Sergio y Simón forman la primera pareja de extranjeros no residentes (son paraguayos) que dieron el sí en la ciudad de Rosario, la primera en nuestro país que habilitó esta opción por la que ya consultaron más de 200 parejas.
La boda entre extranjeros no residentes (turistas, que quede claro) era un hito que parte la historia en dos. No se trataba de una boda más, de las casi 5 mil que ya se realizaron en todo el país: significaba una ampliación de derechos para nuestro colectivo que tendría un alcance internacional. Se realizó en Rosario y fue la primera de las realizadas bajo esta resolución provincial.
Pasadas las 11 de la mañana, y después de haber respondido las preguntas de la prensa de su país, el biólogo y presidente de la organización paraguaya SomosGay, Simón Cazal, y su pareja Sergio López dieron el sí ante la jueza del Distrito Centro de Rosario y los testigos que acompañaron: Silvia Ausgburger, autora del proyecto de ley del matrimonio igualitario; Mónica Fein, intendenta de la ciudad; Rubén Mayorga, delegado regional de Onusida; y su marido, Eric Chiclayo, que protagonizaron la primera boda de extranjeros residentes en Buenos Aires hace un año.
“Vinimos a Rosario por la cercanía geográfica y porque tenemos muchos amigos aquí”, decía Cazal a Soy, y entendía que con este acto de amor estaban “cambiando para siempre la historia del movimiento LGBT de Paraguay”. Y animaron a otras parejas a hacer lo mismo para pedirle a su país que reconozca estas uniones. Simón pidió ayuda a una de las periodistas paraguayas para traducir la emoción que sentía al guaraní: avy’ a eterei (“estoy muy feliz”), señaló ataviado con camisa blanca de fino tejido, pantalón negro y fajas coloridas.
En un recinto lleno de medios, activistas y políticos que apoyaron la celebración, las familias de los contrayentes dijeron presente, y hasta dejaron que el sobrinito de Simón posara para las fotos, lo que escandalizó a la prensa del país vecino. “Ahora nos espera una gran lucha por delante para ser reconocidos en nuestra patria”, decía el flamante marido. Mientras eso ocurría, el Registro Civil de Asunción anunciaba que no reconocería ningún matrimonio que no sea entre hombre y mujer.
“Somos cristianos adventistas del Séptimo Día, Dios no discrimina a nadie, es una mala interpretación de los versículos bíblicos”, señaló por su parte Omar Aliani, de la organización Kinship, mientras repartía folletos a favor del movimiento gay. También estuvieron presentes María Rachid, el movimiento Las Fulanas y la organización Vox, entre otras.
No es la primera vez que un Registro Civil deja una marca en la historia local: acá también debutó el casamiento laico, en 1867, bajo la gobernación de Nicasio Oroño. Tampoco es la primera vez que dos extranjeros contraen enlace en la Argentina. Unas 83 parejas homosexuales residentes en el país ya pasaron por el Registro y salieron con su libreta. Lo que sucedió en esta oportunidad es que ambos miembros de la pareja residen en otro país y, a través de una resolución del gobierno santafesino, sólo basta con fijar residencia temporal de unas 96 horas en la ciudad para poder acceder a la posibilidad de casarse. Esta resolución ocurre por el momento unilateralmente en la provincia de Santa Fe, pero se espera que luego de la reunión nacional de autoridades del Registro Civil, el próximo 18 de abril, se logre hacerla extensiva a todo el país. El de Simón y Sergio fue el primer matrimonio gay que se celebra en el marco de la flamante circular Nº 5 del 22 de febrero de 2012, después de remover un obstáculo fáctico como es la residencia de los contrayentes. Además contó que distintas provincias se mostraron interesadas al respecto.
“Queríamos que fuera nuestra ciudad la que diera la oportunidad a una pareja de otro país de concretar su aspiración de unirse por el amor”, indicó la intendenta Fein, y defendió el valor agregado de Rosario de trabajar a favor de la igualdad. Además envió un mensaje al país del idioma dulce y la yerba mate: “Cuando se discutió este tema, había muchos temores, hasta creían que iba a cambiar la cultura, y nosotros les decimos que el cambio fue para bien, para aceptar la diversidad y el amor entre dos personas que quieren construir un futuro común más allá de su identidad de género”.
Más de 200 parejas consultaron para realizar su casamiento en la ciudad, previendo un boom turístico. Por el momento, Argentina es el único país, de los diez que aprobaron el matrimonio igualitario, que permite las uniones a extranjeros no residentes, y es válido para otros países donde rige la ley de matrimonio para parejas del mismo sexo, como para aquellos que aún no y pretenden hacerlo vía judicial.
(nota de Gabriel Ovideo tomada en préstamo de "Soy", suplemento de Página/12, argentino.)
viernes, 30 de marzo de 2012
Adrienne Rich (1929/ 2012)
Sueño que soy la muerte de Orfeo
Camino rápidamente a través de las estrías de luz y sombra
que arroja una arcada
Soy una mujer en la plenitud de la vida, con ciertos poderes
y estos poderes limitados severamente
por autoridades a las que pocas veces veo el rostro.
Soy una mujer en la plenitud de la vida
que conduce a su poeta muerto en un Rolls-Royce negro
por un paisaje de crepúsculo y espinas.
Una mujer con una cierta misión
que la dejará intacta si se obedece al pie de la letra.
Una mujer con los nervios de una pantera
una mujer con contactos entre los Ángeles del Infierno
una mujer que siente la grandeza de sus poderes
cn el preciso momento en que no debe usarlos
una mujer comprometida con la lucidez
que ve, a través de la confusión, los fuegos humeantes
de estas calles subterráneas
a su poeta muerto aprendiendo a caminar hacia atrás, contra el viento,
por el lado equivocado del espejo
(texto tomado de internet,versión de María Soledad Sánchez Gómez.)
Camino rápidamente a través de las estrías de luz y sombra
que arroja una arcada
Soy una mujer en la plenitud de la vida, con ciertos poderes
y estos poderes limitados severamente
por autoridades a las que pocas veces veo el rostro.
Soy una mujer en la plenitud de la vida
que conduce a su poeta muerto en un Rolls-Royce negro
por un paisaje de crepúsculo y espinas.
Una mujer con una cierta misión
que la dejará intacta si se obedece al pie de la letra.
Una mujer con los nervios de una pantera
una mujer con contactos entre los Ángeles del Infierno
una mujer que siente la grandeza de sus poderes
cn el preciso momento en que no debe usarlos
una mujer comprometida con la lucidez
que ve, a través de la confusión, los fuegos humeantes
de estas calles subterráneas
a su poeta muerto aprendiendo a caminar hacia atrás, contra el viento,
por el lado equivocado del espejo
(texto tomado de internet,versión de María Soledad Sánchez Gómez.)
Los periodistas no lloran
Desde 2007, mi trabajo como reportera mutó a la misma velocidad en la que cambió México, este adolorido país mío. Sin haber sido enviada al extranjero me convertí en corresponsal de guerra, cubriendo la guerra doméstica que comenzó en la frontera norte y ha ido extendiéndose como incendio hasta el centro y sur de este, mi país.
Era una periodista que cubría la (in)eficacia de los programas sociales destinados a los pobres pero la realidad me sacudió a mí como a muchos colegas que siempre nos habíamos prometido que nunca íbamos a cubrir noticias sobre narcotráfico pero, de pronto, ya estábamos en un pueblo donde una noche antes ocurrió una masacre, ya en una escena del crimen, ya en un velorio, ya intentando descifrar los crueles mensajes que los asesinos se envían a través de cuerpos decapitados, calcinados, encobijados, degollados, disueltos en ácido, torturados, masacrados. Improvisando la cobertura de la mejor manera que pudimos.
Así, varios empezamos a describir las desgracias de los pueblos pobres obligados al cultivo de amapola, la tragedia del juvenicidio, el drama de los pueblos exiliados por la violencia, las denuncias de los presos que fueron torturados para autoinculparse como sicarios, el aumento a las violaciones de los derechos humanos. A las redacciones no tardaron en llegar personas con fotos del familiar desaparecido por el ejército, la policía, los narcos o por causas desconocidas que después se convirtieron en multitud. Y así, sin preparación de por medio, comencé a cubrir los efectos de la violencia de estos años en los que nunca termino de sorprenderme.
Recorrí las calles de Ciudad Juárez –la ciudad más mortífera del mundo y el epicentro de la violencia– con un agente funerario al que acompañé en su recorrido, volando de escena del crimen en escena del crimen, mientras ofrecía sus servicios a los deudos de los jóvenes muertos a rafagazos . El negocio era muy competido. A su lado supe que la muerte era un buen negocio: hasta los músicos de las cantinas se alquilaban en las entradas de los panteones para ver si los contrataban para amenizar los frecuentes velorios.
El administrador del cementerio parecía ser el único personaje, dentro de la industria funeraria, que sufría. Explicaba que de tanta carroza fúnebre que llegaba con difuntos tenía que fungir como controlador aéreo que daba paso a un cortejo mientras hacía esperar a los otros, siempre con el miedo de que los difuntos no hubieran sido enemigos que se asesinaron en el mismo “evento”, para que sus familiares o amigos no se remataran al encontrarse allí.
Al menos tres veces la morgue se saturó. Varias veces los hospitales se quedaron sin sangre por tanto joven que llegaba rafagueado y que acababa todas las reservas.
Conocí a una niña de 7 años que me confió que no pidió nada a Santa Clós , consciente de que el anciano estaba siendo extorsionado, como todos en su ciudad. “Sé que le pidieron la cuota”, me dijo muy seria. La sonrisa se me quitó cuando me dijo que la directora de su escuela primaria renunció cuando la amenazaron con poner una bomba si los maestros no pagaban derecho de piso al cártel, y cuando se acordó de que las clases se suspendieron el día en que se llevaba a cabo el concurso sobre el Himno Nacional porque en la calle se desató la balacera.
Me enteré de la historia de un hombre que, molesto por tantos cadáveres que dejaban en el terreno baldío de enfrente a su casa, colocó un letrero: “Prohibido tirar cadáveres y basura”. Después él fue una de las víctimas mortales que cayeron en ese mismo lote que tanto cuidaba.
Platiqué con la directora de una organización social que se angustiaba por tanta matazón y por los huérfanos que quedaban desatendidos. Al año siguiente, cuando la visité para saber si ya había inaugurado los talleres de duelo para esos niños, me contó que su hijo era uno de ellos. Que en esa comezón asesina habían matado al hombre que era su padre.
Dos años después, en 2010, el gobierno local creó un fondo para atender a tanto niño y niña huérfano. Sólo en esa ciudad 10 mil personas, en cuatro años, han sido asesinadas. Acudí a los “Talleres de Duelo” organizados en distintas parroquias por mujeres que intentan hacer milagros para sanar corazones. La aspiración en que en 12 sesiones la familia pueda procesar tanto dolor y recuperar su vida. En una de esas clases vi a los niños huérfanos autorretratándose como un corazón tasajeado , herido a cuchillazos; como nubes llorosas en tormenta infinita; como volcanes a punto de explotar; como leones enfurecidos. En esos espacios se dan cuenta que hay muchos otros que perdieron a sus papás como ellos, que la violencia es generalizada.
Eso que describo no ocurre en todo México. Pero ha ocurrido en muchos pueblos, ciudades y estados enteros donde se libran las guerras con granadazos, bazukas, metralletas, por cárteles de la droga que se disputan las ‘plazas’ entre ellos y contra el ejército y la policía. La violencia no se siente en el Distrito Federal, que sigue siendo un oasis, pero ocurre en la ciudad donde me crié, en donde vive mi familia y mis amigos y nos va cercando y estrangulando.
La referencia a la guerra no es metafórica. En ciudades del norte del país, como Culiacán o Nuevo Laredo, los padres de familia tienen que informarse a través de Internet o Twitter por qué calles conducirán para llevar a sus hijos a la escuela. En esa decisión se les puede ir la vida pues pueden encontrar una balacera.
Tener la guerra en casa no es fácil. Uno no puede fingir que no ocurre o blindarse para no escuchar los lamentos de las víctimas. Las libretas se van llenando de agravios, horrores, sinsentidos. Por eso, el año pasado decidí publicar un libro que diera cuenta de lo que en mi país estaba pasando, de nuestro holocausto. Hoy me doy cuenta de que muchas historias que relato aún las tengo atravesadas. No he podido exorcizarlas. Se me meten en las pesadillas. Me enfrento, como muchos otros periodistas, a crisis de identidad: ¿Si lloro cuando la señora me cuenta que se llevaron a los ocho varones de su familia, o cuando la mujer me dice que rafaguearon a su marido de 36 balazos, aún soy periodista? ¿O debo dedicarme a otra cosa? En esta elección que hice de dedicarme a cubrir a las víctimas, una tarde tuve frente a mí una hilera de 30 mujeres, todas con las fotos de sus hijos, sus esposos, sus padres, sus hermanos en la mano, que hacían fila porque querían contarme su historia. Ese día me sentí sola, desbordada, frágil. Aunque nunca tan sola como ellas.
En otros momentos he acompañado a esas familias cuando participan con otras en talleres donde toman herramientas y fortaleza para seguir buscando al suyo que tienen perdido. Ellas no toman talleres de duelo, el duelo es para los muertos y a los suyos nadie los ha declarado “no vivos”.
Las he visto tomando sus anotaciones sobre las leyes internacionales que obligan al gobierno a buscar desaparecidos, los métodos de búsqueda, los mecanismos, y, lo más duro, técnicas de exhumación forense. Las he visto abrazarse, prometerse continuar buscando, y yo me abrazo con ellas, en este deseo infinito de que los que no están, regresen.
Una de ellas, una tarde se acercó con mi libro en mano, donde era mencionada en un capítulo con muchas otras. Me pidió que le escribiera una dedicatoria para su hijo de 9 años, para que sepa que estos años lo ha estado buscando. Sí, yo soy testigo de su búsqueda.
Me emociona hasta las lágrimas verlas hablando por micrófono, perdiendo miedo a la gente, rompiendo el silencio para que otros conozcan lo que viven, recorriendo el país buscando a los suyos. (Escribo en femenino porque la mayoría son mujeres.) –¿Y usted que hace aquí? ¿No se ha cansado? –pregunté a una de ellas que salió de la frontera norte y marchaba, en la llamada Caravana del Dolor, allá por Guatemala, mostrando la foto de su hija.
–Es que tengo la esperanza de que mi hija me vea. Y siento en mi interior que ya me vio.
Las historias del dolor son siempre de amor infinito. De padres, madres e hijos que dan la vida enfrentándose a la maquinaria del horror y de la impunidad.
La gente tampoco se ha quedado paralizada. Conozco el esfuerzo de artistas que salen a las calles a leer poemas o montar obras de teatro en los barrios donde ocurrió alguna masacre. Sé de organizaciones barriales que recuperan un parque que fue abandonado desde que apareció un cuerpo sin cabeza. He visto a hiphoperos que van cantando mensajes de esperanza. Periodistas que se empeñan a devolverle el rostro y el nombre a los muertos. Colectivos de médicos que marchan pidiendo paz.
Aunque el Distrito Federal, la capital del país, sigue siendo un oasis, una burbuja, la violencia no ha dejado a nadie intacto y a todos nos toca. No falta a quién quisieron secuestrar en la carretera a Morelos, donde vacacionaban los chilangos . O el que tiene un primo desaparecido en el norte. O quien teme por su padre, que trabaja en una región aguacatera en manos de los narcos. Todos conocen un caso de extorsión, desaparición, secuestro, tortura o muerte.
Se apachurra el corazón cuando sabes de la amiga que decidió exiliarse porque, a punta de pistola, la bajaron de su camioneta en la calle. Cuando sabes de la amiga que cerró el negocio porque unos hombres que dijeron ser narcos le exigieron la cuota. O que tu propia madre que te narra cómo siente miedo cuando está esperando a que cambie la luz del semáforo y una camioneta lujosa se estaciona al lado: está pendiente, no vaya a ser que se les ocurra balearla en este momento. O el primo que llegó a la gasolinera y vio unos cuerpos tirados.
Cada tanto la sangre salpica al DF, ya sea porque nos enteramos de que hubo un decomiso de droga o el arresto de un capo en una zona residencial. O porque aparecen, botados como bolsas de basura, esos cadáveres con la firma de la mafia en el cuerpo.
Este sexenio del presidente Felipe Calderón cambió la vida a los mexicanos. Ahora, antes de ir de vacaciones preguntamos rutas seguras. Caminos donde no secuestren. Playas donde no haya balaceras. Investigamos los lugares donde no hay que pararse a echarle gasolina al automóvil.
A veces, en la redacción de la revista donde trabajo, me cuestiono si quiero seguir documentando tanto horror. La desolación me ha tocado varias veces como durante la cobertura del hallazgo de una fosa clandestina, en Tamaulipas, de la que fueron sacados 198 cuerpos. En la antesala de la morgue vi llegar a centenares de familias que recorren el país, rodeando montañas, preguntando en hospitales, asomándose en cementerios, poniendo denuncias en fiscalías, buscando a los suyos.
De pronto comencé a escribir notas sobre la experiencia internacional de exhumaciones de cementerios clandestinos en Guatemala, Ruanda, Perú, Argentina o Bosnia, o los métodos de identificación de cadáveres y la toma de muestras de ADN.
Las noticias aún para nosotros dejaron de tener una lógica en lugares como Tamaulipas donde documentamos el asesinato de 72 migrantes, o los asesinatos de los pasajeros de autobuses de los que sólo llegaron sus maletas a la terminal. En Nuevo León, estado vecino, el calcinamiento de 55 personas en un casino. Siempre algo supera peor. Como cuando hablé con los padres de algunos jóvenes desaparecidos en Tijuana donde operó un narcotraficante apodado El Pozolero, que acostumbraba a disolver a sus víctimas en ácido. Ellos ya no buscan cuerpos, buscaban dientes. Esa noche la pasé mirando al techo.
Un tiempo se puso en duda si esto es una guerra. Ahora nadie lo cuestiona. ¿Qué es si no cuando hablamos de asesinados, desaparecidos, heridos, desplazados, refugiados, secuestrados, extorsionados, exiliados, torturados, fosas clandestinas, huérfanos, viudas o “bajas colaterales”? Cuando calculamos más de 50 mil muertos, 12 mil personas desaparecidas y cientos de miles de desplazados.
En esta cobertura las palabras de las víctimas se te van quedando, te habitan: –¿Por qué vinieron recién ahora si llevábamos meses diciendo que todo por acá estaba horrible? –Acá no necesitamos soldados, necesitamos psicólogos, cuando salimos a la plaza las mujeres comienzan a llorar recordando la hilera que nos dejaron con tres cabezas… –Me dijeron que me van a cortar la lengua pero no me importa, con la muerte de mi hijo me mataron en vida… –¿Será que tenemos nosotros que enfrentarnos a los narcos y rescatar a nuestros familiares de donde los tienen retenidos?...
En las guerras sale lo mejor y lo peor. Aparecen nuestras Madres de la Plaza de Mayo, versión mexicana, que en las zonas silenciadas gritan que les devuelvan a sus hijos. La última vez que les hablé estaban desencantadas: el fiscal al que entregaron las indagaciones era del bando de “los malos”, trabajaba “para ellos”. Algunos de estos padres en busca del hijo perdido hacen mucha falta, como Don Nepo, el hombre que recorría el país con las fotos de su hijo y sus tres amigos desaparecidos, que le pidió ayuda al Presidente y semanas después fue asesinado.
De pronto los periodistas comenzamos a hablar con términos de empresas trasnacionales. Tenemos que hacer un mapa de actores, un protocolo de seguridad, un plan de entrada y salida, contactos de emergencia, por si algo ocurre. En los talleres aprendemos a encriptar información para transmitir sin riesgo a nuestras redacciones.
Todo a ritmo acelerado. A ritmo de un sexenio. El sexenio de los muertos.
Una amiga me contó una anécdota que ilustra el cambio. Cuando le dijo a su hijo que acababa de fallecer su abuelita éste le respondió: –¿Cuándo la ejecutaron, mamá? Ver todo desde la extrañeza, desde el no acostumbramiento, no es fácil. Es un reto mantener viva la indignación y la esperanza. También aprender a manejar el miedo. Y maniobrar para que esto no nos robe la alegría de vivir.
Esta carta está escrita desde la emergencia. El tiempo ahora es un lujo desde que somos corresponsales de guerra y la guerra la tenemos en casa.
(Crónica de Marcela Turati, "Al pie del volcán mexicano te escribo", en Letra Ñ, Clarín, diario argentino.)
Era una periodista que cubría la (in)eficacia de los programas sociales destinados a los pobres pero la realidad me sacudió a mí como a muchos colegas que siempre nos habíamos prometido que nunca íbamos a cubrir noticias sobre narcotráfico pero, de pronto, ya estábamos en un pueblo donde una noche antes ocurrió una masacre, ya en una escena del crimen, ya en un velorio, ya intentando descifrar los crueles mensajes que los asesinos se envían a través de cuerpos decapitados, calcinados, encobijados, degollados, disueltos en ácido, torturados, masacrados. Improvisando la cobertura de la mejor manera que pudimos.
Así, varios empezamos a describir las desgracias de los pueblos pobres obligados al cultivo de amapola, la tragedia del juvenicidio, el drama de los pueblos exiliados por la violencia, las denuncias de los presos que fueron torturados para autoinculparse como sicarios, el aumento a las violaciones de los derechos humanos. A las redacciones no tardaron en llegar personas con fotos del familiar desaparecido por el ejército, la policía, los narcos o por causas desconocidas que después se convirtieron en multitud. Y así, sin preparación de por medio, comencé a cubrir los efectos de la violencia de estos años en los que nunca termino de sorprenderme.
Recorrí las calles de Ciudad Juárez –la ciudad más mortífera del mundo y el epicentro de la violencia– con un agente funerario al que acompañé en su recorrido, volando de escena del crimen en escena del crimen, mientras ofrecía sus servicios a los deudos de los jóvenes muertos a rafagazos . El negocio era muy competido. A su lado supe que la muerte era un buen negocio: hasta los músicos de las cantinas se alquilaban en las entradas de los panteones para ver si los contrataban para amenizar los frecuentes velorios.
El administrador del cementerio parecía ser el único personaje, dentro de la industria funeraria, que sufría. Explicaba que de tanta carroza fúnebre que llegaba con difuntos tenía que fungir como controlador aéreo que daba paso a un cortejo mientras hacía esperar a los otros, siempre con el miedo de que los difuntos no hubieran sido enemigos que se asesinaron en el mismo “evento”, para que sus familiares o amigos no se remataran al encontrarse allí.
Al menos tres veces la morgue se saturó. Varias veces los hospitales se quedaron sin sangre por tanto joven que llegaba rafagueado y que acababa todas las reservas.
Conocí a una niña de 7 años que me confió que no pidió nada a Santa Clós , consciente de que el anciano estaba siendo extorsionado, como todos en su ciudad. “Sé que le pidieron la cuota”, me dijo muy seria. La sonrisa se me quitó cuando me dijo que la directora de su escuela primaria renunció cuando la amenazaron con poner una bomba si los maestros no pagaban derecho de piso al cártel, y cuando se acordó de que las clases se suspendieron el día en que se llevaba a cabo el concurso sobre el Himno Nacional porque en la calle se desató la balacera.
Me enteré de la historia de un hombre que, molesto por tantos cadáveres que dejaban en el terreno baldío de enfrente a su casa, colocó un letrero: “Prohibido tirar cadáveres y basura”. Después él fue una de las víctimas mortales que cayeron en ese mismo lote que tanto cuidaba.
Platiqué con la directora de una organización social que se angustiaba por tanta matazón y por los huérfanos que quedaban desatendidos. Al año siguiente, cuando la visité para saber si ya había inaugurado los talleres de duelo para esos niños, me contó que su hijo era uno de ellos. Que en esa comezón asesina habían matado al hombre que era su padre.
Dos años después, en 2010, el gobierno local creó un fondo para atender a tanto niño y niña huérfano. Sólo en esa ciudad 10 mil personas, en cuatro años, han sido asesinadas. Acudí a los “Talleres de Duelo” organizados en distintas parroquias por mujeres que intentan hacer milagros para sanar corazones. La aspiración en que en 12 sesiones la familia pueda procesar tanto dolor y recuperar su vida. En una de esas clases vi a los niños huérfanos autorretratándose como un corazón tasajeado , herido a cuchillazos; como nubes llorosas en tormenta infinita; como volcanes a punto de explotar; como leones enfurecidos. En esos espacios se dan cuenta que hay muchos otros que perdieron a sus papás como ellos, que la violencia es generalizada.
Eso que describo no ocurre en todo México. Pero ha ocurrido en muchos pueblos, ciudades y estados enteros donde se libran las guerras con granadazos, bazukas, metralletas, por cárteles de la droga que se disputan las ‘plazas’ entre ellos y contra el ejército y la policía. La violencia no se siente en el Distrito Federal, que sigue siendo un oasis, pero ocurre en la ciudad donde me crié, en donde vive mi familia y mis amigos y nos va cercando y estrangulando.
La referencia a la guerra no es metafórica. En ciudades del norte del país, como Culiacán o Nuevo Laredo, los padres de familia tienen que informarse a través de Internet o Twitter por qué calles conducirán para llevar a sus hijos a la escuela. En esa decisión se les puede ir la vida pues pueden encontrar una balacera.
Tener la guerra en casa no es fácil. Uno no puede fingir que no ocurre o blindarse para no escuchar los lamentos de las víctimas. Las libretas se van llenando de agravios, horrores, sinsentidos. Por eso, el año pasado decidí publicar un libro que diera cuenta de lo que en mi país estaba pasando, de nuestro holocausto. Hoy me doy cuenta de que muchas historias que relato aún las tengo atravesadas. No he podido exorcizarlas. Se me meten en las pesadillas. Me enfrento, como muchos otros periodistas, a crisis de identidad: ¿Si lloro cuando la señora me cuenta que se llevaron a los ocho varones de su familia, o cuando la mujer me dice que rafaguearon a su marido de 36 balazos, aún soy periodista? ¿O debo dedicarme a otra cosa? En esta elección que hice de dedicarme a cubrir a las víctimas, una tarde tuve frente a mí una hilera de 30 mujeres, todas con las fotos de sus hijos, sus esposos, sus padres, sus hermanos en la mano, que hacían fila porque querían contarme su historia. Ese día me sentí sola, desbordada, frágil. Aunque nunca tan sola como ellas.
En otros momentos he acompañado a esas familias cuando participan con otras en talleres donde toman herramientas y fortaleza para seguir buscando al suyo que tienen perdido. Ellas no toman talleres de duelo, el duelo es para los muertos y a los suyos nadie los ha declarado “no vivos”.
Las he visto tomando sus anotaciones sobre las leyes internacionales que obligan al gobierno a buscar desaparecidos, los métodos de búsqueda, los mecanismos, y, lo más duro, técnicas de exhumación forense. Las he visto abrazarse, prometerse continuar buscando, y yo me abrazo con ellas, en este deseo infinito de que los que no están, regresen.
Una de ellas, una tarde se acercó con mi libro en mano, donde era mencionada en un capítulo con muchas otras. Me pidió que le escribiera una dedicatoria para su hijo de 9 años, para que sepa que estos años lo ha estado buscando. Sí, yo soy testigo de su búsqueda.
Me emociona hasta las lágrimas verlas hablando por micrófono, perdiendo miedo a la gente, rompiendo el silencio para que otros conozcan lo que viven, recorriendo el país buscando a los suyos. (Escribo en femenino porque la mayoría son mujeres.) –¿Y usted que hace aquí? ¿No se ha cansado? –pregunté a una de ellas que salió de la frontera norte y marchaba, en la llamada Caravana del Dolor, allá por Guatemala, mostrando la foto de su hija.
–Es que tengo la esperanza de que mi hija me vea. Y siento en mi interior que ya me vio.
Las historias del dolor son siempre de amor infinito. De padres, madres e hijos que dan la vida enfrentándose a la maquinaria del horror y de la impunidad.
La gente tampoco se ha quedado paralizada. Conozco el esfuerzo de artistas que salen a las calles a leer poemas o montar obras de teatro en los barrios donde ocurrió alguna masacre. Sé de organizaciones barriales que recuperan un parque que fue abandonado desde que apareció un cuerpo sin cabeza. He visto a hiphoperos que van cantando mensajes de esperanza. Periodistas que se empeñan a devolverle el rostro y el nombre a los muertos. Colectivos de médicos que marchan pidiendo paz.
Aunque el Distrito Federal, la capital del país, sigue siendo un oasis, una burbuja, la violencia no ha dejado a nadie intacto y a todos nos toca. No falta a quién quisieron secuestrar en la carretera a Morelos, donde vacacionaban los chilangos . O el que tiene un primo desaparecido en el norte. O quien teme por su padre, que trabaja en una región aguacatera en manos de los narcos. Todos conocen un caso de extorsión, desaparición, secuestro, tortura o muerte.
Se apachurra el corazón cuando sabes de la amiga que decidió exiliarse porque, a punta de pistola, la bajaron de su camioneta en la calle. Cuando sabes de la amiga que cerró el negocio porque unos hombres que dijeron ser narcos le exigieron la cuota. O que tu propia madre que te narra cómo siente miedo cuando está esperando a que cambie la luz del semáforo y una camioneta lujosa se estaciona al lado: está pendiente, no vaya a ser que se les ocurra balearla en este momento. O el primo que llegó a la gasolinera y vio unos cuerpos tirados.
Cada tanto la sangre salpica al DF, ya sea porque nos enteramos de que hubo un decomiso de droga o el arresto de un capo en una zona residencial. O porque aparecen, botados como bolsas de basura, esos cadáveres con la firma de la mafia en el cuerpo.
Este sexenio del presidente Felipe Calderón cambió la vida a los mexicanos. Ahora, antes de ir de vacaciones preguntamos rutas seguras. Caminos donde no secuestren. Playas donde no haya balaceras. Investigamos los lugares donde no hay que pararse a echarle gasolina al automóvil.
A veces, en la redacción de la revista donde trabajo, me cuestiono si quiero seguir documentando tanto horror. La desolación me ha tocado varias veces como durante la cobertura del hallazgo de una fosa clandestina, en Tamaulipas, de la que fueron sacados 198 cuerpos. En la antesala de la morgue vi llegar a centenares de familias que recorren el país, rodeando montañas, preguntando en hospitales, asomándose en cementerios, poniendo denuncias en fiscalías, buscando a los suyos.
De pronto comencé a escribir notas sobre la experiencia internacional de exhumaciones de cementerios clandestinos en Guatemala, Ruanda, Perú, Argentina o Bosnia, o los métodos de identificación de cadáveres y la toma de muestras de ADN.
Las noticias aún para nosotros dejaron de tener una lógica en lugares como Tamaulipas donde documentamos el asesinato de 72 migrantes, o los asesinatos de los pasajeros de autobuses de los que sólo llegaron sus maletas a la terminal. En Nuevo León, estado vecino, el calcinamiento de 55 personas en un casino. Siempre algo supera peor. Como cuando hablé con los padres de algunos jóvenes desaparecidos en Tijuana donde operó un narcotraficante apodado El Pozolero, que acostumbraba a disolver a sus víctimas en ácido. Ellos ya no buscan cuerpos, buscaban dientes. Esa noche la pasé mirando al techo.
Un tiempo se puso en duda si esto es una guerra. Ahora nadie lo cuestiona. ¿Qué es si no cuando hablamos de asesinados, desaparecidos, heridos, desplazados, refugiados, secuestrados, extorsionados, exiliados, torturados, fosas clandestinas, huérfanos, viudas o “bajas colaterales”? Cuando calculamos más de 50 mil muertos, 12 mil personas desaparecidas y cientos de miles de desplazados.
En esta cobertura las palabras de las víctimas se te van quedando, te habitan: –¿Por qué vinieron recién ahora si llevábamos meses diciendo que todo por acá estaba horrible? –Acá no necesitamos soldados, necesitamos psicólogos, cuando salimos a la plaza las mujeres comienzan a llorar recordando la hilera que nos dejaron con tres cabezas… –Me dijeron que me van a cortar la lengua pero no me importa, con la muerte de mi hijo me mataron en vida… –¿Será que tenemos nosotros que enfrentarnos a los narcos y rescatar a nuestros familiares de donde los tienen retenidos?...
En las guerras sale lo mejor y lo peor. Aparecen nuestras Madres de la Plaza de Mayo, versión mexicana, que en las zonas silenciadas gritan que les devuelvan a sus hijos. La última vez que les hablé estaban desencantadas: el fiscal al que entregaron las indagaciones era del bando de “los malos”, trabajaba “para ellos”. Algunos de estos padres en busca del hijo perdido hacen mucha falta, como Don Nepo, el hombre que recorría el país con las fotos de su hijo y sus tres amigos desaparecidos, que le pidió ayuda al Presidente y semanas después fue asesinado.
De pronto los periodistas comenzamos a hablar con términos de empresas trasnacionales. Tenemos que hacer un mapa de actores, un protocolo de seguridad, un plan de entrada y salida, contactos de emergencia, por si algo ocurre. En los talleres aprendemos a encriptar información para transmitir sin riesgo a nuestras redacciones.
Todo a ritmo acelerado. A ritmo de un sexenio. El sexenio de los muertos.
Una amiga me contó una anécdota que ilustra el cambio. Cuando le dijo a su hijo que acababa de fallecer su abuelita éste le respondió: –¿Cuándo la ejecutaron, mamá? Ver todo desde la extrañeza, desde el no acostumbramiento, no es fácil. Es un reto mantener viva la indignación y la esperanza. También aprender a manejar el miedo. Y maniobrar para que esto no nos robe la alegría de vivir.
Esta carta está escrita desde la emergencia. El tiempo ahora es un lujo desde que somos corresponsales de guerra y la guerra la tenemos en casa.
(Crónica de Marcela Turati, "Al pie del volcán mexicano te escribo", en Letra Ñ, Clarín, diario argentino.)
jueves, 29 de marzo de 2012
Virgilio Piñera (1912- 1979)
Testamento
Como he sido iconoclasta
me niego a que me hagan estatua:
si en la vida he sido carne,
en la muerte no quiero ser mármol.
Como yo soy de un lugar
de demonios y de ángeles,
en ángel y demonio muerto
seguiré por esas calles...
En tal eternidad veré
nuevos demonios y ángeles,
con ellos conversaré
en un lenguaje cifrado.
Y todos entenderán
el yo no lloro, mi hermano....
Así fui, así viví,
así soñé. Pasé el trance.
(texto tomado de internet.)
miércoles, 28 de marzo de 2012
Calor para el bello Daniel
Mensajes de solidaridad y compasión por la muerte de Daniel Zamudio en el parque en que fue sacrificado por cuatro neonazis de entre 20 y 26 años, ya detenidos, en las próximas horas será sepultado. Foto de Efe tomada de El País. |
Todos somos Daniel el chileno
Tras ser anunciada el fin de semana su muerte cerebral, y después de tres días de cierta confusión sobre la irreversibilidad o no de su estado, este martes 27, a las 19:45 horas (hora de Chile) ha fallecido Daniel Zamudio, víctima de una brutal agresión homófoba, en el Hospital de Urgencia de la Asistencia Pública de Santiago de Chile.
Se hace tan duro a veces vivir en este mundo… Convivir con animales como Raúl López, Fabián Mora, Patricio Ahumada o Alejandro Angulo. Raúl López dijo que, cuando le rompieron la pierna a Daniel “sonaron como unos huesos de pollo, y como ya el muchacho estaba muy mal, nos fuimos cada uno por su lado”. A Daniel le dieron golpes hasta que perdió el conocimiento. Apagaron cigarrillos en su cuerpo, le destrozaron la cara (no puedo ni imaginarlo), le tiraron piedras en el estómago, en la cara otra vez… Le arrancaron un trozo de oreja. Rompieron una botella en su cabeza. De nuevo su cabeza: debió ser difícil para los asesinos acabar con tanta belleza, con sus ojos, sobre todo con sus ojos. Con los cristales dibujaron tres esvásticas en su piel, por si quedaban dudas. Usaron una de sus piernas como palanca hasta que se rompió. Los médicos han dicho que sus órganos están tan estropeados que ni sirven para la donación.
No sé por qué me ha afectado tanto la muerte de Daniel, quizá porque evolucionaba favorablemente y pensé que se salvaría. Me he sentido tan cerca de Daniel que cuando leí la noticia sobre su muerte cerebral fue como si hubiera sido la de un hijo mío. Quizá lo era de todas formas. Nuestro hijo chileno.
Quizá saber que las últimas palabras de Daniel habrían sido dichas en mi lengua materna me acerca más al caso: quizá dijo “socorro”, “ayuda” o “mamá”. Esta vez no fue en Laramie (Wyoming) ni en un suburbio de Bagdad de nombre impronunciable, tan lejano quizá por eso, sino en el Parque de San Borja, en el centro de Santiago de Chile. De poco le valió a Daniel la santa advocación del parque, ni eso le valió. Los insultos de los asesinos habrían sido entendidos por mí sin traducción. Su odio no, claro: eso jamás lo entenderé. A Daniel le torturaron y asesinaron por ser homosexual: un delito de odio, que no es más que una forma de materializar una acción incitada por los que lanzan la piedra y esconden la mano. De nada sirve castigar al descerebrado ejecutor si no se ataja el problema desde la raíz, desde el que lanza la piedra.
Es intolerable que en España, el Tribunal Constitucional lleve más de seis años discutiendo sobre un tema que queda meridianamente claro en el Artículo 14 de la Constitución: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social. Cualquiera que no entienda esto alienta a los que mataron a Daniel Zamudio. Como los mensajes de odio lanzados desde los púlpitos de muchas religiones (con escrupuloso cuidado algunas de ellas: “os queremos pero sois un error”).
Hemos avanzado mucho en los últimos años pero Daniel murió solo, y para nuestra desgracia mañana pasará aquí y tenemos que defendernos. La situación ha cambiado: la razón siempre ha estado de nuestra parte pero ahora también lo está la ley. Somos visibles, y estamos por eso en el punto de mira. Pero ya no estamos solos, no debemos avergonzarnos ni tener miedo a nada. Cualquiera de nosotros tiene amigos con los que está en contacto continuo a través de móviles. Los móviles hacen fotos, avisan a la policía, mandan un mensaje a cientos de personas a la vez. Debemos crear redes de solidaridad para una defensa conjunta y efectiva de las agresiones. No hablo de crear patrullas de vigilancia pero sí de no mirar para otro lado o salir corriendo. Algo tan simple como una llamada de teléfono puede salvar vidas como la de Daniel.
Daniel, que la tierra te sea leve puesto que tú antes fuiste leve, tan leve, con ella.
(crónica del Putojacktwist, reproducida de blog "Dosmanzanas".)
Se hace tan duro a veces vivir en este mundo… Convivir con animales como Raúl López, Fabián Mora, Patricio Ahumada o Alejandro Angulo. Raúl López dijo que, cuando le rompieron la pierna a Daniel “sonaron como unos huesos de pollo, y como ya el muchacho estaba muy mal, nos fuimos cada uno por su lado”. A Daniel le dieron golpes hasta que perdió el conocimiento. Apagaron cigarrillos en su cuerpo, le destrozaron la cara (no puedo ni imaginarlo), le tiraron piedras en el estómago, en la cara otra vez… Le arrancaron un trozo de oreja. Rompieron una botella en su cabeza. De nuevo su cabeza: debió ser difícil para los asesinos acabar con tanta belleza, con sus ojos, sobre todo con sus ojos. Con los cristales dibujaron tres esvásticas en su piel, por si quedaban dudas. Usaron una de sus piernas como palanca hasta que se rompió. Los médicos han dicho que sus órganos están tan estropeados que ni sirven para la donación.
No sé por qué me ha afectado tanto la muerte de Daniel, quizá porque evolucionaba favorablemente y pensé que se salvaría. Me he sentido tan cerca de Daniel que cuando leí la noticia sobre su muerte cerebral fue como si hubiera sido la de un hijo mío. Quizá lo era de todas formas. Nuestro hijo chileno.
Quizá saber que las últimas palabras de Daniel habrían sido dichas en mi lengua materna me acerca más al caso: quizá dijo “socorro”, “ayuda” o “mamá”. Esta vez no fue en Laramie (Wyoming) ni en un suburbio de Bagdad de nombre impronunciable, tan lejano quizá por eso, sino en el Parque de San Borja, en el centro de Santiago de Chile. De poco le valió a Daniel la santa advocación del parque, ni eso le valió. Los insultos de los asesinos habrían sido entendidos por mí sin traducción. Su odio no, claro: eso jamás lo entenderé. A Daniel le torturaron y asesinaron por ser homosexual: un delito de odio, que no es más que una forma de materializar una acción incitada por los que lanzan la piedra y esconden la mano. De nada sirve castigar al descerebrado ejecutor si no se ataja el problema desde la raíz, desde el que lanza la piedra.
Es intolerable que en España, el Tribunal Constitucional lleve más de seis años discutiendo sobre un tema que queda meridianamente claro en el Artículo 14 de la Constitución: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social. Cualquiera que no entienda esto alienta a los que mataron a Daniel Zamudio. Como los mensajes de odio lanzados desde los púlpitos de muchas religiones (con escrupuloso cuidado algunas de ellas: “os queremos pero sois un error”).
Hemos avanzado mucho en los últimos años pero Daniel murió solo, y para nuestra desgracia mañana pasará aquí y tenemos que defendernos. La situación ha cambiado: la razón siempre ha estado de nuestra parte pero ahora también lo está la ley. Somos visibles, y estamos por eso en el punto de mira. Pero ya no estamos solos, no debemos avergonzarnos ni tener miedo a nada. Cualquiera de nosotros tiene amigos con los que está en contacto continuo a través de móviles. Los móviles hacen fotos, avisan a la policía, mandan un mensaje a cientos de personas a la vez. Debemos crear redes de solidaridad para una defensa conjunta y efectiva de las agresiones. No hablo de crear patrullas de vigilancia pero sí de no mirar para otro lado o salir corriendo. Algo tan simple como una llamada de teléfono puede salvar vidas como la de Daniel.
Daniel, que la tierra te sea leve puesto que tú antes fuiste leve, tan leve, con ella.
(crónica del Putojacktwist, reproducida de blog "Dosmanzanas".)
martes, 27 de marzo de 2012
La miel de sus ojos
¿Literatura norteña?
Desde hace tiempo he insistido en que la literatura mexicana está en crisis. Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo, más de un beso me dieron (y más de un bofetón). ¿En qué me baso para proferir tal blasfemia? En la proliferación de la novela histórica y en el abuso de la narconarrativa. Sumemos a lo anterior que el pobre espacio que resta en las mesas de novedades es acaparado por la obra completa de Fuentes y Vargas Llosa. Si esto no es una dictadura, qué es.
No faltará quien me eche en cara que la literatura goza de buena salud, que se escribe todos los días. Entiendo. Pero no voy a ir cada mañana a tocarle la puerta a mi vecino para que me permita leer sus poemas. Aunque nos cueste aceptarlo, el mercado domina el acceso a los contenidos. Entonces, alguien me pedirá que rectifique. Que asevere solamente que la literatura que pertenece al mundo editorial es la que se encuentra en crisis. Pero no existe diferencia. Es la misma. Si en la actualidad la literatura consiste en repetir modelos, la crisis es más profunda de lo que supongo. La práctica nacional de las letras ha devenido en una fábrica de güevones. A los jóvenes escritores ya no les interesa narrar historias. Si añadimos que en los últimos años el autor que ha vendido más novelas sobre México es un chileno, Roberto Bolaño, podemos hacernos una idea de lo desolador que resulta el panorama de las letras mexicanas.
Pero la crisis no es exclusiva de las letras mexicanas, también campea sobre la «literatura norteña». La que se produce en el Norte de la República. Y si tomamos en cuenta que gran parte de la reputación de la literatura en el país es sostenida por las letras norteñas, la crisis resulta tremebunda. Y por si fuera poco, no existen dudas de que la literatura norteña atraviesa por una crisis en sí misma. Es una narrativa que empieza a fenecer. No hablamos entonces ya de una crisis. Si fracasa mañana la literatura norteña, qué sostendrá a las letras nacionales.
Entonces surge un cuestionamiento: ¿cómo puede desfallecer algo que no ha alcanzado su esplendor? Lo que nos lleva a una interrogante más interesante: ¿cuál es la gran novela de la literatura norteña? ¿Existe? Ante esta pregunta lanzada al aire, alguien respondió que 2666, de Bolaño. Debo confesar que este comentario me ofendió. Para mí, una de las posibles respuestas sería Porque parece mentira la verdad nunca se sabe. Sin embargo, tiempo después lo comprendí. Con una escena literaria tan debilitada, por las razones que expuse arriba, la invasión de Bolaño reclamó para sí un mercado huérfano.
¿Por qué considero a Sada un autor infinitamente más excepcional que Bolaño? Por los mismos motivos que Rodrigo Fresán es mejor también. La respuesta es simple. El chileno es un escritor imitable. Baste revisar la producción de nuestros días para percatarnos de la multiplicación del fenómeno, al que de manera cariñosa y no sin sorna se ha bautizado como «los bolañitos». Pero más allá del impulso que provoque cierto esteta a ser plagiado, el problema más indefendible de la obra del chileno reside en la repetición.
Abordemos dos casos, para ejemplificar. El argumento de Los detectives salvajes trata sobre la búsqueda de la poeta Cesárea Tinajero. La trama de 2666 es la misma. La búsqueda de Archimboldi, pero situada en Ciudad Juárez y extendida a cuatro novelas. Si realizamos un análisis más detallado, observaremos que la producción bolañesca está llena de estas repeticiones. Y no hablemos de su cuentística. A mi juicio, es uno de los peores cuentistas de la historia de Hispanoamérica. Tal vez sólo superado por Ricardo Piglia, quien, a pesar de ostentar varias teorías sobre el cuento, ha escrito las historias más funestas del género. Fuera de Plata quemada, todo lo que ha escrito Piglia es un fraude, incluida su célebre Respiración artificial.
Sada, ante Bolaño, sufrió las siguientes desventajas: no fue tan jetsetero, no era imitable en lo absoluto, y arribó tarde a la editorial Anagrama. Ante la fenomenología creada por Ciudad Juárez, una novela ambientada en las ignoradas comunidades de Coahuila no tiene oportunidad. Pero quizá el pecado mayor de Sada radique en que era un mejor escritor. Infinitamente. A Bolaño no le creo por varias pifias que cometió, pero la principal es que sus creaciones abrevan del realismo mágico (al que tanto atacó y criticó). Su carrera es una extensión de la dictadura literaria latinoamericana. Y es aquí donde Sada demostró ser un autor con una propuesta auténtica —que realizó desde la novela, y no a partir de su persona, caso contrario al de Bolaño.
Más allá de sus experimentos lingüísticos —sin contar que, si se repitió (según algunos detractores), no fue redundante (y lo relativo a la repetición está sujeto a discusión)—, Sada (junto a otros) abrió una puerta que me parece el elemento más destacado de la «literatura norteña». Uno de los rasgos más trascendentales de la narrativa norteamericana es la búsqueda irrenunciable de la Gran Novela «Americana». En Porque parece mentira la verdad nunca se sabe y en Casi nunca, lo que Sada propone es una pesquisa similar, pero la concerniente a la Gran Novela Norteña. Y en este punto se localiza el gran reto de las letras del Norte. Antes creíamos que su éxito o su permanencia dependían de su capacidad para incorporarse al corpus de la literatura hispanoamericana. Nos equivocamos. Su consolidación compete sólo a esa búsqueda. En lo personal, para mí la novela más grande que ha creado el Norte es Efecto Tequila, de Élmer Mendoza.
La novela de Sada no sólo nos habla de recuperar una geografía, o de darle la espalda al modelo bolañiano-realista mágico: evidencia la crisis por la que atraviesan nuestras letras. Y por catastrófico que suene este bache, también es estimulante. Y me pregunto: ¿cómo va a superar esto la literatura mexicana? ¿Saldrá de sus problemas o va a desaparecer? ¿Conseguirán las siguientes generaciones rescatarla? ¿Necesita que lo hagamos?
(Acaso el error del autor de esta nota es su deseo de ser juez y parte, pues como cuentista, Carlos Velázquez no puede ver los toros desde la barrera, sino que está en el ojo del ciclón, lo que le impide una voz imparcial y objetiva. Por otra parte, es demasiado prematuro hablar de "literatura norteña" ya que autores cercanos a él recién empiezan a despegar y tampoco puede pensarse que todos deseen inscribirse en el marco reducido de una "norteñidad". En este momento, ¿quién colocaría en el rubro de "novela de la Revolución Mexicana" a Martín Luis Guzmán, cuando el autor de El águila y la serpiente fue mucho más que eso? Cuando leemos esa novela épica de Carlos Montemayor, Guerra en el paraíso, lo que menos nos importa es que su autor haya nacido en Parral (Chihuahua) sino el aliento poético que le insufló a la prosa con la que está escrita. Creo que al señalar que Los detectives salvajes "abreva en el realismo mágico", Velázquez ignora los rasgos característicos del mismo. Me parece que el autor de "La biblia vaquera" peca de maniqueo al "defender" a un paisano como Sada de un sudaca como Bolaño. Ambos muertos y, en ese sentido, intocables. Nota clonada de la revista Luvina, no.66, primavera 2012.)
lunes, 26 de marzo de 2012
Madonna en Rusia
El colectivo gay ruso ha anunciado que manifestará su malestar con Madonna por no haber anulado el concierto que tiene previsto para el próximo 9 de agosto en San Petersburgo, ciudad que acaba de aprobar una ley «con tintes homófobos».
Los defensores de la causa gay en Rusia habían pedido a la reina del pop americano anular su concierto como forma de protesta contra la ley que castiga cualquier promoción pública de la homosexualidad pero Madonna hizo caso omiso a la petición de boicot y confirmó este viernes en su Facebook su concierto para agosto en San Petersburgo.
Eso sí, Madonna apostilló que durante el «show» hará pública su disconformidad con la que considera «una atrocidad absurda». Sin embargo, la aclaración no ha gustado al colectivo gay ruso que ha tachado a la reina del pop de «hipócrita» y de «beneficiarse de su presunta lucha por los derechos humanos», denunció Iuri Gavrikov, uno de los líderes de Gay Rusia.
(nota clonada de Abc en línea.)
Los defensores de la causa gay en Rusia habían pedido a la reina del pop americano anular su concierto como forma de protesta contra la ley que castiga cualquier promoción pública de la homosexualidad pero Madonna hizo caso omiso a la petición de boicot y confirmó este viernes en su Facebook su concierto para agosto en San Petersburgo.
Eso sí, Madonna apostilló que durante el «show» hará pública su disconformidad con la que considera «una atrocidad absurda». Sin embargo, la aclaración no ha gustado al colectivo gay ruso que ha tachado a la reina del pop de «hipócrita» y de «beneficiarse de su presunta lucha por los derechos humanos», denunció Iuri Gavrikov, uno de los líderes de Gay Rusia.
(nota clonada de Abc en línea.)
Julio Antonio Gómez (1933- 1988)
Mendigos de Aranjuez madrugadores
Mendigos de Aranjuez madrugadores
despojaban de sus chaquetas a los fusilados tibiamente
fríos,
de sus relojes de novia, de sus cartas atroces como
sueños,
de su gemir agarrotado para siempre, de sus jerseys
a ochos,
de sus chuscos tatuajes sobre el corazón
"mira mi pecho tatuado
con este nombre de mujer;
es el recuerdo de un pasado
que jamás ha de volver"...
(texto tomado de internet.)
Mendigos de Aranjuez madrugadores
despojaban de sus chaquetas a los fusilados tibiamente
fríos,
de sus relojes de novia, de sus cartas atroces como
sueños,
de su gemir agarrotado para siempre, de sus jerseys
a ochos,
de sus chuscos tatuajes sobre el corazón
"mira mi pecho tatuado
con este nombre de mujer;
es el recuerdo de un pasado
que jamás ha de volver"...
(texto tomado de internet.)
Hugo Chávez, 3 metástasis
El doctor José Rafael Marquina, médico internista venezolano, especializado en cuidados intensivos, de los pulmones y sueño, residente en Florida, y profesor de la Nova University, concede una amplia entrevista telefónica a ABC sobre la enfermedad del presidente Hugo Chávez, cuyos informes obtiene de primera mano con lujo de detalles.
-¿Tras su regreso de La Habana, cuál es el tratamiento que le darán a Chávez en Caracas?
-Le aplicarán unas 30 sesiones de radioterapia y no 25 como se había pensado. En Caracas ya empezó el tratamiento en el Hospital Militar.
-¿Cuántas sesiones se hicieron en Cuba? ¿Dieron algún resultado?
-En Cuba le dieron 10 sesiones y Chávez no ha respondido al tratamiento. El problema en el centro médico cubano es que se lo aplicaron de forma desorganizada. Se lo suspendieron cuando le visitó el presidente colombiano Santos. Fue un desastre. Al presidente le estaban dando la radiación sin tatuaje.
-¿Qué significa eso?
-Hay que marcar la zona donde se va a dar la radiación. Los médicos cubanos empezaron sin tatuarlo, decían que no lo necesitaba. Levantaban al presidente a las 6 de la mañana, lo llevaban al primer piso del centro médico CIMEQ, le hacían la tomografía computarizada y luego la radio. El médico brasileño les recomendó el tatuaje cuando le examinó el jueves 15.
-¿Cuánta radiación le dieron en Cuba?
-En Cuba le han dado 5.000 “rads” por dosis y por área. En Caracas no sé cuánto, todo es un misterio con la radioterapia y no han querido dar información.
-¿Cuál fue el resultado de la biopsia que le sacaron en Cuba?
-No conozco los resultados de la biopsia. Las láminas la mandaron a los EE.UU. y Brasil. Los cubanos asumen que tenía células malignas, cancerígenas.
-¿Finalmente no se operó en Cuba como afirma el norteamericano Roger Noriega o fue una intervención superficial con laparoscopia como dice usted?
-Primero hay que aclarar que Chávez tiene un tumor cancerígeno que ha hecho tres metástasis: en el hígado, en las glándulas suprarrenales y en el área retropiroteneal y la vejiga. Después de que me llamaran para decirme que tenía un nuevo tumor de dos centímetros y que había que operarlo en Caracas, Chávez prefirió hacerlo en La Habana, donde le practicaron la laparoscopia. Ahí vieron lo avanzado del cáncer y decidieron sólo limpiarle los bordes necróticos. No le sacaron el tumor de las glándulas suprarrenales dañadas por temor a complicaciones.
-¿La radioterapia en Caracas le complica a Chávez la campaña electoral?
-Durante la radioterapia perderá peso y se le verá con fatiga.
-¿Cómo candidato no podrá recorrer los barrios populares?
-No podrá en esas condiciones. Es posible que le preparen emisiones televisivas aparentando vigor y fortaleza.
-Ahora luce más delgado lo que complace a la presidente argentina Cristina Fernández, ¿ya no le dan esteroides?
-Darle estimulantes con los esteroides fue un error y yo se los advertí a los médicos cubanos.
-¿Si en La Habana no funcionó la radioterapia por qué en Caracas sí?
-Con la radioterapia le están comprando tiempo. Le frenan la expansión del cáncer pero no se lo eliminan. El problema es que después de esto no va a tener otra alternativa. No hay nada.
-¿Y no le iban a aplicar quimioterapia también?
-Probablemente lo hagan, pero por la confidencialidad que hay en su entorno médico no lo sé. Las hijas de Chávez están llamando a medio mundo para consultar si está bien o no el tratamiento seguido por su padre.
-¿Cómo médico que le recomendaría al presidente Chávez?
-En su condición de presidente que pida 60 días de permiso por el reposo médico para someterse al tratamiento y esperar a ver con la tomografía los resultados de la radioterapia, para luego reincorporarse a la campaña electoral. Si no lo hace así sería irresponsable de su parte como jefe de Estado y padre de familia. Si no hay una mejoría al cabo de 60 días debería pasar los últimos días de su vida con su familia y nombrar al que le reemplazará en la campaña electoral
-¿En el peor de los casos qué plazos le pronostica?
-Si no hay respuesta a la radioterapia Chávez debería estar entre nosotros hasta noviembre o diciembre de este año. Aun respondiendo positivamente la radio viviría hasta abril del 2013.
-¿A qué se debe su protagonismo sobre la enfermedad de Chávez si no es oncólogo ni su médico de cabecera?
-Mi interés en el asunto a través de Twitter surgió en febrero cuando Chávez dijo que tenía dos centímetros de un nuevo tumor. Sabía que estaba mintiendo y empecé a enviar mensajes por la red. Y sin proponérmelo me he convertido en una voz autorizada. Por mi credibilidad y reputación a mí me consultan gente del gobierno que estudió conmigo en la Universidad de Los Andes. Y yo lo hago por ayudar, para que tenga el tratamiento adecuado.
-¿Le han desmentido alguna vez?
-Nadie hasta ahora, pero a Noriega sí le ha desmentido varias veces el gobierno venezolano.
(entrevista tomada de Abc en línea.)
-¿Tras su regreso de La Habana, cuál es el tratamiento que le darán a Chávez en Caracas?
-Le aplicarán unas 30 sesiones de radioterapia y no 25 como se había pensado. En Caracas ya empezó el tratamiento en el Hospital Militar.
-¿Cuántas sesiones se hicieron en Cuba? ¿Dieron algún resultado?
-En Cuba le dieron 10 sesiones y Chávez no ha respondido al tratamiento. El problema en el centro médico cubano es que se lo aplicaron de forma desorganizada. Se lo suspendieron cuando le visitó el presidente colombiano Santos. Fue un desastre. Al presidente le estaban dando la radiación sin tatuaje.
-¿Qué significa eso?
-Hay que marcar la zona donde se va a dar la radiación. Los médicos cubanos empezaron sin tatuarlo, decían que no lo necesitaba. Levantaban al presidente a las 6 de la mañana, lo llevaban al primer piso del centro médico CIMEQ, le hacían la tomografía computarizada y luego la radio. El médico brasileño les recomendó el tatuaje cuando le examinó el jueves 15.
-¿Cuánta radiación le dieron en Cuba?
-En Cuba le han dado 5.000 “rads” por dosis y por área. En Caracas no sé cuánto, todo es un misterio con la radioterapia y no han querido dar información.
-¿Cuál fue el resultado de la biopsia que le sacaron en Cuba?
-No conozco los resultados de la biopsia. Las láminas la mandaron a los EE.UU. y Brasil. Los cubanos asumen que tenía células malignas, cancerígenas.
-¿Finalmente no se operó en Cuba como afirma el norteamericano Roger Noriega o fue una intervención superficial con laparoscopia como dice usted?
-Primero hay que aclarar que Chávez tiene un tumor cancerígeno que ha hecho tres metástasis: en el hígado, en las glándulas suprarrenales y en el área retropiroteneal y la vejiga. Después de que me llamaran para decirme que tenía un nuevo tumor de dos centímetros y que había que operarlo en Caracas, Chávez prefirió hacerlo en La Habana, donde le practicaron la laparoscopia. Ahí vieron lo avanzado del cáncer y decidieron sólo limpiarle los bordes necróticos. No le sacaron el tumor de las glándulas suprarrenales dañadas por temor a complicaciones.
-¿La radioterapia en Caracas le complica a Chávez la campaña electoral?
-Durante la radioterapia perderá peso y se le verá con fatiga.
-¿Cómo candidato no podrá recorrer los barrios populares?
-No podrá en esas condiciones. Es posible que le preparen emisiones televisivas aparentando vigor y fortaleza.
-Ahora luce más delgado lo que complace a la presidente argentina Cristina Fernández, ¿ya no le dan esteroides?
-Darle estimulantes con los esteroides fue un error y yo se los advertí a los médicos cubanos.
-¿Si en La Habana no funcionó la radioterapia por qué en Caracas sí?
-Con la radioterapia le están comprando tiempo. Le frenan la expansión del cáncer pero no se lo eliminan. El problema es que después de esto no va a tener otra alternativa. No hay nada.
-¿Y no le iban a aplicar quimioterapia también?
-Probablemente lo hagan, pero por la confidencialidad que hay en su entorno médico no lo sé. Las hijas de Chávez están llamando a medio mundo para consultar si está bien o no el tratamiento seguido por su padre.
-¿Cómo médico que le recomendaría al presidente Chávez?
-En su condición de presidente que pida 60 días de permiso por el reposo médico para someterse al tratamiento y esperar a ver con la tomografía los resultados de la radioterapia, para luego reincorporarse a la campaña electoral. Si no lo hace así sería irresponsable de su parte como jefe de Estado y padre de familia. Si no hay una mejoría al cabo de 60 días debería pasar los últimos días de su vida con su familia y nombrar al que le reemplazará en la campaña electoral
-¿En el peor de los casos qué plazos le pronostica?
-Si no hay respuesta a la radioterapia Chávez debería estar entre nosotros hasta noviembre o diciembre de este año. Aun respondiendo positivamente la radio viviría hasta abril del 2013.
-¿A qué se debe su protagonismo sobre la enfermedad de Chávez si no es oncólogo ni su médico de cabecera?
-Mi interés en el asunto a través de Twitter surgió en febrero cuando Chávez dijo que tenía dos centímetros de un nuevo tumor. Sabía que estaba mintiendo y empecé a enviar mensajes por la red. Y sin proponérmelo me he convertido en una voz autorizada. Por mi credibilidad y reputación a mí me consultan gente del gobierno que estudió conmigo en la Universidad de Los Andes. Y yo lo hago por ayudar, para que tenga el tratamiento adecuado.
-¿Le han desmentido alguna vez?
-Nadie hasta ahora, pero a Noriega sí le ha desmentido varias veces el gobierno venezolano.
(entrevista tomada de Abc en línea.)
domingo, 25 de marzo de 2012
Antonio Tabucchi (1943- 2012)
Roma.- Italia perdió a uno de sus mejores escritores, a menudo citado para el Nobel de Literatura, con la muerte este domingo en Lisboa de Antonio Tabucchi, fallecido a los 68 años como consecuencia de una larga enfermedad.
Según el cotidiano La Repubblica, con el que el gran escritor colaboraba, Antonio Tabucchi murió debido a un cáncer.
Su funeral tendrá lugar el jueves en la capital de Portugal, un país que se había convertido en su segunda patria, según la prensa.
"Un amigo, un compañero de ruta, un hombre que vivió su tiempo con pasión y rabia, un intelectual europeo, un gran escritor nos ha abandonado", comentó en un comunicado su editor italiano Feltrinelli.
El vicepresidente del Senado, Vannino Chiti, lamentó "la desaparición dolorosa de Antonio Tabucchi que nos afecta a todos", destacando "el patrimonio preciado de novelas y obras, traducciones y ensayos" que deja tras de sí el escritor.
Su primera novela "Plaza de Italia" (1975) transcurre en su país natal. Tabucchi revisa la historia de Italia a través de sus perdedores, elaborando un retrato de tres generaciones de anarquistas toscanos, desde la época de Garibaldi hasta la Segunda Guerra Mundial.
Considerado como uno de los mejores escritores italianos contemporáneos, Tabucchi es el autor de obras como "Nocturno hindú", "Sostiene Pereira" y "El tiempo envejece deprisa".
Autor de una veintena de libros traducidos a unos cuarenta idiomas, este escritor, profesor universitario y ensayista tradujo al italiano al portugués Fernando Pessoa.
Varias de sus novelas han sido adaptadas al cine, como "Nocturno hindú" (premio Médicis extranjero, 1987), por Alain Corneau, y "Sostiene Pereira" por Roberto Faenza con Marcello Mastroianni, lo cual ha contribuido a hacer de Tabucchi un autor de éxito.
Profesor de literatura portuguesa en la Universidad de Siena (Italia) y novelista, Antonio Tabucchi fue articulista para el Corriere della Sera y en España para El País y muy crítico con el gobierno de Silvio Berlusconi.
Solía definirse como un "profesor universitario" y no como un escritor porque escribir -decía- era una actividad que implicaba "deseos, sueños y fantasía".
Hijo único de un vendedor de caballos, Tabucchi, nacido el 24 de septiembre de 1943 en Pisa, en Toscana, estudia filología románica, y a partir de 1962, literatura en París, donde descubre al poeta Fernando Pessoa al leer la traducción al francés de El Estanco.
Su entusiasmo le hizo descubrir el idioma y la cultura de Portugal, que se convierte en su segunda patria.
Estudia luego literatura portuguesa en la Universidad de Siena y redacta una tesis sobre el "Surrealismo en Portugal". Apasionado por Pessoa, traduce toda su obra al italiano, junto a su mujer, a la que conoció en Portugal y con la que tuvo dos hijos.
Antonio Tabucchi también enseñó en francés y participó en la traducción de sus novelas en Francia.
Más allá de la situación italiana, el escritor que fue uno de los miembros fundadores del ex Parlamento Internacional de Escritores (PIE), creado en 1992 para ayudar a autores bajo amenaza terrorista, estimaba que "la democracia no se da por sentada". "Hay que vigilarla y hay que permanecer vigilante".
(Quizá ese amor por la literatura portuguesa se reflejó en su novela "Sostiene Pereira", pues cuando la leíste jurabas que se escribió al calor de la pluma de José Saramago, cobijado por esas atmósferas de introspección presentes en "El año de la muerte de Ricardo Reis", por esa presencia de la muerte que poco a poco avanza, que lentamente se concreta. Nota de Efe en Milenio en línea.)
Según el cotidiano La Repubblica, con el que el gran escritor colaboraba, Antonio Tabucchi murió debido a un cáncer.
Su funeral tendrá lugar el jueves en la capital de Portugal, un país que se había convertido en su segunda patria, según la prensa.
"Un amigo, un compañero de ruta, un hombre que vivió su tiempo con pasión y rabia, un intelectual europeo, un gran escritor nos ha abandonado", comentó en un comunicado su editor italiano Feltrinelli.
El vicepresidente del Senado, Vannino Chiti, lamentó "la desaparición dolorosa de Antonio Tabucchi que nos afecta a todos", destacando "el patrimonio preciado de novelas y obras, traducciones y ensayos" que deja tras de sí el escritor.
Su primera novela "Plaza de Italia" (1975) transcurre en su país natal. Tabucchi revisa la historia de Italia a través de sus perdedores, elaborando un retrato de tres generaciones de anarquistas toscanos, desde la época de Garibaldi hasta la Segunda Guerra Mundial.
Considerado como uno de los mejores escritores italianos contemporáneos, Tabucchi es el autor de obras como "Nocturno hindú", "Sostiene Pereira" y "El tiempo envejece deprisa".
Autor de una veintena de libros traducidos a unos cuarenta idiomas, este escritor, profesor universitario y ensayista tradujo al italiano al portugués Fernando Pessoa.
Varias de sus novelas han sido adaptadas al cine, como "Nocturno hindú" (premio Médicis extranjero, 1987), por Alain Corneau, y "Sostiene Pereira" por Roberto Faenza con Marcello Mastroianni, lo cual ha contribuido a hacer de Tabucchi un autor de éxito.
Profesor de literatura portuguesa en la Universidad de Siena (Italia) y novelista, Antonio Tabucchi fue articulista para el Corriere della Sera y en España para El País y muy crítico con el gobierno de Silvio Berlusconi.
Solía definirse como un "profesor universitario" y no como un escritor porque escribir -decía- era una actividad que implicaba "deseos, sueños y fantasía".
Hijo único de un vendedor de caballos, Tabucchi, nacido el 24 de septiembre de 1943 en Pisa, en Toscana, estudia filología románica, y a partir de 1962, literatura en París, donde descubre al poeta Fernando Pessoa al leer la traducción al francés de El Estanco.
Su entusiasmo le hizo descubrir el idioma y la cultura de Portugal, que se convierte en su segunda patria.
Estudia luego literatura portuguesa en la Universidad de Siena y redacta una tesis sobre el "Surrealismo en Portugal". Apasionado por Pessoa, traduce toda su obra al italiano, junto a su mujer, a la que conoció en Portugal y con la que tuvo dos hijos.
Antonio Tabucchi también enseñó en francés y participó en la traducción de sus novelas en Francia.
Más allá de la situación italiana, el escritor que fue uno de los miembros fundadores del ex Parlamento Internacional de Escritores (PIE), creado en 1992 para ayudar a autores bajo amenaza terrorista, estimaba que "la democracia no se da por sentada". "Hay que vigilarla y hay que permanecer vigilante".
(Quizá ese amor por la literatura portuguesa se reflejó en su novela "Sostiene Pereira", pues cuando la leíste jurabas que se escribió al calor de la pluma de José Saramago, cobijado por esas atmósferas de introspección presentes en "El año de la muerte de Ricardo Reis", por esa presencia de la muerte que poco a poco avanza, que lentamente se concreta. Nota de Efe en Milenio en línea.)
Facebook calla a organizaciones gays
"Las imágenes no deben hacer referencia a temas políticos, sexuales u otras cuestiones delicadas" reza el código deontológico de Facebook. La foto que anunciaba el proyecto de la ONG madrileña Asociación Cultural Visible, Arte gay busca casa, no cumplía esta regla. La página, en la que se pedía colaboración económica para sacar adelante un documental, ha sido eliminada por infringir “las normas de publicidad de Facebook”, según el e-mail que le han enviado a Pablo Peinado, creador de la ONG. “Para ellos un beso entre dos hombres es una cuestión delicada”, lamenta Peinado. El organizador explica que la foto la tomó el artista contemporáneo español Juan Hidalgo, un fotógrafo de vanguardia que tiene numerosos obras en museos y colecciones de todo el mundo. Este, además, utilizó la foto para la invitación de su boda y luego la donó al proyecto de Visible. “Quise hacer una pequeña campaña de publicidad del documental que llevamos ocho años preparando y recibí ese correo. Además, me remite a una página de código deontológico que parece sacada de la prehistoria”, sostiene Peinado. El documental, rodado en Madrid, reúne unas mil obras de temática gay y lésbica donadas por más de cuatrocientos artistas de treinta países. Peinado solo quería darle un empujón más para conseguir micro-mecenas, ya que su película está financiada a través del crowdfunding. Aunque parte del documental está subvencionado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, “esto no cubre todo el presupuesto ya que necesitamos, como mínimo, 3.500 euros extras para pagar otras partidas”, según se lee en la web del proyecto. “Creemos que es importante rodar este documental para dar a conocer una colección de arte única en el mundo”, comunica Peinado. Por medio de ese documental pretenden construir un discurso de reivindicación de derechos y de lucha contra la homofobia, pasando por la cultura y las señas de identidad del colectivo homosexual. Sin embargo, el objetivo final de este documental es encontrar un lugar donde exhibir la obra que la asociación tiene englobada bajo el nombre Colectivo Visible y convertirla en un museo de la cultura gay. Desde Facebook han asegurado que estudiarán el caso y han añadido que a veces se eliminan páginas por motivos técnicos y no por los contenidos. En julio de 2010 sucedió algo similar. Facebook eliminó una fotografía de Robert Mappelthorpe, uno de los artistas más reconocidos de todos los tiempos, autor de las mejores imágenes de Susan Sarandon, Blondie, Andy Warhol o Patti Smith, al considerarla demasiado “explícita”. Se trataba de la portada del último disco de Scissor Sisters en la que se veía el trasero de un hombre agarrándolo con sus manos. (nota tomada de El País, la primera foto se tomó prestada del suplemento "soy". ) |
sábado, 24 de marzo de 2012
Cines de barrio, de ayer
Mientras The New York Times señala que la temporada 2011 culminó con la concurrencia más baja a los cines en los últimos 16 años, un grupo de vecinos de Buenos Aires impulsa una movida para que se reabran las perdidas salas del Gran Rivadavia, el Aconcagua, el Taricco, El Progreso y el Arteplex Caballito. El asunto cuenta con el apoyo de artistas, gente de la Cultura y el INCAA. El pasado viernes 9, con programación a cargo de los vecinos, se proyectaron frente a los cines cerrados “Medianeras”, “Un cuento chino” y “Juntos para siempre”, bajo el emblema “Un barrio de película”. La propuesta tiene un costado entrañable y es de un romanticismo candoroso. Como emperrarnos con que vuelvan el tranvía, los discos de vinilo y los grabadores Geloso. Pasa que los hábitos de consumo cinematográfico han cambiado. La gente ve cine por tv, en dvd o compra películas truchas. Como vecino de Caballito, concurrí en mi juventud al cine Moreno, más tarde reciclado en Lyon 1 y 2, luego Cinedúplex y finalmente Arteplex. Ahí, los asistentes nos sentíamos como miembros de un club social. Nos reconocíamos como cofrades que amaban el buen cine. Hasta que nos instalaron el Complejo Village enfrente. Algunos optimistas argumentaron que íbamos a ganar con el rebote. No fue así. El Arteplex, con su selecta programación, estaba condenado. Yo también añoro aquellas salas a las que se accedía sin subir ni bajar escaleras, con butacas tan gastadas como la chaqueta del chocolatinero, rollos que no llegaban a tiempo, proyección defectuosa y sonido más bien sucio. No vivo del pasado, pero creo que lo que de verdad extrañamos es aquello de sentirnos como en casa. Porque el cine de barrio era una prolongación del hogar y al mismo tiempo una zona sagrada. Los sueños compartidos con el de la butaca de al lado. Las salas de los Multicines están cuidaditas pero son todas iguales, impersonales, con patio de comidas adosado. Los espectadores ya no bajan la voz al entrar y siguen hablando por los celulares cuando ya se apagaron las luces.
(Mientras cursaste la Preparatoria en Durango, el miércoles era día de descuento para estudiantes. Cuando ibas en grupo a una función, no faltaba el compañero que se masturbaba mientras pasaba la película -no necesariamente de sexo o de clasificación C o para adultos-, era simplemente una forma de ser que aquél compartía con sus amigos. Eso en el cine Principal. Mientras que en el cine Durango, ahora ocupado por una oficina de Telcel, en el baño de caballeros, entre un gabinete privado y otro mediaba un cancel de madera con un hoyo, por donde veías una parte de alguien, o alguien veía una parte de ti. Comunmente uno de ellos sacaba una caja de VickVaporub e invitaba al otro. Nota tomada de Letra Ñ, diario Clarín en línea.)
(Mientras cursaste la Preparatoria en Durango, el miércoles era día de descuento para estudiantes. Cuando ibas en grupo a una función, no faltaba el compañero que se masturbaba mientras pasaba la película -no necesariamente de sexo o de clasificación C o para adultos-, era simplemente una forma de ser que aquél compartía con sus amigos. Eso en el cine Principal. Mientras que en el cine Durango, ahora ocupado por una oficina de Telcel, en el baño de caballeros, entre un gabinete privado y otro mediaba un cancel de madera con un hoyo, por donde veías una parte de alguien, o alguien veía una parte de ti. Comunmente uno de ellos sacaba una caja de VickVaporub e invitaba al otro. Nota tomada de Letra Ñ, diario Clarín en línea.)
viernes, 23 de marzo de 2012
Sergio Pitol (1933 )
El mundo es barroco
¿Y si la asimetría fuese, al interior de la perfección de las esferas celestes, la anti-regla que rige nuestro mundo de humanos? Sergio Pitol, escritor mexicano de nacimiento pero cosmopolita por elección, deja en su historia la idea, como la sostuvo también nuestro Gadda, de que el barroco no es una manera de ver el mundo, sino que es precisamente el mundo el que es barroco. Sólo que esta idea central, que por otra parte se encuentra tan profundamente arraigada en la literatura latinoamericana, es filtrada por la cultura europea que Pitol ha absorbido profundamente en sus estancias en el Viejo Continente: la máscara y el rostro de la gran tradición de nuestro siglo (Pirandello y Pessoa), la ambigüedad y la ficción, diría yo más de sabor schnitzleriano que borgesiano, y las sugestiones freudianas. Y otras huellas de sus temporadas en Europa, apenas insinuadas pero sugestivas como una música de fondo, que pueden ir de la Reina de la Noche de Mozart a una pintura de Giorgione, desde un vals de Liszt a la vejez de Casanova. Pero la verdadera música de fondo es la crueldad de la vida y de las situaciones: el inevitable final de un amor, el desesperado conocimieno del fracaso, la terrible fuerza del delirio, el seductor escalofrío del peligro y del mal. No sabría decir a bien si los personajes de Pitol viven su extrema condición existencial como si se tratara de una regla cotidiana, o si viven la regla cotidiana como si se tratase de una extrema condición existencial. De este espléndido "equívoco" brota lo fantástico: un fantástico tocado con sordina, tal vez, pero no por eso menos engañoso y alarmante, que propone en clave moderna el trascendental dilema a los barrocos: si es el sueño un producto de la vida o si no es la vida un producto del sueño.
(texto de Antonio Tabucchi tomado de El oscuro hermano gemelo, Sergio Pitol, editora del gobierno del estado de Veracruz-Llave, Xalapa, México, 2001, col. Escritores del Siglo XX. Traducción de Teresa Meneses.)
¿Y si la asimetría fuese, al interior de la perfección de las esferas celestes, la anti-regla que rige nuestro mundo de humanos? Sergio Pitol, escritor mexicano de nacimiento pero cosmopolita por elección, deja en su historia la idea, como la sostuvo también nuestro Gadda, de que el barroco no es una manera de ver el mundo, sino que es precisamente el mundo el que es barroco. Sólo que esta idea central, que por otra parte se encuentra tan profundamente arraigada en la literatura latinoamericana, es filtrada por la cultura europea que Pitol ha absorbido profundamente en sus estancias en el Viejo Continente: la máscara y el rostro de la gran tradición de nuestro siglo (Pirandello y Pessoa), la ambigüedad y la ficción, diría yo más de sabor schnitzleriano que borgesiano, y las sugestiones freudianas. Y otras huellas de sus temporadas en Europa, apenas insinuadas pero sugestivas como una música de fondo, que pueden ir de la Reina de la Noche de Mozart a una pintura de Giorgione, desde un vals de Liszt a la vejez de Casanova. Pero la verdadera música de fondo es la crueldad de la vida y de las situaciones: el inevitable final de un amor, el desesperado conocimieno del fracaso, la terrible fuerza del delirio, el seductor escalofrío del peligro y del mal. No sabría decir a bien si los personajes de Pitol viven su extrema condición existencial como si se tratara de una regla cotidiana, o si viven la regla cotidiana como si se tratase de una extrema condición existencial. De este espléndido "equívoco" brota lo fantástico: un fantástico tocado con sordina, tal vez, pero no por eso menos engañoso y alarmante, que propone en clave moderna el trascendental dilema a los barrocos: si es el sueño un producto de la vida o si no es la vida un producto del sueño.
(texto de Antonio Tabucchi tomado de El oscuro hermano gemelo, Sergio Pitol, editora del gobierno del estado de Veracruz-Llave, Xalapa, México, 2001, col. Escritores del Siglo XX. Traducción de Teresa Meneses.)
jueves, 22 de marzo de 2012
Pasolini (1922- 1975)
Pier Paolo Pasolini, católico, marxista, escandaloso, pederasta, homosexual, pornógrafo. Su nombre evoca al controvertido cineasta que filmó las películas más escandalosas de su época: Decamerón, El Evangelio según Mateo, la rutilante Medea de Maria Callas... Pero Pasolini fue algo más: un artista prolífico y multidisciplinar que supo canalizar los trágicos acontecimientos que salpicaron su trayectoria vital y plasmarlos en su obra con genialidad. Su legado artístico le convirtió en el intelectual italiano más reverenciado del siglo XX. Poseía un innato talento, que imprimió en sus diversas facetas artísticas: lingüística, literatura, pintura, cine… todas ellas fueron a la postre su huida de una intensa y polémica vida. Su confesa homosexualidad, que alzó como estandarte, marcó de forma rotunda su destino. Pasolini vivió una vida trágica, que transformó en cruzada y fue víctima de una muerte cruel, un derroche de violencia que no merecía y que 37 años después continúa siendo un enigma. Considerando todos estos datos intentaremos descifrar las claves que lo envuelven.
Pasolini había nacido en Bolonia, la ciudad más izquierdista de Italia. Fue el primogénito de un irascible oficial de infantería fascista de origen pudiente y de una maestra de escuela de dulce carácter y humilde cuna. Su padre, alcohólico y ludópata, era autoritario y colérico, maltratador de su esposa. El pequeño Pier Paolo, con una gran sensibilidad que volcó en la poesía desde los siete años, quedó profundamente traumatizado por este hecho, desarrollando una desmesurada admiración por su madre. La muestra de tan confrontados sentimientos se reflejará en su obra. En una de sus películas más admiradas, El evangelio según Mateo, Pasolini da el papel de la Virgen a Susana, su madre, que pasa así a ser la madre de Cristo, mientras que su primer libro de poemas, Poesía a casarsa (1942) lo dedica a su odiado padre, dato que en principio asombra, si bien se comprende al comprobar que se halla escrito en friulano, dialecto hablado por su familia materna y despreciado por su progenitor. Esta marcada ambivalencia será considerada por algunos como el origen de su homosexualidad. A ello se suma otro hecho capital en su vida: Guido, su único hermano, sería abatido en 1945, durante la II Guerra Mundial, tenía 20 años, combatía en la Resistencia. Éste dramático hecho estrechará aún más los lazos afectivos con su madre.
Pasolini había sido reclutado en 1943, pero huyó. A partir de entonces, dado que había estudiado literatura e historia del arte, empezó trabajar como profesor hasta 1949. En octubre de ese año los carabineros le denuncian por corrupción de menores. Será la primera de las persecuciones judiciales que jalonarán su vida. El escándalo provoca su inmediata expulsión del Partido Comunista Italiano, que considera la homosexualidad una degeneración burguesa. Sin embargo, el rechazo no merma su ideología. Siempre sería comunista. En 1950 se traslada a Roma junto a su madre: es allí donde cruza el umbral de su consagración como escritor, sumergiéndose en el ambiente de los suburbios. Prostitutas y jóvenes de la calle son protagonistas absolutos de sus creaciones, identificándose incluso con su lenguaje. Escribe sus obras más significativas, como la novela Chicos del arroyo (1955), centrada en los chicos de la calle, personajes que le obsesionarían de por vida y que tan relevante papel jugarían en su fatal desenlace, y Una vida violenta (1955). Son su pasaporte a la fama.
En una entrevista el 31 de octubre de 1975, la víspera de su asesinato le preguntaron cuál era su calificación profesional preferida a lo que él respondió sin más: ‘En mi pasaporte yo escribo simplemente escritor’
También cineasta, disciplina a la que accedió de la mano de Fellini en los años 50, fue un prolífico director, su obsesiva pasión por reflejar la realidad le permitió retratar con maestría la Italia profunda. En los años 60 y 70 consigue la fama internacional con películas de gran impacto, escandalosas y controvertidas, en las que combina realismo con concepciones revolucionarias del sexo, la violencia o el sadismo. Entre ellas destaca El Evangelio según Mateo (1964) con ella Pasolini consigue una vez más noquear a público y crítica, al crear una obra de inusitada calidad y belleza, en la que consigue que convivan marxismo y espiritualidad cristiana, sus dos ideologías, en perfecta armonía. Los años que le quedan de vida, como si presintiera su muerte, se entrega a una actividad frenética, produciendo obras que reflejan un drama personal, como Edipo, el hijo de la fortuna ((1967) y Porcile (1969), o que inauguran la Trilogía de la Vida: El Decamerón (1971), Los cuentos de Canterbury (1972) y Las Mil y una noches (1973). Inmerso en una profunda crisis personal, realiza su último trabajo, Saló o los 120 días de la ciudad de Sodoma (1975).
Como escritor, se entrega a Petróleo, su obra póstuma e inacabada. En ella narra la vida de un hombre obsesionado por su propio y extremado erotismo. Describe algunas vivencias homosexuales, que incluyen una espectacular orgía del protagonista con 20 muchachos proletarios en un descampado de la periferia urbana.
Poco después, ¿premonición, condena?, Pasolini es asesinado brutalmente por Pino Pelosi, un chapero de 17 años, en un descampado de Ostia, cerca de Roma. Su cuerpo, abandonado en un vertedero, queda completamente desfigurado. El joven confiesa el crimen, afirma haber actuado en legítima defensa al ser atacado por Pasolini, que intentaba violarle. Es acusado e ingresa en prisión. Pero las circunstancias que rodean el caso son muy extrañas, Pelosi era un tipo enclenque, Pasolini un experto en artes marciales….
¿Fue un crimen pasional, o fueron otras las causas? Treinta años después, en 2005, Pelosi declara en televisión su inocencia. Revela que fueron tres personas, una de ellas con acento siciliano, quienes acabaron con la vida de Pasolini, increpándole a gritos: ‘Maricón, sucio comunista’, dato que ocultó para ser juzgado por un tribunal ordinario. Ante los hechos, la familia del autor reclama la reapertura del sumario, en el que se incluyen testimonios de su amigo Sergio Citti quien afirma que acudió a la cita porque era víctima de un chantaje por el robo de unos rollos de Saló….
Los motivos políticos aflorarán cuando se descubra en 2009 que Pasolini tenía la intención de revelar en Petróleo el nombre del culpable de un controvertido incidente acaecido en 1962, el presunto homicidio del industrial Enrico Mattei presidente de la compañía petrolífera Eni. Dichas revelaciones dan lugar a la cuarta apertura del sumario del caso. El año anterior, 700 intelectuales habían firmado un manifiesto exigiéndola.
Las investigaciones sobre el crimen no cesan: ¿será un sempiterno enigma? Por ahora, sólo existe una única verdad: Pasolini, el hombre, decidió ser libre y no calló, pagando un alto precio por ello: su vida.
(nota de Teresa Ma. Amiguet Molina en La Vanguardia en línea.)
Pasolini había nacido en Bolonia, la ciudad más izquierdista de Italia. Fue el primogénito de un irascible oficial de infantería fascista de origen pudiente y de una maestra de escuela de dulce carácter y humilde cuna. Su padre, alcohólico y ludópata, era autoritario y colérico, maltratador de su esposa. El pequeño Pier Paolo, con una gran sensibilidad que volcó en la poesía desde los siete años, quedó profundamente traumatizado por este hecho, desarrollando una desmesurada admiración por su madre. La muestra de tan confrontados sentimientos se reflejará en su obra. En una de sus películas más admiradas, El evangelio según Mateo, Pasolini da el papel de la Virgen a Susana, su madre, que pasa así a ser la madre de Cristo, mientras que su primer libro de poemas, Poesía a casarsa (1942) lo dedica a su odiado padre, dato que en principio asombra, si bien se comprende al comprobar que se halla escrito en friulano, dialecto hablado por su familia materna y despreciado por su progenitor. Esta marcada ambivalencia será considerada por algunos como el origen de su homosexualidad. A ello se suma otro hecho capital en su vida: Guido, su único hermano, sería abatido en 1945, durante la II Guerra Mundial, tenía 20 años, combatía en la Resistencia. Éste dramático hecho estrechará aún más los lazos afectivos con su madre.
Pasolini había sido reclutado en 1943, pero huyó. A partir de entonces, dado que había estudiado literatura e historia del arte, empezó trabajar como profesor hasta 1949. En octubre de ese año los carabineros le denuncian por corrupción de menores. Será la primera de las persecuciones judiciales que jalonarán su vida. El escándalo provoca su inmediata expulsión del Partido Comunista Italiano, que considera la homosexualidad una degeneración burguesa. Sin embargo, el rechazo no merma su ideología. Siempre sería comunista. En 1950 se traslada a Roma junto a su madre: es allí donde cruza el umbral de su consagración como escritor, sumergiéndose en el ambiente de los suburbios. Prostitutas y jóvenes de la calle son protagonistas absolutos de sus creaciones, identificándose incluso con su lenguaje. Escribe sus obras más significativas, como la novela Chicos del arroyo (1955), centrada en los chicos de la calle, personajes que le obsesionarían de por vida y que tan relevante papel jugarían en su fatal desenlace, y Una vida violenta (1955). Son su pasaporte a la fama.
En una entrevista el 31 de octubre de 1975, la víspera de su asesinato le preguntaron cuál era su calificación profesional preferida a lo que él respondió sin más: ‘En mi pasaporte yo escribo simplemente escritor’
También cineasta, disciplina a la que accedió de la mano de Fellini en los años 50, fue un prolífico director, su obsesiva pasión por reflejar la realidad le permitió retratar con maestría la Italia profunda. En los años 60 y 70 consigue la fama internacional con películas de gran impacto, escandalosas y controvertidas, en las que combina realismo con concepciones revolucionarias del sexo, la violencia o el sadismo. Entre ellas destaca El Evangelio según Mateo (1964) con ella Pasolini consigue una vez más noquear a público y crítica, al crear una obra de inusitada calidad y belleza, en la que consigue que convivan marxismo y espiritualidad cristiana, sus dos ideologías, en perfecta armonía. Los años que le quedan de vida, como si presintiera su muerte, se entrega a una actividad frenética, produciendo obras que reflejan un drama personal, como Edipo, el hijo de la fortuna ((1967) y Porcile (1969), o que inauguran la Trilogía de la Vida: El Decamerón (1971), Los cuentos de Canterbury (1972) y Las Mil y una noches (1973). Inmerso en una profunda crisis personal, realiza su último trabajo, Saló o los 120 días de la ciudad de Sodoma (1975).
Como escritor, se entrega a Petróleo, su obra póstuma e inacabada. En ella narra la vida de un hombre obsesionado por su propio y extremado erotismo. Describe algunas vivencias homosexuales, que incluyen una espectacular orgía del protagonista con 20 muchachos proletarios en un descampado de la periferia urbana.
Poco después, ¿premonición, condena?, Pasolini es asesinado brutalmente por Pino Pelosi, un chapero de 17 años, en un descampado de Ostia, cerca de Roma. Su cuerpo, abandonado en un vertedero, queda completamente desfigurado. El joven confiesa el crimen, afirma haber actuado en legítima defensa al ser atacado por Pasolini, que intentaba violarle. Es acusado e ingresa en prisión. Pero las circunstancias que rodean el caso son muy extrañas, Pelosi era un tipo enclenque, Pasolini un experto en artes marciales….
¿Fue un crimen pasional, o fueron otras las causas? Treinta años después, en 2005, Pelosi declara en televisión su inocencia. Revela que fueron tres personas, una de ellas con acento siciliano, quienes acabaron con la vida de Pasolini, increpándole a gritos: ‘Maricón, sucio comunista’, dato que ocultó para ser juzgado por un tribunal ordinario. Ante los hechos, la familia del autor reclama la reapertura del sumario, en el que se incluyen testimonios de su amigo Sergio Citti quien afirma que acudió a la cita porque era víctima de un chantaje por el robo de unos rollos de Saló….
Los motivos políticos aflorarán cuando se descubra en 2009 que Pasolini tenía la intención de revelar en Petróleo el nombre del culpable de un controvertido incidente acaecido en 1962, el presunto homicidio del industrial Enrico Mattei presidente de la compañía petrolífera Eni. Dichas revelaciones dan lugar a la cuarta apertura del sumario del caso. El año anterior, 700 intelectuales habían firmado un manifiesto exigiéndola.
Las investigaciones sobre el crimen no cesan: ¿será un sempiterno enigma? Por ahora, sólo existe una única verdad: Pasolini, el hombre, decidió ser libre y no calló, pagando un alto precio por ello: su vida.
(nota de Teresa Ma. Amiguet Molina en La Vanguardia en línea.)
miércoles, 21 de marzo de 2012
Cassez seguirá en el tambo
Narco y Ejército:"estrategia equivocada"
En la estela de Colombia, México y Perú, son varios los Gobiernos de América Latina que se están metiendo en un terreno farragoso con la utilización del Ejército en la lucha contra las bandas de narcotraficantes y contra el crimen organizado en general. Brasil, Bolivia, Guatemala y Honduras están optando por esta vía que no garantiza resultados, y que puede llevar a la corrupción, no ya de la policía, sino de las propias Fuerzas Armadas.
La lección de la experiencia mexicana, un eje central de la presidencia de Felipe Calderón, no solo no es edificante, sino que parece contraproducente a la hora de atajar a los carteles de la droga y reforzar al Estado y sus garantías. Su balance es dramático con casi 50.000 asesinatos desde 2006, en una espiral que parece no tener límites. Calderón empezó enviando 6.500 soldados a Michoacán, y ahora son 45.000 los desplegados en ocho Estados.
Que la lucha contra los narcotraficantes y otro tipo de crimen organizado sea un problema de seguridad nacional, para esos países y para todos, no significa que se deba militarizar su solución, tendencia a la que ha empujado la propia política de Estados Unidos. La comprensible desconfianza en unas policías muy dadas a corromperse lleva a poner la esperanza en los Ejércitos a la hora de enfrentarse a los narcotraficantes. Sin embargo, es necesario separar las funciones para evitar la corrupción, e incluso una creciente politización, siempre peligrosa, de las Fuerzas Armadas en el continente. Quizás se requiera el desarrollo de cuerpos intermedios, como se ha hecho en Argentina con la Gendarmería y la Prefectura.
Nadie minimiza el desafío. EE UU, cuya demanda sigue siendo la principal del mundo, se ha mostrado por vez primera dispuesto a que se hable de la droga en la próxima Cumbre de las Américas en Cartagena (Colombia), y este fin de semana, en un encuentro centroamericano al máximo nivel, se planteará a iniciativa de Guatemala la cuestión de la despenalización del consumo y producción, aunque no parece que vaya a tener recorrido.
Junto a una siempre mayor cooperación internacional, estos países deben dar a la policía y a la judicatura los medios materiales y legales para enfrentarse a estas hidras. Así se reforzará la eficacia y solidez del Estado de derecho, que los narcos siempre intentan socavar, y se evitará una nueva tentación de mala utilización de las Fuerzas Armadas.
(Proyectos como el Plan Mérida y Rápido y Furioso han evidenciado una supeditación de México y su gobierno federal a la voluntad de Estados Unidos. Además de las "bajas colaterales" en el combate al crimen organizado es necesario tener presente a los miles de desplazados por la violencia, las decenas de activistas refugiados en EU o muertos a plena luz del día y sin la protección de los gobiernos estatales ni municipales. Editorial del diario El País en línea.)
La lección de la experiencia mexicana, un eje central de la presidencia de Felipe Calderón, no solo no es edificante, sino que parece contraproducente a la hora de atajar a los carteles de la droga y reforzar al Estado y sus garantías. Su balance es dramático con casi 50.000 asesinatos desde 2006, en una espiral que parece no tener límites. Calderón empezó enviando 6.500 soldados a Michoacán, y ahora son 45.000 los desplegados en ocho Estados.
Que la lucha contra los narcotraficantes y otro tipo de crimen organizado sea un problema de seguridad nacional, para esos países y para todos, no significa que se deba militarizar su solución, tendencia a la que ha empujado la propia política de Estados Unidos. La comprensible desconfianza en unas policías muy dadas a corromperse lleva a poner la esperanza en los Ejércitos a la hora de enfrentarse a los narcotraficantes. Sin embargo, es necesario separar las funciones para evitar la corrupción, e incluso una creciente politización, siempre peligrosa, de las Fuerzas Armadas en el continente. Quizás se requiera el desarrollo de cuerpos intermedios, como se ha hecho en Argentina con la Gendarmería y la Prefectura.
Nadie minimiza el desafío. EE UU, cuya demanda sigue siendo la principal del mundo, se ha mostrado por vez primera dispuesto a que se hable de la droga en la próxima Cumbre de las Américas en Cartagena (Colombia), y este fin de semana, en un encuentro centroamericano al máximo nivel, se planteará a iniciativa de Guatemala la cuestión de la despenalización del consumo y producción, aunque no parece que vaya a tener recorrido.
Junto a una siempre mayor cooperación internacional, estos países deben dar a la policía y a la judicatura los medios materiales y legales para enfrentarse a estas hidras. Así se reforzará la eficacia y solidez del Estado de derecho, que los narcos siempre intentan socavar, y se evitará una nueva tentación de mala utilización de las Fuerzas Armadas.
(Proyectos como el Plan Mérida y Rápido y Furioso han evidenciado una supeditación de México y su gobierno federal a la voluntad de Estados Unidos. Además de las "bajas colaterales" en el combate al crimen organizado es necesario tener presente a los miles de desplazados por la violencia, las decenas de activistas refugiados en EU o muertos a plena luz del día y sin la protección de los gobiernos estatales ni municipales. Editorial del diario El País en línea.)
Vargas Llosa, "Nóbel de la Paz"
México, DF.- La pifia cometida por el equipo de prensa de la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, al atribuirle al escritor Mario Vargas Llosa el “Nobel de la Paz”, en lugar del Nobel de Literatura 2010, detonó indignación y críticas en las redes sociales.
En un comunicado, el equipo de la diputada federal con licencia presumió los cumplidos hechos por el autor de La ciudad y los perros en el seminario internacional América Latina: oportunidades y desafíos, realizado en Perú, a la candidata panista que estuvo presente en el evento como invitada especial.
El equívoco generó indignación entre los usuarios de las redes, quienes fustigaron la intromisión del escritor nacido en Perú en la política mexicana y el tema se convirtió horas después en Trending Topic en twitter..
El usuario @The_Coss, escribió: “Mario Vargas Llosa tiene una historia de apoyo a las políticas neoliberales, creadoras de inequidad. Que no les sorprenda su apoyo a JVM”.
@RamiroLomelPoes: “Espléndido escritor don Mario Vargas Llosa… Para leerlo, efectivamente, no para escucharlo…”
@MarcoFuentesB: “J. Vázquedando Sola, ya tiene 1 voto el de Vargas Llosa”.
@jegmabrt: “Respalda Vargas Llosa candidatura de Vázquez Mota – Y despues de eso… TEMBLO … jajajaja”
@FilEstrella: “Admítanlo JVM y su equipo son chafas. Otorga el equipo de Vázquez Mota el “Premio Nobel de la Paz” a Vargas Llosa”.
@Libreria_EPN: “El equipo de JVM dice que Vargas Llosa es Premio Nobel de la Paz, cuando es de Literatura… la peñanietitis aguda es muy contagiosa”.
@bitalicious: “Estimado Mario Vargas Llosa: un servidor y @jsykat le suplicamos tomar como obsequio a @JosefinaVM, y de paso le regresamos a Laura Bozzo”.
Las redes panistas, por su parte, se concentraron en destacar las declaraciones del escritor.
@panvinculacion, escribió: RT @JovenesViviendo: Vázquez Mota debe llegar a la presidencia de México: Vargas Llosa http://cnn.mx/n0010H1 #CNNMex #YaEsTiempoDeUnaMujer
@AccionNacional: “El Intelectual Mario Vargas Llosa y Nobel de Literatura, sabe que @JosefinaVM es la única que puede marcar una diferencia para el País”.
@AJuvenil: “Necesario que gane JVM.- Vargas Llosa”.
@JosefinaVM: “Necesitamos que Josefina Vázquez llegue a la Presidencia’. Agradezco a Vargas Llosa sus palabras. Comparto el audio. http://bit.ly/GCa6ki”, tuitearon los panistas.
(nota de Apro en línea.)
En un comunicado, el equipo de la diputada federal con licencia presumió los cumplidos hechos por el autor de La ciudad y los perros en el seminario internacional América Latina: oportunidades y desafíos, realizado en Perú, a la candidata panista que estuvo presente en el evento como invitada especial.
El equívoco generó indignación entre los usuarios de las redes, quienes fustigaron la intromisión del escritor nacido en Perú en la política mexicana y el tema se convirtió horas después en Trending Topic en twitter..
El usuario @The_Coss, escribió: “Mario Vargas Llosa tiene una historia de apoyo a las políticas neoliberales, creadoras de inequidad. Que no les sorprenda su apoyo a JVM”.
@RamiroLomelPoes: “Espléndido escritor don Mario Vargas Llosa… Para leerlo, efectivamente, no para escucharlo…”
@MarcoFuentesB: “J. Vázquedando Sola, ya tiene 1 voto el de Vargas Llosa”.
@jegmabrt: “Respalda Vargas Llosa candidatura de Vázquez Mota – Y despues de eso… TEMBLO … jajajaja”
@FilEstrella: “Admítanlo JVM y su equipo son chafas. Otorga el equipo de Vázquez Mota el “Premio Nobel de la Paz” a Vargas Llosa”.
@Libreria_EPN: “El equipo de JVM dice que Vargas Llosa es Premio Nobel de la Paz, cuando es de Literatura… la peñanietitis aguda es muy contagiosa”.
@bitalicious: “Estimado Mario Vargas Llosa: un servidor y @jsykat le suplicamos tomar como obsequio a @JosefinaVM, y de paso le regresamos a Laura Bozzo”.
Las redes panistas, por su parte, se concentraron en destacar las declaraciones del escritor.
@panvinculacion, escribió: RT @JovenesViviendo: Vázquez Mota debe llegar a la presidencia de México: Vargas Llosa http://cnn.mx/n0010H1 #CNNMex #YaEsTiempoDeUnaMujer
@AccionNacional: “El Intelectual Mario Vargas Llosa y Nobel de Literatura, sabe que @JosefinaVM es la única que puede marcar una diferencia para el País”.
@AJuvenil: “Necesario que gane JVM.- Vargas Llosa”.
@JosefinaVM: “Necesitamos que Josefina Vázquez llegue a la Presidencia’. Agradezco a Vargas Llosa sus palabras. Comparto el audio. http://bit.ly/GCa6ki”, tuitearon los panistas.
(nota de Apro en línea.)
martes, 20 de marzo de 2012
Sismo superior al de 1985
El sísmo registrado este mediodía, con epicentro en Guerrero, alcanzó una intensidad de 7.93 grados centígados en la escala de Richter, superior al experimentado en septiembre de 1985. En la capital del país no se han encontrado víctimas, sólo crisis nerviosas y daños en edificios. Después del movimiento telúrico se suspendieron actividades en escuelas y oficinas de gobierno e iniciativa privada, entre otros. Foto y información de agencias. |
Highsmith está de vuelta
“La pasión del público por la justicia me resulta aburrida y artificial, ya que ni a la vida ni a la naturaleza les afecta si la justicia se lleva a cabo o no.” La idea, que tal vez ya no escandalice a nadie, resultaba más polémica para la inestable sociedad estadounidense de 1966, cuando se publicó por primera vez Suspenso, breve ensayo didáctico en el que Patricia Highsmith discurre sobre la práctica de tramar y escribir novelas y relatos de género. Más osada y punzante, sin embargo, resuena todavía hoy al doblar la apuesta: “El público, o al menos el público en general, quiere asistir al triunfo de la ley, aunque al mismo tiempo le guste la brutalidad. No obstante, la brutalidad debe pertenecer al bando de los buenos. Los héroes-detectives pueden ser brutales, carecer de escrúpulos sexuales, pegarles puntapiés a las mujeres y seguir siendo populares porque, se supone, andan tras algo mucho peor que ellos mismos”.
El párrafo desbarata, contundente, la consabida idea de que la literatura o el universo creados por la genial tejana es uno de sesgo amoral. Como puede verse, Highsmith descree de la oposición entre buenos y malos, y de la ley que los constituye como tales, pero no por ello considera menos condenable eso que llama aquí “brutalidad”. A quien lo crea tan sólo un prurito estético –la autora rechazaría la brutalidad por “desagradable”–, una relectura atenta de la cita le permitirá advertir que lejos de una cuestión de gustos, como resulta evidente en el “mucho peor que ellos mismos”, se trata aquí de lo repudiable en un sentido visceral, de lo correcto y lo incorrecto… en suma, de una cuestión moral.
¿Por qué entonces abundan en su literatura los criminales que se salen con la suya, una mirada nada condenatoria, más bien entretenida, de los asesinos, por qué la renuencia al castigo, acompañada casi siempre de muy poca simpatía por los agentes de la ley y el orden? ¿Acaso no caen también sus antihéroes en la “brutalidad”? La vieja lectora de Conrad, Kierkegaard y Dostoievski nos dedicaría una mirada de sorna. Lo condenable, si se lee con atención la cita, no es meramente la violencia; al fin y al cabo –diría encogiéndose de hombros– la naturaleza está llena de eso. El problema son las infinitesimales formas de violencia y maltrato aceptadas en la sociedad, incluso por la justicia, a punto tal que se nos han vuelto invisibles, naturales, primitivas, brutales.
De allí la solidaridad con Víctor, el inolvidable matricidaniño de “La tortuga de agua dulce”. Sólo esta comprensión del dolor agazapado en las condiciones de existencia normales permite desarrollar un personaje como el de Odile Masaratti, protagonista de “El mes más cruel”. Al comenzar el relato, prejuzgamos que se trata de una solterona un poco chiflada, un poco idiota (la ironía en boga no vacilaría en despacharla sin piedad), que se da ínfulas torturando a célebres escritores con una andanada de correspondencia indeseada; al terminar, sin dejar de reconocer la cuota de verdad presente en todo lo anterior, nos embarga una enorme tristeza por esa mujercita que, por el solo hecho de haber nacido donde ha nacido, haber tenido su vida y no otra, haberle tocado ser ella, en suma, ha llegado, desfigurada, a descubrir que “la vida no era otra cosa que un intento de conseguir algo, seguido siempre de desilusión, y la gente seguía adelante, hacía lo que tenía que hacer, servía… ¿a qué?”
Su simpatía se vuelve en múltiples ocasiones una cuestión estrictamente de clase, como es palmario en la construcción de su héroe más famoso, el advenedizo Tom Ripley, ni más ni menos que un joven que anhela llevar una existencia artística vedada por su condición de nacimiento. Los actos de violencia de estos personajes, lejos de la brutalidad, son estallidos lógicos, aunque incomprensibles para ellos, en contra de un estado de cosas que resulta fundamentalmente injusto, y el nerviosismo eléctrico y constante de la prosa advierte, tras la máscara de control que le presta el manejo dúctil de la trama, el malestar en la cultura. Por si fuera poco, en la mirada desencantada de Highsmith el acto violento no necesariamente modifica para bien o mal las condiciones de vida, ni siquiera llama la atención; muchas veces –peor aún– todo sigue más o menos igual que en un rotundo siempre.
En ese desprecio de la ley social a partir del reconocimiento del dolor como principio moral absoluto, más allá incluso del deseo, es posible reconocer la huella de los chismes biográficos más ventilados sobre ella (el alcoholismo, la experiencia lésbica en una sociedad represiva), como así también la fuente de su supuesta misantropía. Más interesante, sin embargo, resulta recobrar a partir de este fastidio una faceta silenciada por sus “defensores”, en el marco de una polémica ya casi inexistente: su condición de trabajadora de la escritura. Patricia Highsmith no oculta, ni en su breve ensayo ni mucho menos en su obra, la intención de ganarse la vida escribiendo, de sortear un destino gris, anodino, insoportable, mediante el astuto ejercicio de una actividad que no necesariamente se somete a los códigos de la ley. Para ello, siendo una muchachita nacida en Texas, criada por sus abuelos, era necesario producir acorde con las necesidades del mercado, y haciendo de la necesidad virtud, hoy una de las características más deslumbrantes de su prosa resulta esa capacidad de llevar adelante con sinuoso paso de gato un proyecto literario –contrabandearlo si se quiere– dentro de la literatura industrial, sin necesidad alguna de sobreactuar con estridencia (antes bien, lo contrario) este accionar delictivo, al igual que los caracoles, una vez que ya no sirven de escudo, terminan capturando en su interior todo el mar.
(nota de Hugo Salas, Radar/Página12, tomada de "Elmalpensante", revista on line.)
El párrafo desbarata, contundente, la consabida idea de que la literatura o el universo creados por la genial tejana es uno de sesgo amoral. Como puede verse, Highsmith descree de la oposición entre buenos y malos, y de la ley que los constituye como tales, pero no por ello considera menos condenable eso que llama aquí “brutalidad”. A quien lo crea tan sólo un prurito estético –la autora rechazaría la brutalidad por “desagradable”–, una relectura atenta de la cita le permitirá advertir que lejos de una cuestión de gustos, como resulta evidente en el “mucho peor que ellos mismos”, se trata aquí de lo repudiable en un sentido visceral, de lo correcto y lo incorrecto… en suma, de una cuestión moral.
¿Por qué entonces abundan en su literatura los criminales que se salen con la suya, una mirada nada condenatoria, más bien entretenida, de los asesinos, por qué la renuencia al castigo, acompañada casi siempre de muy poca simpatía por los agentes de la ley y el orden? ¿Acaso no caen también sus antihéroes en la “brutalidad”? La vieja lectora de Conrad, Kierkegaard y Dostoievski nos dedicaría una mirada de sorna. Lo condenable, si se lee con atención la cita, no es meramente la violencia; al fin y al cabo –diría encogiéndose de hombros– la naturaleza está llena de eso. El problema son las infinitesimales formas de violencia y maltrato aceptadas en la sociedad, incluso por la justicia, a punto tal que se nos han vuelto invisibles, naturales, primitivas, brutales.
De allí la solidaridad con Víctor, el inolvidable matricidaniño de “La tortuga de agua dulce”. Sólo esta comprensión del dolor agazapado en las condiciones de existencia normales permite desarrollar un personaje como el de Odile Masaratti, protagonista de “El mes más cruel”. Al comenzar el relato, prejuzgamos que se trata de una solterona un poco chiflada, un poco idiota (la ironía en boga no vacilaría en despacharla sin piedad), que se da ínfulas torturando a célebres escritores con una andanada de correspondencia indeseada; al terminar, sin dejar de reconocer la cuota de verdad presente en todo lo anterior, nos embarga una enorme tristeza por esa mujercita que, por el solo hecho de haber nacido donde ha nacido, haber tenido su vida y no otra, haberle tocado ser ella, en suma, ha llegado, desfigurada, a descubrir que “la vida no era otra cosa que un intento de conseguir algo, seguido siempre de desilusión, y la gente seguía adelante, hacía lo que tenía que hacer, servía… ¿a qué?”
Su simpatía se vuelve en múltiples ocasiones una cuestión estrictamente de clase, como es palmario en la construcción de su héroe más famoso, el advenedizo Tom Ripley, ni más ni menos que un joven que anhela llevar una existencia artística vedada por su condición de nacimiento. Los actos de violencia de estos personajes, lejos de la brutalidad, son estallidos lógicos, aunque incomprensibles para ellos, en contra de un estado de cosas que resulta fundamentalmente injusto, y el nerviosismo eléctrico y constante de la prosa advierte, tras la máscara de control que le presta el manejo dúctil de la trama, el malestar en la cultura. Por si fuera poco, en la mirada desencantada de Highsmith el acto violento no necesariamente modifica para bien o mal las condiciones de vida, ni siquiera llama la atención; muchas veces –peor aún– todo sigue más o menos igual que en un rotundo siempre.
En ese desprecio de la ley social a partir del reconocimiento del dolor como principio moral absoluto, más allá incluso del deseo, es posible reconocer la huella de los chismes biográficos más ventilados sobre ella (el alcoholismo, la experiencia lésbica en una sociedad represiva), como así también la fuente de su supuesta misantropía. Más interesante, sin embargo, resulta recobrar a partir de este fastidio una faceta silenciada por sus “defensores”, en el marco de una polémica ya casi inexistente: su condición de trabajadora de la escritura. Patricia Highsmith no oculta, ni en su breve ensayo ni mucho menos en su obra, la intención de ganarse la vida escribiendo, de sortear un destino gris, anodino, insoportable, mediante el astuto ejercicio de una actividad que no necesariamente se somete a los códigos de la ley. Para ello, siendo una muchachita nacida en Texas, criada por sus abuelos, era necesario producir acorde con las necesidades del mercado, y haciendo de la necesidad virtud, hoy una de las características más deslumbrantes de su prosa resulta esa capacidad de llevar adelante con sinuoso paso de gato un proyecto literario –contrabandearlo si se quiere– dentro de la literatura industrial, sin necesidad alguna de sobreactuar con estridencia (antes bien, lo contrario) este accionar delictivo, al igual que los caracoles, una vez que ya no sirven de escudo, terminan capturando en su interior todo el mar.
(nota de Hugo Salas, Radar/Página12, tomada de "Elmalpensante", revista on line.)
lunes, 19 de marzo de 2012
Atentado a los libros
Hacía muchos años que aquella maldita costumbre de los bárbaros (en el franquismo postrero, en los principios de la Transición) no volvía a asombrar a los que creemos que los libros son materia sagrada de lectura, de conocimiento y de concordia. Y ha vuelto a pasar.
Muy temprano esta mañana un ciudadano trató de incendiar la Librería Antonio Machado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Lanzó objetos contundentes (sillas que robó del bar de al lado) contra la potente cristalera, y luego intentó incendiar el interior lanzando contra las vidrieras deterioradas por él pastillas incendiarias propias de los asados y las barbacoas.
Previamente, según me cuenta Miguel Visor, el librero, este incendiario se había sentado a leer un libro, precisamente, según registran las cámaras que grabaron el incidente. Y después se dedicó a cumplir con su oscura misión. Ahora la policía busca sospechosos y se encarga del caso. Es posible que haya sido cualquier cosa, un incendiario sin más, o un individuo que quería dañar para avisar.
Quién sabe. Lo que queda del incidente ahora es su carácter simbólico, pues en este país por desgracia se supo en los aledaños de la democracia, antes y después, cuántos entienden la existencia de los libros como un signo evidente de cultura sospechosa.
Miguel Visor me dijo que se sintió, al hacer la denuncia, como un chaval de los años 60 cuya librería principal, la Antonio Machado de la calle Fernando VI recibió la indeseable visita de los ultras. La Machado, la Alberti..., tantas librerías de Madrid, de Barcelona, de Sevilla, de tantos sitios, recibieron la maldita visita del fuego que ahora en seguida viene a nuestra memoria el dramático simbolismo de esos humos. Y se queda uno helado.
(No lo sabemos, ¿se atentó contra la memoria del hombre, o sea, contra una librería; o se atentó, en el pasado y en el presente, contra el símbolo de nombres como Antonio Machado, Rafael Alberti, como pudieron ser Federico García Lorca, Jaime Gil de Biedma o Luis Cernuda? La sola memoria de los juglares-poetas que fueron por la vida con la bandera de su pluma, su patria, su sexualidad, sí, su sexualidad, ¿sigue irritando a la derecha que avanza como metástasis sobre este mundo flagelado? Nota de Juan Cruz en El País, en línea.)
Muy temprano esta mañana un ciudadano trató de incendiar la Librería Antonio Machado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Lanzó objetos contundentes (sillas que robó del bar de al lado) contra la potente cristalera, y luego intentó incendiar el interior lanzando contra las vidrieras deterioradas por él pastillas incendiarias propias de los asados y las barbacoas.
Previamente, según me cuenta Miguel Visor, el librero, este incendiario se había sentado a leer un libro, precisamente, según registran las cámaras que grabaron el incidente. Y después se dedicó a cumplir con su oscura misión. Ahora la policía busca sospechosos y se encarga del caso. Es posible que haya sido cualquier cosa, un incendiario sin más, o un individuo que quería dañar para avisar.
Quién sabe. Lo que queda del incidente ahora es su carácter simbólico, pues en este país por desgracia se supo en los aledaños de la democracia, antes y después, cuántos entienden la existencia de los libros como un signo evidente de cultura sospechosa.
Miguel Visor me dijo que se sintió, al hacer la denuncia, como un chaval de los años 60 cuya librería principal, la Antonio Machado de la calle Fernando VI recibió la indeseable visita de los ultras. La Machado, la Alberti..., tantas librerías de Madrid, de Barcelona, de Sevilla, de tantos sitios, recibieron la maldita visita del fuego que ahora en seguida viene a nuestra memoria el dramático simbolismo de esos humos. Y se queda uno helado.
(No lo sabemos, ¿se atentó contra la memoria del hombre, o sea, contra una librería; o se atentó, en el pasado y en el presente, contra el símbolo de nombres como Antonio Machado, Rafael Alberti, como pudieron ser Federico García Lorca, Jaime Gil de Biedma o Luis Cernuda? La sola memoria de los juglares-poetas que fueron por la vida con la bandera de su pluma, su patria, su sexualidad, sí, su sexualidad, ¿sigue irritando a la derecha que avanza como metástasis sobre este mundo flagelado? Nota de Juan Cruz en El País, en línea.)
1982, muere la Cineteca de Alejandría
México, DF.- En el documental Los rollos perdidos, dirigido por Gibrán Bazán, el investigador y crítico de cine Jorge Ayala Blanco culpa a Fernando del Moral González del incendio de la Cineteca Nacional, ocurrido el 24 de marzo de 1982.
En esa época, Del Moral González se desempeñaba como coordinador de la Cineteca Nacional, cuyas instalaciones se ubicaban en la confluencia de Río Churubusco y Tlalpan, actual sede del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Ante la pregunta qué había detrás de la pantalla de la sala Fernando de Fuentes que explotó, Blanco cuenta que se encontraba un closet de madera donde Del Moral González, metía las cintas más valiosas e importantes porque él quería ser el primero en analizarlas:
“Días anteriores al incendio, llegaron del interior de la República materiales de nitrato, que es explosión. Para que haya una explosión de una lata, se necesita sobre todo convertirlo en algo cercano a la explosión desde un punto de vista físico-químico, no es más que un movimiento acelerado de moléculas. Los rollos habían llegado en camiones, o sea, se agitaron durante el transporte por tierra, esos materiales ya venían agitados y necesitaban una mayor aceleración de las moléculas, porque exactamente en el momento de mayor acción es cuando estallan, y aquí fue por el ruido, el cual también agita. Y salió una lengüeta de fuego y después varias explosiones más de las latas, y en ese momento se inició el incendio.
“El verdadero culpable sigue vivo, tienen nombre y apellido. Se llama Fernando del Moral. Esas declaraciones las he dicho a varios medios informativos y jamás han salido”, afirma.
Del Moral González es especialista en rescate y preservación de películas históricas. Por ello ha recibido en dos ocasiones el Premio Paul Coremans que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por la restauración de películas documentales inéditas de la época de la Revolución Mexicana, como impactantes imágenes de la Decena Trágica, cuando fue derrocado el gobierno de Francisco I. Madero en 1913; o la llegada de los restos del poeta Manuel Acuña a Saltillo, Coahuila, en 1917.
Fue el primer especialista mexicano en preservación de cine reconocido por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (Fiaf). Es autor de artículos, ensayos y ponencias de sus trabajos.
Gibrán Bazán buscó a Del Moral González; pero éste se negó a hablar, sobre todo si era sobre la Cineteca Nacional.
Los rollos perdidos ofrece dos historias, en una se aborda la pérdida de las filmaciones que el cineasta Servando González realizó junto con su equipo el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, donde captó la matanza de estudiantes, para después centrarse en el incendio de la Cineteca Nacional, ocurrido el 24 de marzo de 1982, que arrasó con más del 90% del acervo fílmico de México.
En la primera parte del filme, y con base en testimonios de testigos y especialistas, se narra la manera como Servando González fue contratado por la suma de 20 mil pesos por el gobierno mexicano, para filmar una manifestación que tendría lugar en la Plaza de las Tres Culturas, y que sería dispersada “con mano dura”.
El equipo de la filmación de Los rollos perdidos subió después de cuatro décadas a los pisos 17 y 19 de la Torre de Relaciones Exteriores, desde donde el cineasta filmó la masacre, utilizando un equipo de ocho cámaras, apoyado por camarógrafos como Ángel Bilbatúa y Alex Phillips, para captar lo ocurrido aquel día.
Se incluyen diversas teorías sobre el destino de esas ocho horas de material filmadas que reunían 14 mil pies de película y que fueron reveladas en los Estudios Churubusco la madrugada del 3 de octubre, lo que evidencia la costumbre que tenía el entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría, de registrar cualquier acontecimiento en cine.
En la segunda parte en torno al incendio del 24 de marzo de 1982 en la Cineteca Nacional, se proyectan los testimonios de testigos que presenciaron el incendio y las explosiones ocurridas ese día. Se da voz a especialistas que formulan diversas teorías para explicar lo ocurrido y que van desde la explosión de los tanques de gas de una cafetería, sabotajes, material de nitrato, mostrando ante todo la confusión que prevalece con respecto al tema.
Pero es Jorge Ayala Blanco, quien se centra en la misteriosa e inexplicable primera explosión que ocurrió detrás de la pantalla de la sala Fernando de Fuentes, donde supuestamente no existía nada almacenado.
El cineasta Gibrán Bazán no quería que a los 30 años del incendio de la Cineteca Nacional, “se guardara silencio de nuevo sobre el tema”.
Al realizador siempre lo perseguía la interrogante de cuál fue el destino de esas ocho horas de material filmadas por Servando González y su equipo en Tlatelolco y que registraban todo lo ocurrido con el detalle que dan las cámaras Arriflex de 35 milímetros. Y que de acuerdo con las declaraciones de un presunto testigo, más de una hora de las pruebas del positivo de los filmes se salvaron y fueron guardados durante años en una lata bajo otro nombre:
“Supuestamente, años después, en 1976, cuando la Cineteca Nacional de Tlalpan y Churubusco se encontraba reuniendo su acervo, fueron depositadas en sus bóvedas, para la propia seguridad de quienes habían conservado el material.”
Para la investigación se entrevistó a trabajadores del recinto, a excoordinadores, a cineastas que alguna vez hurgaron en sus archivos y dieron cuenta del material perdido, mismo que contradice las versiones de que “sólo se quemaron copias”; y evidencia la riqueza de un acervo de materiales de numerosos países, que hacían de la Cineteca de Tlalpan y Churubusco, la “Biblioteca de Alejandría”, del cine universal.
Durante el proceso de investigación para ambas historias, el director, se topó “con una extraña resistencia a hablar y conceder entrevistas acerca de los hechos”, que en lo personal atribuye más a una creencia errónea o inercia de auto censura. “De hecho, solicitamos más de 70 entrevistas con personas que podían dar un testimonio, y de ellas, menos de la tercera parte accedieron a aparecer en el filme”.
Es el primer documental que aborda el incendio de la Cineteca Nacional. Y deja entrever, aunque sin claridad, que pudo ocasionarse el incendio porque allí se guardaba “por lo menos una hora de material sobre la matanza estudiantil de 1968”.
(Fernando del Moral tuvo y mantuvo una querella con Televisa cuando la empresa utilizó material de la Revolución Mexicana restaurado por él mismo para el INAH, sin darle el crédito correspondiente, ni, mucho menos, pagarle regalías. Se sabe que el pleito lo ganó el investigador de la historia del cine silente en México y autor de la Cineteca de La Laguna, cuyo acervo le ha llevado años de investigación, acopio y restauración. Nota de Columba Vértiz tomada íntegra de Apro, agencia del semanario Proceso en línea.)
En esa época, Del Moral González se desempeñaba como coordinador de la Cineteca Nacional, cuyas instalaciones se ubicaban en la confluencia de Río Churubusco y Tlalpan, actual sede del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Ante la pregunta qué había detrás de la pantalla de la sala Fernando de Fuentes que explotó, Blanco cuenta que se encontraba un closet de madera donde Del Moral González, metía las cintas más valiosas e importantes porque él quería ser el primero en analizarlas:
“Días anteriores al incendio, llegaron del interior de la República materiales de nitrato, que es explosión. Para que haya una explosión de una lata, se necesita sobre todo convertirlo en algo cercano a la explosión desde un punto de vista físico-químico, no es más que un movimiento acelerado de moléculas. Los rollos habían llegado en camiones, o sea, se agitaron durante el transporte por tierra, esos materiales ya venían agitados y necesitaban una mayor aceleración de las moléculas, porque exactamente en el momento de mayor acción es cuando estallan, y aquí fue por el ruido, el cual también agita. Y salió una lengüeta de fuego y después varias explosiones más de las latas, y en ese momento se inició el incendio.
“El verdadero culpable sigue vivo, tienen nombre y apellido. Se llama Fernando del Moral. Esas declaraciones las he dicho a varios medios informativos y jamás han salido”, afirma.
Del Moral González es especialista en rescate y preservación de películas históricas. Por ello ha recibido en dos ocasiones el Premio Paul Coremans que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por la restauración de películas documentales inéditas de la época de la Revolución Mexicana, como impactantes imágenes de la Decena Trágica, cuando fue derrocado el gobierno de Francisco I. Madero en 1913; o la llegada de los restos del poeta Manuel Acuña a Saltillo, Coahuila, en 1917.
Fue el primer especialista mexicano en preservación de cine reconocido por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (Fiaf). Es autor de artículos, ensayos y ponencias de sus trabajos.
Gibrán Bazán buscó a Del Moral González; pero éste se negó a hablar, sobre todo si era sobre la Cineteca Nacional.
Los rollos perdidos ofrece dos historias, en una se aborda la pérdida de las filmaciones que el cineasta Servando González realizó junto con su equipo el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, donde captó la matanza de estudiantes, para después centrarse en el incendio de la Cineteca Nacional, ocurrido el 24 de marzo de 1982, que arrasó con más del 90% del acervo fílmico de México.
En la primera parte del filme, y con base en testimonios de testigos y especialistas, se narra la manera como Servando González fue contratado por la suma de 20 mil pesos por el gobierno mexicano, para filmar una manifestación que tendría lugar en la Plaza de las Tres Culturas, y que sería dispersada “con mano dura”.
El equipo de la filmación de Los rollos perdidos subió después de cuatro décadas a los pisos 17 y 19 de la Torre de Relaciones Exteriores, desde donde el cineasta filmó la masacre, utilizando un equipo de ocho cámaras, apoyado por camarógrafos como Ángel Bilbatúa y Alex Phillips, para captar lo ocurrido aquel día.
Se incluyen diversas teorías sobre el destino de esas ocho horas de material filmadas que reunían 14 mil pies de película y que fueron reveladas en los Estudios Churubusco la madrugada del 3 de octubre, lo que evidencia la costumbre que tenía el entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría, de registrar cualquier acontecimiento en cine.
En la segunda parte en torno al incendio del 24 de marzo de 1982 en la Cineteca Nacional, se proyectan los testimonios de testigos que presenciaron el incendio y las explosiones ocurridas ese día. Se da voz a especialistas que formulan diversas teorías para explicar lo ocurrido y que van desde la explosión de los tanques de gas de una cafetería, sabotajes, material de nitrato, mostrando ante todo la confusión que prevalece con respecto al tema.
Pero es Jorge Ayala Blanco, quien se centra en la misteriosa e inexplicable primera explosión que ocurrió detrás de la pantalla de la sala Fernando de Fuentes, donde supuestamente no existía nada almacenado.
El cineasta Gibrán Bazán no quería que a los 30 años del incendio de la Cineteca Nacional, “se guardara silencio de nuevo sobre el tema”.
Al realizador siempre lo perseguía la interrogante de cuál fue el destino de esas ocho horas de material filmadas por Servando González y su equipo en Tlatelolco y que registraban todo lo ocurrido con el detalle que dan las cámaras Arriflex de 35 milímetros. Y que de acuerdo con las declaraciones de un presunto testigo, más de una hora de las pruebas del positivo de los filmes se salvaron y fueron guardados durante años en una lata bajo otro nombre:
“Supuestamente, años después, en 1976, cuando la Cineteca Nacional de Tlalpan y Churubusco se encontraba reuniendo su acervo, fueron depositadas en sus bóvedas, para la propia seguridad de quienes habían conservado el material.”
Para la investigación se entrevistó a trabajadores del recinto, a excoordinadores, a cineastas que alguna vez hurgaron en sus archivos y dieron cuenta del material perdido, mismo que contradice las versiones de que “sólo se quemaron copias”; y evidencia la riqueza de un acervo de materiales de numerosos países, que hacían de la Cineteca de Tlalpan y Churubusco, la “Biblioteca de Alejandría”, del cine universal.
Durante el proceso de investigación para ambas historias, el director, se topó “con una extraña resistencia a hablar y conceder entrevistas acerca de los hechos”, que en lo personal atribuye más a una creencia errónea o inercia de auto censura. “De hecho, solicitamos más de 70 entrevistas con personas que podían dar un testimonio, y de ellas, menos de la tercera parte accedieron a aparecer en el filme”.
Es el primer documental que aborda el incendio de la Cineteca Nacional. Y deja entrever, aunque sin claridad, que pudo ocasionarse el incendio porque allí se guardaba “por lo menos una hora de material sobre la matanza estudiantil de 1968”.
(Fernando del Moral tuvo y mantuvo una querella con Televisa cuando la empresa utilizó material de la Revolución Mexicana restaurado por él mismo para el INAH, sin darle el crédito correspondiente, ni, mucho menos, pagarle regalías. Se sabe que el pleito lo ganó el investigador de la historia del cine silente en México y autor de la Cineteca de La Laguna, cuyo acervo le ha llevado años de investigación, acopio y restauración. Nota de Columba Vértiz tomada íntegra de Apro, agencia del semanario Proceso en línea.)
Dharun Ravi, condenado
Tras dos semanas de juicio y tres días de deliberaciones por parte de un jurado popular, el caso que ha abierto un gran debate en Estados Unidos sobre los jóvenes gais y la intimidad en Internet ha llegado a su fin. Dharun Ravi, de 20 años, ha sido declarado culpable de varios cargos de intimidación, acoso y discriminación sexual por grabar con una webcam y sin permiso a su compañero de cuarto, Tyler Clementi, mientras besaba a otro hombre y luego difundir estas imágenes a través de redes sociales como Facebook y Twitter. Ravi, que estaba acusado de 15 delitos, solo ha sido absuelto de los delitos menores.
La sentencia se leerá el próximo 21 de mayo y expertos legales han declarado que la condena podría alcanzar los 10 años de prisión por todos los cargos.
Ravi, estudiante de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, divulgó el 19 de septiembre de 2010 en Twitter y por mensajes de texto imágenes íntimas de su compañero de habitación, Tyler Clementi. Este último se quitó la vida cuatro días después saltando del puente de George Washington en Nueva York. En ningún momento Ravi ha sido acusado directamente por la muerte de Clementi.
El desarrollo del juicio ha incluido el testimonio de 30 personas durante 12 días -comenzó el pasado 24 de febrero-. El argumento del abogado defensor ha sido que “Ravi se sorprendió al encender su webcam y ver a su compañero de habitación en una situación íntima con otro hombre, y no supo cómo reaccionar", dijo. "Es un adolescente. Estaba preocupado de que pudiera sufrir un robo por parte del hombre que había en su habitación”, añadió. La fiscal del condado, Julia McClure, por su parte, defendió en todo momento que, según unos amigos del acusado, este ya estaba preocupado con anterioridad de la orientación sexual de Clementi.
En septiembre de 2010, el caso de Clementi desencadenó un gran debate, llegando incluso a ser comentado por Ellen DeGeneres en su popular programa de televisión. Tras el suceso, las autoridades de Nueva Jersey aprobaron una ley contra el acoso y la propia Universidad de Rutgers cambió su política de adjudicación de habitación.
(Si el abogado alega que Ravi era menor de edad y que no sabía lo que hacía no sólo lo encubre sino que espera tomarle el pelo al jurado popular, en todo caso debe también analizarse la "permisividad" de Facebook y Twiter, sobre todo cuando se vulneran los derechos de terceros. Nota tomada de El País.)
La sentencia se leerá el próximo 21 de mayo y expertos legales han declarado que la condena podría alcanzar los 10 años de prisión por todos los cargos.
Ravi, estudiante de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, divulgó el 19 de septiembre de 2010 en Twitter y por mensajes de texto imágenes íntimas de su compañero de habitación, Tyler Clementi. Este último se quitó la vida cuatro días después saltando del puente de George Washington en Nueva York. En ningún momento Ravi ha sido acusado directamente por la muerte de Clementi.
El desarrollo del juicio ha incluido el testimonio de 30 personas durante 12 días -comenzó el pasado 24 de febrero-. El argumento del abogado defensor ha sido que “Ravi se sorprendió al encender su webcam y ver a su compañero de habitación en una situación íntima con otro hombre, y no supo cómo reaccionar", dijo. "Es un adolescente. Estaba preocupado de que pudiera sufrir un robo por parte del hombre que había en su habitación”, añadió. La fiscal del condado, Julia McClure, por su parte, defendió en todo momento que, según unos amigos del acusado, este ya estaba preocupado con anterioridad de la orientación sexual de Clementi.
En septiembre de 2010, el caso de Clementi desencadenó un gran debate, llegando incluso a ser comentado por Ellen DeGeneres en su popular programa de televisión. Tras el suceso, las autoridades de Nueva Jersey aprobaron una ley contra el acoso y la propia Universidad de Rutgers cambió su política de adjudicación de habitación.
(Si el abogado alega que Ravi era menor de edad y que no sabía lo que hacía no sólo lo encubre sino que espera tomarle el pelo al jurado popular, en todo caso debe también analizarse la "permisividad" de Facebook y Twiter, sobre todo cuando se vulneran los derechos de terceros. Nota tomada de El País.)
domingo, 18 de marzo de 2012
Pessoa y el retorno de don Sebastián
Portugal debe a la conjunción de dos hechos, uno trágico y otro de naturaleza exegética, la emergencia del sebastianismo como leyenda. El hecho hermenéutico, a su vez, consecuencia de la lectura del antiguo testamento por parte de un zapatero de Trancoso, llamado Gonzalo Annes de Bandarra, consistió en la elaboración de una serie de trovas en las que el artesano anunciaba la llegada de un Mesías. El vaticinio del zapatero provocó más de una interpretación que construyeron el campo teórico que cobijaría a la leyenda.
El hecho trágico lo proporcionó la desaparición de un monarca. El rey don Sebastián de Portugal partió para Marruecos en 1578 donde, presuntamente, perdió la vida frente las murallas de Alcazarquivir junto a más de dieciséis mil combatientes. La desaparición del monarca, sin descendencia, sumió al país luso en la catástrofe, obligado a anexionarse a España desde el reinado de Felipe II, tío de don Sebastián, hasta el de Felipe IV. El cuerpo del rey nunca fue encontrado y nadie lo vio morir. Las rimas de Bandarra se vieron con otra luz. Don Sebastián era el Mesías que habría de volver para instaurar un nuevo Imperio devolviendo a Portugal el esplendor y libertad perdidos.
Podría parecer exagerado decir que los portugueses aún esperan la llegada de don Sebastián, pero a tenor de los comentarios que suscitó una noticia en un medio sobre la publicación de un libro de Fernando Pessoa sobre sebastianismo con documentos inéditos, la vigencia de la leyenda en el imaginario colectivo parece seguir vigente. Un lector comentaba en el diario Público portugués que "nunca como ahora, el sebastianismo, como forma de enfrentar la dura realidad, se convirtió en una filosofía de vida. ¿Es irracional? Tal vez! Pero tiene el mismo mérito que los sueños o las religiones. Es decir, si, para nuestro equilibrio emocional, es útil creer que un Sebastião nos salvará del FMI y de los mercados, ¿qué hay de malo? Creo que éste fue el espíritu con que Pessoa escribió Mensagem".
Fernando Pessoa, cuya patria era la "lengua portuguesa", escribió sobre el sebastianismo y vaticinó a su vez la llegada de un Quinto Imperio que, liderado por un Supra-Camões, volvería a situar a Portugal en el lugar que se merecía. El poeta en 1912 se estrenó en la revista Á Aguia con un artículo que levantaría una gran polémica en Portugal. La nueva poesía portuguesa sociológicamente considerada establecía un paralelismo entre Inglaterra y Francia y en el que auguraba la llegada de un nuevo esplendor literario para Portugal.
Editado en Ática por Jorge Uribe y Pedro Sepúlveda y coordinado por Jerónimo Pizarro , Fernando Pessoa: Sebastianismo e Quinto Império, presenta los textos en los que el poeta portugués habla de la leyenda que acuñó Bandarra y que le sirvió para presentarse como aquel que había de restituir el lugar literario y nacional que el país merecía. Leemos en la introducción de la obra: "La responsabilidad del artista se trasluce en la voluntad de escribir una obra literaria de dimensión nacional y, de esta manera, el vínculo con la nación depende de la posibilidad de crear un puente mítico entre sí mismo y su patria". El poeta intentó renovar la nacionalidad mítica del país. Mensagem, el único libro en portugués que publicó en vida, es la expresión de dicho intento: "¿cuándo volverás, Encubierto,/portugués sueño de las eras, /a traer más que el soplo incierto/ del gran anhelo de Dios que eras?".
Entre joyas inéditas, la publicación presenta, anexada, una entrevista a Pessoa de diciembre de 1922 para la Revista Portuguesa. En ella el poeta expresa lo que piensa sobre la crisis a principios de siglo y afirma: "nuestra crisis política es ser gobernados por una mayoría que no existe. Nuestra crisis moral es que desde 1580 dejó de haber individuos en Portugal para haber sólo portugueses. Nuestra crisis intelectual es simplemente no ser conscientes de esto".
(nota tomada de La Vanguardia en línea.)
El hecho trágico lo proporcionó la desaparición de un monarca. El rey don Sebastián de Portugal partió para Marruecos en 1578 donde, presuntamente, perdió la vida frente las murallas de Alcazarquivir junto a más de dieciséis mil combatientes. La desaparición del monarca, sin descendencia, sumió al país luso en la catástrofe, obligado a anexionarse a España desde el reinado de Felipe II, tío de don Sebastián, hasta el de Felipe IV. El cuerpo del rey nunca fue encontrado y nadie lo vio morir. Las rimas de Bandarra se vieron con otra luz. Don Sebastián era el Mesías que habría de volver para instaurar un nuevo Imperio devolviendo a Portugal el esplendor y libertad perdidos.
Podría parecer exagerado decir que los portugueses aún esperan la llegada de don Sebastián, pero a tenor de los comentarios que suscitó una noticia en un medio sobre la publicación de un libro de Fernando Pessoa sobre sebastianismo con documentos inéditos, la vigencia de la leyenda en el imaginario colectivo parece seguir vigente. Un lector comentaba en el diario Público portugués que "nunca como ahora, el sebastianismo, como forma de enfrentar la dura realidad, se convirtió en una filosofía de vida. ¿Es irracional? Tal vez! Pero tiene el mismo mérito que los sueños o las religiones. Es decir, si, para nuestro equilibrio emocional, es útil creer que un Sebastião nos salvará del FMI y de los mercados, ¿qué hay de malo? Creo que éste fue el espíritu con que Pessoa escribió Mensagem".
Fernando Pessoa, cuya patria era la "lengua portuguesa", escribió sobre el sebastianismo y vaticinó a su vez la llegada de un Quinto Imperio que, liderado por un Supra-Camões, volvería a situar a Portugal en el lugar que se merecía. El poeta en 1912 se estrenó en la revista Á Aguia con un artículo que levantaría una gran polémica en Portugal. La nueva poesía portuguesa sociológicamente considerada establecía un paralelismo entre Inglaterra y Francia y en el que auguraba la llegada de un nuevo esplendor literario para Portugal.
Editado en Ática por Jorge Uribe y Pedro Sepúlveda y coordinado por Jerónimo Pizarro , Fernando Pessoa: Sebastianismo e Quinto Império, presenta los textos en los que el poeta portugués habla de la leyenda que acuñó Bandarra y que le sirvió para presentarse como aquel que había de restituir el lugar literario y nacional que el país merecía. Leemos en la introducción de la obra: "La responsabilidad del artista se trasluce en la voluntad de escribir una obra literaria de dimensión nacional y, de esta manera, el vínculo con la nación depende de la posibilidad de crear un puente mítico entre sí mismo y su patria". El poeta intentó renovar la nacionalidad mítica del país. Mensagem, el único libro en portugués que publicó en vida, es la expresión de dicho intento: "¿cuándo volverás, Encubierto,/portugués sueño de las eras, /a traer más que el soplo incierto/ del gran anhelo de Dios que eras?".
Entre joyas inéditas, la publicación presenta, anexada, una entrevista a Pessoa de diciembre de 1922 para la Revista Portuguesa. En ella el poeta expresa lo que piensa sobre la crisis a principios de siglo y afirma: "nuestra crisis política es ser gobernados por una mayoría que no existe. Nuestra crisis moral es que desde 1580 dejó de haber individuos en Portugal para haber sólo portugueses. Nuestra crisis intelectual es simplemente no ser conscientes de esto".
(nota tomada de La Vanguardia en línea.)
sábado, 17 de marzo de 2012
Francisco Tario (1911- 1977)
Adolfo Bioy Casares dijo alguna vez que, viejas como el miedo, las ficciones fantásticas son anteriores a las letras. Más cercano a nuestro tiempo, hubo sin duda un momento en el que lectores escépticos empezaron a distinguir entre las ficciones fantásticas y las reales. Las segundas tratan, con ostentativo cuidado, de evitar toda insinuación de fantasmas, licántropos y platos voladores; las primeras, más generosas, admiten que ningún hecho es, desde la perspectiva humana, enteramente comprensible y por lo tanto narran con igual precaución la supuesta locura de Hamlet y la misteriosa conducta del Doctor Hyde.
No toda literatura fantástica lo es de la misma manera. Por un lado, está aquella en la que es fantástico el mundo en el que transcurre la narración, pero no así los eventos mismos. Árboles azules y ríos de fuego pueden formar parte del paisaje, pero quienes allí viven deben plegarse implacablemente a las reglas físicas de estos elementos que, para ellos, no son insólitos. Así en el mundo de Alicia los animales hablan y los naipes están vivos, pero tanto estos como Alicia deben obedecer a la implacable lógica de su condición existencial. Por otro, hay una literatura fantástica en la que el mundo de los eventos narrados es tan real como el nuestro, salvo que en él ocurre algo (un desliz en el tiempo, un salto en el espacio, una inesperada metamorfosis) que lleva al lector a sospechar que, aunque existen explicaciones lógicas para lo ocurrido (el evento fue soñado, el protagonista estaba loco, hubo una inesperada coincidencia), sólo una explicación fantástica resulta satisfactoria. En castellano, hay pocos ejemplos exitosos del primer género (El exiliado de aquí y allá de Juan Goytisolo y Olvidado Rey Gudú de Ana María Matute, por ejemplo), y muchos del segundo (Borges y compañía).
Hay quizás una tercera versión de la literatura fantástica que combina lo mejor de ambas. Sus antepasados son las leyendas de Bécquer y los decorativos cuentos de Rubén Darío; sus más destacados artífices, Felisberto Hernández, Max Aub, Armonía Somers, Silvina Ocampo, Virgilio Piñera, Salvador Garmendia y el misterioso Francisco Tario, rescatado ahora por Atalanta, con un espléndido prefacio de Alejandro Toledo. Hijo de españoles, Tario nació en México en 1911, bajo el nombre de Francisco Peláez Vega. Eligió su seudónimo porque le gustaba su sonido, y también que su significado, en lengua tarasca, fuera “lugar de ídolos”. Fue pianista, portero del Club Asturias, gerente de tres cines en Acapulco, y escritor, aunque sin pertenecer a ningún cenáculo. Tras la muerte de su mujer, se instaló en Madrid, donde falleció unos quince años más tarde, en 1977. Sus libros incluyen novelas, cuentos y aforismos. Dijo que sus mayores fueron Kafka, Supervielle e Ionesco. Despreció la ciencia-ficción.
En los cuentos fantásticos de Tario lo imposible convive con lo rutinario, lo trágico se vuelve agriamente cómico, lo absurdo irremediablemente lógico. Sus protagonistas son objetos, animales, cosas indefinidas: un féretro enamorado de una jovencita en duelo, un barco que recuerda el ebrio de Rimbaud, una gallina vengadora, un perro fiel hasta la muerte, un traje gris con veleidades metafísicas, un antropófago convincente, un incestuoso y erudito soñador, un niño inocente y aterrador, una caterva de seres monstruosos o fantasmagóricos.
Gabriel García Márquez afirmó alguna vez que el relato de Tario La noche de Margaret Rose era uno de los mejores del siglo XX. Ciertamente es uno de los más extraños, con algo de las alucinaciones de Nerval y algo de las pesadillas de Poe, pero muchos de los otros no son menos buenos. Tario escribe con precisión clínica, sin que el lector tome conciencia de que el narrador está inventando, convenciéndolo, no de la verosimilitud sino de la verdad de lo que está contando. Algo insólito ocurre, algo extraordinario aparece, y de inmediato Tario banaliza el evento con muestras de razonable conducta y sentido común, desplazando así lo fantástico a los márgenes de la historia. Un ejemplo bastará. En el cuento ‘El mico’, la narradora describe su relación con una suerte de mono que descubre en su casa. De pronto, la criatura le alarga los brazos y le dice “mamá”. “Fue el comienzo de una nueva vida, de una rara experiencia que yo jamás había previsto, porque, a partir de aquella fecha, las cosas no fueron ya tan halagüeñas, y dondequiera que me hallara, en el instante más feliz del día, la dolorida palabra volvía a mí, oprimiéndome el corazón”.
Quizás la convicción que los cuentos de Tario despiertan en nosotros se deba a la calma y poética lógica que los gobierna. Cuando algo imposible ocurre en ellos, Tario apacigua nuestra falta de fe con un comentario banal, un detalle que vuelve lo inadmisible obvio. Ya en los antiguos bestiarios chinos se explicaba que una de las características principales del unicornio es su timidez, y que esa es la razón por la cual nadie ha podido observarlo.
(Hace poco, mientras hablaba con una maestra por teléfono en la noche, me dijo "Ya voy a colgar porque voy a contarles un cuento a mis niños para que se duerman", le sugerí que les contara un relato de Francisco Tario, a lo que respondió: "Usted cómo es gacho, Uriel". Le aclaré que era broma pues sabía que las criaturas se crisparían. Nota tomada del suplemento Babelia, de El País.)
No toda literatura fantástica lo es de la misma manera. Por un lado, está aquella en la que es fantástico el mundo en el que transcurre la narración, pero no así los eventos mismos. Árboles azules y ríos de fuego pueden formar parte del paisaje, pero quienes allí viven deben plegarse implacablemente a las reglas físicas de estos elementos que, para ellos, no son insólitos. Así en el mundo de Alicia los animales hablan y los naipes están vivos, pero tanto estos como Alicia deben obedecer a la implacable lógica de su condición existencial. Por otro, hay una literatura fantástica en la que el mundo de los eventos narrados es tan real como el nuestro, salvo que en él ocurre algo (un desliz en el tiempo, un salto en el espacio, una inesperada metamorfosis) que lleva al lector a sospechar que, aunque existen explicaciones lógicas para lo ocurrido (el evento fue soñado, el protagonista estaba loco, hubo una inesperada coincidencia), sólo una explicación fantástica resulta satisfactoria. En castellano, hay pocos ejemplos exitosos del primer género (El exiliado de aquí y allá de Juan Goytisolo y Olvidado Rey Gudú de Ana María Matute, por ejemplo), y muchos del segundo (Borges y compañía).
Hay quizás una tercera versión de la literatura fantástica que combina lo mejor de ambas. Sus antepasados son las leyendas de Bécquer y los decorativos cuentos de Rubén Darío; sus más destacados artífices, Felisberto Hernández, Max Aub, Armonía Somers, Silvina Ocampo, Virgilio Piñera, Salvador Garmendia y el misterioso Francisco Tario, rescatado ahora por Atalanta, con un espléndido prefacio de Alejandro Toledo. Hijo de españoles, Tario nació en México en 1911, bajo el nombre de Francisco Peláez Vega. Eligió su seudónimo porque le gustaba su sonido, y también que su significado, en lengua tarasca, fuera “lugar de ídolos”. Fue pianista, portero del Club Asturias, gerente de tres cines en Acapulco, y escritor, aunque sin pertenecer a ningún cenáculo. Tras la muerte de su mujer, se instaló en Madrid, donde falleció unos quince años más tarde, en 1977. Sus libros incluyen novelas, cuentos y aforismos. Dijo que sus mayores fueron Kafka, Supervielle e Ionesco. Despreció la ciencia-ficción.
En los cuentos fantásticos de Tario lo imposible convive con lo rutinario, lo trágico se vuelve agriamente cómico, lo absurdo irremediablemente lógico. Sus protagonistas son objetos, animales, cosas indefinidas: un féretro enamorado de una jovencita en duelo, un barco que recuerda el ebrio de Rimbaud, una gallina vengadora, un perro fiel hasta la muerte, un traje gris con veleidades metafísicas, un antropófago convincente, un incestuoso y erudito soñador, un niño inocente y aterrador, una caterva de seres monstruosos o fantasmagóricos.
Gabriel García Márquez afirmó alguna vez que el relato de Tario La noche de Margaret Rose era uno de los mejores del siglo XX. Ciertamente es uno de los más extraños, con algo de las alucinaciones de Nerval y algo de las pesadillas de Poe, pero muchos de los otros no son menos buenos. Tario escribe con precisión clínica, sin que el lector tome conciencia de que el narrador está inventando, convenciéndolo, no de la verosimilitud sino de la verdad de lo que está contando. Algo insólito ocurre, algo extraordinario aparece, y de inmediato Tario banaliza el evento con muestras de razonable conducta y sentido común, desplazando así lo fantástico a los márgenes de la historia. Un ejemplo bastará. En el cuento ‘El mico’, la narradora describe su relación con una suerte de mono que descubre en su casa. De pronto, la criatura le alarga los brazos y le dice “mamá”. “Fue el comienzo de una nueva vida, de una rara experiencia que yo jamás había previsto, porque, a partir de aquella fecha, las cosas no fueron ya tan halagüeñas, y dondequiera que me hallara, en el instante más feliz del día, la dolorida palabra volvía a mí, oprimiéndome el corazón”.
Quizás la convicción que los cuentos de Tario despiertan en nosotros se deba a la calma y poética lógica que los gobierna. Cuando algo imposible ocurre en ellos, Tario apacigua nuestra falta de fe con un comentario banal, un detalle que vuelve lo inadmisible obvio. Ya en los antiguos bestiarios chinos se explicaba que una de las características principales del unicornio es su timidez, y que esa es la razón por la cual nadie ha podido observarlo.
(Hace poco, mientras hablaba con una maestra por teléfono en la noche, me dijo "Ya voy a colgar porque voy a contarles un cuento a mis niños para que se duerman", le sugerí que les contara un relato de Francisco Tario, a lo que respondió: "Usted cómo es gacho, Uriel". Le aclaré que era broma pues sabía que las criaturas se crisparían. Nota tomada del suplemento Babelia, de El País.)
viernes, 16 de marzo de 2012
Obra onerosa de Sebastián, se retrasa
Con un avance del 50 por ciento y una inversión a la fecha de 32 millones 800 mil pesos, el monumento de la Equis estará terminado en dos meses y medio, para entonces se habrá pagado al escultor Sebastián 7 millones y medio de pesos.
Los juarenses pagarán 40 millones 300 mil pesos sólo en la construcción de la escultura de 62 metros de altura, más la edificación de un museo y una explanada, cuyo costo se había anunciado anteriormente en 10 millones de pesos.
Con esto, el saldo total de la obra será de aproximadamente 50 millones de pesos, de acuerdo con datos proporcionados por la Administración municipal.
El hecho ayer revivió los cuestionamientos por el gasto, que sectores sociales han considerado exagerado. Aunque el objetivo de la creación de la obra persigue un buen fin, lo cuestionable es el costo tan elevado, coincidieron representantes de la comunidad.
Las erogaciones se han realizado desde el periodo 2004-2007 de Héctor Murguía Lardizábal; desde entonces las fechas de su culminación se han diferido en varias ocasiones, y actualmente se dice que el monumento estará terminado a finales de mayo.
El vocero de la organización Ciudadanos por una Mejor Administración Pública (Cimap), Juan Hernán Ortiz Quintana, afirmó que efectivamente la ciudad requiere una remozada, pero el año pasado el Municipio gastó 11 millones de pesos en la equis “que no se acaba” y poco más de nueve millones en becas para estudiantes.
“Para el Gobierno municipal es más importante pegar fierros que invertir en niños y jóvenes que están estudiando, ahí se empiezan a ver las prioridades del Gobierno municipal”, expuso.
Anotó que esa obra debió haber quedado terminada desde hace cinco años, y esa demora aumenta los costos.
“Todo ese retraso es un costo que estamos pagando los juarenses y realmente no sé cuál va a ser el verdadero impacto, tenemos otras estructuras metálicas que poco o nada han funcionado, ahí está esa torre en el parque extremo que en realidad no tiene un uso efectivo”, señaló.
El regidor del Partido Acción Nacional (PAN), Abelardo Valenzuela Holguín, expuso que el gasto de la equis es muy oneroso para los juarenses, y se pudo haber realizado en conjunto con los empresarios de la ciudad.
“Que no sea un costo nada más del Gobierno, sino que hubiese sido un costo de la comunidad de los organismos intermedios y empresariales, para que haya sido verdaderamente una representatividad, un ícono, algo que nos identifique, sin embargo se tomó una decisión de carácter unilateral y ahí esta el resultado”, declaró.
El director de Obras Públicas, Arcadio Serrano García, aseguró que las piezas más pesadas de la estructura ya se terminaron de colocar, y sólo falta ubicar tres o cuatro pisos.
“Yo espero que para finales de este mes ya estemos montando todo el proceso de la parte que se va a ver, y ahí se va a ver el avance, ahorita no se ve mucho avance”, mencionó.
Agregó que el progreso de la estructura es del 50 por ciento, y en 15 días llegarán las piezas del centro, cuya forma es redondeada.
“Ahorita ya nomás lo que están haciendo es soldar toda la lámina, para hacer los triángulos que estaban haciendo ahí”, aseguró Serrano.
Afirmó que el Municipio está presionando para que la obra quede terminada a finales de mayo.
“Obviamente depende del escultor; los soldadores están trabajando sábados y domingos”, señaló.
El monumento de la Equis de Juárez se construye en Heroico Colegio Militar y Plutarco Elías Calles, en un área de El Chamizal.
En ese mismo sitio se proyectó construir un museo y una plaza, pero actualmente no está definido el costo de esas obras, aseguró el director de Obras Públicas.
Sin embargo, durante el año pasado se estimó que esa inversión adicional sería de 10 millones de pesos.
“Queremos que a finales de mayo esté terminada la obra, obviamente a la mejor le van a faltar algún detalles”, comentó Serrano.
Anunció que si en esa fecha se termina la escultura, en este mismo año se edificarán el museo y la explanada.
En la primera administración de Héctor Murguía Lardizábal (2004-2007), se invirtieron 23 millones de pesos en la escultura de Sebastián; en ese trienio se elaboraron las piezas, pero no alcanzaron los recursos ni el tiempo para trasladarlas del Distrito Federal.
En la Administración siguiente se canceló el proyecto, hasta que se retomó en el 2011, durante el segundo periodo del alcalde Murguía.
El año pasado se pagaron 9 millones 200 mil pesos al escultor para que concluyera la instalación de la “Equis”; aparte se han invertido 200 mil pesos en el hospedaje y los alimentos de las cinco personas que supervisan el montaje de las piezas.
Adicionalmente se han saldado 400 mil pesos en la renta de las grúas que colocan las estructuras, de acuerdo con información oficial.
Cuando el monumento lleve un 75 por ciento de avance se pagarán dos millones y medio a Sebastián, otros dos millones y medio cuando esté al 100 por ciento, y adicionalmente otros dos millones y medio al final de los trabajos, dio a conocer el tesorero municipal, Juan Salgado Vázquez.
La “Equis” tendrá 62 metros de altura y a los 30 metros se construirá un mirador que dará vista a la ciudad y parte de El Paso.
La obra se reactivó en noviembre del año pasado, cuando se trasladaron por Ferromex más de 23 módulos de acero que suman un peso mayor a las 100 toneladas.
En mayo de 2011, el Municipio anunció que la construcción iba a continuar y para ello estuvo aquí el escultor Sebastián, quien se comprometió a que la escultura iba a estar terminada en noviembre de ese mismo año.
“Todo va profundamente por Juárez, no les voy a decir más, nada más decirles que vamos a trabajar intensamente para tener una obra monumental y de las más grandes y de las más importantes del escultor Sebastián en una ciudad clave para México”, dijo el artista en rueda de prensa, aunque se negó a hablar sobre el costo.
Explicó que la equis es la equis de México y representa la mexicanidad del país.
(La edificación de la Torre de Luz, para la celebración del Bicentenario, fue una obra onerosa y repudiada por urbanistas e intelectuales de la ciudad de México, que le valió críticas al gobierno federal y que muchos apoyan su retiro. Acaso en Ciudad Juárez faltó la decisión valiente de urbanistas y arquitectos comprometidos con el paisaje urbano para estudiar su posible ubicación y con el costo de los honorarios de Enrique Carbajal (alias Sebastián). Que el autor diga que "representa la equis de México" es tan anticuado como decir, a estas alturas, que "El laberinto de la soledad" (1950), ensayo extenso de Octavio Paz, describe el carácter derrotista del nativo de estas tierras. Nota tomada del Diario de Juárez.)
Los juarenses pagarán 40 millones 300 mil pesos sólo en la construcción de la escultura de 62 metros de altura, más la edificación de un museo y una explanada, cuyo costo se había anunciado anteriormente en 10 millones de pesos.
Con esto, el saldo total de la obra será de aproximadamente 50 millones de pesos, de acuerdo con datos proporcionados por la Administración municipal.
El hecho ayer revivió los cuestionamientos por el gasto, que sectores sociales han considerado exagerado. Aunque el objetivo de la creación de la obra persigue un buen fin, lo cuestionable es el costo tan elevado, coincidieron representantes de la comunidad.
Las erogaciones se han realizado desde el periodo 2004-2007 de Héctor Murguía Lardizábal; desde entonces las fechas de su culminación se han diferido en varias ocasiones, y actualmente se dice que el monumento estará terminado a finales de mayo.
El vocero de la organización Ciudadanos por una Mejor Administración Pública (Cimap), Juan Hernán Ortiz Quintana, afirmó que efectivamente la ciudad requiere una remozada, pero el año pasado el Municipio gastó 11 millones de pesos en la equis “que no se acaba” y poco más de nueve millones en becas para estudiantes.
“Para el Gobierno municipal es más importante pegar fierros que invertir en niños y jóvenes que están estudiando, ahí se empiezan a ver las prioridades del Gobierno municipal”, expuso.
Anotó que esa obra debió haber quedado terminada desde hace cinco años, y esa demora aumenta los costos.
“Todo ese retraso es un costo que estamos pagando los juarenses y realmente no sé cuál va a ser el verdadero impacto, tenemos otras estructuras metálicas que poco o nada han funcionado, ahí está esa torre en el parque extremo que en realidad no tiene un uso efectivo”, señaló.
El regidor del Partido Acción Nacional (PAN), Abelardo Valenzuela Holguín, expuso que el gasto de la equis es muy oneroso para los juarenses, y se pudo haber realizado en conjunto con los empresarios de la ciudad.
“Que no sea un costo nada más del Gobierno, sino que hubiese sido un costo de la comunidad de los organismos intermedios y empresariales, para que haya sido verdaderamente una representatividad, un ícono, algo que nos identifique, sin embargo se tomó una decisión de carácter unilateral y ahí esta el resultado”, declaró.
El director de Obras Públicas, Arcadio Serrano García, aseguró que las piezas más pesadas de la estructura ya se terminaron de colocar, y sólo falta ubicar tres o cuatro pisos.
“Yo espero que para finales de este mes ya estemos montando todo el proceso de la parte que se va a ver, y ahí se va a ver el avance, ahorita no se ve mucho avance”, mencionó.
Agregó que el progreso de la estructura es del 50 por ciento, y en 15 días llegarán las piezas del centro, cuya forma es redondeada.
“Ahorita ya nomás lo que están haciendo es soldar toda la lámina, para hacer los triángulos que estaban haciendo ahí”, aseguró Serrano.
Afirmó que el Municipio está presionando para que la obra quede terminada a finales de mayo.
“Obviamente depende del escultor; los soldadores están trabajando sábados y domingos”, señaló.
El monumento de la Equis de Juárez se construye en Heroico Colegio Militar y Plutarco Elías Calles, en un área de El Chamizal.
En ese mismo sitio se proyectó construir un museo y una plaza, pero actualmente no está definido el costo de esas obras, aseguró el director de Obras Públicas.
Sin embargo, durante el año pasado se estimó que esa inversión adicional sería de 10 millones de pesos.
“Queremos que a finales de mayo esté terminada la obra, obviamente a la mejor le van a faltar algún detalles”, comentó Serrano.
Anunció que si en esa fecha se termina la escultura, en este mismo año se edificarán el museo y la explanada.
En la primera administración de Héctor Murguía Lardizábal (2004-2007), se invirtieron 23 millones de pesos en la escultura de Sebastián; en ese trienio se elaboraron las piezas, pero no alcanzaron los recursos ni el tiempo para trasladarlas del Distrito Federal.
En la Administración siguiente se canceló el proyecto, hasta que se retomó en el 2011, durante el segundo periodo del alcalde Murguía.
El año pasado se pagaron 9 millones 200 mil pesos al escultor para que concluyera la instalación de la “Equis”; aparte se han invertido 200 mil pesos en el hospedaje y los alimentos de las cinco personas que supervisan el montaje de las piezas.
Adicionalmente se han saldado 400 mil pesos en la renta de las grúas que colocan las estructuras, de acuerdo con información oficial.
Cuando el monumento lleve un 75 por ciento de avance se pagarán dos millones y medio a Sebastián, otros dos millones y medio cuando esté al 100 por ciento, y adicionalmente otros dos millones y medio al final de los trabajos, dio a conocer el tesorero municipal, Juan Salgado Vázquez.
La “Equis” tendrá 62 metros de altura y a los 30 metros se construirá un mirador que dará vista a la ciudad y parte de El Paso.
La obra se reactivó en noviembre del año pasado, cuando se trasladaron por Ferromex más de 23 módulos de acero que suman un peso mayor a las 100 toneladas.
En mayo de 2011, el Municipio anunció que la construcción iba a continuar y para ello estuvo aquí el escultor Sebastián, quien se comprometió a que la escultura iba a estar terminada en noviembre de ese mismo año.
“Todo va profundamente por Juárez, no les voy a decir más, nada más decirles que vamos a trabajar intensamente para tener una obra monumental y de las más grandes y de las más importantes del escultor Sebastián en una ciudad clave para México”, dijo el artista en rueda de prensa, aunque se negó a hablar sobre el costo.
Explicó que la equis es la equis de México y representa la mexicanidad del país.
(La edificación de la Torre de Luz, para la celebración del Bicentenario, fue una obra onerosa y repudiada por urbanistas e intelectuales de la ciudad de México, que le valió críticas al gobierno federal y que muchos apoyan su retiro. Acaso en Ciudad Juárez faltó la decisión valiente de urbanistas y arquitectos comprometidos con el paisaje urbano para estudiar su posible ubicación y con el costo de los honorarios de Enrique Carbajal (alias Sebastián). Que el autor diga que "representa la equis de México" es tan anticuado como decir, a estas alturas, que "El laberinto de la soledad" (1950), ensayo extenso de Octavio Paz, describe el carácter derrotista del nativo de estas tierras. Nota tomada del Diario de Juárez.)
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