa,
aveces con turopa.
Así soy,
nopreguntésporqué.

Soñásconmigo,
es inevitable, pero no me recordás
sinoquetenés la sensación
deestar solo dentrotuyo
perotambiénestoyyo.
Me preguntásporqué, tedigo:
hayotrahabitación u otracara,
sobretodo, otravoz.
Y teasombrás, ¿pero de qué?,
quizás de mi sombra, queterecibe.

Lo sabés, uno se mueve
através de cosasolvidadas,
derecuerdos de otros.
No se teocurrapreguntar
qué forma de locuraesésta,
yo solo visitolugaresinexistentes,
cantocancionesque no sé,
bebo de tutaza,
meencuentro con restos de conversaciones,
palabrassalvajes.

¿Quéesesto? preguntás,
yo no sé, lasfrases son siempre
dichaspornadie,
solopuedoverimágenes en el silencio,
paisajes en un vaso, ciudades en el viento,
infinidad de pasillos en tusojos: esees mi poder.
Así y todo, es mi propiocuerpo
elqueteduele.
Estupropiavoz

laque me calla.


(fuente: "la biblioteca de marcelo leites")

martes, 25 de noviembre de 2014

Gloria Fuertes (1917/1998 )

Cuando un árbol gigante...


Cuando un árbol gigante se suicida,
harto de estar ya seco y no dar pájaros,
sin esperar al hombre que le tale,
sin esperar al viento,
lanza su última música sin hojas
-sinfónica explosión donde hubo nidos-,
crujen todos sus huecos de madera,
caen dos gotas de savia todavía
cuando estalla su tallo por el aire,
ruedan sus toneladas por el monte,
lloran los lobos y los ciervos tiemblan,
van a su encuentro las ardillas todas,

presintiendo que es algo de belleza que muere.


(fuente: "emma gunst")

lunes, 24 de noviembre de 2014

Ramón Gómez de la Serna (1888/1963 )

Abanicos


Hay que enterrar a las viejas con un gran abanico para el verano.¡Cómo lo buscaron a su alrededor! Lo querían tener en la mano, lo necesitaron, tantearon con su mano huesuda alrededor, como cuando lo dejaban a su lado en la habitación obscurecida del verano.


(fuente: Los muertos, las muertas, edición Gobierno del Estado de Veracruz, México, 2002)

domingo, 23 de noviembre de 2014

Uriel Martínez (1950 )

El buen fin. II

Era tan insegur@ que la partera anunció la llegada de un@ hermafrodita.

Era tan pobre y conflictivo que sus exnovias Jennifer, Roxy, Thèrese y Susana se cooperaron para regalarle una muñeca Barby inflable/desinflable.

Era tan pobre que en invierno procuraba los escasos rayos de sol para calentarse el chocho.

Era tan pobre que cuando quiso pedirle un trenecito a Santa Claus le recomendaron no hacerlo porque, le precisaron, Él sólo leía el nórdico.

Era tan tímido que conoció a Emma Bovary después de muerta.

Era tan pobre que cuando conoció el mar buscó en su cuerpo branquias.

Era tan pobre que cuando los cristeros lo colgaron de una ceiba, tardó semanas en morir por falta de peso.

Era tan tímido que cuando le pedían su autógrafo, escribía con la mano equivocada.

Era tan pobre que en las noches de luna nueva decía llamarse "Pepe El Toro".

Esos que andan por los tapancos de la noche como gato espinado ya no son de aquí. Pero no lo saben.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Federico Díaz-Granados (1974 )

La casa del viento




Busco mis muertos diluídos por el tiempo,
solitarios que deambulan por mi casa, por mi vida
vistiendo un viejo musgo.
Busco mis muertos que desterrados olvidan las palabras
a esta hora en que desciende la nostalgia
para viajar por las venas de la memoria.

Son estos mis muertos que habitan la casa del viento
esos mismos que juegan en las fotos con algunos personajes,
que hoy conversan con las raíces de los árboles
e indagan por la memoria de la tierra.

Ya mi vida no es un parque de diversiones,
a las máquinas enmohecidas bajo la potestad del viento
les ha crecido hojarasca.
Mi corazón parece un hospital
que recibe heridos en su sala de urgencias
y los amigos que han zarpado
siguen dando vueltas en el inmenso carrusel
con los desaparecidos que caen sin vértigo de la montaña rusa.
Cómo se parecen tus huesos a los sueños en esa casa del viento
en el hangar donde
reparan algunos payasos y maromeros mutilados
en esa casa que cada día se parece más a esa otra demolición
que es mi vida.


(fuente: "rua das petras")

viernes, 21 de noviembre de 2014

Fabio Morábito (1955 )


Mudanza

A fuerza de mudarme
he aprendido a no pegar
los muebles a los muros,
a no clavar muy hondo,
a atornillar sólo lo justo.
He aprendido a respetar las huellas
de los viejos inquilinos:
un clavo, una moldura,
una pequeña ménsula,
que dejo en su lugar
aunque me estorben.
Algunas manchas las heredo
sin limpiarlas,
entro en la nueva casa
tratando de entender,
es más,
viendo por dónde habré de irme.
Dejo que la mudanza
se disuelva como una fiebre,
como una costra que se cae,
no quiero hacer ruido.
Porque los viejos inquilinos
nunca mueren.
Cuando nos vamos,
cuando dejamos otra vez
los muros como los tuvimos,
siempre queda algún clavo de ellos
en un rincón
o un estropicio
que no supimos resolver.


(fuente: "otra iglesia es imposible")

jueves, 20 de noviembre de 2014

César Moro (1903/1956 )

El mundo ilustrado



Igual que tu ventana que no existe
Como una sombra de mano en un instrumento fantasma
Igual que las venas y el recorrido intenso de tu sangre
Con la misma igualdad con la continuidad preciosa que me asegura
idealmente tu existencia
A una distancia
A la distancia
A pesar de la distancia
Con tu frente y tu rostro
Y toda tu presencia sin cerrar los ojos
Y el paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no era no podía
ser sino el reflejo inútil de tu presencia de hecatombe
Para mejor mojar las plumas de las aves
Cae esta lluvia de muy alto
Y me encierra dentro de ti a mí solo
Dentro y lejos de ti

Como un camino que se pierde en otro continente


(fuente: "la biblioteca de marcelo leites")

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Luis Muñoz (1966 )

Culatra


De regreso a la isla de Culatra, en Portugal,
en el breve trayecto en barco,
el pelo se le abría con el viento
como hojas de palma.

Toda la luz se oía
igual que el merodeo de las olas
dentro de él.

El vello de la nuca
era a la vez un camino de espigas delicado
y un resto primitivo de descendiente del mono.
Sus encías, todo frescura
y animalidad.

En un omóplato,
la rosa de una herida le brillaba
con un dolor agudo que viajase por dentro.

La vida de la tarde,
ese asentamiento que va muy poco a poco,
de fruta, de pescado, de sal,
que se deja querer,
pero que sobre todo mira
y en la contemplación
hace que encaje cada pieza del mundo,
era un color dorado y verde.

Las calles de Culatra
son de arena con base de cemento.
Ni siquiera dibujan
sino que siguen solas por debajo
de un pálido amarillo recorriendo la isla.

Algo no se ha movido
por que este movimiento siga.
Un eje dulce,
que cuando sacan sillas a la calle,
al remendar las redes,
al reponer las latas de la tienda
y preparar café bajo un chamizo blanco
se ha mantenido igual.

Cuando la muerte asome
todo estará en un ciclo que termina
y empieza,
como pausa hasta un salto,
como cara del sol para la sombra.

Cuando el amor apriete
su mandíbula tendrá también
el resto de las cosas
y el hilo de la gana
irá desde el calor de las esteras
a las pequeñas barcas desguazadas del puerto,
a las lenguas del mar y al calambre de peces

día sí y día sí.


(fuente: revista arquitrave en línea)

martes, 18 de noviembre de 2014

Jana Putrle Srdic (1975 )

Lentitud del invierno


Todo te pasa con un lapso de retraso:

un verso una y otra vez.

Mil veces el mismo gesto, el cuchillo sobre las patatas,

la mano a través del cuerpo.

Haces girar la rueda y mueves los engranajes.

Nada en especial, contemplas fijamente

el cristal de tu mesa, escuchas la respiración

del perro.

A menudo, las cosas sólo son.

Ella dice adiós con la mano

cuando pasas,

los coches avanzan con luz verde

y se detienen con luz roja.

Todo está por venir o ha pasado ya:

amor, soledad, trabajo.

Y todo es bueno para algo,

incluso este maldito frío

que matará a todas las garrapatas.


(fuente: "rima interna", versión de martín lópez-vega)

lunes, 17 de noviembre de 2014

Ana Blandiana (1942 )

Sin saber

                          


Evidentemente no me parezco
a ninguno de esos hilanderos de palabras
que se hacen los trajes y las carreras de ganchillo,
las glorias, los orgullos,
aunque me muevo entre ellos
y ellos miran mis palabras como si fueran jerseis,
"-¡Qué bien vestida vas!", me dicen.
"-¡Qué bien te queda el poema!",
sin saber
que los poemas no son mis vestidos,
sino el esqueleto
extraído con dolor
y colocado encima de la carne como un caparazón,
siguiendo el ejemplo de las tortugas
que así sobreviven
largos e infelices

siglos.


(fuente: "emma gunst"; traducción de r. pisot y j.v. piqueras)

domingo, 16 de noviembre de 2014

Javier Acosta (1967 )

No deberías callar


Sabes que deberías callar
porque tienes la dura obligación de procurar
que florezca la rosa en tu poema -y eso ya es bastante

Sabes que deberías callar
y consagrarte a la sincera
o inútil sobriedad de la poesía -y eso es ya bastante

Porque no puedes encontrar a los niños perdidos
porque no puedes revivir
a los que buscan a sus hijos todo el día

No deberías callar
aunque un poema sirva nada más
para aprender a distinguir lo vivo de lo muerto
-y eso es ya bastante

No deberías callar joven que escribes
sólo para que sepas bien si estás vivo o difunto
y eso es ya bastante -para no callar


Inédito



sábado, 15 de noviembre de 2014

Gonzalo Rojas (1917/ 2011)

Cuerdas inmóviles


En primer lugar no pongan flores encima, pongan aire,
aire fresco, a ver si esa transparencia ayuda al ocioso
que ya no duerme ahí y sin embargo duerme
vestido con ese traje que en 3 meses más será pura desnudez,
puro caballo sin hueso corriendo en ninguna dirección,
y además no lloren, ¿qué sacan con llorar?,
¿con ser qué sacan?, el resurrecto es otra cosa
y ahí va remando despacito.


(fuente: "apología de la luz")

viernes, 14 de noviembre de 2014

Lina Zerón (1959 )

Cortesana

Soy la mujer que duerme en la jaula con los leones
al ponerse el sol.
Carne cruda como de sus pestilentes fauces
lamo sus recovecos denigrantes
y sin importarles,
prueban cada mes mi sangre.

Me he dejado ultrajar por conveniencia,
soy mansa por  una retribución.
Abro  mis posiciones
para conseguir podigios mayores,
mejores pagas.

Todas las noches meto al sol en mi cama
y caliento deshilachados cuerpos.
A veces suplico ternura desde el fondo de mi alma,
desde el encierro de mi jaula
repleta de vacíos inconmensurables,
pero ellos no escuchan.

El mundo me desprecia,
yo lo ignoro.
Vivo para alimentar a las bestias
con mi carne,
soy libre de volar si quisiera,
de escapar,
mas no tengo adónde ir...
Pertenezco a esta jaula.


(fuente: "blog del amasijo")

jueves, 13 de noviembre de 2014

Jaime Muñoz Vargas, escritor

Los desaparecidos



En un video sutilmente aterrador, Jorge Rafael Videla, máximo cabecilla de la última dictadura argentina, se deja entrevistar por el periodismo local para, como dice Felipe Pigna en el programa donde reprodujeron aquel diálogo setentero, dar una mínima impresión de apertura a los medios (en YouTube podemos hallarlo como “Pregunta a Videlasobre desaparrecidos”—sic—). Videla aparece con la imagen no de militar, sino de civil, con corbata, pelo engominado y aquel bigotillo siempre bien recortado sobre su rostro flaco, de hacha. El genocida quiso parecer amable e incluso aspiró a filosofar sobre cuestiones jurídicas, casi como si fuera un experto en derechos humanos.
He visto al menos tres o cuatro veces este video y en ninguna he podido digerirlo a plenitud. Que un asesino de masas se deje entrevistar y quiera parecer conciliador, explicativo, claro, convencido de la dignidad y la democracia me parece un monumento a la hipocresía o algo así como una pirámide construida para rendir tributo a la diosa desvergüenza.
La entrevista fue larga. Frente a muchos reporteros, todos lo suficientemente prudentes como para poder estar allí y salir con vida, el dictador dictó cátedra de cinismo sobre todo ante la pregunta de José Ignacio López, tal vez la más punzante de todas las que le formularon aquel día. Se refería a los desaparecidos, y por la calidad (moralmente ínfima) de la respuesta vale la pena citarla completa. Dijo Videla:
“… con una visión así, cristiana, de los derechos humanos, el de la vida es fundamental, el de la libertad es importante, también el del trabajo, de la familia, de la vivienda, etcétera, etcétera, etcétera. La Argentina atiende los derechos humanos en esa omnicomprensión que el término derechos humanos significa. Pero yo lo digo porque sé que usted hace la pregunta no a esa visión omnicomprensiva de los derechos humanos a la que hizo referencia el Papa en forma genérica, sino concretamente al hombre que está detenido sin proceso, es uno, o al desaparecido, que es otro. Frente al desaparecido, en tanto esté como tal, es una incógnita el desaparecido. Si el hombre apareciera, bueno, tendrá un tratamiento equis, y si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento, tiene un tratamiento zeta. Pero mientras sea desaparecido no puede tener un tratamiento especial, es una incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está ni muerto ni vivo, está desaparecido. Frente a eso no podemos hacer nada, atendemos sí a la consecuencia palpitante, viva, de esa desaparición: es el familiar. A ese sí tratamos de cubrirlo en la medida de lo posible, no tenemos más que eso”.
Como puede notarse, el estatus de desaparecido es muy conveniente en las nuevas tiranías. En la Argentina de aquella época los vehículos Ford Falcon verdes “chupaban” (levantaban) sospechosos de subversión en cualquier calle y a toda hora. Todo mundo los vio y todo mundo sabía que eran fuerzas del Estado las que ejecutaban tales aprehensiones ilegales, tales secuestros. Luego, para que todo quedara en el vacío, no aparecían ni vivos ni muertos y así entraban al estatus de “desaparecidos”, un estatus que a los represores les convenía mantener no sólo por el terror que imponía a la sociedad, sino porque sometía a los familiares a una búsqueda eterna que de paso aplacaba o distraía su irritación y, lo más importante, porque diluía la culpa y el consecuente castigo.

No es poco común, pues, que al poder convenga más el ambiguo estatus de “desaparecidos”. Quizá por esto, a veces, en ciertos países bárbaros, las huellas son eliminadas, se evapora a los muertos, se les incinera, se les torna irreconocibles, todo para dejar flotando el menos comprometedor estatus de “desaparecidos”.


(fuente: "ruta norte laguna.blogspot")

José Watanabe (1945/2007 )

Las manos


Mi padre vino desde tan lejos
cruzó los mares,
         caminó
         y se inventó caminos,
hasta terminar dejándome sólo estas manos
y enterrando las suyas
         como dos tiernísimas frutas ya apagadas.

Digo que bien pueden ser éstas sus manos
encendidas también con la estampa de Utamaro
                        del hombre tenue bajo la lluvia.

Sin embargo, la gente repite que son mías
aunque mi padre
multiplicó sus manos
        sólo por dos o tres circunstancias de la vida
o porque no quiso que otras manos
               pesasen sobre su pecho silenciado.

Pero es bien sencillo comprender
       que con estas manos
también enterrarán un poco a mi padre,
                   a su venida desde tan lejos,
a su ternura que supo modelar sobre mis cabellos
cuando él tenía sus manos para coger cualquier viento.

                                    de cualquier tierra.


(fuente: "la biblioteca de marcelo leites")

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Begoña Abad (1952 )

No fuiste tú...


               Para Isabella

                             
No fuiste tú quien se quitó la vida,
cada día te lo iré repitiendo
porque me escuchas, callada ahora, por fin en paz.
Fue la vida que no quiso oírte,
que no te hizo el hueco que tú te merecías.
Porque tú eras más que lo que ella te daba.
Tú eras, no sólo tu vida, también la mía.
No te apenes ya, no sufras,
no hiciste nada mal, no te culpes más.
Este dolor es mío,
lo vivo entreverado con la certeza
de mi suerte por haberte nacido.
Lo siento porque dos veces
me abrieron las entrañas,
una para traerte, otra para llevarte,
pero es mío, no llores tú
que sólo alegrías me diste con tu llegada.
No fuiste tú quien se quitó la vida,
no fuiste tú quien me causó dolor,
es la vida que no supo oírnos llorar juntas


(fuente: "apología de la luz")

martes, 11 de noviembre de 2014

Sam Hamill (1943 )

La flor de la orquídea



En el instante en que me pregunto
si la orquídea va a morir
ella florece
y no puedo explicar la emoción
en mi corazón, ni por qué tanto placer
proviene de ese pequeño capullo
en el extremo de un delgado tallo,
de esa pequeña flor
sanguínea roja dorada
abriéndose en el apogeo del verano
pequeña, perfecta en su plenitud.
Incluso para un poeta
de cabellos blancos y rostro curtido,
ella es en su pureza, erótica,
pistilo y estambre, polen,
rocío del mundo, una cucharada
de tierra y de agua.
Ella es erótica
porque en el corazón del nacimiento
la muerte afirma su existencia,
y el efecto dramático de los viejos prismas luminosos
del alba, allí en las húmedas ramas del cedro,
profundísimo misterio
mientras lavo la vajilla al atardecer
o bromeo con mi esposa,
quien a cada momento se vuelve más bella

simplemente porque uno de nosotros ha de morir.


(fuente: "el poeta ocasional", traductor: esteban moore)

lunes, 10 de noviembre de 2014

Gina Saraceni (1966 )

De las batallas...


De las batallas del amor se regresa
con el vientre abierto,

sin paredes,
dando tumbos
por el arduo combate
de la noche.

Se regresa sin armas
con el pulso latiendo
debajo de los párpados
y con los pies arrastrando
la demora del cuerpo
antes del adiós.

Cuerpo a cuerpo es la batalla.

Sólo así se hace una guerra.
Solo así se conoce
cómo tocan las manos
cuando pierden los dedos.

Solo así vale la pena morir:
mirando de frente cómo
se disuelve el rostro
cuando pierde
el control y el alfabeto
cómo se tuerce en un puñado
de ruidos que se hunden
adentro de los ojos
donde solo hay lugar
para perderse.

Lo llaman amor
este combate de brazos y lenguas,
esta cercanía sin intervalos
donde la orilla y la ola
se desangran por el tormento
de volverse a separar;
este tiempo de guerra
que echó raíces
en las venas de junio,
en el estertor de una arteria,
en el corazón herido de muerte.

De las batallas del amor
se regresa con un ejército
de fantasmas en el costado,
con las heridas hundidas
en los dedos
poseídos por esa guerra
que sigue ardiendo
en la línea de combate


(fuente: "emma gunst")

domingo, 9 de noviembre de 2014

Miyó Vestrini (1938/1991 )

Cada vez que oscurece...


Cada vez que oscurece
amor mío,
me sorprende un rostro brumoso en los espejos
y escucho como llueve fuerte,
como llueven los aguaceros.
El recuerdo
la terrible indisposición de los que recuerdan algún lugar,
¿hay álguien en el camino?
No hay nadie en el camino
amor mío y paso distraída
sin ver el balcón donde chillan los azulejos.
Temo recordarte aún en el invierno próximo
y la madrugada ya andando,
hago el último,
furioso intento,
para dormir sin sueños ni claridades.


(fuente: "emma gunst")

sábado, 8 de noviembre de 2014

Francisco Ruiz Udiel (1977/2010 )


Cada cuatro años nace una poeta suicida


A Sexton, Plath y Pizarnik
Nacidas en 1928, 1932 y 1936

Cada cuatro años la muerte
abre la llave del gas de una cocina,
se fuma un cigarrillo en el sofá y espera.

Otras veces enciende el motor de un automóvil
dentro del garaje
y canta Chair in the Sky,
un poco de jazz no despertará
a las muñecas recién maquilladas, piensa.

Cada cuatro años la muerte toma
anfetaminas para adelgazar,
pero se le pasa un poco la mano
y ya no despierta.

No se pone triste ni alegre ni neurótica, no.
pero cada cuatro años
la muerte amanece lúgubre
y observa la tarde roja
desde una ventana.
Alguien trata de invocarme, dice,
y cierra amargamente los ojos.

A mí me da pesar, no sé,
es como si ella quisiera decirnos
o contarnos algo desde su delgado rostro blanco,
como si estuviera cansada de estrangular mujeres.
Yo la conozco muy poco,
pero me consta que aborrece su funéreo oficio.
Últimamente la han visto respirar
cierto aire suicida.

Cada cuatro años a la muerte
se le irritan los ojos,
sabemos que ha llorado, lo sabemos,
pero callamos,
sabemos también que busca algún vientre
y como ella no tiene el privilegio de la carne materna
aferra entonces sus fríos y delgados dedos
en el primer ombligo que encuentra.

Por eso cada cuatro años algunas niñas
ya vienen muertas.


(fuente: "emma gunst")

viernes, 7 de noviembre de 2014

Witold Gombrowicz (1904/1969 )

Un corazón es


Un corazón es un saco que puede almacenar un montón de cosas: el frío corazón del asesino, el corazón del libertino reducido a cenizas, el corazón fiel de la mujer enamorada, un ardiente corazón, un corazón ingrato, un corazón celoso, un corazón vengativo, etcétera.

fuente: La virginidad, 
Tusquets editor,
col. Cuadernos ínfimos/18
Serie Los heterodoxos, no. 4
(dirigida por Sergio Pitol)
Barcelona, 1970

jueves, 6 de noviembre de 2014

Julián Bejarano (1983 )

El hombre y los astros



Acabo de mudarme a este monoambiente.
De espaldas a la cama tengo un ventanal
para espiar las mutaciones del cielo
y los movimientos pausados de las nubes
además de ver cubiertas de automóviles
que la gente abandona sobre los techos de sus viviendas.
Arriba del escritorio tengo desplegado el mapa estelar
correspondiente al mes de agosto
veo que Andrómeda está en dirección a Pegaso
hacia el extremo este
y que Piscis persigue a Acuario con velocidad
escapando de la traición y de la muerte.
Nos peleamos y después nos amamos
debajo de estas cobijas que ahora están desordenadas
hacia la punta de la cama.
Seguramente algo de todos estos fenómenos
que ocurren en el espacio
explican nuestras idas y venidas,
nuestros aciertos y fallidos,

las ganas de estar acompañados o totalmente solos.


(fuente: "rua das petras")

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Czeslaw Milosz (1911/2004 )

A cierta edad


Buscábamos confesar nuestros pecados, pero no había a quién.
Nubes blancas se negaron a aceptarlos, y el viento
Estaba muy ocupado visitando un mar tras otro.
No tuvimos éxito en interesar a los animales.
Los perros, decepcionados, esperaban una orden.
El gato, como siempre inmoral, se fue quedando dormido.
Una persona aparentemente muy cercana
No estaba dispuesta a oír sobre cosas pasadas.
Conversaciones con amigos entre vodka o café
No deberían prolongarse más allá de la primera señal de aburrimiento.
Sería humillante pagar por hora
A un hombre diplomado, sólo por escucharnos.
Iglesias. Tal vez, iglesias. ¿Pero para confesar qué?
Que solíamos vernos hermosos y nobles,
Pero más tarde, en nuestro lugar, un feo sapo
Entreabre su grueso párpado

Y uno ve claramente: “Esto soy yo”.


(fuente: "otra iglesia es imposible", versión del inglés de carmen iriondo y rafael felipe oteriño)

martes, 4 de noviembre de 2014

Eugenio Montejo poeta

Los árboles



Hablan poco los árboles, se sabe.
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.
Es difícil llenar un breve libro
con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,

no sé cómo anotarlo.


(fuente: "cómo cantaba mayo en la noche")

lunes, 3 de noviembre de 2014

Anónimo

En tiempos del señor Nezahualcóyotl...


En tiempos del señor Nezahualcóyotl
fueron apresadas dos ancianas
de cabello encanecido
blanco como la nieve,
yerto como la fibra seca del maguey.
Fueron encerradas
porque se las aprendió
cuando iban a cometr adulterio:
ya que sus respectivos maridos
eran también muy viejos
iban ellas a tener trato carnal
con unos estudiantillos, con unos
                                    [jovencillos.
El señor Nezahualcóyotl
les preguntó, les dijo:
"Señoras nuestras,
¿qué es lo que se oye?
¿Qué es lo que me haréis saber?
¿Acaso todavía
deseáis la cosa de la carne?
¿No estáis ya satisfechas,
estando ya como estáis?
¿Cómo vivíais
cuando erais aún jóvenes?
Decídmelo, declarádmelo
que para esto estáis aquí."
Le respondieron:
"Señor, rey, señor nuestro,
recibe, escucha:
Vosotros los hombres ya viejos,
vosotros sentís desgana de la carne,
porque os abandonó ya la potencia,
os gastasteis todo de prisa
y ya no os queda nada.
Pero nosotras las mujeres
no nos cansamos de esto
porque hay en nosotras
como una cueva, un barranco.
Sólo espera
lo que habréis de echarle
porque su oficio es recibir."


(fuente: Salvador Novo, Las locas, el sexo y los burdeles, editorial Diana, México, 1979.) 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Claribel Alegría (1924 )

Savoir faire


Mi gato negro ignora
que va a morir un día
no se aferra a la vida
como yo
salta desde el tejado
ligero como el aire
se sube al tamarindo
arañándolo apenas
no lo amedrenta el paso de los puentes
ni el callejón oscuro
ni el pérfido alacrán
mi gato negro ama
a cuanta gata encuentra
no se deja atrapar
por un único amor

como lo hice yo.


(fuente: "rua das petras")

sábado, 1 de noviembre de 2014

Louise Glück (1943 )

El espejo


 Mirándote ante el espejo me pregunto
qué se sentirá ser tan hermoso
y por qué en vez de amarte a ti mismo
te cortas, rasurándote
como un ciego. Creo que me permites observar
de manera que puedas volverte contra ti mismo
con mayor violencia,
necesitado de mostrarme cómo rasgas la carne
desdeñosamente y sin titubeos,
hasta que te veo correctamente,
como un hombre herido, no
el reflejo que deseo



(fuente: "la biblioteca de marcelo leites", traductor: r. vargas)