Antepasados
Mis antepasados entraron a sangre y fuego en América conquistando y arrasando
Mis antepasados se defendieron con los dientes de esta invasión de bárbaros
Mis antepasados buscaban el oro para cuadrar las arcas de sus monarcas y saciar sus
propias sedes
Mis antepasados ocultaron el oro de sus ritos al sol bajo tierra y bajo las aguas
Mis antepasados nos robaron la tierra
Mis antepasados no pudieron recuperarla
Cómo siento en el alma no haber estado en el cuerpo de mis antepasados
¿De parte de cuál de mis antepasados me pondré contra cuáles?
("festival internacional de poesía de medellín")
jueves, 31 de diciembre de 2015
miércoles, 30 de diciembre de 2015
Eugénio de Andrade (1923/2005 )
Más sobre la pureza
No me gustaría insistir, pero la belleza de los jóvenes que se aman es melancólica. No saben todavía que el deseo de muerte es más perverso, que sólo una cosa los tornaría puros: robar el fuego e incendiar la ciudad.
("antología de poesía homoerótica", comp. sergio téllez-pon, ed. alforja, méxico, 2004, trad. ángel crespo.)
No me gustaría insistir, pero la belleza de los jóvenes que se aman es melancólica. No saben todavía que el deseo de muerte es más perverso, que sólo una cosa los tornaría puros: robar el fuego e incendiar la ciudad.
("antología de poesía homoerótica", comp. sergio téllez-pon, ed. alforja, méxico, 2004, trad. ángel crespo.)
martes, 29 de diciembre de 2015
Víctor Manuel Iglesias (1985 )
Os he visto...
Os he visto. Sé quiénes sois.
Observáis escaparates, conducís por la derecha,
respetáis los pasos de cebra.
Las tradiciones, el turno, las colas.
Acudís a la cita con el dentista,
pasáis la ITV cuando toca,
y si hay que renovar las ruedas
cada cuarenta o cincuenta mil kiómetros,
se renuevan.
Aproximadamente.
Sé que amáis a vuestros hijos,
a vuestros maridos y mujeres
y acompañásteis, o lo haréis en su momento,
a vuestros padres en el camino hacia la muerte.
Hacéis listas de la compra,
pero os dais algún capricho,
y, cuando toca hacer dieta,
se hace.
Votáis siempre.
Avisáis con antelación,
respetáis los contratos.
Volvéis atrás para comprobar
que están apagados el gas y las luces.
Hace meses que tenéis las vacaciones planeadas.
Reservado el hotel y los billetes,
apalabrado un chófer.
Cerradas las ventanas, bajadas las persianas
(aunque no del todo) y bien echada la llave.
Tres. Cuatro vueltas.
La mejor ruta posible. Una batería de reserva.
Un vecino regará las flores,
alguien se ocupará del perro.
Se acumulará, es cierto, algo de polvo,
pero, salvo por eso,
todo estará perfecto a vuestra vuelta.
Os he visto. Sé quiénes sois
y solo quiero deciros que vosotros,
vosotros también,
suplicaréis clemencia.
("la mirada del lobo")
Os he visto. Sé quiénes sois.
Observáis escaparates, conducís por la derecha,
respetáis los pasos de cebra.
Las tradiciones, el turno, las colas.
Acudís a la cita con el dentista,
pasáis la ITV cuando toca,
y si hay que renovar las ruedas
cada cuarenta o cincuenta mil kiómetros,
se renuevan.
Aproximadamente.
Sé que amáis a vuestros hijos,
a vuestros maridos y mujeres
y acompañásteis, o lo haréis en su momento,
a vuestros padres en el camino hacia la muerte.
Hacéis listas de la compra,
pero os dais algún capricho,
y, cuando toca hacer dieta,
se hace.
Votáis siempre.
Avisáis con antelación,
respetáis los contratos.
Volvéis atrás para comprobar
que están apagados el gas y las luces.
Hace meses que tenéis las vacaciones planeadas.
Reservado el hotel y los billetes,
apalabrado un chófer.
Cerradas las ventanas, bajadas las persianas
(aunque no del todo) y bien echada la llave.
Tres. Cuatro vueltas.
La mejor ruta posible. Una batería de reserva.
Un vecino regará las flores,
alguien se ocupará del perro.
Se acumulará, es cierto, algo de polvo,
pero, salvo por eso,
todo estará perfecto a vuestra vuelta.
Os he visto. Sé quiénes sois
y solo quiero deciros que vosotros,
vosotros también,
suplicaréis clemencia.
("la mirada del lobo")
lunes, 28 de diciembre de 2015
Boris Pasternak (1890/1960 )
Después de la lluvia
Se apiña el follaje en la espesura,
Desde el camino el cielo se ve claro.
Silencio. ¡Como la vez primera!
La conversación es ahora por las buenas.
Al principio todo urgía, la brisa
Saltó la valla para destronar los árboles
El parque por el chubasco pisoteado
Y luego corrió del desván a la terraza.
Pon toda la atención al bosque denso,
A las venas que brotan en el álamo,
Como al aire del huerto, y a la infusión de soda.
Y al árbol amargo y a su espuma.
De los balcones de vidrio, de las espaldas
De las bañistas heladas, la transpiración brota.
La parcela fría centellea fresas
Y se extiende el granizo como si fuera sal.
El rayo de luz al caer se mete
En la ortiga, pero por muy poco tiempo,
Y el corto instante, como del carbón un trozo,
Se calienta en los árboles y crea el arco iris.
1915, 1928
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", ed. unam, méxico, 2004, trad. jorge bustamante garcía.)
Se apiña el follaje en la espesura,
Desde el camino el cielo se ve claro.
Silencio. ¡Como la vez primera!
La conversación es ahora por las buenas.
Al principio todo urgía, la brisa
Saltó la valla para destronar los árboles
El parque por el chubasco pisoteado
Y luego corrió del desván a la terraza.
Pon toda la atención al bosque denso,
A las venas que brotan en el álamo,
Como al aire del huerto, y a la infusión de soda.
Y al árbol amargo y a su espuma.
De los balcones de vidrio, de las espaldas
De las bañistas heladas, la transpiración brota.
La parcela fría centellea fresas
Y se extiende el granizo como si fuera sal.
El rayo de luz al caer se mete
En la ortiga, pero por muy poco tiempo,
Y el corto instante, como del carbón un trozo,
Se calienta en los árboles y crea el arco iris.
1915, 1928
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", ed. unam, méxico, 2004, trad. jorge bustamante garcía.)
domingo, 27 de diciembre de 2015
Uriel Martínez (1950 )
El poema de los peros
me regalaron un pantalón deportivo
pero hace tiempo desistí
de alcanzar las nubes
hace días vi en venta un traje
en oferta, incluía camisa y corbata,
pero visto de clown
entre los remates de fin de
temporada encontré un catalejos
la noche posterior a la lluvia
de estrellas
voy por la calle con la vista
corta, el vestuario inapropiado,
el pelo hirsuto, los labios resecos
me detengo en la esquina
donde hubo un semáforo
cualquier noche de luna llena
quisiera aullar como aullaban
los lobos que buscan manada
pero olvidé el timbre
en fin, nada es para siempre.
me regalaron un pantalón deportivo
pero hace tiempo desistí
de alcanzar las nubes
hace días vi en venta un traje
en oferta, incluía camisa y corbata,
pero visto de clown
entre los remates de fin de
temporada encontré un catalejos
la noche posterior a la lluvia
de estrellas
voy por la calle con la vista
corta, el vestuario inapropiado,
el pelo hirsuto, los labios resecos
me detengo en la esquina
donde hubo un semáforo
cualquier noche de luna llena
quisiera aullar como aullaban
los lobos que buscan manada
pero olvidé el timbre
en fin, nada es para siempre.
sábado, 26 de diciembre de 2015
Antonio Pérez Morte (1960/2013 )
Para Berta
Para recuperar la infancia, una canica.
Para la adolescencia
un beso,
un verso,
una esperanza.
Para la juventud,
un compromiso
de amor definitivo.
Para la madurez,
quizá la rebeldía,
la eterna,
renovada,
incombustible rebeldía
de aquellos viejos derrotados
que nunca
se dieron por vencidos.
Para recuperar la infancia, una canica.
Para la adolescencia
un beso,
un verso,
una esperanza.
Para la juventud,
un compromiso
de amor definitivo.
Para la madurez,
quizá la rebeldía,
la eterna,
renovada,
incombustible rebeldía
de aquellos viejos derrotados
que nunca
se dieron por vencidos.
("rua das petras.blogspot")
viernes, 25 de diciembre de 2015
Jotamario Arbeláez (1942 )
Alguien barre la casa
¿Quién estará barriendo el ala norte de la casa
donde vivió mi tía, esta hora
de la noche en que duermen los restos de la familia,
los que vamos quedando con más puesto en la mesa de los recuerdos,
si los vecinos han salido de vacaciones con sus niños y gatos y servidumbre
y el tío Emilio fue de pesca,
esta hora de lobo que espanta las pesadillas
y despierta medio litro de sed en el pozo de la garganta?
No creo que sea la abuela.
Desde su desdichado accidente descendiendo del autoferro
que obligó al fémur de platino y a renunciar a los tamales
que preparaba los domingos para toda su parentela
sabemos que por nada del mundo se atrevería a tomar el palo de escoba
y menos para ir a la medianoche
a barrer los recuerdos de la hija más querida
a quien el corazón le jugó una mala pasada
mientras pintaba la puerta de su cuarto con un sapolín amarillo
dejándonos sin sus cariñosas respiraciones al espejo de los ojos.
¿Será Jorge Girando? Imposible,
si su esposo ha salido de cacería
con los ojos llorosos desde el día de sus funerales
y hasta el sol de hoy que no ha vuelto con un venado.
¿O tal vez es el viento con sus pasos de escobilla de jazz en el eternit?
¿O el comején cenándose el entablado?
Pero el caso es que alguien está barriendo la habitación donde la tía Adelfa aromatizaba,
escuchaba el radioperiódico, pespunteaba en su máquina de coser
tarareando esos aires de la montaña
a los que de vez en cuando pone mi padre la música de un silbido.
Yo no creo en fantasmas y mucho menos en el fantasma de mi tía Adelfa,
quien murió vestida de blanco rodeada por la corte de sus sobrinas
escuchando un pasaje bíblico que mi hermano le susurraba.
Deben ser los ladrones
("círculo de poesía")
jueves, 24 de diciembre de 2015
Arseni Tarkovski (1907/1989 )
No creo en presentimientos, ni temo
A los agüeros. Acepto el veneno,
La calumnia. No existe la muerte,
La vida es eterna. No hay que temer
A la muerte ni a los diecisiete,
Ni a los setenta. Sólo hay vida y luz,
Ni oscuridad, ni muerte hay en este mundo.
Todos estamos a la orilla del mar
Y soy de los que eligen la red
Cuando la eternidad pasa de largo.
1965
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", unam, méxico, 2004, trad, jorge bustamante garcía.)
A los agüeros. Acepto el veneno,
La calumnia. No existe la muerte,
La vida es eterna. No hay que temer
A la muerte ni a los diecisiete,
Ni a los setenta. Sólo hay vida y luz,
Ni oscuridad, ni muerte hay en este mundo.
Todos estamos a la orilla del mar
Y soy de los que eligen la red
Cuando la eternidad pasa de largo.
1965
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", unam, méxico, 2004, trad, jorge bustamante garcía.)
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Gustavo de la Rosa Muruato (1955 )
Voluntad y representación
Me miraba con afición y una ligera sonrisa,
apenas esbozada en su pupila. Me sostenía la mano
un momento, transmitiendo esa sensación de complicidad
con la niña furtiva, sofocada ansiedad por ser mujer.
Olía sus feromonas de hembra apenas contenida.
Sentía una tormenta eléctrica a punto de estallar,
a punto de pulverizar la quietud de la atmósfera;
y, a la vez, sentía un vino fresco inundando mis arterias,
relajando mis nervios. En seguida me colocaba un brazo
en los hombros, se acercaba lentamente a mis oídos
y me murmuraba el invisible aleteo de las mariposas.
("el país de las maravillas de noche", ed. uaz, zacatecas, méxico, 2015)
Me miraba con afición y una ligera sonrisa,
apenas esbozada en su pupila. Me sostenía la mano
un momento, transmitiendo esa sensación de complicidad
con la niña furtiva, sofocada ansiedad por ser mujer.
Olía sus feromonas de hembra apenas contenida.
Sentía una tormenta eléctrica a punto de estallar,
a punto de pulverizar la quietud de la atmósfera;
y, a la vez, sentía un vino fresco inundando mis arterias,
relajando mis nervios. En seguida me colocaba un brazo
en los hombros, se acercaba lentamente a mis oídos
y me murmuraba el invisible aleteo de las mariposas.
("el país de las maravillas de noche", ed. uaz, zacatecas, méxico, 2015)
martes, 22 de diciembre de 2015
Maximiliam Voloshin (1877/1932 )
Nos hemos extraviado en este mundo.
La oscuridad nos acompaña.
Somos como niños que se abrazan
Tímidamente en el abismo.
Chapoteos viajan por ríos tristes;
Orfeo busca la sombra amada.
Alguien nos unió el uno al otro
Y alguien de nuevo nos separa...
Dolor inerme. Gritos sordos.
La mano arde aún en la mano.
Y la roca húmeda en la lejanía
Balbucea un nombre: Eurídice.
29 de junio de 1905
París
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", ed. unam, méxico, 2004, trad. jorge bustamante garcía.)
La oscuridad nos acompaña.
Somos como niños que se abrazan
Tímidamente en el abismo.
Chapoteos viajan por ríos tristes;
Orfeo busca la sombra amada.
Alguien nos unió el uno al otro
Y alguien de nuevo nos separa...
Dolor inerme. Gritos sordos.
La mano arde aún en la mano.
Y la roca húmeda en la lejanía
Balbucea un nombre: Eurídice.
29 de junio de 1905
París
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", ed. unam, méxico, 2004, trad. jorge bustamante garcía.)
lunes, 21 de diciembre de 2015
Luis Armenta Malpica (1961 )
Pareja sobre el césped bajo la lluvia
Una pareja hace el amor
y el césped se repuebla de insectos: llovizna
y los escarabajos escancian de sus alas la gota
que a la tierra pertenece.
El jején, toda una tribu de ellos
toma la aldea de los pies de un amante
y los habita,
Ambos creen que el amor es ese
cosquilleo entre sus uñas.
Los jejenes espantan a los escarabajos con la lluvia.
Intentan acercarse al oído del amante que monta al otro amante
una tormenta vasta, recorrida.
La vida del jején no es suficiente para abatir al caracol de los amantes.
Aun lejos del oído la lluvia cesa su goteo de caricias.
Los hombres se levantan y visten, se ponen los sombreros
y agarran sus machetes.
Los insectos se cuelan a la raíz de un árbol.
Si no hacen el amor
cumplen su otro destino.
("envés del agua", sría. de cultura, gob. de jalisco, méxico, 2012)
Una pareja hace el amor
y el césped se repuebla de insectos: llovizna
y los escarabajos escancian de sus alas la gota
que a la tierra pertenece.
El jején, toda una tribu de ellos
toma la aldea de los pies de un amante
y los habita,
Ambos creen que el amor es ese
cosquilleo entre sus uñas.
Los jejenes espantan a los escarabajos con la lluvia.
Intentan acercarse al oído del amante que monta al otro amante
una tormenta vasta, recorrida.
La vida del jején no es suficiente para abatir al caracol de los amantes.
Aun lejos del oído la lluvia cesa su goteo de caricias.
Los hombres se levantan y visten, se ponen los sombreros
y agarran sus machetes.
Los insectos se cuelan a la raíz de un árbol.
Si no hacen el amor
cumplen su otro destino.
("envés del agua", sría. de cultura, gob. de jalisco, méxico, 2012)
domingo, 20 de diciembre de 2015
Mark Strand (1934/2014 )
Querido amigo...
Querido amigo, comienzo a desconfiar de ti y me apena. Mientras prosigo esta obra, siento tu deseo de apropiarte de ella. Ciertamente te la he dado, de algún modo, pero es precisamente tal espíritu del "dar" lo que debe conservarse. No debes "tomar" lo que no es realmente tuyo. Sin duda soy tonto, mis temores delatan mis celos, pero te conozco solamente porque trabajas este texto. No sé nada más de ti. Temo que digas a la gente de tu época que tú hiciste El Monumento, que es una falsa traducción, que soy meramente criatura de tu invención. Sé que tal era mi propósito, en parte, pero me duelen el dulce anonimato y la nada que clamé como territorio propio. Al escribir, creo que el texto no debería ser solamente mi tumba, sino que no debería allanarse a nombre de nadie, ni siquiera al tuyo.
("el monumento", ed. uaz, zacatecas, méxico, 1989, trad. elisa ramírez castañeda)
Querido amigo, comienzo a desconfiar de ti y me apena. Mientras prosigo esta obra, siento tu deseo de apropiarte de ella. Ciertamente te la he dado, de algún modo, pero es precisamente tal espíritu del "dar" lo que debe conservarse. No debes "tomar" lo que no es realmente tuyo. Sin duda soy tonto, mis temores delatan mis celos, pero te conozco solamente porque trabajas este texto. No sé nada más de ti. Temo que digas a la gente de tu época que tú hiciste El Monumento, que es una falsa traducción, que soy meramente criatura de tu invención. Sé que tal era mi propósito, en parte, pero me duelen el dulce anonimato y la nada que clamé como territorio propio. Al escribir, creo que el texto no debería ser solamente mi tumba, sino que no debería allanarse a nombre de nadie, ni siquiera al tuyo.
("el monumento", ed. uaz, zacatecas, méxico, 1989, trad. elisa ramírez castañeda)
sábado, 19 de diciembre de 2015
Mark Strand (1934/2014 )
El vestido
SI te tiendes en la colina luminosa
con las manos de la luna en tus mejillas,
tu carne oscura en los blancos pliegues del vestido,
no oirás al topo extender con pasión
la longitud de su tiniebla, ni al búho
disponer sabiamente de la noche, ni al poema
llenar tu almohada con plumas azules.
Pero si escapas del vestido y te diriges a la sombra,
te hallará el topo y también el búho y el poema
y caerás en otra oscuridad, y te encontrarás a ti misma
haciéndola y rehaciéndola. Hasta que sea perfecta.
("marcelo leites", trad. eduardo chirinos)
SI te tiendes en la colina luminosa
con las manos de la luna en tus mejillas,
tu carne oscura en los blancos pliegues del vestido,
no oirás al topo extender con pasión
la longitud de su tiniebla, ni al búho
disponer sabiamente de la noche, ni al poema
llenar tu almohada con plumas azules.
Pero si escapas del vestido y te diriges a la sombra,
te hallará el topo y también el búho y el poema
y caerás en otra oscuridad, y te encontrarás a ti misma
haciéndola y rehaciéndola. Hasta que sea perfecta.
("marcelo leites", trad. eduardo chirinos)
viernes, 18 de diciembre de 2015
Christian Peña (1985 )
Pentesilea y Aquiles
Señora de caballos, Amazona,
si yo hubiera sabido que tu cuerpo
arrastraría mi corazón
hasta el fondo del gélido Escamandro,
no hubiera atravesado
tu pecho con mi lanza,
no te hubiera privado
de las fiestas de Troya
ni del amable gesto
de poner las monedas
en mis ojos inermes.
("janto", fondo editorial tierra adentro, méxico, 2010)
Señora de caballos, Amazona,
si yo hubiera sabido que tu cuerpo
arrastraría mi corazón
hasta el fondo del gélido Escamandro,
no hubiera atravesado
tu pecho con mi lanza,
no te hubiera privado
de las fiestas de Troya
ni del amable gesto
de poner las monedas
en mis ojos inermes.
("janto", fondo editorial tierra adentro, méxico, 2010)
jueves, 17 de diciembre de 2015
Alfonso Brezmes (1966 )
La cita
Es posible que no sepas
que ayer tomamos café juntos,
que estaba un poco amargo,
(como a ti te gusta),
que hablamos de muchas cosas,
(aunque no vinieses),
y que cuando el camarero
vino a traer la cuenta
sólo nos cobró una consumición.
El muy idiota.
Es posible que no sepas
que ayer tomamos café juntos,
que estaba un poco amargo,
(como a ti te gusta),
que hablamos de muchas cosas,
(aunque no vinieses),
y que cuando el camarero
vino a traer la cuenta
sólo nos cobró una consumición.
El muy idiota.
("crepusculario siglo 21")
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Gabriel Ferrater (1922/1977 )
El mutilado
Ya sé que no le quieres.
No lo digas a nadie
Los tres, si tú me ayudas,
guardamos el secreto.
Nadie más ha de ver
lo que tú y yo hemos visto.
Se esconderá de todas
las personas y cosas
que antes eran amigas.
Vendrán días de invierno,
muy lejos de las mesas
donde os servían antes
ostras y vino blanco.
En los días lluviosos
no mirará el asfalto
donde os habíais visto
cuando ibais a pie
porque no había taxis.
No abrirá más los libros
que le hablaron de ti:
ignorará qué dicen
cuando no hablan de ti.
Y sobre todo, puedes
estar segura, nunca
sabremos dónde está.
Él se irá confinando
en muy lejanas tierras.
Caminará por bosques
oscuros. No verá
la azagaya de luz
de la memoria súbita.
Y cuando esté tan lejos
que ya parezca muerto
podremos recordarle,
decir que no le amabas.
Ya no nos dolerá
ver que te necesita.
Será como un espectro
sin dolor y sin vida.
Tal la foto macabra
de una Gueule Cassie,
que orna un escaparate
y no nos sobresalta.
Pero ahora, silencio:
no alarmemos a nadie,
que no vean la herida
sangrante y purulenta.
Demos tiempo al olvido.
Callemos, y que nadie
-ni siquiera yo mismo-
recuerde que soy yo.
("javier díaz gil", versión de pere gimferrer)
Ya sé que no le quieres.
No lo digas a nadie
Los tres, si tú me ayudas,
guardamos el secreto.
Nadie más ha de ver
lo que tú y yo hemos visto.
Se esconderá de todas
las personas y cosas
que antes eran amigas.
Vendrán días de invierno,
muy lejos de las mesas
donde os servían antes
ostras y vino blanco.
En los días lluviosos
no mirará el asfalto
donde os habíais visto
cuando ibais a pie
porque no había taxis.
No abrirá más los libros
que le hablaron de ti:
ignorará qué dicen
cuando no hablan de ti.
Y sobre todo, puedes
estar segura, nunca
sabremos dónde está.
Él se irá confinando
en muy lejanas tierras.
Caminará por bosques
oscuros. No verá
la azagaya de luz
de la memoria súbita.
Y cuando esté tan lejos
que ya parezca muerto
podremos recordarle,
decir que no le amabas.
Ya no nos dolerá
ver que te necesita.
Será como un espectro
sin dolor y sin vida.
Tal la foto macabra
de una Gueule Cassie,
que orna un escaparate
y no nos sobresalta.
Pero ahora, silencio:
no alarmemos a nadie,
que no vean la herida
sangrante y purulenta.
Demos tiempo al olvido.
Callemos, y que nadie
-ni siquiera yo mismo-
recuerde que soy yo.
("javier díaz gil", versión de pere gimferrer)
martes, 15 de diciembre de 2015
Piedad Bonnett (1951 )
Tú me ves yo te veo
Como espesas cebollas, así vamos,
revestidos de capas,
ocultando (sin querer o queriendo)
nuestro fondo.
Distinta es la sonrisa que sacamos
cada vez del bolsillo. Y cambiante
la biografía, de la que seleccionas
piezas distintas para usos distintos,
cuidándote muy bien, al agitar la taza,
de no ir a revolver el sedimento.
Pero hay momentos
en que quedamos
expuestos, desprovistos
de nuestras envolturas.
Tú me ves, yo te veo. El otro lee
en tus entrañas un sentido oscuro.
Y tú adivinas
en su gesto lo sucio. Y él lo sabe.
Un pacto se ha sellado, partido por la herida.
Cada uno es juez y reo. A un mismo tiempo
víctimas y verdugos implacables.
("rua das petras.blogspot")
Como espesas cebollas, así vamos,
revestidos de capas,
ocultando (sin querer o queriendo)
nuestro fondo.
Distinta es la sonrisa que sacamos
cada vez del bolsillo. Y cambiante
la biografía, de la que seleccionas
piezas distintas para usos distintos,
cuidándote muy bien, al agitar la taza,
de no ir a revolver el sedimento.
Pero hay momentos
en que quedamos
expuestos, desprovistos
de nuestras envolturas.
Tú me ves, yo te veo. El otro lee
en tus entrañas un sentido oscuro.
Y tú adivinas
en su gesto lo sucio. Y él lo sabe.
Un pacto se ha sellado, partido por la herida.
Cada uno es juez y reo. A un mismo tiempo
víctimas y verdugos implacables.
("rua das petras.blogspot")
lunes, 14 de diciembre de 2015
Ángel González (1925/2008 )
Así nunca volvió a ser
Como llevaba trenza
la llamábamos trencita en la tarde del jueves.
Jugábamos a montarnos en ella y nos llevaba
a una extraña región de la que nunca volveríamos.
Porque es casi imposible abandonar
aquel olor a tierra de su cabello sucio,
sus ásperas rodillas todavía con polvo
y con sangre de la última caída
y, sobre todo,
la nacarada nuca donde se demoraban
unas gotas de luz cuando ya luz no había.
Allí me dejó un día de verano
y jamás regresó
a recoger mi insomne pensamiento
que desde entonces vaga por sus brazos
corrigiendo su ruta, terco y contradictorio,
lo mismo que una hormiga que no sabe salir
de la rama de un árbol en el que se ha perdido.
("crepusculario siglo 21")
Como llevaba trenza
la llamábamos trencita en la tarde del jueves.
Jugábamos a montarnos en ella y nos llevaba
a una extraña región de la que nunca volveríamos.
Porque es casi imposible abandonar
aquel olor a tierra de su cabello sucio,
sus ásperas rodillas todavía con polvo
y con sangre de la última caída
y, sobre todo,
la nacarada nuca donde se demoraban
unas gotas de luz cuando ya luz no había.
Allí me dejó un día de verano
y jamás regresó
a recoger mi insomne pensamiento
que desde entonces vaga por sus brazos
corrigiendo su ruta, terco y contradictorio,
lo mismo que una hormiga que no sabe salir
de la rama de un árbol en el que se ha perdido.
("crepusculario siglo 21")
domingo, 13 de diciembre de 2015
Uriel Martínez (1950 )
El imperio
martes jueves y sábado
me lavo el cráneo
con champú espumoso;
cada noche me cepillo
la lengua para que salga
cuanto hongo haya prosperado
al pronunciarte en vano;
lunes miércoles y viernes
enjugo restos de encías,
vacíos de molares e
incisivos para, en lo posible,
eliminar gingivitis
y la sombra que proyectaste;
de noche ya no sé si dormido
me levante y camine apoyado
en paredes internas, en ventanas
laterales en que esperé días,
semanas calendarios y alféizar
la caída del imperio
que un día erigimos
dificultosamente.
martes jueves y sábado
me lavo el cráneo
con champú espumoso;
cada noche me cepillo
la lengua para que salga
cuanto hongo haya prosperado
al pronunciarte en vano;
lunes miércoles y viernes
enjugo restos de encías,
vacíos de molares e
incisivos para, en lo posible,
eliminar gingivitis
y la sombra que proyectaste;
de noche ya no sé si dormido
me levante y camine apoyado
en paredes internas, en ventanas
laterales en que esperé días,
semanas calendarios y alféizar
la caída del imperio
que un día erigimos
dificultosamente.
sábado, 12 de diciembre de 2015
Luis Armenta Malpica (1961 )
Babel
(fragmento)
El que despierta y mira
los restos de aquella madrugada
en el retrovisor
no sabe de un espejo empañado por dos hombres
y del tercer latido que se fue suavizando
hasta formar a un hombre que volvió de la escuela
con sus ropas oscuras
y sus anteojos nuevos (bifocales)
para que alguien supiera
que no todo el amor se endurece en las piernas
ni el miedo está a resguardo bajo el puño
así sea en Babilonia
("envés del agua", ed. secretaría de cultura, gobierno de jalisco, méxico, 2012)
(fragmento)
El que despierta y mira
los restos de aquella madrugada
en el retrovisor
no sabe de un espejo empañado por dos hombres
y del tercer latido que se fue suavizando
hasta formar a un hombre que volvió de la escuela
con sus ropas oscuras
y sus anteojos nuevos (bifocales)
para que alguien supiera
que no todo el amor se endurece en las piernas
ni el miedo está a resguardo bajo el puño
así sea en Babilonia
("envés del agua", ed. secretaría de cultura, gobierno de jalisco, méxico, 2012)
viernes, 11 de diciembre de 2015
Amalia Bautista (1962 )
Ícaro
Se derriten al sol
las alas que les pongo a los recuerdos:
a unos, para que vuelen hasta mí:
a otros, a ver si emigran para siempre.
("life vest under your seat")
Se derriten al sol
las alas que les pongo a los recuerdos:
a unos, para que vuelen hasta mí:
a otros, a ver si emigran para siempre.
("life vest under your seat")
jueves, 10 de diciembre de 2015
José Watanabe (1945/2007 )
El grito (Edvar Munch)
Bajo el puente de Chosica el río se embalsa
y es de sangre,
pero la sangre no me es creída.
Los poetas hablan en lengua figurada, dicen.
Y yo porfío: No es el reflejo del cielo crepuscular, bermejo,
en el agua que hace de espejo.
Oyen el grito de la mujer
que contempla el río desde la baranda
pensando en las alegorías de Heráclito y Manrique
y que de pronto vio la sangre al natural fluyendo?
Ella es mujer verdadera. Por su flacura
no la sospechen metafísica.
Su flacura se debe a la fisiología de su grito:
Recoge sus carnes en su boca
y en el grito
las consume.
El viento del atardecer quiere arrancarle la cabeza,
miren cómo la defiende, cómo la sujeta
con sus manos
a sus hombros: Un gesto
finalmente optimista en su desesperación.
Viene gritando, gritando, desbordada gritando.
Ella no está restringida a la lengua figurada:
Hay matarifes
y no cielos bermejos, grita.
Yo escribo y mi estilo es mi represión. en el horror
sólo me permito este poema silencioso.
("life vest under your seat.blogspot")
Bajo el puente de Chosica el río se embalsa
y es de sangre,
pero la sangre no me es creída.
Los poetas hablan en lengua figurada, dicen.
Y yo porfío: No es el reflejo del cielo crepuscular, bermejo,
en el agua que hace de espejo.
Oyen el grito de la mujer
que contempla el río desde la baranda
pensando en las alegorías de Heráclito y Manrique
y que de pronto vio la sangre al natural fluyendo?
Ella es mujer verdadera. Por su flacura
no la sospechen metafísica.
Su flacura se debe a la fisiología de su grito:
Recoge sus carnes en su boca
y en el grito
las consume.
El viento del atardecer quiere arrancarle la cabeza,
miren cómo la defiende, cómo la sujeta
con sus manos
a sus hombros: Un gesto
finalmente optimista en su desesperación.
Viene gritando, gritando, desbordada gritando.
Ella no está restringida a la lengua figurada:
Hay matarifes
y no cielos bermejos, grita.
Yo escribo y mi estilo es mi represión. en el horror
sólo me permito este poema silencioso.
("life vest under your seat.blogspot")
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Mariana Herrera (1985 )
Cuando me enamoré de una chica
Las olas movían gelatinosamente sus piernas
Tenía que esperar la arena frotando sus pies.
Cada minuto era interminable.
No iba a soportar otro día más,
verla llegar a la misma hora de siempre,
aguantarme el ritual de la espuma en sus piernas.
Quince, veinte, sesenta minutos? Cuanto?
Pasé todo el verano adorando su pelo rizado,
sus ojos de monedas de un peso.
Dos brazos se acercan para abrazarla,
aunque dos nubes oscuras pasan
y bastan para escabullirse en la noche.
Las olas movían gelatinosamente sus piernas
Tenía que esperar la arena frotando sus pies.
Cada minuto era interminable.
No iba a soportar otro día más,
verla llegar a la misma hora de siempre,
aguantarme el ritual de la espuma en sus piernas.
Quince, veinte, sesenta minutos? Cuanto?
Pasé todo el verano adorando su pelo rizado,
sus ojos de monedas de un peso.
Dos brazos se acercan para abrazarla,
aunque dos nubes oscuras pasan
y bastan para escabullirse en la noche.
("marcelo leites.blogspot")
martes, 8 de diciembre de 2015
Osip Mandelstam (1891/1938 )
Tu rostro
Tu rostro
Es lo más tierno entre lo tierno,
Tu mano
Es lo más blanco entre lo blanco,
Estás lejos
De todo mundo
Y todo es inevitablemente tuyo.
Inevitable
Es tu tristeza
Y la calidez
De los dedos de tus manos,
Y el sonido apacible
De tus palabras
Joviales,
Y la lejanía
De tus ojos.
1909
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", trad. de jorge bustamante garcía, unam, méxico, 2004)
Tu rostro
Es lo más tierno entre lo tierno,
Tu mano
Es lo más blanco entre lo blanco,
Estás lejos
De todo mundo
Y todo es inevitablemente tuyo.
Inevitable
Es tu tristeza
Y la calidez
De los dedos de tus manos,
Y el sonido apacible
De tus palabras
Joviales,
Y la lejanía
De tus ojos.
1909
("el instante maravilloso, poesía rusa del siglo xx", trad. de jorge bustamante garcía, unam, méxico, 2004)
lunes, 7 de diciembre de 2015
Fabio Morábito (1955 )
Siempre me piden poemas inéditos
Siempre me piden poemas inéditos.
Nadie lee poesía
pero me piden poemas inéditos.
Para la revista, el periódico, el performance,
el encuentro, el homenaje, la velada:
un poema, por favor, pero inédito.
Como si supieran de memoria lo que he escrito.
Como si estuvieran colmados de mi poesía
y ahora necesitaran algo inédito.
La poesía siempre es inédita, dijo el poeta en un poema,
pero ellos lo ignoran porque no leen poesía,
sólo piden poemas inéditos.
("el hombre aproximativo")
Siempre me piden poemas inéditos.
Nadie lee poesía
pero me piden poemas inéditos.
Para la revista, el periódico, el performance,
el encuentro, el homenaje, la velada:
un poema, por favor, pero inédito.
Como si supieran de memoria lo que he escrito.
Como si estuvieran colmados de mi poesía
y ahora necesitaran algo inédito.
La poesía siempre es inédita, dijo el poeta en un poema,
pero ellos lo ignoran porque no leen poesía,
sólo piden poemas inéditos.
("el hombre aproximativo")
domingo, 6 de diciembre de 2015
Germán Carrasco (1971 )
Con tus propios ojos
Una pareja se emborracha en el cementerio.
Cubren con un abrigo el mármol de una tumba
sobre la que hacen el amor a hurtadillas
mientras presienten a los muertos.
Una pareja se ama en el cementerio.
Cubren con un abrigo el nombre de una tumba
sobre la que se emborrachan a hurtadillas
mientras escuchan a los pájaros.
Una pareja se emborracha y se ama en el cementerio,
Por miedo (y para hacer el amor sobre algo tibio)
cubren el nombre y el mármol de una tumba
("el hombre aproximativo.blogspot")
Una pareja se emborracha en el cementerio.
Cubren con un abrigo el mármol de una tumba
sobre la que hacen el amor a hurtadillas
mientras presienten a los muertos.
Una pareja se ama en el cementerio.
Cubren con un abrigo el nombre de una tumba
sobre la que se emborrachan a hurtadillas
mientras escuchan a los pájaros.
Una pareja se emborracha y se ama en el cementerio,
Por miedo (y para hacer el amor sobre algo tibio)
cubren el nombre y el mármol de una tumba
("el hombre aproximativo.blogspot")
sábado, 5 de diciembre de 2015
Joseph Brodsky (1940/1996 )
Artículo para la Enciclopedia
Miserable y magnífico país.
Colinda al este y al oeste con las playas
de dos océanos. En medio las montañas,
densos bosques, llanuras de caliza, altiplanicies
y chozas campesinas. Al sur las selvas
y las ruinas de imponentes pirámides.
Hacia el norte se extienden plantíos y cowboys
que se esconden con muy poca fortuna en los EE UU
y permiten dilatarnos un poco en el comercio.
Aquí se exporta mucha marihuana, metales no ferrosos
y un café regular,
puros que llevan con orgullo el nombre de Corona
y baratijas que hacen artesanos locales.
(Nubes, debo añadir). Se importa
lo de siempre, y, por supuesto, rifles.
Si se tienen bastantes
es un poco más fácil construir el Estado.
Aunque la historia del país es triste,
no se puede decir que sea exclusiva. Se insiste
en que el peor desastre fueron los españoles
y el exterminio despiadado de la antigua
civilización azteca –es la versión
llana y local del trauma de la Horda Dorada.
Con una diferencia: los españoles
sí les quitaron su montón de oro.
Es República hoy día. Una bandera
tricolor ondea en el palacio
presidencial. La Constitución es excelente.
El texto, con las marcas de muchos dictadores,
yace como un tesoro dentro
de la Biblioteca Nacional, a salvo tras un vidrio verde
a prueba de balas –el mismo, es de notar
que adaptaron al Rolls Royce del Presidente.
Ese cristal es lo que nos permite
una ojeada al futuro. Para entonces la gente
aumentará sin duda. Los peones
se afanarán rítmicamente con la azada
bajo un quemante sol. Algún hombre de lentes
hojeará con tristeza a Marx en un café.
Y en la piedra una pequeña lagartija
alzando la cabeza contemplará pasiva
allá en lo azul
el vuelo de una nave espacial.
("el hombre aproximativo", sin cr. al traductor)
Miserable y magnífico país.
Colinda al este y al oeste con las playas
de dos océanos. En medio las montañas,
densos bosques, llanuras de caliza, altiplanicies
y chozas campesinas. Al sur las selvas
y las ruinas de imponentes pirámides.
Hacia el norte se extienden plantíos y cowboys
que se esconden con muy poca fortuna en los EE UU
y permiten dilatarnos un poco en el comercio.
Aquí se exporta mucha marihuana, metales no ferrosos
y un café regular,
puros que llevan con orgullo el nombre de Corona
y baratijas que hacen artesanos locales.
(Nubes, debo añadir). Se importa
lo de siempre, y, por supuesto, rifles.
Si se tienen bastantes
es un poco más fácil construir el Estado.
Aunque la historia del país es triste,
no se puede decir que sea exclusiva. Se insiste
en que el peor desastre fueron los españoles
y el exterminio despiadado de la antigua
civilización azteca –es la versión
llana y local del trauma de la Horda Dorada.
Con una diferencia: los españoles
sí les quitaron su montón de oro.
Es República hoy día. Una bandera
tricolor ondea en el palacio
presidencial. La Constitución es excelente.
El texto, con las marcas de muchos dictadores,
yace como un tesoro dentro
de la Biblioteca Nacional, a salvo tras un vidrio verde
a prueba de balas –el mismo, es de notar
que adaptaron al Rolls Royce del Presidente.
Ese cristal es lo que nos permite
una ojeada al futuro. Para entonces la gente
aumentará sin duda. Los peones
se afanarán rítmicamente con la azada
bajo un quemante sol. Algún hombre de lentes
hojeará con tristeza a Marx en un café.
Y en la piedra una pequeña lagartija
alzando la cabeza contemplará pasiva
allá en lo azul
el vuelo de una nave espacial.
("el hombre aproximativo", sin cr. al traductor)
viernes, 4 de diciembre de 2015
Marguerite Duras (1914/1996 )
Cirrosis
He vivido sola con el alcohol durante veranos enteros, en Neauphle. La gente venía los fines de semana. Durante la semana estaba sola en la gran casa, y allí el alcohol adquirió todo su sentido. El alcohol hace resonar la soledad y termina por hacer que se lo prefiera antes que cualquier otra cosa. Beber no es obligatoriamente querer morir, no. Pero uno no puede beber sin pensar que se mata. Vivir con el alcohol es vivir con la muerte al alcance de la mano. Lo que impide que uno se mate cuando está loco de la embriaguez alcohólica, es la idea de que, una vez muerto, no beberá más. Empecé a beber en las fiestas, en las reuniones políticas, primero vino y luego whisky. Y luego, a los cuarenta y un años, encontré a alguien que le gustaba de verdad el alcohol y que bebía cada día, pero razonablemente. Lo superé en seguida.Esto duró diez años. Hasta la cirrosis y los vómitos de sangre.
("el hombre aproximativo.blogspot", trad. miguel parra)
He vivido sola con el alcohol durante veranos enteros, en Neauphle. La gente venía los fines de semana. Durante la semana estaba sola en la gran casa, y allí el alcohol adquirió todo su sentido. El alcohol hace resonar la soledad y termina por hacer que se lo prefiera antes que cualquier otra cosa. Beber no es obligatoriamente querer morir, no. Pero uno no puede beber sin pensar que se mata. Vivir con el alcohol es vivir con la muerte al alcance de la mano. Lo que impide que uno se mate cuando está loco de la embriaguez alcohólica, es la idea de que, una vez muerto, no beberá más. Empecé a beber en las fiestas, en las reuniones políticas, primero vino y luego whisky. Y luego, a los cuarenta y un años, encontré a alguien que le gustaba de verdad el alcohol y que bebía cada día, pero razonablemente. Lo superé en seguida.Esto duró diez años. Hasta la cirrosis y los vómitos de sangre.
("el hombre aproximativo.blogspot", trad. miguel parra)
jueves, 3 de diciembre de 2015
Raúl Gómez Jattin (1945/1997 )
El dios que adora
Son un dios en mi pueblo y mi valle
No porque me adoren Sino porque yo lo hago
Porque me inclino ante quien me regala
unas granadillas o una sonrisa de su heredad
O porque voy donde sus habitantes recios
a mendigar una moneda o una camisa y me la dan
Porque vigilo el cielo con ojos de gavilán
y lo nombro en mis versos Porque soy solo
Porque dormí siete meses en una mecedora
y cinco en las aceras de una ciudad
Porque a la riqueza miro de perfil
mas no con odio Porque amo a quien ama
Porque sé cultivar naranjos y vegetales
aún en la canícula Porque tengo un compadre
a quien le bauticé todos los hijos y el matrimonio
Porque no soy bueno de una manera conocida
Porque amo los pájaros y la lluvia y su intemperie
que me lava el alma Porque nací en mayo
Porque mi madre me abandonó cuando
precisamente
más la necesitaba Porque cuando estoy enfermo
voy al hospital de caridad Porque sobre todo
respeto solo al que lo hace conmigo Al que trabaja
cada día un pan amargo y solitario y disputado
como estos versos míos que le robo a la muerte.
("el hombre aproximativo")
Son un dios en mi pueblo y mi valle
No porque me adoren Sino porque yo lo hago
Porque me inclino ante quien me regala
unas granadillas o una sonrisa de su heredad
O porque voy donde sus habitantes recios
a mendigar una moneda o una camisa y me la dan
Porque vigilo el cielo con ojos de gavilán
y lo nombro en mis versos Porque soy solo
Porque dormí siete meses en una mecedora
y cinco en las aceras de una ciudad
Porque a la riqueza miro de perfil
mas no con odio Porque amo a quien ama
Porque sé cultivar naranjos y vegetales
aún en la canícula Porque tengo un compadre
a quien le bauticé todos los hijos y el matrimonio
Porque no soy bueno de una manera conocida
Porque amo los pájaros y la lluvia y su intemperie
que me lava el alma Porque nací en mayo
Porque mi madre me abandonó cuando
precisamente
más la necesitaba Porque cuando estoy enfermo
voy al hospital de caridad Porque sobre todo
respeto solo al que lo hace conmigo Al que trabaja
cada día un pan amargo y solitario y disputado
como estos versos míos que le robo a la muerte.
("el hombre aproximativo")
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Blanca Varela (1926/2009 )
Elegía
Amo la sombra y su desierto, pues en ella habitas y allí
sonríen tus fríos labios. Tus negras mejillas arden como
las más hermosas lámparas cuando ciego y violento
arrojas tus ojos en llamas sobre el mar.
Allí eres perseguido. Huyes como un río del invierno, a
través de helados bosques. En tu garganta herida por la
luz crece una flor de nieve.
Te veo emerger puro de los palacios en ruinas. Reposa
tu cabeza, tu pecho oscurecido por la humedad nocturna,
el dulce orín que invade tus cabellos, el duro aceite
que mana de tus ojos vacíos.
("ese puerto existe", ed. uv-xalapa, veracruz, 2003, 2a. ed.)
Amo la sombra y su desierto, pues en ella habitas y allí
sonríen tus fríos labios. Tus negras mejillas arden como
las más hermosas lámparas cuando ciego y violento
arrojas tus ojos en llamas sobre el mar.
Allí eres perseguido. Huyes como un río del invierno, a
través de helados bosques. En tu garganta herida por la
luz crece una flor de nieve.
Te veo emerger puro de los palacios en ruinas. Reposa
tu cabeza, tu pecho oscurecido por la humedad nocturna,
el dulce orín que invade tus cabellos, el duro aceite
que mana de tus ojos vacíos.
("ese puerto existe", ed. uv-xalapa, veracruz, 2003, 2a. ed.)
martes, 1 de diciembre de 2015
Anne Sexton (1928/1974 )
Nosotros
Yo estaba envuelta en pieles
negras y blancas y
vos me deshiciste y después
me pusiste sobre una luz dorada
y después me coronaste,
mientras detrás de la puerta
la nieve caía en dardos diagonales.
Mientras diez centímetros de nieve
se apilaban como estrellas
en pequeños fragmentos de calcio,
estábamos en nuestros propios cuerpos
(esta habitación nos enterrará)
y vos estabas en mi cuerpo
(esta habitación vivirá más que nosotros)
y primero froté tus pies
secándolos con una toalla
entonces fui tu esclava
y después me llamaste princesa.
¡Princesa!
Oh, entonces
me levanté en mi piel dorada
y tiré los salmos
y tiré la ropa
y me soltaste el freno
y me soltaste las riendas
y me solté los botones,
los huesos, las confusiones,
las postales de Nueva Inglaterra,
las noches de enero a las diez,
y nos alzamos como trigo,
acre sobre acre de oro,
y cosechamos,
cosechamos.
("emma gunst.blogspot", versión de noelia palma)
Yo estaba envuelta en pieles
negras y blancas y
vos me deshiciste y después
me pusiste sobre una luz dorada
y después me coronaste,
mientras detrás de la puerta
la nieve caía en dardos diagonales.
Mientras diez centímetros de nieve
se apilaban como estrellas
en pequeños fragmentos de calcio,
estábamos en nuestros propios cuerpos
(esta habitación nos enterrará)
y vos estabas en mi cuerpo
(esta habitación vivirá más que nosotros)
y primero froté tus pies
secándolos con una toalla
entonces fui tu esclava
y después me llamaste princesa.
¡Princesa!
Oh, entonces
me levanté en mi piel dorada
y tiré los salmos
y tiré la ropa
y me soltaste el freno
y me soltaste las riendas
y me solté los botones,
los huesos, las confusiones,
las postales de Nueva Inglaterra,
las noches de enero a las diez,
y nos alzamos como trigo,
acre sobre acre de oro,
y cosechamos,
cosechamos.
("emma gunst.blogspot", versión de noelia palma)
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