Un inventario
Revisa los cajones de tu casa.
Ahí encontrarás:
cierres viejos, botones,
llaves, condimentos.
Quizás encuentres
sales minerales,
gotas para los ojos,
papel higiénico.
¡Parece mentira
todo aquello!
Tantas cosas encontradas
para construir una vida
Y el tiempo...
Yo no sé, a veces pienso:
relojes, monstruos, caras, versos,
y agotada, me duermo.
("eg")
domingo, 29 de diciembre de 2019
sábado, 28 de diciembre de 2019
Joan Margarit (1938 )
Principios y finales
na vez fui una chica con futuro.
Leía en latín a Horacio y a Virgilio
y recitaba a Keats completo de memoria.
Al entrar en sus cuevas, los adultos
me capturaron: comencé a parir
hijos de un hombre necio y vanidoso.
Ahora cuando puedo lleno el vaso
y lloro al recordar algún verso de Keats.
Una mujer ignora, cuando es joven,
que no hay lugar alguno
donde poder quedarse para siempre.
Y no comprende por qué nunca llega
aquel o aquella donde hallar descanso.
Las muchachas lo ignoran: los principios
no se parecen nunca a los finales.
("revistaaltazor")
na vez fui una chica con futuro.
Leía en latín a Horacio y a Virgilio
y recitaba a Keats completo de memoria.
Al entrar en sus cuevas, los adultos
me capturaron: comencé a parir
hijos de un hombre necio y vanidoso.
Ahora cuando puedo lleno el vaso
y lloro al recordar algún verso de Keats.
Una mujer ignora, cuando es joven,
que no hay lugar alguno
donde poder quedarse para siempre.
Y no comprende por qué nunca llega
aquel o aquella donde hallar descanso.
Las muchachas lo ignoran: los principios
no se parecen nunca a los finales.
("revistaaltazor")
viernes, 27 de diciembre de 2019
Ana Blandiana (1942 )
Acerca del país de donde venimos
Les voy a hablar acerca del país
De donde venimos.
Yo vengo del país del verano,
Una patria frágil
A la que una hoja, al caer,
Podría extinguirla,
Donde el cielo está tan cargado de estrellas
Que se inclina, a veces, hasta el suelo
Y si te acercas oyes como la hierba
Hace cosquillas a las estrellas que ríen,
Y hay tantas flores
Que te duelen los ojos,
Deslumbrados con el sol,
Y soles hay tantos que cuelgan
De cada árbol;
De donde vengo
No falta sino la muerte,
Y es tanta la felicidad
que es como para dormirse.
("otraiglesiaesimposible" , traducción de sebastián teillier)
Les voy a hablar acerca del país
De donde venimos.
Yo vengo del país del verano,
Una patria frágil
A la que una hoja, al caer,
Podría extinguirla,
Donde el cielo está tan cargado de estrellas
Que se inclina, a veces, hasta el suelo
Y si te acercas oyes como la hierba
Hace cosquillas a las estrellas que ríen,
Y hay tantas flores
Que te duelen los ojos,
Deslumbrados con el sol,
Y soles hay tantos que cuelgan
De cada árbol;
De donde vengo
No falta sino la muerte,
Y es tanta la felicidad
que es como para dormirse.
("otraiglesiaesimposible" , traducción de sebastián teillier)
jueves, 26 de diciembre de 2019
Macedonio Fernández (1874/1952 )
Creía yo
No a todo alcanza Amor, pues que no puedo
romper el gajo con que Muerte toca.
Mas poco Muerte puede
si en el corazón de Amor su miedo muere.
Mas poco muerte puede, pues no puede
entrar su miedo en pecho donde Amor.
Que Muerte rige a Vida; Amor a Muerte.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
domingo, 22 de diciembre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
El brocal
Tantos días, meses, vidas
esperando la caída del otoño
a mi regazo; y cuando llega
viene frío, con niebla, con
amenaza de tormentas,
con ganzúas para la garganta.
Tanto esperar el fin de octubre
y encontrarte con que malvas,
tiestos, plagas abdican al fin
del verano, al gas LP que ya
está por esfumarse.
Cuántas veces, asomados al brocal
de la vida, buscamos infructuosamente
el caparazón de la tortuga
donde alguien profetizó tu suerte,
tu amor, tu felicidad, tus puntos
sobre las ies.
Cuántos otoños por venir,
cuántas hojas por recoger en patios,
en puertos desconocidos, en andenes
de trenes demorados, cuántas vidas.
Cuántos ecos esperados, cuántas respuestas.
(Inédito)
sábado, 21 de diciembre de 2019
José Juan Tablada (1871/1945 )
Haikais
Aunque jamás se muda,
A tumbos, como carro de mudanza,
Va por la senda la tortuga.
El pequeño mono me mira...
¡Quisiera decirme
Algo que se le olvida!
Recorriendo su tela
Esta luna clarísima
Tiene a la araña en vela.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
viernes, 20 de diciembre de 2019
Rosario Castellanos (1925/1974 )
Elegía
Nunca, como a tu lado, fui de piedra.
Y yo que me soñaba nube, agua,
aire sobre la hoja,
fuego de mil cambiantes llamaradas,
sólo supe yacer,
pesar, que es lo que sabe hacer la piedra
alrededor del cuello del ahogado.
("revistaaltazor")
Nunca, como a tu lado, fui de piedra.
Y yo que me soñaba nube, agua,
aire sobre la hoja,
fuego de mil cambiantes llamaradas,
sólo supe yacer,
pesar, que es lo que sabe hacer la piedra
alrededor del cuello del ahogado.
("revistaaltazor")
jueves, 19 de diciembre de 2019
Javier Egea (1952/1999 )
El viajero
(De Miguel, camarada viajero con el frío)
… solo, desamparado,
ciego, sin lumbre, en cárcel tenebrosa.
Garcilaso
I
El asedio tan largo, los pertrechos escasos
y ese frío inhumano y sin embargo suyo,
en sus huesos terriblemente suyo,
latente como un magma,
reverdecido,
le hizo mirar hacia las vegas lejos
y descubrió
qué pequeñas quedaban aspilleras y almenas,
adarves y troneras
por donde penetraba en absurdos jirones
la miserable luz.
Presentían sus manos alamedas de plata,
reinos de trigo,
chopos y acequias.
Alrededor
persistía el aire
el enorme dogal de la casa sitiada.
En el tambor amargo de su frente
retumbaba la espera
y eran sus ojos águilas inmóviles
que a un gesto de la tarde
batirían sus alas sobre edificios yertos
y abrir la brecha,
cruzar las líneas,
romper el cerco.
Es por eso que ahora transitaba las calles
extravíado,
absorto,
furtivamente triste,
mirándose en el hueco de las manos,
entre la inercia, el humo, la soledad, la noche,
como si alguna voz le reclamara
desde no sé qué puente,
desde no sé qué altura inevitable.
Anduvo en un asfalto clandestino,
cruzó por donde duermen las máquinas vacías
y una gran bocanada de rocío
fue poniendo su piel alertada en la noche.
Ingrata,
absurda,
enorme,
la ciudad a lo lejos semejaba
un témpano desnudo que cantara en silencio.
("trianarts")
(De Miguel, camarada viajero con el frío)
… solo, desamparado,
ciego, sin lumbre, en cárcel tenebrosa.
Garcilaso
I
El asedio tan largo, los pertrechos escasos
y ese frío inhumano y sin embargo suyo,
en sus huesos terriblemente suyo,
latente como un magma,
reverdecido,
le hizo mirar hacia las vegas lejos
y descubrió
qué pequeñas quedaban aspilleras y almenas,
adarves y troneras
por donde penetraba en absurdos jirones
la miserable luz.
Presentían sus manos alamedas de plata,
reinos de trigo,
chopos y acequias.
Alrededor
persistía el aire
el enorme dogal de la casa sitiada.
En el tambor amargo de su frente
retumbaba la espera
y eran sus ojos águilas inmóviles
que a un gesto de la tarde
batirían sus alas sobre edificios yertos
y abrir la brecha,
cruzar las líneas,
romper el cerco.
Es por eso que ahora transitaba las calles
extravíado,
absorto,
furtivamente triste,
mirándose en el hueco de las manos,
entre la inercia, el humo, la soledad, la noche,
como si alguna voz le reclamara
desde no sé qué puente,
desde no sé qué altura inevitable.
Anduvo en un asfalto clandestino,
cruzó por donde duermen las máquinas vacías
y una gran bocanada de rocío
fue poniendo su piel alertada en la noche.
Ingrata,
absurda,
enorme,
la ciudad a lo lejos semejaba
un témpano desnudo que cantara en silencio.
("trianarts")
miércoles, 18 de diciembre de 2019
Luis Rosales (1910/1992 )
Elegía del anochecer
Hay hombres que se entierran solamente
para pisotearlos; sin embargo,
reviven, se levantan
como si recogieran sus harapos,
secan su lepra al sol; dime, ¿es preciso
vivir para encontrarlos
una vez, otra vez?; dime, ¿es preciso
seguir viviendo, hermano?
No tengo ya que recordarte; a veces
estoy vivo de ti; no es necesario
que vuelvas; no te has ido,
siento la carne tuya en el cansancio
total, que me anochece
el cuerpo que me ha dado
esta muerte reunida con la mía,
y este dolor quemándome los labios
que repite y repite en mis adentros
una pregunta: Hermano,
¿es preciso vivir?, dime, ¿es preciso
vivir?
Imaginamos
que es nuestro el mundo y que la vida sigue
viviendo; imaginamos
que somos nuestra estatua; y llega un día
en que te basta dar un solo paso
para pisar tu cuerpo, lo que aún queda
de tu cuerpo mortal; para pisarlo
y volverlo a enterrar sin saber cómo
se entierra lo viviente; y arroparlo,
y llevarle el embozo hasta la cara
como una papelera de desahucio.
("trianarts")
Hay hombres que se entierran solamente
para pisotearlos; sin embargo,
reviven, se levantan
como si recogieran sus harapos,
secan su lepra al sol; dime, ¿es preciso
vivir para encontrarlos
una vez, otra vez?; dime, ¿es preciso
seguir viviendo, hermano?
No tengo ya que recordarte; a veces
estoy vivo de ti; no es necesario
que vuelvas; no te has ido,
siento la carne tuya en el cansancio
total, que me anochece
el cuerpo que me ha dado
esta muerte reunida con la mía,
y este dolor quemándome los labios
que repite y repite en mis adentros
una pregunta: Hermano,
¿es preciso vivir?, dime, ¿es preciso
vivir?
Imaginamos
que es nuestro el mundo y que la vida sigue
viviendo; imaginamos
que somos nuestra estatua; y llega un día
en que te basta dar un solo paso
para pisar tu cuerpo, lo que aún queda
de tu cuerpo mortal; para pisarlo
y volverlo a enterrar sin saber cómo
se entierra lo viviente; y arroparlo,
y llevarle el embozo hasta la cara
como una papelera de desahucio.
("trianarts")
martes, 17 de diciembre de 2019
Octavio Paz(1914/1998 )
Pueblo
Las piedras son tiempo
El viento
Siglos de viento
Los árboles son tiempo
Las gentes son piedra
El viento
Vuelve sobre sí mismo y se entierra
En el día de piedra
No hay agua pero brillan los ojos
("antología de la poesía hipsnoamericana 1914-1970", j. olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
lunes, 16 de diciembre de 2019
Nicanor Parra (1914/2018 )
Epitafio
De estatura mediana,
con una voz ni delgada ni gruesa,
hijo mayor de un profesor primario
y de una modista de trastienda;
flaco de nacimiento
aunque devoto de la buena mesa;
de mejillas escuálidas
y de más bien abundantes orejas;
con un rostro cuadrado
en que los ojos se abren apenas
y una nariz de boxeador mulato
baja a la boca de ídolo azteca
-todo esto bañado
por una luz entre irónica y pérfida-
ni muy listo ni tonto de remate
fui y lo que fui: una mezcla
de vinagre y aceite de comer
¡un embutido de ángel y bestia!
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza ed., madrid, 1973)
domingo, 15 de diciembre de 2019
Joan Margarit (1938 )
Las cuatro de la madrugada
Aúlla el primer perro, y enseguida
hay un eco en un patio, otros resuenan
a la vez en un único ladrido,
bronco y sin ritmo alguno.
Ladran, con sus hocicos hacia el cielo.
¿De dónde venís, perros? ¿Qué mañana
evocan los ladridos de la noche?
Oigo como ladráis al sueño de mi hija
desde el jergón, rodeados de excrementos
con los que señaláis un territorio
de callejones, patios, descampados.
Tal como vengo haciendo
con mis poemas, desde donde aúllo
y marco el territorio de la muerte.
("trianarts")
Aúlla el primer perro, y enseguida
hay un eco en un patio, otros resuenan
a la vez en un único ladrido,
bronco y sin ritmo alguno.
Ladran, con sus hocicos hacia el cielo.
¿De dónde venís, perros? ¿Qué mañana
evocan los ladridos de la noche?
Oigo como ladráis al sueño de mi hija
desde el jergón, rodeados de excrementos
con los que señaláis un territorio
de callejones, patios, descampados.
Tal como vengo haciendo
con mis poemas, desde donde aúllo
y marco el territorio de la muerte.
("trianarts")
sábado, 14 de diciembre de 2019
Pablo Antonio Cuadra (1912/2002 )
La noche es una mujer desconocida
Preguntó la muchacha al forastero.
-¿Por qué no pasas? En mi hogar
está encendido el fuego.
Contestó el peregrino: -Soy poeta,
sólo deseo conocer la noche.
Ella, entonces, echó ceniza sobre el fuego
y aproximó en la sombra su voz al forastero:
-¡Tócame! -dijo-. ¡Conocerás la noche!
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza ed., madrid, 1973)
viernes, 13 de diciembre de 2019
Eugenio Montejo (1938/2008 )
Final sin fin
…Y yo me iré
J.R.J.
La que se irá al final será la vida,
la misma vida que ha llevado nuestros pasos
sin tregua a la velocidad de su deseo.
Se llevará también todas sus horas
y los relojes que sonaban y el sonido
y lo que en ellos siempre estuvo oculto
sin ser tiempo ni trastiempo…
Cuando haya de partir –se irá la vida,
ella y su música veloz entre mis venas
que me recorre con remotos cánticos,
ella y su melodiosa geometría
que inventa el ajedrez de estas palabras.
De todo cuanto miro en este instante
será la vida la que parta para siempre o para nunca,
es decir, la que parta sin partir, la que se quede
y con ella mi cuerpo noche y día,
siguiéndolas en sus luces y sus sombras…
Si, tal vez nadie se aleje de este mundo,
aunque se extinga cada quien en su momento.
—Nos iremos sin irnos,
ninguno va a quedarse ni va a irse,
tal como siempre hemos vivido
a orillas de este sueño indescifrable,
donde uno está y no está y nadie sabe nada.
("digopalabratxt")
…Y yo me iré
J.R.J.
La que se irá al final será la vida,
la misma vida que ha llevado nuestros pasos
sin tregua a la velocidad de su deseo.
Se llevará también todas sus horas
y los relojes que sonaban y el sonido
y lo que en ellos siempre estuvo oculto
sin ser tiempo ni trastiempo…
Cuando haya de partir –se irá la vida,
ella y su música veloz entre mis venas
que me recorre con remotos cánticos,
ella y su melodiosa geometría
que inventa el ajedrez de estas palabras.
De todo cuanto miro en este instante
será la vida la que parta para siempre o para nunca,
es decir, la que parta sin partir, la que se quede
y con ella mi cuerpo noche y día,
siguiéndolas en sus luces y sus sombras…
Si, tal vez nadie se aleje de este mundo,
aunque se extinga cada quien en su momento.
—Nos iremos sin irnos,
ninguno va a quedarse ni va a irse,
tal como siempre hemos vivido
a orillas de este sueño indescifrable,
donde uno está y no está y nadie sabe nada.
("digopalabratxt")
jueves, 12 de diciembre de 2019
Mercedes Luna Fuentes (1969 )
Cimientos
De un extremo a otro
cuenta los pasos desde la cama hasta la ventana
de la cama al mueble de caoba
como reina que sostiene en su cuello
diamantes negros de la libertad
ella guarda en el alhajero
algo
semejante al quejido de una niña
bajo escombros
("la habitación higiénica", coed. gobs. sinaloa, colahuila y mantis, guadalajara, méx., 2019)
miércoles, 11 de diciembre de 2019
Dana Gelinas (1962 )
Altos Hornos
8
Cuando vi a las mujeres de Kuwait
sujetar su velo negro sobre nariz y boca
para buscar entre los pozos incinerantes
a los obreros de su casa,
recordé el pañuelo blanco en mi nariz,
perfumado a suavizante de ropa
y a oxígeno,
hasta que una brizna de nada,
o la gravedad solamente,
desaparecieran las moléculas de azufre
que habían entrado en la casa.
No fue verdad. Jamás desaparecieron.
Decrecían. Eran soportadas. Son olvidos de episodios.
Y yo sé dónde se esconden:
En el césped de mi casa,
en mis libros, en la madera de las puertas,
en el centro del tallo de mi cerebro.
Allí permanece el azufre.
("mediodía blanco, antología personal", ed. gobierno del estado de coahuila, méxico, 2014)
martes, 10 de diciembre de 2019
Robert Burns (1759/1796 )
La lágrima
Mi corazón es angustia, y lágrimas caen de mis ojos;
Hace largo, largo tiempo que la alegría me es extraña:
Olvidado y sin amigos soporto mil montañas,
Sin una voz dulce que suene en mis oídos.
Amarte es mi placer, y profundo lastima tu encanto;
Amarte es mi desdicha, y esta pena lo ha demostrado;
Pero el corazón herido que ahora sangra en mi pecho
Se siente como un flujo incansable que pronto será deshecho.
Oh, si yo fuese —si acariciar la felicidad yo pudiese—
Abajo en el arroyo joven, en el cansado castillo verde;
Pues allí deambula entre melodías permanentes
Aquella lágrima seca de tus ojos.
("zenda libros", trad. laura diverso)
Mi corazón es angustia, y lágrimas caen de mis ojos;
Hace largo, largo tiempo que la alegría me es extraña:
Olvidado y sin amigos soporto mil montañas,
Sin una voz dulce que suene en mis oídos.
Amarte es mi placer, y profundo lastima tu encanto;
Amarte es mi desdicha, y esta pena lo ha demostrado;
Pero el corazón herido que ahora sangra en mi pecho
Se siente como un flujo incansable que pronto será deshecho.
Oh, si yo fuese —si acariciar la felicidad yo pudiese—
Abajo en el arroyo joven, en el cansado castillo verde;
Pues allí deambula entre melodías permanentes
Aquella lágrima seca de tus ojos.
("zenda libros", trad. laura diverso)
lunes, 9 de diciembre de 2019
Antonio Pereira (1924/2009 )
Poética
Ahora sé que es un crimen de lesa poesía
exprimirle a la almendra del verbo su licor
y entregarlo a los indiferentes.
Oh, tú, poeta pródigo,
malgastador de lo que sólo es tuyo
durante un breve relajo de los dioses.
Retén el aire en el pulmón florido
hasta la hora en que tu canto sea
disculpado por la necesidad,
no vayas a jurar el verso en vano.
("poéticas)
Ahora sé que es un crimen de lesa poesía
exprimirle a la almendra del verbo su licor
y entregarlo a los indiferentes.
Oh, tú, poeta pródigo,
malgastador de lo que sólo es tuyo
durante un breve relajo de los dioses.
Retén el aire en el pulmón florido
hasta la hora en que tu canto sea
disculpado por la necesidad,
no vayas a jurar el verso en vano.
("poéticas)
domingo, 8 de diciembre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Ruego
Señor, si es tu voluntad
que yo muera alcohólico
no permitas que la resaca
me invada hígado
y pulmones.
Tampoco me orilles a
orinar la cama confundido
con lejanos sueños
húmedos ni con trozos
de cuerpos ensangrentados.
Haz de mí carne de tus culpas
si ese es tu deseo, pero no
me orilles al vómito
ni a la mendicidad
del cuerpo perfecto.
Puedo asumir mis años,
los lejanos recuerdos
de un niño disciplinado,
pero no me hagas tragar
tierra, castigos o enfermedades
procuradas a base de fría
penicilina. Te lo ruego.
(Inédito)
sábado, 7 de diciembre de 2019
Iván Oñate (1948 )
El ángel ajeno
Ángel, cuando di con tu vida
yo era un hombre que venía de alguna mujer y de dos libros
que encontré en alguna cama y sin asombro
los perdí en alguna otra. Ahora soy una disculpa.
Confío que eso quiera decir algo, este momento
que no quisiera decir nada.
De cuando en cuando y de vez en revés
suelo caer a este cuaderno abierto
para escapar de la duración de una lluvia,
de un dolor
o de la duración de mi vida. ¡Pero basta!
Es demasiado mío y demasiado cursi
lamentarse a estas alturas de la noche y
en un puerto del mediterráneo
donde sin buscar nada
encuentro que he perdido un diente.
Si estuvieras a mi lado, correría a desnudarte el pecho
seguro que lo perdí el domingo
mientras te mordía el corazón en un sueño.
Sabes, hoy volví a cruzarme con el hombre
que amenaza hacer un libro con su vida. Agobiado
por tanto ejemplo, terminaré por hacer el mío
embarcado en una borrachera que aún no encuentro.
Seguramente
tendrá la duración de una línea en la palma de tu mano,
o la petrificada juventud
de una estatua
cayendo eterna
a la noche,
a mi vejez,
a la ascendente espuma de la niebla.
O mejor,
te contaría la historia de un muchacho
que se soñó James Dean
y de todo ese juego, lo único que ocurrió
fue que lo encontraran una mañana
crucificado al madero horizontal
de una Winchester treinta treinta.
Debería recordar la historia de aquel muchacho
si me tomara en serio, un poco.
("crearen salamanca")
Ángel, cuando di con tu vida
yo era un hombre que venía de alguna mujer y de dos libros
que encontré en alguna cama y sin asombro
los perdí en alguna otra. Ahora soy una disculpa.
Confío que eso quiera decir algo, este momento
que no quisiera decir nada.
De cuando en cuando y de vez en revés
suelo caer a este cuaderno abierto
para escapar de la duración de una lluvia,
de un dolor
o de la duración de mi vida. ¡Pero basta!
Es demasiado mío y demasiado cursi
lamentarse a estas alturas de la noche y
en un puerto del mediterráneo
donde sin buscar nada
encuentro que he perdido un diente.
Si estuvieras a mi lado, correría a desnudarte el pecho
seguro que lo perdí el domingo
mientras te mordía el corazón en un sueño.
Sabes, hoy volví a cruzarme con el hombre
que amenaza hacer un libro con su vida. Agobiado
por tanto ejemplo, terminaré por hacer el mío
embarcado en una borrachera que aún no encuentro.
Seguramente
tendrá la duración de una línea en la palma de tu mano,
o la petrificada juventud
de una estatua
cayendo eterna
a la noche,
a mi vejez,
a la ascendente espuma de la niebla.
O mejor,
te contaría la historia de un muchacho
que se soñó James Dean
y de todo ese juego, lo único que ocurrió
fue que lo encontraran una mañana
crucificado al madero horizontal
de una Winchester treinta treinta.
Debería recordar la historia de aquel muchacho
si me tomara en serio, un poco.
("crearen salamanca")
viernes, 6 de diciembre de 2019
Antonia Pozzi (1912/1938 )
Luz blanca
Entré, al alba,
en un pequeño cementerio.
Fue en un país lejano,
al pie de una torre grisácea,
huérfana ya de voces
de campanas,
mientras aún la niebla
plateaba
las encinas oscuras,
los altos setos,
los brezos
violeta.
En el pequeño cementerio,
las lápidas,
dirigidas a Oriente,
como en blanca sonrisa,
rostros de ciego parecían
que, alineados, marchasen
al encuentro del sol.
("hoja negra", trad. juan andrés gutiérrez)
Entré, al alba,
en un pequeño cementerio.
Fue en un país lejano,
al pie de una torre grisácea,
huérfana ya de voces
de campanas,
mientras aún la niebla
plateaba
las encinas oscuras,
los altos setos,
los brezos
violeta.
En el pequeño cementerio,
las lápidas,
dirigidas a Oriente,
como en blanca sonrisa,
rostros de ciego parecían
que, alineados, marchasen
al encuentro del sol.
("hoja negra", trad. juan andrés gutiérrez)
jueves, 5 de diciembre de 2019
Manuel del Cabral (1907/1999 )
Aire durando
¿Quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja…
Este sudor… ¿por quién muere?
¿por qué cosa muere un pobre?
¿Quién ha matado estas manos?
¡No cabe en la muerte un hombre!
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja…
¿Quién acostó su estatura
que su voz está parada?
Hay muertos como raíces
que hundidas… dan fruto al ala.
¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja…
("zenda libros")
miércoles, 4 de diciembre de 2019
Dulce Chacón (1954/2003 )
Si la mar engaña
a juan
Habladora la mar, habladora:
puso a mis píes diecisiete caracolas
y nada me dijeron.
¿A quién puedo pedir que me resuelva
la palabra instante?
Sé que hasta aquí me trajo el azar,
el color de tus ojos es regalo de dioses
que yo no conozco.
¿Diecisiete días
hacen un instante?
:pregunto a la mar
y a tus dioses.
("trianarts")
a juan
Habladora la mar, habladora:
puso a mis píes diecisiete caracolas
y nada me dijeron.
¿A quién puedo pedir que me resuelva
la palabra instante?
Sé que hasta aquí me trajo el azar,
el color de tus ojos es regalo de dioses
que yo no conozco.
¿Diecisiete días
hacen un instante?
:pregunto a la mar
y a tus dioses.
("trianarts")
martes, 3 de diciembre de 2019
Adrienne Rich (1929/2012 )
La extranjera
Mirando como antes he mirado, derecho al corazón
de la calle hasta el río
caminando por los ríos de las avenidas
sintiendo el temblor de las cuevas bajo el asfalto
viendo encenderse las luces en las torres
caminando como antes he caminado
como un hombre, como una mujer, en la ciudad
mi ira visionaria despejando mi vista
y las detalladas percepciones de misericordia
floreciendo de esa ira
si al entrar en un cuarto desde la aguda luz brumosa
los oigo hablar un idioma muerto
si preguntan mi identidad
¿qué puedo decir sino que
soy la andrógina?
yo soy la mente viva que no pueden describir
en su idioma muerto
el sustantivo perdido, el verbo que sobrevive
sólo en infinitivo
las letras de mi nombre están escritas entre los párpados
del recién nacido
La Novena Sinfonía de Beethoven entendida por fin como un mensaje sexual
Un hombre aterrorizado de impotencia
o infertilidad, sin saber la diferencia,
un hombre tratando de decir algo
aullando desde la música
climatérica de su enteramente
aislada alma
gritando al Gozo desde el túnel de su yo
una música sin la sombra
de otra persona dentro, música
que trata de decir algo que el hombre
no quiere que salga, quisiera guardar si pudiera
amordazada y amarrada y azotada con cuerdas de Gozo
donde todo es silencio y
el golpear de un puño sangriento sobre
una mesa astillada.
("material de lectura", unam, s/c al traductor)
Mirando como antes he mirado, derecho al corazón
de la calle hasta el río
caminando por los ríos de las avenidas
sintiendo el temblor de las cuevas bajo el asfalto
viendo encenderse las luces en las torres
caminando como antes he caminado
como un hombre, como una mujer, en la ciudad
mi ira visionaria despejando mi vista
y las detalladas percepciones de misericordia
floreciendo de esa ira
si al entrar en un cuarto desde la aguda luz brumosa
los oigo hablar un idioma muerto
si preguntan mi identidad
¿qué puedo decir sino que
soy la andrógina?
yo soy la mente viva que no pueden describir
en su idioma muerto
el sustantivo perdido, el verbo que sobrevive
sólo en infinitivo
las letras de mi nombre están escritas entre los párpados
del recién nacido
La Novena Sinfonía de Beethoven entendida por fin como un mensaje sexual
Un hombre aterrorizado de impotencia
o infertilidad, sin saber la diferencia,
un hombre tratando de decir algo
aullando desde la música
climatérica de su enteramente
aislada alma
gritando al Gozo desde el túnel de su yo
una música sin la sombra
de otra persona dentro, música
que trata de decir algo que el hombre
no quiere que salga, quisiera guardar si pudiera
amordazada y amarrada y azotada con cuerdas de Gozo
donde todo es silencio y
el golpear de un puño sangriento sobre
una mesa astillada.
("material de lectura", unam, s/c al traductor)
lunes, 2 de diciembre de 2019
Bruce Chatwin (1940/1989 )
Un explorador blanco de África, ansioso por abreviar su travesía, pagó a sus porteadores para que realizaran una serie de marchas forzadas. Pero ellos, casi al llegar a su punto de destino, descargaron los bultos y se negaron a moverse. Aunque les ofreció pagas adicionales no consiguió que modificaran su comportamiento. Dijeron que debían esperar que los alcanzaran sus almas.
("los trazos de la canción", ed. península, barcelona, 2000, trad. eduardo goligorsky)
domingo, 1 de diciembre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Tareas
3
se tumba de nuevo
en el cuadril izquierdo, en
movimiento perpetuo
como pez en pecera;
se perece por recobrar el sueño
como el hombre que perdió
la luz perpetua, la lucidez
del condenado;
se mesa las greñas como la
criatura con la teta seca,
el seno que la nodriza
le niega;
en sueños se revuelve
como el emplazado a
cadena perpetua lejos
de su semejante;
despierta de madrugada
y se abraza a las brasas
que arden,
que despiertan-
(Inédito)
3
se tumba de nuevo
en el cuadril izquierdo, en
movimiento perpetuo
como pez en pecera;
se perece por recobrar el sueño
como el hombre que perdió
la luz perpetua, la lucidez
del condenado;
se mesa las greñas como la
criatura con la teta seca,
el seno que la nodriza
le niega;
en sueños se revuelve
como el emplazado a
cadena perpetua lejos
de su semejante;
despierta de madrugada
y se abraza a las brasas
que arden,
que despiertan-
(Inédito)
sábado, 30 de noviembre de 2019
José Gorostiza (1901/1973 )
La orilla del mar
No es agua ni arena
la orilla del mar.
El agua sonora
de espuma sencilla,
el agua no puede
formarse la orilla.
Y porque descanse
en muelle lugar,
no es agua ni arena
la orilla del mar.
Las cosas discretas,
amables, sencillas;
las cosas se juntan
como las orillas.
Lo mismo los labios,
si quieren besar.
No es agua ni arena
la orilla del mar.
Yo sólo me miro
por cosa de muerto;
solo, desolado,
como en un desierto.
A mí venga el lloro,
pues debo penar.
No es agua ni arena
la orilla del mar.
("antología de la poesía hispanoamericana contemporánea: 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
No es agua ni arena
la orilla del mar.
El agua sonora
de espuma sencilla,
el agua no puede
formarse la orilla.
Y porque descanse
en muelle lugar,
no es agua ni arena
la orilla del mar.
Las cosas discretas,
amables, sencillas;
las cosas se juntan
como las orillas.
Lo mismo los labios,
si quieren besar.
No es agua ni arena
la orilla del mar.
Yo sólo me miro
por cosa de muerto;
solo, desolado,
como en un desierto.
A mí venga el lloro,
pues debo penar.
No es agua ni arena
la orilla del mar.
("antología de la poesía hispanoamericana contemporánea: 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
viernes, 29 de noviembre de 2019
Eugenio Montejo (1938/2008 )
Los árboles
Hablan poco los árboles, se sabe.
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.
Es difícil llenar un breve libro
con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,
no sé cómo anotarlo.
("sureando")
Hablan poco los árboles, se sabe.
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.
Es difícil llenar un breve libro
con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,
no sé cómo anotarlo.
("sureando")
jueves, 28 de noviembre de 2019
José Coronel Urtecho (1906/1994 )
Credo
Gracias porque abro los ojos y veo
la salida del sol, el cielo, el río
en la mañana diáfana de estío
que llena hasta los bordes mi deseo.
Gracias, Señor, por esto que poseo
que siendo sólo tuyo es todo mío
aunque hasta una gota del rocío
para saber que es cierto lo que creo.
Creo que la belleza tan sencilla
que se revela en esta maravilla
es reflejo no más de tu hermosura.
Qué importa pues que esta belleza muera
si he de ver la hermosura duradera
que en tu infinito corazón madura.
("poeticous")
Gracias porque abro los ojos y veo
la salida del sol, el cielo, el río
en la mañana diáfana de estío
que llena hasta los bordes mi deseo.
Gracias, Señor, por esto que poseo
que siendo sólo tuyo es todo mío
aunque hasta una gota del rocío
para saber que es cierto lo que creo.
Creo que la belleza tan sencilla
que se revela en esta maravilla
es reflejo no más de tu hermosura.
Qué importa pues que esta belleza muera
si he de ver la hermosura duradera
que en tu infinito corazón madura.
("poeticous")
miércoles, 27 de noviembre de 2019
Vladimír Holan (1905/1980 )
Cuando llueve en domingo y tú estás solo...
Cuando llueve en domingo y tú estás solo,
completamente solo,
abierto a todo, pero no llega ni el ladrón
y no llama a la puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en domingo mientras tú estás abandonado
y no comprendes cómo vivir sin cuerpo
y cómo no vivir puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en domingo y, solo, no eres más que tú,
¡no esperes ni hablar contigo mismo!
Entonces el ángel es el único que sabe
lo que hay encima de él,
entonces el diablo es el único que sabe
lo que hay debajo de él.
El libro sostenido, el poema al caer…
("la delicia de leer", versión clara janés)
Cuando llueve en domingo y tú estás solo,
completamente solo,
abierto a todo, pero no llega ni el ladrón
y no llama a la puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en domingo mientras tú estás abandonado
y no comprendes cómo vivir sin cuerpo
y cómo no vivir puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en domingo y, solo, no eres más que tú,
¡no esperes ni hablar contigo mismo!
Entonces el ángel es el único que sabe
lo que hay encima de él,
entonces el diablo es el único que sabe
lo que hay debajo de él.
El libro sostenido, el poema al caer…
("la delicia de leer", versión clara janés)
martes, 26 de noviembre de 2019
Aurora Luque (1962 )
Fecha de caducidad
Con el traje de junio
la vida se mostraba casi dócil
entre toallas verdes y amarillas
y lycra luminosa compartiendo
fronteras con la piel. Olor a mar templado
y la pereza cómplice
de olas y bañistas: era propicio hundirse
en esas lentejuelas soleadas del agua
o en las selvas pintadas sobre los bañadores,
desmenuzar el velo finísimo de sal
de unos hombros cercanos
y posponer la noche y su aventura.
Parecía la vida un puro litoral
pero avanzó una sombra:
al borrar con saliva la sal de la mañana
pude ver la inscripción junto al omóplato:
FRUTA PERECEDERA. Consumir
de preferencia ahora. El producto se altera fácilmente,
antes que los deseos. No se admiten
reclamaciones.
("cervantes virtual")
Con el traje de junio
la vida se mostraba casi dócil
entre toallas verdes y amarillas
y lycra luminosa compartiendo
fronteras con la piel. Olor a mar templado
y la pereza cómplice
de olas y bañistas: era propicio hundirse
en esas lentejuelas soleadas del agua
o en las selvas pintadas sobre los bañadores,
desmenuzar el velo finísimo de sal
de unos hombros cercanos
y posponer la noche y su aventura.
Parecía la vida un puro litoral
pero avanzó una sombra:
al borrar con saliva la sal de la mañana
pude ver la inscripción junto al omóplato:
FRUTA PERECEDERA. Consumir
de preferencia ahora. El producto se altera fácilmente,
antes que los deseos. No se admiten
reclamaciones.
("cervantes virtual")
lunes, 25 de noviembre de 2019
Oscar Hahn (1938 )
Gladiolos junto al mar
Gladiolos rojos de sangrantes plumas
lenguas del campo llamas olorosas:
de las olas azules amorosas
cartas os llegan: pálidas espumas
Flotan sobre las alas de las brumas
epístolas de polen numerosas
donde a las aguas piden por esposas
gladiolos rojos de sangrantes plumas
Movidas son las olas por el viento
y el pie de los gladiolos van besando
al son de un suave y blando movimiento
y en cada dulce flor de sangre inerte
la muerte va con piel de sal entrando
y entrando van las flores en la muerte
("revista altazor")
Gladiolos rojos de sangrantes plumas
lenguas del campo llamas olorosas:
de las olas azules amorosas
cartas os llegan: pálidas espumas
Flotan sobre las alas de las brumas
epístolas de polen numerosas
donde a las aguas piden por esposas
gladiolos rojos de sangrantes plumas
Movidas son las olas por el viento
y el pie de los gladiolos van besando
al son de un suave y blando movimiento
y en cada dulce flor de sangre inerte
la muerte va con piel de sal entrando
y entrando van las flores en la muerte
("revista altazor")
domingo, 24 de noviembre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Tareas
2.
se refugia en el calor
de su axila como quien
se guarece en el aliento
de un dios;
se toma del muslo izquierdo
como el sediento se pega
al agua fría;
se devora su boca
como el suicida bebe a sorbos
el último aliento;
se lleva a su hambre
la boca del otro como
si le faltara oxígeno;
se trepa a la cumbre
de su cuerpo como quien
lleva el asta del atleta;
cuando toca la cresta
recobra el sufrimiento;
y ríe, agradecido.
(Inédito)
2.
se refugia en el calor
de su axila como quien
se guarece en el aliento
de un dios;
se toma del muslo izquierdo
como el sediento se pega
al agua fría;
se devora su boca
como el suicida bebe a sorbos
el último aliento;
se lleva a su hambre
la boca del otro como
si le faltara oxígeno;
se trepa a la cumbre
de su cuerpo como quien
lleva el asta del atleta;
cuando toca la cresta
recobra el sufrimiento;
y ríe, agradecido.
(Inédito)
viernes, 22 de noviembre de 2019
Pablo Neruda (1904/1973 )
La vida
Que otro se preocupe de los osarios...
El mundo
tiene un color desnudo de manzana: los ríos
arrastran un caudal de medallas silvestres
y en todas partes vive Rosalía la dulce
y Juan el compañero...
Ásperas piedras hacen
el castillo, y el barro más suave que las uvas
con los restos del trigo hizo mi casa.
Anchas tierras, amor, campanas lentas,
combates reservados a la aurora,
cabelleras de amor que me esperaron,
depósitos dormidos de turquesa:
casas, caminos, olas que construyen
una estatua barrida por los sueños,
panaderías en la madrugada,
relojes educados en la arena,
amapolas del trigo circulante,
y estas manos oscuras que amasaron
los materiales de mi propia vida:
hacia vivir se encienden las naranjas
sobre la multitud de los destinos!
Que los sepultureros escarben las materias
aciagas: que levanten
los fragmentos sin luz de la ceniza,
y hablen en el idioma del gusano.
Yo tengo frente a mí sólo semillas,
desarrollos radiantes y dulzura.
("antología de la poesía hispanoamericana 1904-1970", j. olivio jiménez, alianza ed., madrid, 1973)
jueves, 21 de noviembre de 2019
Kirmen Uribe (1970 )
Pájaros en invierno
Nuestra misión era salvar a los pájaros,
salvar a aquellos pájaros atrapados en la nieve.
La mayoría los encontrábamos cerca de la playa,
protegidos por el negro mar.
Los pájaros también eran negros.
Los sacábamos de su escondite y los llevábamos
a casa metidos en los bolsillos.
Pájaros diminutos que apenas cabían en nuestras
pequeñas manos de niño.
Luego, los poníamos junto a la calefacción.
Pero los pájaros duraban muy poco.
En dos o tres horas morían.
Nosotros no entendíamos por qué,
no entendíamos porqué eran tan desagradecidos.
Y eso que les dábamos de comer migas de pan
mojadas en leche y les preparábamos la cama
con bufandas de colores.
En vano, se morían enseguida.
Nuestros padres, enfadados,
nos decían que no lleváramos más pájaros a casa,
que se morían por exceso de calor,
y que la naturaleza es sabia
y que llegaría otra vez la primavera
con sus pájaros.
Nosotros dudábamos por un momento,
quizás nuestros padres tendrán razón.
Sin embargo, al día siguiente volvíamos a la playa
una vez más, a salvar a los pájaros,
aún sabiendo que nuestro esfuerzo no tenía sentido,
que era tan inútil como aquellos copos de nieve que caían al mar.
Y los pájaros seguían muriendo,
los pájaros morían.
Nuestra misión era salvar a los pájaros,
salvar a aquellos pájaros atrapados en la nieve.
La mayoría los encontrábamos cerca de la playa,
protegidos por el negro mar.
Los pájaros también eran negros.
Los sacábamos de su escondite y los llevábamos
a casa metidos en los bolsillos.
Pájaros diminutos que apenas cabían en nuestras
pequeñas manos de niño.
Luego, los poníamos junto a la calefacción.
Pero los pájaros duraban muy poco.
En dos o tres horas morían.
Nosotros no entendíamos por qué,
no entendíamos porqué eran tan desagradecidos.
Y eso que les dábamos de comer migas de pan
mojadas en leche y les preparábamos la cama
con bufandas de colores.
En vano, se morían enseguida.
Nuestros padres, enfadados,
nos decían que no lleváramos más pájaros a casa,
que se morían por exceso de calor,
y que la naturaleza es sabia
y que llegaría otra vez la primavera
con sus pájaros.
Nosotros dudábamos por un momento,
quizás nuestros padres tendrán razón.
Sin embargo, al día siguiente volvíamos a la playa
una vez más, a salvar a los pájaros,
aún sabiendo que nuestro esfuerzo no tenía sentido,
que era tan inútil como aquellos copos de nieve que caían al mar.
Y los pájaros seguían muriendo,
los pájaros morían.
("la orilla de los pájaros", traducción del autor y ana arregui)
martes, 19 de noviembre de 2019
Joan Margarit (1938 )
Caligrafía
Ha apoyado la frente en el cristal
frío, empañado, con trasluz de invierno.
Escribe el nombre de ella y, a través
de las líneas que traza con el dedo,
la ha visto en un paraje solitario
con el mar y las rocas en la noche.
Al fondo, las estrellas: de pronto, las gaviotas
alzan el vuelo como un resplandor
al paso de un falucho. Se ha engañado:
detrás de la ventana hay una calle
que el alba hace más triste, sin un alma,
con coches aparcados.
Tras las líneas comienza a amanecer:
el sol naciente borrará ese nombre
en la escarcha rosada del cristal.
Saturno
Destrozaste mis libros de poemas.
Los lanzaste después por la ventana.
Las páginas, extrañas mariposas,
planeaban encima de la gente.
No sé si ahora nos entenderíamos,
viejos, exhaustos y decepcionados.
Seguramente no. Mejor dejarlo así.
Querías devorarme. Yo, matarte.
Yo, el hijo que tuviste en plena guerra.
("trianarts" y blog autor)
Ha apoyado la frente en el cristal
frío, empañado, con trasluz de invierno.
Escribe el nombre de ella y, a través
de las líneas que traza con el dedo,
la ha visto en un paraje solitario
con el mar y las rocas en la noche.
Al fondo, las estrellas: de pronto, las gaviotas
alzan el vuelo como un resplandor
al paso de un falucho. Se ha engañado:
detrás de la ventana hay una calle
que el alba hace más triste, sin un alma,
con coches aparcados.
Tras las líneas comienza a amanecer:
el sol naciente borrará ese nombre
en la escarcha rosada del cristal.
Saturno
Destrozaste mis libros de poemas.
Los lanzaste después por la ventana.
Las páginas, extrañas mariposas,
planeaban encima de la gente.
No sé si ahora nos entenderíamos,
viejos, exhaustos y decepcionados.
Seguramente no. Mejor dejarlo así.
Querías devorarme. Yo, matarte.
Yo, el hijo que tuviste en plena guerra.
("trianarts" y blog autor)
lunes, 18 de noviembre de 2019
W.S. Merwin (1927/2019 )
El caballo
En un árbol muerto
está el fantasma de un caballo
ningún caballo
fue visto nunca cerca de árbol
pero el árbol nació
de una yegua
retozó con largas zancas
en praderas murmurantes
paró las orejas
alzó y sacudió la cabeza
y de pronto se quedó quieto
comenzando a recordar
mientras se le caían las hojas
("pájaros lanzallamas", trad. maría palomar y jorge esquinca)
En un árbol muerto
está el fantasma de un caballo
ningún caballo
fue visto nunca cerca de árbol
pero el árbol nació
de una yegua
retozó con largas zancas
en praderas murmurantes
paró las orejas
alzó y sacudió la cabeza
y de pronto se quedó quieto
comenzando a recordar
mientras se le caían las hojas
("pájaros lanzallamas", trad. maría palomar y jorge esquinca)
domingo, 17 de noviembre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Lista de espera
Estoy en lista de espera
del cardiólogo quien me dice
que un día estalla como huevo
el corazón.
También fui incluido en la lista
del neumólogo, que me habla
del pulmón carbonizado como
carne asada en domingo.
Sin protagonismos se me incluyó
en la agenda del oftalmólogo
que prepara edipos antes
de su salida triunfal en hombros
del oráculo.
No sé cuando,
sólo diviso en la distancia.
(Inédito)
Estoy en lista de espera
del cardiólogo quien me dice
que un día estalla como huevo
el corazón.
También fui incluido en la lista
del neumólogo, que me habla
del pulmón carbonizado como
carne asada en domingo.
Sin protagonismos se me incluyó
en la agenda del oftalmólogo
que prepara edipos antes
de su salida triunfal en hombros
del oráculo.
No sé cuando,
sólo diviso en la distancia.
(Inédito)
sábado, 16 de noviembre de 2019
Jorge Luis Borges (1899/1986 )
Límites
Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar,
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
Hay un espejo que me ha visto por última vez,
Hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
Hay alguno que ya no abriré,
Este verano cumpliré cincuenta años;
la muerte me desgasta, incesante.
("antología de la nueva poesía latinoamericana 1914-1970", j. olivio jiménez, alianza editorial, 1973).
viernes, 15 de noviembre de 2019
Gerardo Deniz (1934/2014 )
Planta
Descienden las hojas
abrasadas en el aceite pelirrojo del otoño,
cubren el suelo de monstruos raquíticos y tensos
que los pies desmenuzan
como a una especia nada más para el oído.
Desvían, distraen;
a veces engañan.
No dejan pensar. Callamos.
Da largo el paso para pisar aquélla.
("mansalva", sep, lecturas mex., nueva serie, no.85, 1987)
jueves, 14 de noviembre de 2019
Francisca Aguirre (1930 )
No os confundáis
Y cuando ya no quede nada
yo siempre tendré
el recuerdo de lo que no se cumplió.
Cuando me miren con áspera piedad
yo siempre tendré
lo que la vida no pudo ofrecerme.
Creedme:
todo lo que pensáis que fue
destrozo y pérdida
no ha sido más que conjetura.
Y cuando ya no quede nada
siempre tendré lo que me fue negado.
No os confundáis:
con lo que nunca tuve
puedo llenar el mundo palmo a palmo.
Tanto miedo tenéis
que no habéis advertido
la riqueza que se oculta en la pérdida.
Desdichados,
poca ganancia es la vuestra
si nunca habéis perdido nada.
Yo sí he perdido:
yo tengo, como el náufrago,
toda la tierra esperándome.
("lifevestunderyourseat")
Y cuando ya no quede nada
yo siempre tendré
el recuerdo de lo que no se cumplió.
Cuando me miren con áspera piedad
yo siempre tendré
lo que la vida no pudo ofrecerme.
Creedme:
todo lo que pensáis que fue
destrozo y pérdida
no ha sido más que conjetura.
Y cuando ya no quede nada
siempre tendré lo que me fue negado.
No os confundáis:
con lo que nunca tuve
puedo llenar el mundo palmo a palmo.
Tanto miedo tenéis
que no habéis advertido
la riqueza que se oculta en la pérdida.
Desdichados,
poca ganancia es la vuestra
si nunca habéis perdido nada.
Yo sí he perdido:
yo tengo, como el náufrago,
toda la tierra esperándome.
("lifevestunderyourseat")
miércoles, 13 de noviembre de 2019
José Gorostiza (1901/1973 )
Nocturno
El silencio por nadie se quebranta,
y nadie lo deplora.
Sólo se canta
la puesta del sol, desde la aurora.
Mas la luna con ser
de luz a nuestro simple parecer,
nos parece sonora
cuando derraman sus manos ligeras
las ágiles sombra de las palmeras.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973).
martes, 12 de noviembre de 2019
Dana Gioia (1950 )
Pentecostés
Tras la muerte de nuestro hijo
Ni los sufrimientos de la tarde —que aguardan en la casa silenciosa—
ni la noche sin dormir traen alivio cuando el recuerdo
repite su acusación.
Tampoco el dolor matutino por la ilusión del sueño ni oración
alguna improvisada para un dios desconocido
pueden extinguir la llama.
No somos lo que fuimos. La muerte ha sido nuestro pentecostés,
y nuestra inocencia, consumida por estas implacables
lenguas de fuego.
Consuélame con piedras. Sacia mi sed con arena.
Te ofrezco esta mano cicatrizada por la culpa
hasta que otros remuevan nuestras cenizas.
Piedras de mar: una elegía
Amor, cómo el tiempo hace que brille la dureza.
Hay de todos colores, puros o desiguales:
basalto verde, jaspe ensangrentado, cuarzo,
granito y feldespato —hasta piezas de vidrio—,
pulidas por el paciente orfebre de las mareas.
Nacidas de volcanes, temblores y glaciares,
talladas y esculpidas por el viento y el calor,
veteadas, manchadas, brillantes en la espuma.
No hay dos que se parezcan. Hijas de tierra firme,
lanzadas por millones a una costa vacía.
Cuán pequeña la muerte en las rocas. Ligera,
como un hueso astillado que entrega la marea,
un destello entre conchas destruidas y abatidas
por las gaviotas, por la sal y el sol desteñidas:
la vajilla rota de las cosas vivas.
Los cormoranes planean por el callado golfo.
Desde el risco, un halcón me observa, indiferente
a los problemas que he cargado hasta aquí.
Es absurdo ir más lejos, entonces me detengo:
hueco como un madero, muerto como una piedra.
("periódico de poesía", traducción gustavo solórzano-alfaro)
Tras la muerte de nuestro hijo
Ni los sufrimientos de la tarde —que aguardan en la casa silenciosa—
ni la noche sin dormir traen alivio cuando el recuerdo
repite su acusación.
Tampoco el dolor matutino por la ilusión del sueño ni oración
alguna improvisada para un dios desconocido
pueden extinguir la llama.
No somos lo que fuimos. La muerte ha sido nuestro pentecostés,
y nuestra inocencia, consumida por estas implacables
lenguas de fuego.
Consuélame con piedras. Sacia mi sed con arena.
Te ofrezco esta mano cicatrizada por la culpa
hasta que otros remuevan nuestras cenizas.
Piedras de mar: una elegía
Amor, cómo el tiempo hace que brille la dureza.
Hay de todos colores, puros o desiguales:
basalto verde, jaspe ensangrentado, cuarzo,
granito y feldespato —hasta piezas de vidrio—,
pulidas por el paciente orfebre de las mareas.
Nacidas de volcanes, temblores y glaciares,
talladas y esculpidas por el viento y el calor,
veteadas, manchadas, brillantes en la espuma.
No hay dos que se parezcan. Hijas de tierra firme,
lanzadas por millones a una costa vacía.
Cuán pequeña la muerte en las rocas. Ligera,
como un hueso astillado que entrega la marea,
un destello entre conchas destruidas y abatidas
por las gaviotas, por la sal y el sol desteñidas:
la vajilla rota de las cosas vivas.
Los cormoranes planean por el callado golfo.
Desde el risco, un halcón me observa, indiferente
a los problemas que he cargado hasta aquí.
Es absurdo ir más lejos, entonces me detengo:
hueco como un madero, muerto como una piedra.
("periódico de poesía", traducción gustavo solórzano-alfaro)
lunes, 11 de noviembre de 2019
Nicolás Guillén (1902/1989 )
Fusilamiento
1
Van a fusilar
a un hombre que tiene los brazos atados;
hay cuatro soldados
para disparar.
Son cuatro soldados
callados,
pero están amarrados,
lo mismo que el hombre amarrado que van a matar.
2
-¿Puedes escapar?
-¡No puedo correr!
-¡Ya van a tirar!
-¡Qué vamos a hacer!
-Quizá los rifles no estén cargados...
-¡Seis balas tienen de fiero plomo!
-¡Quizá no tiren esos soldados!
-¡Eres un tonto de tomo y lomo!
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
1
Van a fusilar
a un hombre que tiene los brazos atados;
hay cuatro soldados
para disparar.
Son cuatro soldados
callados,
pero están amarrados,
lo mismo que el hombre amarrado que van a matar.
2
-¿Puedes escapar?
-¡No puedo correr!
-¡Ya van a tirar!
-¡Qué vamos a hacer!
-Quizá los rifles no estén cargados...
-¡Seis balas tienen de fiero plomo!
-¡Quizá no tiren esos soldados!
-¡Eres un tonto de tomo y lomo!
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
domingo, 10 de noviembre de 2019
Alda Merini (1931/2009 )
Me decías
Me decías
que el amor es desnudo y sin nadie.
Se veía, cuando hablabas,
Que gravitabas en torno al universo.
Y yo te seguía,
sabiendo que aun caminado sobre la nada
nunca te habrías caído.
La Nada era el mar
que tú milagrosamente estabas atravesando.
Feliz tú
Feliz tú que esparces las semillas por donde
quieres y eres adicto a tu sueño de coral
como el pescador que llora
en las resacas y lanza redes y despedidas
y parte hacia infinitas tierras.
Feliz tú que piensas que el mundo es inmenso
mientras que sólo es un salvoconducto impuro
por la muerte del día.
("esteros", versión de enrique solinas)
Me decías
que el amor es desnudo y sin nadie.
Se veía, cuando hablabas,
Que gravitabas en torno al universo.
Y yo te seguía,
sabiendo que aun caminado sobre la nada
nunca te habrías caído.
La Nada era el mar
que tú milagrosamente estabas atravesando.
Feliz tú
Feliz tú que esparces las semillas por donde
quieres y eres adicto a tu sueño de coral
como el pescador que llora
en las resacas y lanza redes y despedidas
y parte hacia infinitas tierras.
Feliz tú que piensas que el mundo es inmenso
mientras que sólo es un salvoconducto impuro
por la muerte del día.
("esteros", versión de enrique solinas)
sábado, 9 de noviembre de 2019
Sophia de Mello Breyner Andresen (1919/2004 )
Los errores
La confusión el fraude los errores cometidos
La transparencia perdida: el grito
Que no logró atravesar lo opaco
El umbral y lo lineal perdidos
¿Tendrá todo que pasar a ser pasado
Como proyecto fallido abandonado
Como papel que se tira al cesto
Como abismo fracaso no esperanza
O podremos afrontarlo y superarlo
Recomenzar a partir de la página en blanco
Igual que la escritura de un poema obstinado?
("trianarts", traducción ángel campos pámpano)
La confusión el fraude los errores cometidos
La transparencia perdida: el grito
Que no logró atravesar lo opaco
El umbral y lo lineal perdidos
¿Tendrá todo que pasar a ser pasado
Como proyecto fallido abandonado
Como papel que se tira al cesto
Como abismo fracaso no esperanza
O podremos afrontarlo y superarlo
Recomenzar a partir de la página en blanco
Igual que la escritura de un poema obstinado?
("trianarts", traducción ángel campos pámpano)
viernes, 8 de noviembre de 2019
Jorge Teillier (1935/1996 )
Para hablar con los muertos
Para hablar con los muertos
hay que elegir palabras
que ellos reconozcan tan fácilmente
como sus manos
reconocían el pelaje de sus perros en la oscuridad.
Palabras claras y tranquilas
como el agua del torrente domesticada en la copa
o las sillas ordenadas por la madre
después que se han ido los invitados.
Palabras que la noche acoja
como los pantanos a los fuegos fatuos.
Para hablar con los muertos
hay que saber esperar:
ellos son miedosos
como los primeros pasos de un niño.
Pero si tenemos paciencia
un día nos responderán
con una hoja de álamo atrapada por un espejo roto,
con una llama de súbito reanimada en la chimenea
con un regreso oscuro de pájaros
frente a la mirada de una muchacha
que aguarda inmóvil en un umbral.
("circulodepoesia")
Para hablar con los muertos
hay que elegir palabras
que ellos reconozcan tan fácilmente
como sus manos
reconocían el pelaje de sus perros en la oscuridad.
Palabras claras y tranquilas
como el agua del torrente domesticada en la copa
o las sillas ordenadas por la madre
después que se han ido los invitados.
Palabras que la noche acoja
como los pantanos a los fuegos fatuos.
Para hablar con los muertos
hay que saber esperar:
ellos son miedosos
como los primeros pasos de un niño.
Pero si tenemos paciencia
un día nos responderán
con una hoja de álamo atrapada por un espejo roto,
con una llama de súbito reanimada en la chimenea
con un regreso oscuro de pájaros
frente a la mirada de una muchacha
que aguarda inmóvil en un umbral.
("circulodepoesia")
jueves, 7 de noviembre de 2019
Carlos Montemayor (1947/2010 )
Memoria del silencio
Ahora nadie hay en la casa.
Es noche. Es tan solitariamente noche.
Me demoro escribiendo estas palabras
como si así permaneciera un momento más en el mundo
La casa parece escuchar el paso de los recuerdos,
el roce de la ropa sobre los muebles.
Me levanto y miro tras la ventana mucho tiempo.
Todo está quieto, silencioso,
como si la calle solitaria fuese un secreto,
como si en medio de la calle
mi vida estuviera esperando.
("poesiacuatro")
Ahora nadie hay en la casa.
Es noche. Es tan solitariamente noche.
Me demoro escribiendo estas palabras
como si así permaneciera un momento más en el mundo
La casa parece escuchar el paso de los recuerdos,
el roce de la ropa sobre los muebles.
Me levanto y miro tras la ventana mucho tiempo.
Todo está quieto, silencioso,
como si la calle solitaria fuese un secreto,
como si en medio de la calle
mi vida estuviera esperando.
("poesiacuatro")
miércoles, 6 de noviembre de 2019
Carlos Pellicer (1899/1977 )
Soneto postrero
I
Mi voluntad de ser no tiene cielo;
sólo mira hacia abajo y sin mirada.
¿Luz de la tarde o de la madrugada?
Mi voluntad de ser no tiene cielo.
Ni la penumbra de un hermoso duelo
ennoblece mi carne afortunada.
Vida de estatua, muerte inhabitada
sin la jardinería de un anhelo.
Un dormir sin soñar calla y sombrea
el prodigioso imperio de mis ojos
reducido a los grises de una aldea.
Sin la ausencia presente de un pañuelo
se van los días en pobres manojos.
Mi voluntad de ser no tiene cielo.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
martes, 5 de noviembre de 2019
Li-Young Lee (1957 )
Le pido a mi madre que cante
Ella comienza, y mi abuela se une a ella.
Madre e hija cantan como niñas.
Si mi padre estuviera vivo, él tocaría
su acordeón y lo mecería como un barco.
Nunca estuve en Pekín, o en el Palacio de Verano,
ni permanecí en el gran Barco de Piedra para ver
el comienzo de la lluvia en el lago Kuen Ming Lake,
los excursionistas corriendo en la hierba.
Pero me encanta escucharlo cantado;
cómo los lirios acuáticos se llenan de lluvia hasta
volcarse, derramando agua en el agua,
luego vuelven a flotar, y siguen llenándose.
Ambas mujeres han comenzado a llorar.
Pero ninguna detiene su canción.
("tamili", traducción de enrique solinas, tomado del muro fb de éste)
Ella comienza, y mi abuela se une a ella.
Madre e hija cantan como niñas.
Si mi padre estuviera vivo, él tocaría
su acordeón y lo mecería como un barco.
Nunca estuve en Pekín, o en el Palacio de Verano,
ni permanecí en el gran Barco de Piedra para ver
el comienzo de la lluvia en el lago Kuen Ming Lake,
los excursionistas corriendo en la hierba.
Pero me encanta escucharlo cantado;
cómo los lirios acuáticos se llenan de lluvia hasta
volcarse, derramando agua en el agua,
luego vuelven a flotar, y siguen llenándose.
Ambas mujeres han comenzado a llorar.
Pero ninguna detiene su canción.
("tamili", traducción de enrique solinas, tomado del muro fb de éste)
lunes, 4 de noviembre de 2019
Eunice Odio (1919/1974 )
Aprisionada por la espuma
Aprisionada en cárceles de espuma,
en la medida de tu cuerpo,
no veo pasar la noche,
sólo veo el día
que entra por tus axilas transparentes
y te desnuda.
Veo, amor mío,
el lecho donde estamos
y compartimos
las dádivas,
los cielos…
Todo lo que nos negó y afirmó como lo que somos:
mil años de alegría corporal
y materia sin sombra
y palabras
que se dicen diurnamente porque vienen del aire
y hay que oírlas y decirlas
a través de los árboles
y en lo que no se escribe porque aún no se inventa su
nombre;
porque su júbilo
todavía no ha sido descubierto
y las flores de su alrededor
aún no son cosas del viento
(aún no han ido a un invierno ni regresado a la primavera).
("revistaaltazor")
Aprisionada en cárceles de espuma,
en la medida de tu cuerpo,
no veo pasar la noche,
sólo veo el día
que entra por tus axilas transparentes
y te desnuda.
Veo, amor mío,
el lecho donde estamos
y compartimos
las dádivas,
los cielos…
Todo lo que nos negó y afirmó como lo que somos:
mil años de alegría corporal
y materia sin sombra
y palabras
que se dicen diurnamente porque vienen del aire
y hay que oírlas y decirlas
a través de los árboles
y en lo que no se escribe porque aún no se inventa su
nombre;
porque su júbilo
todavía no ha sido descubierto
y las flores de su alrededor
aún no son cosas del viento
(aún no han ido a un invierno ni regresado a la primavera).
("revistaaltazor")
domingo, 3 de noviembre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Poema frutal dos
De un momento a otro llegará al mercado
de frutas la mandarina de este año,
así en cualquier momento se suspenderá
la oferta de lima: el sol
hace su tarea.
Esperaré un año la vuelta de limas
y mandarinas; si aun ando cerca del sol
la tierra el agua y el deseo.
Limas y mandarinas son afines al trópico
ya sea como agua, jugo y té o astringentes;
uno no, uno se extingue, se aplaca,
se marchita a veces lento otras
irreversiblemente pronto,
.
aunque el deseo permanece
agazapado, como fiera amenazada,
como cuchillo necio.
(Inédito)
sábado, 2 de noviembre de 2019
Raúl Garduño (1945/1980 )
Memoria y comunicado
Del sur vienen los días en señales rotas,
el río que deja en las gentes sus orillas,
la campana del polvo que nos llama
desde la piel que alguna vez vivimos,
el astrolabio de la niñez
en la mañana muerta de las cosas reunidas.
El hombre entonces entra en la casa de flores
rumbo a la ceniza,
la piel retoma memoria de sus perdices,
la voz flaquea entre las paredes, sobre los muros del ojo,
levantando los párpados donde la historia, el aullido
como legión de silencio imperecedero,
doma lomos lentamente desalmados
en manos del combatiente.
Así fallece el corazón
custodiado por su nacimiento,
y toma como manjares o como frutos
la atrocidad de su desamparo
y las pistas inhabitadas
para la inauguración de un escombro:
En la extensión portentosa la cripta avanza
desprendiéndose de un espectro.
El ojo murmura en los ojos como el musgo del mar.
Llueve. ¿Qué lampara de espadas
disuelve el manantial inmóvil
que ha bajado a batir la raíz de sus espejos?
¿Qué granizo entrega el dolor y el luto
de tantas piedras?
Ayer y hoy ya no sabemos nunca.
El caballo lleva un siglo en la crin del sortilegio.
La planicie gris de las agujas
se provee de las águilas funestas
que arrojan al vacío la cabeza degollada.
Nada responde por el tiempo.
Nada responde por la sal de las hormigas
que forman un jinete en la resolana de la impaciencia,
y nada vive el forastero al grabar su renombre
en la columna vertiginosa de la pujanza,
si su amor,
a mansalva tras la presa del infinito,
no silba en los pinos de una aldea contra la muerte,
si su amor no desciende la recóndita cuesta de la noche
donde la luna gira
como la daga de otro canto
y organiza la vara de otros ojos
y rema para nunca en la roca de todo vuelo;
si su amor,
si su palabra y sus témpanos fletados
en el cuerpo de las aves,
en el oscuro remolino de la facinerosa sombra,
no toman el espacio de desgarrarlo todo.
("los danzantes espacios estatuarios", ed. gobierno del estado de chiapas, méxico, 1982)
Del sur vienen los días en señales rotas,
el río que deja en las gentes sus orillas,
la campana del polvo que nos llama
desde la piel que alguna vez vivimos,
el astrolabio de la niñez
en la mañana muerta de las cosas reunidas.
El hombre entonces entra en la casa de flores
rumbo a la ceniza,
la piel retoma memoria de sus perdices,
la voz flaquea entre las paredes, sobre los muros del ojo,
levantando los párpados donde la historia, el aullido
como legión de silencio imperecedero,
doma lomos lentamente desalmados
en manos del combatiente.
Así fallece el corazón
custodiado por su nacimiento,
y toma como manjares o como frutos
la atrocidad de su desamparo
y las pistas inhabitadas
para la inauguración de un escombro:
En la extensión portentosa la cripta avanza
desprendiéndose de un espectro.
El ojo murmura en los ojos como el musgo del mar.
Llueve. ¿Qué lampara de espadas
disuelve el manantial inmóvil
que ha bajado a batir la raíz de sus espejos?
¿Qué granizo entrega el dolor y el luto
de tantas piedras?
Ayer y hoy ya no sabemos nunca.
El caballo lleva un siglo en la crin del sortilegio.
La planicie gris de las agujas
se provee de las águilas funestas
que arrojan al vacío la cabeza degollada.
Nada responde por el tiempo.
Nada responde por la sal de las hormigas
que forman un jinete en la resolana de la impaciencia,
y nada vive el forastero al grabar su renombre
en la columna vertiginosa de la pujanza,
si su amor,
a mansalva tras la presa del infinito,
no silba en los pinos de una aldea contra la muerte,
si su amor no desciende la recóndita cuesta de la noche
donde la luna gira
como la daga de otro canto
y organiza la vara de otros ojos
y rema para nunca en la roca de todo vuelo;
si su amor,
si su palabra y sus témpanos fletados
en el cuerpo de las aves,
en el oscuro remolino de la facinerosa sombra,
no toman el espacio de desgarrarlo todo.
("los danzantes espacios estatuarios", ed. gobierno del estado de chiapas, méxico, 1982)
viernes, 1 de noviembre de 2019
Rodolfo Dada (1952 )
Fotografía en sepia
El niño flaco tiene una cuerda
un anzuelo en la mano
y mira la cabeza de ballena en la roca
Sin camisa, el pelo quemado por un sol incandescente
Nada sabe de la escuela
o de una cancha mojada en plena tarde
ignora que escribirá un poema, este poema
solamente ve la cabeza de ballena
Su tristeza será un tigre derrumbado en el barranco:
una generación con la palabra rota
un niño dislocado en plena tarde
un amor al borde de un acantilado
la muerte tragándose a su padre
El trabajo, un camión cargado de tomates
una langosta enganchada en el cirial del Respingue
un trasmallo repleto de medusas azules
Gaudí sentado bajo un diluvio de ranas
en un edificio blanco
Su alegría será un mar encrespado
en la mitad de un abrazo
un 19 de Julio con la barba crecida
en el mercado Oriental de Managua
una hija con la palabra sostenida en los labios
Pero el niño solamente ve la cabeza de ballena en la roca
esperando un cardumen de jureles
("revistaaltazor")
El niño flaco tiene una cuerda
un anzuelo en la mano
y mira la cabeza de ballena en la roca
Sin camisa, el pelo quemado por un sol incandescente
Nada sabe de la escuela
o de una cancha mojada en plena tarde
ignora que escribirá un poema, este poema
solamente ve la cabeza de ballena
Su tristeza será un tigre derrumbado en el barranco:
una generación con la palabra rota
un niño dislocado en plena tarde
un amor al borde de un acantilado
la muerte tragándose a su padre
El trabajo, un camión cargado de tomates
una langosta enganchada en el cirial del Respingue
un trasmallo repleto de medusas azules
Gaudí sentado bajo un diluvio de ranas
en un edificio blanco
Su alegría será un mar encrespado
en la mitad de un abrazo
un 19 de Julio con la barba crecida
en el mercado Oriental de Managua
una hija con la palabra sostenida en los labios
Pero el niño solamente ve la cabeza de ballena en la roca
esperando un cardumen de jureles
("revistaaltazor")
jueves, 31 de octubre de 2019
Evaristo Ribera Chevremont (1896/1976 )
El niño y el farol
I
Por el jardín, de flores
de sombra,viene el niño;
un farol muy lustroso
le relumbra en la mano.
Alumbrada, la cara
del niño resplandece.
En su pelo, los años
dulcemente sonríen.
El niño, que levanta
el farol en su mano,
va hurgando los rincones
del jardín, ya sin nadie.
Va en busca de la gracia
de alguna fantasía.
El jardín sigue al niño,
agitadas sus plantas.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
I
Por el jardín, de flores
de sombra,viene el niño;
un farol muy lustroso
le relumbra en la mano.
Alumbrada, la cara
del niño resplandece.
En su pelo, los años
dulcemente sonríen.
El niño, que levanta
el farol en su mano,
va hurgando los rincones
del jardín, ya sin nadie.
Va en busca de la gracia
de alguna fantasía.
El jardín sigue al niño,
agitadas sus plantas.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
miércoles, 30 de octubre de 2019
Vicente Huidobro (1893/1948 )
El espejo de agua
Mi espejo, corriente por las noches,
Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.
Es un estanque en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.
Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis sueños se alejan como barcos.
De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
Mi espejo, corriente por las noches,
Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.
Es un estanque en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.
Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis sueños se alejan como barcos.
De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
martes, 29 de octubre de 2019
Tom Maver (1985 )
El Sagrado Corazón
En la sala de techos altos y descascarados
del Hospital Israelita, mi abuela terminaba de morir.
La mayor parte del tiempo dormía como un bebé.
En su cuarto, cuando fueron apareciendo
los primeros síntomas, la miraba a ella
y luego el cuadro inmenso
del Sagrado Corazón de Jesús que estaba
en la cabecera de su cama, rodeado de santitos.
En medio de la sordidez del hospital y de ese cáncer
que la postraba, quería un poco de amparo,
ver ese corazón ofrecido chorreando una luz
que sus venas aceptaran mansamente
junto a las corrientes de morfina,
y no sólo su cuerpo de costado con la panza
hinchada y el cansancio que la tumbaba
como si estuviera tranquila. Viéndola así
recordé cuando iba a dormir a su casa,
y con la radio prendida que pasaba
de nueve a tres de la mañana
tangos y folclores, me contaba historias de santos populares.
Y de pronto, tirada ahí, casi nunca despierta,
parecía encarnar a la Difunta Correa secándose
en el desierto sanjuanino, siendo capaz de dar amor
incluso después de muerta, alimentando hasta la inconsciencia
a ese tumor que bebía con suavidad del Sagrado Corazón
de mi abuela, hasta quedarse dormidos, uno
en brazos del otro, quién sabe si soñándose mutuamente.
("revista corónica")
En la sala de techos altos y descascarados
del Hospital Israelita, mi abuela terminaba de morir.
La mayor parte del tiempo dormía como un bebé.
En su cuarto, cuando fueron apareciendo
los primeros síntomas, la miraba a ella
y luego el cuadro inmenso
del Sagrado Corazón de Jesús que estaba
en la cabecera de su cama, rodeado de santitos.
En medio de la sordidez del hospital y de ese cáncer
que la postraba, quería un poco de amparo,
ver ese corazón ofrecido chorreando una luz
que sus venas aceptaran mansamente
junto a las corrientes de morfina,
y no sólo su cuerpo de costado con la panza
hinchada y el cansancio que la tumbaba
como si estuviera tranquila. Viéndola así
recordé cuando iba a dormir a su casa,
y con la radio prendida que pasaba
de nueve a tres de la mañana
tangos y folclores, me contaba historias de santos populares.
Y de pronto, tirada ahí, casi nunca despierta,
parecía encarnar a la Difunta Correa secándose
en el desierto sanjuanino, siendo capaz de dar amor
incluso después de muerta, alimentando hasta la inconsciencia
a ese tumor que bebía con suavidad del Sagrado Corazón
de mi abuela, hasta quedarse dormidos, uno
en brazos del otro, quién sabe si soñándose mutuamente.
("revista corónica")
lunes, 28 de octubre de 2019
Vicente Gerbasi (1913/1992 )
Ámbito de la angustia
No se ha meditado aún sobre estas tristes ruinas.
Participo de la gran alegría que hace cantar con el vino,
luego me hieren los lamentos como a un árbol la tempestad nocturna.
Se pierden conmigo en la sombra
como se pierde la noche en el bálsamo misterioso de la muerte.
Busco mi voz abandonada sobre los mares, en el aire de las islas,
en las comarcas donde habitan los desterrados y los místicos,
y vago bajo la lluvia de los bosques en la soledad.
Como el árbol al borde del abismo, me salva la inquietud perenne,
y me acerca a Dios que vigila tras las músicas terrestres.
Alguien puede llamar a la puerta de alguna vivienda en la noche,
mas solamente aparecerá el rostro del silencio
en medio de la pesadumbre.
No hemos meditado aún para amar y ser serenos.
Oh, si tendiéramos la tristeza como niebla delgada,
serenamente, sobre estos vastos dominios desolados.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
No se ha meditado aún sobre estas tristes ruinas.
Participo de la gran alegría que hace cantar con el vino,
luego me hieren los lamentos como a un árbol la tempestad nocturna.
Se pierden conmigo en la sombra
como se pierde la noche en el bálsamo misterioso de la muerte.
Busco mi voz abandonada sobre los mares, en el aire de las islas,
en las comarcas donde habitan los desterrados y los místicos,
y vago bajo la lluvia de los bosques en la soledad.
Como el árbol al borde del abismo, me salva la inquietud perenne,
y me acerca a Dios que vigila tras las músicas terrestres.
Alguien puede llamar a la puerta de alguna vivienda en la noche,
mas solamente aparecerá el rostro del silencio
en medio de la pesadumbre.
No hemos meditado aún para amar y ser serenos.
Oh, si tendiéramos la tristeza como niebla delgada,
serenamente, sobre estos vastos dominios desolados.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
domingo, 27 de octubre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Dos arco iris
He visto dos arco iris
después de la lluvia;
he recordado que al final
de ese arco en tensión
hay cofres de doblones
de oro para aquel que llegue
por ellos.
La maraña y el vacío que anidan
en el plexo solar me impiden
cualquier salida asì sea
a la puerta de casa.
Es un martes por la tarde
cuando más allá del sol
se exhiben nubes
de presagio de otras
tormentas, más recias.
He visto momentáneamente
dos arco iris desvanecerse,
no me arrepiento de haberlos
descubierto y no haber pedido
deseo alguno,
para que si ya has muerto.
(inedito)
sábado, 26 de octubre de 2019
Gabriel Ferrater (1922/1972 )
Canción del atreverse a poder
Atrévete a poder ser fuerte, y no te detengas:
atrévete a poder ser viejo, que si tienes hijos
un testamento les atará bien corto.
Atrévete a poder que no te guste mucho
ir testado por un mundo que se separa.
Si te sobran hijos, arréglales una guerra.
Atrévete a poder dar trabajo a “charnegos”.
Con tu sueldo, comprarán vino bastante agrio
para que en tres años les pudra los dientes.
No te dé miedo: tú toma el opio de los ricos
(opio, te llega de Escocia y de Roma).
Tú, muchacho nuevo, confía en años futuros.
Bastante tiempo tendrás de hacerte amigos virgilios
que te leguen eneidas que salvar.
Atrévete a poder hacerte persona augusta
cuando tengas tiempo. Y hoy, Octavio, chico,
atrévete a poder degollar a Cicerón.
Barbado Alfonso, emperador de España,
primo de un Santo, y Sabio tú mismo,
fíjate bien, que vendrán otros más sabios
a historiarte, y dirán que eres mal rey:
les has perdido una sucia batalla
que ellos se han atrevido a poderse hacer suya.
Fíjate bien, general, que una patria
se atreve a poner mucha esperanza en ti.
No te atrevas, no, a poder perder batallas.
Pero tampoco hace falta ganarlas todas.
Si tienes napalm con que sembrar campos del Norte,
atrévete a poder perder guerras del Sur.
("antigua vamurta",traducido por pere gimferrer, j.a. goytisolo y josé m. valverde)
viernes, 25 de octubre de 2019
Rosabetty Muñoz (1960 )
No se crían hijos para verlos morir
Ella es una sábana flotando sobre nosotros.
Nada detiene el remolino que alienta su vuelo.
Desde su vientre deshabitado
los ovarios violeta se abren como flores nocturnas.
La ansiedad es un arrecife
donde acerados corales hieren los cuerpos amados.
Sin hijos bajo sus ojos
quisiéramos las madres
ofrecerle un trozo de pañal
para vendar sus muñones o un arca
donde recoger los salados restos.
("revistaaltazor")
Cuando el mar se llevó a sus tres hijos
ella estaba acodada en la puerta de
su casa, pensando en ollas aladas y repletas.
De pronto cayó en un vacío del que surgió
vieja y encorvada. No necesitó entrar para
vestirse de negro. Ya estaba recogiendo flores
cuando salió su hombre con la radio en la
mano, desamparado y tembloroso.
Ella es una sábana flotando sobre nosotros.
Nada detiene el remolino que alienta su vuelo.
Desde su vientre deshabitado
los ovarios violeta se abren como flores nocturnas.
La ansiedad es un arrecife
donde acerados corales hieren los cuerpos amados.
Sin hijos bajo sus ojos
quisiéramos las madres
ofrecerle un trozo de pañal
para vendar sus muñones o un arca
donde recoger los salados restos.
("revistaaltazor")
jueves, 24 de octubre de 2019
Rosabetty Muñoz (1960 )
Hay ovejas y ovejas
Las que comen de cualquier pastizal
y duermen con una sonrisa de satisfacción
en los potreros.
Las que caminan ciegamente
por los caminos acostumbrados.
Las que beben despreocupadas
en los arroyos.
Las que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas van a dar lana abundante
en las esquilas
y serán sabrosas invitadas
en las fiestas de fin de año.
Hay también
las que tuercen las patas
buscando campos de margaritas
y se quedan horas y horas
contemplando los barrancos.
Esas balan toda la gran noche de su vida
encogidas de miedo.
Y hay, por fin,
las malas ovejas descarriadas.
Para ellas y por ellas
son las escondidas raíces
y los mejores y más deliciosos pastos.
("revistaaltazor")
Las que comen de cualquier pastizal
y duermen con una sonrisa de satisfacción
en los potreros.
Las que caminan ciegamente
por los caminos acostumbrados.
Las que beben despreocupadas
en los arroyos.
Las que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas van a dar lana abundante
en las esquilas
y serán sabrosas invitadas
en las fiestas de fin de año.
Hay también
las que tuercen las patas
buscando campos de margaritas
y se quedan horas y horas
contemplando los barrancos.
Esas balan toda la gran noche de su vida
encogidas de miedo.
Y hay, por fin,
las malas ovejas descarriadas.
Para ellas y por ellas
son las escondidas raíces
y los mejores y más deliciosos pastos.
("revistaaltazor")
miércoles, 23 de octubre de 2019
Rosario Castellanos (1925/1974 )
Destierro
Hablábamos la lengua
de los dioses, pero era también nuestro silencio
igual al de las piedras.
Éramos el abrazo de amor en que se unían
el cielo con la tierra.
No, no estábamos solos.
Sabíamos el linaje de cada uno
y los nombres de todos.
Ay, y nos encontrábamos como las muchas ramas
de la ceiba se encuentran en el tronco.
No era como ahora
que parecemos aventadas nubes
o dispersadas hojas.
Estábamos entonces cerca, apretados, juntos.
No era como ahora.
("trianarts")
Hablábamos la lengua
de los dioses, pero era también nuestro silencio
igual al de las piedras.
Éramos el abrazo de amor en que se unían
el cielo con la tierra.
No, no estábamos solos.
Sabíamos el linaje de cada uno
y los nombres de todos.
Ay, y nos encontrábamos como las muchas ramas
de la ceiba se encuentran en el tronco.
No era como ahora
que parecemos aventadas nubes
o dispersadas hojas.
Estábamos entonces cerca, apretados, juntos.
No era como ahora.
("trianarts")
martes, 22 de octubre de 2019
Salvador Novo (1904/1974 )
Retrato de niño
En este retrato
hay un niño mirándome con ojos grandes;
este niño soy yo
y hay la fecha: 1906.
Es la primera vez que me miré atentamente.
Por supuesto que yo hubiera querido
que ese niño hubiera sido más serio,
con esa mano más serena,
con esa sonrisa más fotográfica.
Esta retrospección no remedia, empero,
lo que el fotógrafo, el cumpleaños,
mi mamá, yo y hasta tal vez la fisiología
dimos por resultado en 1906.
("antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970", josé olivio jiménez, alianza editorial, madrid, 1973)
lunes, 21 de octubre de 2019
Manuel Vázquez Montalbán (1939/2003 )
Quand vous serain bien vieille
Cuando seas muy vieja
y yo me haya muerto
descubrirás una tarde las horas
especiales
el aroma de los soles ponientes
lo profundo oscuro del aire
anochecido en las calles sin retorno
vagarás eternamente en busca del espejo
que devuelve instantes felices
-de azul el mar
en nuestra carne sol y deseo-
ante la muerte del tiempo en el cristal
oirás las músicas que nos drogaron
los ruidos cotidianos que nos resucitaban
deslices
de aguas de jabón hacia simas
terribles
cajas de música postales cerebrales
y en el espejo fijo el spot de nuestra vida
con dentaduras blancas y pieles doradas
jóvenes antiguos felices invencibles
mas no dejes que oscurezcan tus ojos
y el espejo extinga su realidad y tu deseo
porque te verías vieja y solitaria
con los ojos dormidos por la angustia
el viento
que se lleva las hojas de un otoño horroroso
cuando seas muy vieja
y yo me haya muerto
rompe espejos retratos recuerdos
ponte bragas de corista diadema de acanto
sal desnuda al balcón y méate en el mundo
antes que te fusilen las ventanas cerradas.
("trianarts")
domingo, 20 de octubre de 2019
Raymond Carver (1938/1988 )
Lluvia
Esta mañana me desperté con la urgencia
terrible de quedarme en la cama todo el día
y leer. La combatí por un minuto.
Después miré la lluvia por la ventana.
Y me rendí. Me puse por entero
en manos de esta mañana lluviosa.
¿Volvería a vivir mi vida otra vez?
¿Cometería los mismos errores imperdonables?
Sí, si tuviera la menor oportunidad. Sí.
("revistaaltazor", versión sandra toro)
Esta mañana me desperté con la urgencia
terrible de quedarme en la cama todo el día
y leer. La combatí por un minuto.
Después miré la lluvia por la ventana.
Y me rendí. Me puse por entero
en manos de esta mañana lluviosa.
¿Volvería a vivir mi vida otra vez?
¿Cometería los mismos errores imperdonables?
Sí, si tuviera la menor oportunidad. Sí.
("revistaaltazor", versión sandra toro)
sábado, 19 de octubre de 2019
Dolores Etchecopar (1956 )
Madre
mi madre es suave como un campo de maíz
pero a veces se oscurece
entonces me siento sobre una piedra
para que me trague el sol
("blogpoemas")
mi madre es suave como un campo de maíz
pero a veces se oscurece
entonces me siento sobre una piedra
para que me trague el sol
("blogpoemas")
viernes, 18 de octubre de 2019
Juan Hernández Ramírez (1951 )
El granizo
El cielo enfurecido brama
y está vestido de manta gris
para espantar a los conejos
dientones de la pradera.
Con su honda de nubes
y mecates de lluvia
tira piedras de agua a la tierra
hasta dejar una blanca capa
en la hondonada
en donde se esconde el tañido del viento.
Los niños de pies descalzos
juegan a comerse el agua
de la piedra celeste.
En el pelo húmedo de los niños
danza un espejo blanco
y el césped se tiñe de verde
con resplandor de colibríes.
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, 2019)
El cielo enfurecido brama
y está vestido de manta gris
para espantar a los conejos
dientones de la pradera.
Con su honda de nubes
y mecates de lluvia
tira piedras de agua a la tierra
hasta dejar una blanca capa
en la hondonada
en donde se esconde el tañido del viento.
Los niños de pies descalzos
juegan a comerse el agua
de la piedra celeste.
En el pelo húmedo de los niños
danza un espejo blanco
y el césped se tiñe de verde
con resplandor de colibríes.
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, 2019)
jueves, 17 de octubre de 2019
Irma Pineda (1974 )
Cándida
Mi madre descifró para mis ojos
el lenguaje de las estrellas
Depositó en mis oídos los cantos de la gente nube
Me enseñó los signos de mi nombre
A usar el ajo en la comida
a evitar el limón cuando viene la regla
a no temer el crujido del techo de madera y teja
cuando la tierra tiembla
Ella resolvía las dudas
Pero nunca le pregunté a mi madre
cómo transcurre la vida
cuando los soldados se llevan al marido
Cómo se enfrenta lo cotidiano
con la incertidumbre tras los pies a cada paso
Con qué palabras se explica a los hijos
qué es "un desaparecido"
Con qué unidad se mide la ausencia
los días oscuros
Cómo nombrar de un solo golpe
las ciudades recorridas buscando un rostro
los espíritus consultados para tener indicios
de dónde encontrar a un desaparecido
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesías, 2019)
Mi madre descifró para mis ojos
el lenguaje de las estrellas
Depositó en mis oídos los cantos de la gente nube
Me enseñó los signos de mi nombre
A usar el ajo en la comida
a evitar el limón cuando viene la regla
a no temer el crujido del techo de madera y teja
cuando la tierra tiembla
Ella resolvía las dudas
Pero nunca le pregunté a mi madre
cómo transcurre la vida
cuando los soldados se llevan al marido
Cómo se enfrenta lo cotidiano
con la incertidumbre tras los pies a cada paso
Con qué palabras se explica a los hijos
qué es "un desaparecido"
Con qué unidad se mide la ausencia
los días oscuros
Cómo nombrar de un solo golpe
las ciudades recorridas buscando un rostro
los espíritus consultados para tener indicios
de dónde encontrar a un desaparecido
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesías, 2019)
miércoles, 16 de octubre de 2019
Pedro Uc Be (1963 )
Se han secado
Secos despertaron mis labios,
buscaron precipitados los tuyos
pero también se habían secado.
No es la falta de besos,
ni la falta de humedad de tu cuerpo.
Es la lluvia que desarraigaron
los blanco guardianes de monte,
los patronatos premios contra la milpa,
los rasgos de billetes verdes,
es la complicidad del indio vacío.
Secaron los cenotes sagrados,
convirtieron mi calabazo en coca cola,
intoxicaron tu pezón con pócima,
petrolizaron mi jícara de pozole
y tus labios los convirtieron en disecado pez.
Se han secado mis labios,
se han secado tus labios,
se han robado nuestras aguas,
sólo nos queda el amor,
pero, ¿cómo humedecerlo?
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, méx., 2019)
Secos despertaron mis labios,
buscaron precipitados los tuyos
pero también se habían secado.
No es la falta de besos,
ni la falta de humedad de tu cuerpo.
Es la lluvia que desarraigaron
los blanco guardianes de monte,
los patronatos premios contra la milpa,
los rasgos de billetes verdes,
es la complicidad del indio vacío.
Secaron los cenotes sagrados,
convirtieron mi calabazo en coca cola,
intoxicaron tu pezón con pócima,
petrolizaron mi jícara de pozole
y tus labios los convirtieron en disecado pez.
Se han secado mis labios,
se han secado tus labios,
se han robado nuestras aguas,
sólo nos queda el amor,
pero, ¿cómo humedecerlo?
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, méx., 2019)
martes, 15 de octubre de 2019
Mikeas Sánchez (1980 )
Mojk'jkaya
Seis
Hablo también por todas las vìrgenes y rameras
que nunca conocieron el amor
aquéllas que apagaron bajo su cama
la hoguera del deseo
mientras esperaban la hora de la muerte
con su rosario de plata.
Hablo por todas las muchachas perpetuas
que guardaron todo el odio bajo el plisado de su falda
haciendo de su cama un santuario
donde ningún hombre quiso guarecerse
y tuvieron hijos ciegos e hijas tuertas
que mordieron sus vientres
hasta el final de sus días.
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, méx., 2019)
Seis
Hablo también por todas las vìrgenes y rameras
que nunca conocieron el amor
aquéllas que apagaron bajo su cama
la hoguera del deseo
mientras esperaban la hora de la muerte
con su rosario de plata.
Hablo por todas las muchachas perpetuas
que guardaron todo el odio bajo el plisado de su falda
haciendo de su cama un santuario
donde ningún hombre quiso guarecerse
y tuvieron hijos ciegos e hijas tuertas
que mordieron sus vientres
hasta el final de sus días.
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, méx., 2019)
lunes, 14 de octubre de 2019
Manuel Espinosa Sainos (1972 )
foto muro fb del autor
A distancia
Cubre mis pezones
con la saliva de tu ausencia,
lámelos una y otra vez,
quiero sentir en mi piel
el fruto de tu abandono,
vierte tu néctar en mi espalda,lámeme otra vez,
bésame bruscamente
con los labios de la soledad,
muerde mi boca desde allá
donde las piedras despiertan,
acarìciame todo,
hasta sangrar mi cuerpo,
hazme el amor
con toda la rudeza de la distancia.
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, 2019)
domingo, 13 de octubre de 2019
Uriel Martínez (1950 )
Lluvia
Si me pidieras música no dudaría
en ofrecerte la voz de María Bethânia
mientras la lluvia tupida, uniforme
se embroca en las prendas
que el vecino retira de las cuerdas
y moja su camisa azul.
Si me pidieras silencio mientras
escuchas las cortinas del cielo
reacomodarse sobre nubes apretadas,
no sé si me quedaría callado,
al tanto del agua que cae
en asfalto y patios.
Si me pidieras café humeante,
un tarro de té verde, una infusión
de manzanilla y miel, tres gotas
de limón en la palma de tu mano,
un colirio mientras la tarde
se vuelve noche, te diría que sí
y dejaría el cuaderno, el lápiz,
el aliento para después.
(Inédito)
sábado, 12 de octubre de 2019
Sixto Cabrera González (1974 )
Poema
Removemos la tierra
Como hormigas rojas
Que buscan
Entre recuerdos y páginas
Los versos perdidos
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, 2019)
Removemos la tierra
Como hormigas rojas
Que buscan
Entre recuerdos y páginas
Los versos perdidos
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, 2019)
viernes, 11 de octubre de 2019
Claribel Alegría (1924/2018 )
Carta a un desterrado
Mi querido Odiseo:
Ya no es posible más
esposo mío
que el tiempo pase y vuele
y no te cuente yo
de mi vida en Itaca.
Hace ya muchos años
que te fuiste
tu ausencia nos pesó
a tu hijo
y a mí.
Empezaron a cercarme
pretendientes
eran tantos
tan tenaces sus requiebros
que apiadándose un dios
de mi congoja
me aconsejó tejer
una tela sutil
interminable
que te sirviera a ti
como sudario.
Si llegaba a concluirla
tendría yo sin mora
que elegir un esposo.
Me cautivó la idea
que al levantarse el sol
me ponía a tejer
y destejía por la noche.
Así pasé tres años
pero ahora, Odiseo,
mi corazón suspira por un joven
tan bello como tú cuando eras mozo
tan hábil con el arco
y con la lanza.
Nuestra casa está en ruinas
y necesito un hombre
que la sepa regir
Telémaco es un niño todavía
y tu padre un anciano
preferible, Odiseo
que no vuelvas
los hombres son más débiles
no soportan la afrenta.
De mi amor hacia ti
no queda ni un rescoldo
Telémaco está bien
ni siquiera pregunta por su padre
es mejor para ti
que te demos por muerto.
Sé por los forasteros
de Calipso
y de Circe
aprovecha Odiseo
si eliges a Calipso
recuperarás la juventud
si es Circe la elegida
serás entre sus chanchos
el supremo.
Espero que esta carta
no te ofenda
no invoques a los dioses
será en vano
recuerda a Menelao
con Helena
por esa guerra loca
han perdido la vida
nuestros mejores hombres
y estás tú donde estás.
No vuelvas, Odiseo
te suplico.
Tu discreta Penélope.
("elhacedordesueños")
Mi querido Odiseo:
Ya no es posible más
esposo mío
que el tiempo pase y vuele
y no te cuente yo
de mi vida en Itaca.
Hace ya muchos años
que te fuiste
tu ausencia nos pesó
a tu hijo
y a mí.
Empezaron a cercarme
pretendientes
eran tantos
tan tenaces sus requiebros
que apiadándose un dios
de mi congoja
me aconsejó tejer
una tela sutil
interminable
que te sirviera a ti
como sudario.
Si llegaba a concluirla
tendría yo sin mora
que elegir un esposo.
Me cautivó la idea
que al levantarse el sol
me ponía a tejer
y destejía por la noche.
Así pasé tres años
pero ahora, Odiseo,
mi corazón suspira por un joven
tan bello como tú cuando eras mozo
tan hábil con el arco
y con la lanza.
Nuestra casa está en ruinas
y necesito un hombre
que la sepa regir
Telémaco es un niño todavía
y tu padre un anciano
preferible, Odiseo
que no vuelvas
los hombres son más débiles
no soportan la afrenta.
De mi amor hacia ti
no queda ni un rescoldo
Telémaco está bien
ni siquiera pregunta por su padre
es mejor para ti
que te demos por muerto.
Sé por los forasteros
de Calipso
y de Circe
aprovecha Odiseo
si eliges a Calipso
recuperarás la juventud
si es Circe la elegida
serás entre sus chanchos
el supremo.
Espero que esta carta
no te ofenda
no invoques a los dioses
será en vano
recuerda a Menelao
con Helena
por esa guerra loca
han perdido la vida
nuestros mejores hombres
y estás tú donde estás.
No vuelvas, Odiseo
te suplico.
Tu discreta Penélope.
("elhacedordesueños")
jueves, 10 de octubre de 2019
Juventino Gutiérrez Gómez (1985 )
El manjar
Leticia,
esta mañana los periódicos declaran
que ya no eres la mesera
más deseada por los altos ejecutivos de Sanborn`s
Eres el plato del día en un terreno baldío.
("xochitlajoli", poesía contemporánea en lenguas originarias de Mèxico, ed. círculo de poesía, Méx. 2019)
Leticia,
esta mañana los periódicos declaran
que ya no eres la mesera
más deseada por los altos ejecutivos de Sanborn`s
Eres el plato del día en un terreno baldío.
("xochitlajoli", poesía contemporánea en lenguas originarias de Mèxico, ed. círculo de poesía, Méx. 2019)
miércoles, 9 de octubre de 2019
Rómulo Bustos (1954 )
Poema de las pertenencias
A la hermana pertenecía el lado izquierdo
de la casa
Y las piedras pulidas que parecen soles
También eran suyos el color amarillo
Y la palabra alamud pronunciada suavemente,
los botones en forma de pequeños emperadores,
el santo y seña para entrar y salir de los espejos
(una vez quedó aprisionada en el espejo de la sala
y debió revelarme su secreto)
Eran míos
el fulgor de las nubes que anuncian la lluvia,
el juego de la peregrina, el palo yaya, las telas
crujientes como las alas de las grandes moscas,
la mitad de la palabra para abrir el día...
La otra mitad era de la hermana
Subíamos a la ventana bajo los trompeteros
y repetíamos: sayana, sayana
y la luz se asomaba como doblando una esquina
del mundo
A veces no despertábamos y desde el sueño
soñábamos sayana
Era entonces más brillante el cielo
Nunca nos preguntamos
a quién pertenecían los dados cargados
del tiempo
("arcadia")
A la hermana pertenecía el lado izquierdo
de la casa
Y las piedras pulidas que parecen soles
También eran suyos el color amarillo
Y la palabra alamud pronunciada suavemente,
los botones en forma de pequeños emperadores,
el santo y seña para entrar y salir de los espejos
(una vez quedó aprisionada en el espejo de la sala
y debió revelarme su secreto)
Eran míos
el fulgor de las nubes que anuncian la lluvia,
el juego de la peregrina, el palo yaya, las telas
crujientes como las alas de las grandes moscas,
la mitad de la palabra para abrir el día...
La otra mitad era de la hermana
Subíamos a la ventana bajo los trompeteros
y repetíamos: sayana, sayana
y la luz se asomaba como doblando una esquina
del mundo
A veces no despertábamos y desde el sueño
soñábamos sayana
Era entonces más brillante el cielo
Nunca nos preguntamos
a quién pertenecían los dados cargados
del tiempo
("arcadia")
martes, 8 de octubre de 2019
Efraín Huerta (1914/1982 )
Eres, amor, el brazo con heridas
Eres, amor, el brazo con heridas
y la pisada en falso sobre un cielo.
Eres el que se duerme, solitario,
en el pequeño bosque de mi pecho.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
Eres el viejo llanto y la tristeza,
la soledad y el río de la virtud,
el brutal aletazo del insomnio
y el sacrificio de una noche ciega.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
Eres un frágil nido, recinto de veneno,
despiadada piedad, ángel caído,
enlutado candor de adolescencia
que hubiese transcurrido como un sueño.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
Eres lo que me mata, lo que ahoga
el pequeño ideal de ir viviendo.
Eres desesperanza, triste estatua
de polvo nada más, de envidia sorda.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
("cómo cantaba mayo en la noche")
Eres, amor, el brazo con heridas
y la pisada en falso sobre un cielo.
Eres el que se duerme, solitario,
en el pequeño bosque de mi pecho.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
Eres el viejo llanto y la tristeza,
la soledad y el río de la virtud,
el brutal aletazo del insomnio
y el sacrificio de una noche ciega.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
Eres un frágil nido, recinto de veneno,
despiadada piedad, ángel caído,
enlutado candor de adolescencia
que hubiese transcurrido como un sueño.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
Eres lo que me mata, lo que ahoga
el pequeño ideal de ir viviendo.
Eres desesperanza, triste estatua
de polvo nada más, de envidia sorda.
Eres, amor, la flor del falso nombre.
("cómo cantaba mayo en la noche")
lunes, 7 de octubre de 2019
Álvaro Luquín (1984 )
No encuentro a mi mamá
¿Qué pasó entre nosotros, madre,
aquel funesto 11 de septiembre?
Nos debatíamos entre torres y aviones
mientras llenaban de sensores mi pecho.
Por qué no escapé de aquel dealer
que usó mi ingenuidad
y mi obsesión por el Acid House.
Si mal no recuerdo, el cardiólogo
dijo, en tono melancólico: tu cuerpo
no aguanta una línea más.
Lloramos. No. Tú lloraste.
Y antes de irnos le pregunté…
Me dijo que sí. Que fue culpa del gobierno.
Una excusa para la guerra.
("carruaje de pájaros")
domingo, 6 de octubre de 2019
Mario Santiago Papasquiaro (1953/1998 )
foto google
Tatuaje
Mi poesía es mi semilla obsesiva
la sandía parpadeante con que me baño & me muerdo
mi orquesta-adnauseam de niños perdidos
la radio-naranja de mis transmisiones más ácidas
Vista yo como pollo sin patas
o jarro de barro con frijoles acedos
Mueva yo mis pulmones cual alfiles o torres
o a puras burbujas de camaralenta
desde la golden catatonia / desde el clorofórmico estatus
a la manera del jazz de Coltrane
me desentierre & salpique
Mi poesía es mi sonrisa
mi lujuria / mi gula
mi galáctico estilo de vagabundear sin 1 quinto
mi engrapado pasito
mi catapulta proteica de extraño sabor & mejor condimento
el puente de instantes & besos
que elijo & elijo / como veneno & escudo
el lote baldío donde a silbidos de humo
prendidísimo a mi plumaje / a mis garras
atentísimo sólo a mi propio almuerzo desnudo
a la ½ de 1 pesadilla
en el cuarto oscuro de 1 pildorita con alas
en menos de lo que chilla 1 relámpago
con sólo hacerme ven ven con tu dedo
caminando muy en ti
vas a encontrarme
vas a encontrarme
("revistaaltazor")
sábado, 5 de octubre de 2019
Elvio Romero (1926/2004 )
Así es ella, me dije
Así es ella, me dije; es la alegría
remota y honda que de pronto llega
a despejar el nudo que se debe
desanudar en la penumbra inquieta.
Noche y albor, me dije,
todo llegó a mi corazón por ella;
llegó el sabor oculto del deseo,
el presagio de ardor que en mí resuena.
Es mi cuerpo, me dije,
reconociendo su esplendor en ella,
el bosque entero de mi sangre, el pulso
y el latido secreto de su fuerza.
La imagen que conservo
de las verdes raíces de mi tierra;
ella es el tiempo mío, el del verano
en el regazo inmóvil de la siesta.
Así mismo, me dije,
es su fulgor herido en la belleza,
ella es el largo trecho recorrido
surtiéndose de entraña y sementera.
Así mismo, me dije,
callado abrigo que abrigó mis huellas,
el justo sueño que escogí en la lucha,
la libertad por la que canto es ella!
("blogpoemas")
Así es ella, me dije; es la alegría
remota y honda que de pronto llega
a despejar el nudo que se debe
desanudar en la penumbra inquieta.
Noche y albor, me dije,
todo llegó a mi corazón por ella;
llegó el sabor oculto del deseo,
el presagio de ardor que en mí resuena.
Es mi cuerpo, me dije,
reconociendo su esplendor en ella,
el bosque entero de mi sangre, el pulso
y el latido secreto de su fuerza.
La imagen que conservo
de las verdes raíces de mi tierra;
ella es el tiempo mío, el del verano
en el regazo inmóvil de la siesta.
Así mismo, me dije,
es su fulgor herido en la belleza,
ella es el largo trecho recorrido
surtiéndose de entraña y sementera.
Así mismo, me dije,
callado abrigo que abrigó mis huellas,
el justo sueño que escogí en la lucha,
la libertad por la que canto es ella!
("blogpoemas")
viernes, 4 de octubre de 2019
Homero Pumarol (1971 )
Soy otro poeta
No me visita la Diosa poesía,
después de haber jugado en mi cama tantos años,
bajo juramento mi soledad le ha confesado:
“El poeta ya no se hace daño”.
La maldita no soporta verme sobrio,
dobla mis espejos, desdobla mis sueños,
un millón de palabras suenan, suenan, suenan...
hasta que mi serenidad levanta su tormento.
No entiende que soy otro poeta,
ya no quemo mi cerebro a metaforazos,
disfruto más el fuego de cada palabra
y prefiero la templanza al azur maldito.
Como si nunca hubiera masticado vidrio,
tragando millones de palabras por segundo,
ahora puedo crear sin límites,
respiro cada vez mejor, respiro cada vez más libre.
("omni-bus")
No me visita la Diosa poesía,
después de haber jugado en mi cama tantos años,
bajo juramento mi soledad le ha confesado:
“El poeta ya no se hace daño”.
La maldita no soporta verme sobrio,
dobla mis espejos, desdobla mis sueños,
un millón de palabras suenan, suenan, suenan...
hasta que mi serenidad levanta su tormento.
No entiende que soy otro poeta,
ya no quemo mi cerebro a metaforazos,
disfruto más el fuego de cada palabra
y prefiero la templanza al azur maldito.
Como si nunca hubiera masticado vidrio,
tragando millones de palabras por segundo,
ahora puedo crear sin límites,
respiro cada vez mejor, respiro cada vez más libre.
("omni-bus")
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