Mapa 1
A la izquierda, a la izquierda.
Sigue a esa sombra. Sí,
un poco más allá. Atiende a la
figura, fíjate en la melodía.
Hay una forma roja y alguien
silba una canción que te
recuerda una línea de Kafka.
Una cuerda que divide una
habitación, una cuerda que
no tiene color alguno
—eso te sorprende—.
Es por eso que al sacar
una conclusión sabes que
tienes que avanzar. Así,
sigue a esa luz leve y azul
que apenas alumbra.
No lo dudes, llegarás
al final.
(en "tajamar editores")
sábado, 31 de enero de 2015
viernes, 30 de enero de 2015
Lêdo Ivo (1924/2012 )
Búsqueda insensata
Saliendo en mi búsqueda
fui por caminos traviesos
y valles y ríos.
Pisé arenas innumerables,
bebí en muchos manantiales
y en sueños escalé
peñascos que eran nidos de relámpagos.
Mas mi sed -la de ser yo mismo-
no se sació jamás.
(El soldado raso, ed. fondo editorial fundarte/alcaldía de caracas, traducción de josé carlos de nóbrega, 2014.)
Saliendo en mi búsqueda
fui por caminos traviesos
y valles y ríos.
Pisé arenas innumerables,
bebí en muchos manantiales
y en sueños escalé
peñascos que eran nidos de relámpagos.
Mas mi sed -la de ser yo mismo-
no se sació jamás.
(El soldado raso, ed. fondo editorial fundarte/alcaldía de caracas, traducción de josé carlos de nóbrega, 2014.)
jueves, 29 de enero de 2015
Berna Wang (1957 )
Pequeños accidentes caseros
Me hice un tajo en un dedo cuando cocinaba.
Luego me despellejé otro dedo al abrir una botella.
Hoy me he raspado la pierna con el pico de la mesita.
Así que me he puesto seria:
he reunido en asamblea a todos los objetos de mi casa
y les he dicho que ya sé
que me muero de la pena,
que tengo el corazón en carne viva,
que ya sé
que no soy más que una herida que sangra tristeza,
que hasta respirar me duele porque él no me ama
como le amo yo;
en fin: que no hace ninguna falta, les he dicho,
que me lo recuerden también ellos
cada día.
Me hice un tajo en un dedo cuando cocinaba.
Luego me despellejé otro dedo al abrir una botella.
Hoy me he raspado la pierna con el pico de la mesita.
Así que me he puesto seria:
he reunido en asamblea a todos los objetos de mi casa
y les he dicho que ya sé
que me muero de la pena,
que tengo el corazón en carne viva,
que ya sé
que no soy más que una herida que sangra tristeza,
que hasta respirar me duele porque él no me ama
como le amo yo;
en fin: que no hace ninguna falta, les he dicho,
que me lo recuerden también ellos
cada día.
("emma gunst")
miércoles, 28 de enero de 2015
Miguel Gaya (1953 )
Cómo se puede ser humano así
Seremos viejos
Seremos inútiles
Encender el hornillo de gas
preparar el almuerzo
nos dejará exhaustos
La calle
que conocemos en sus recodos
en sus empedrados
nos aturdirá
como un golpe
Todo será farragoso
Los trámites
los cruces peatonales
las aceras
Sin embargo
insistirás en acudir conmigo
a las compras
Insistirás en bambolear la bolsa de las compras
junto a tu cuerpo
enorme
(puedo ver tu boca cuando miras
los frutos)
los colores de las frutas y verduras
y ¡ah! la pescadería
Seguirás en secreto la conversación
de la panadera
con el mozo de los diarios
paladeándola
(puedo ver tus ojos que aun retienen
mi juventud desnuda)
Nada diferente
a tantos otros
viejos ya
o ya olvidados
Y sin embargo
qué distinto es
cuando
de tarde en tarde peleas
con algo huidizo
o con palabras
o con aquello que a veces
no está perdido
Algo que es extraño
consigues
de todo eso
Yo elegí eso tuyo
que me lleva a velar tu sueño
con algo peor que preguntas
Con respuestas
de tal fragilidad como aquello
que construyes
obstinado e inútil
Pero no sé
me digo
yo que miro tu sueño y cuido
ese lento respirar tuyo
que me ilumina a mí
no sé, digo, cómo se puede
ser humano así
alguien que ha vivido
tan necesitado como
desatento excepto a
esa monstruosidad
de vivir para estirar ahora
con toda lentitud los dedos
hasta casi rozar
los finos labios con temor
y preguntar
¿es esto
es esto
el infinito
humano?
("de sibilas y pitias")
Seremos viejos
Seremos inútiles
Encender el hornillo de gas
preparar el almuerzo
nos dejará exhaustos
La calle
que conocemos en sus recodos
en sus empedrados
nos aturdirá
como un golpe
Todo será farragoso
Los trámites
los cruces peatonales
las aceras
Sin embargo
insistirás en acudir conmigo
a las compras
Insistirás en bambolear la bolsa de las compras
junto a tu cuerpo
enorme
(puedo ver tu boca cuando miras
los frutos)
los colores de las frutas y verduras
y ¡ah! la pescadería
Seguirás en secreto la conversación
de la panadera
con el mozo de los diarios
paladeándola
(puedo ver tus ojos que aun retienen
mi juventud desnuda)
Nada diferente
a tantos otros
viejos ya
o ya olvidados
Y sin embargo
qué distinto es
cuando
de tarde en tarde peleas
con algo huidizo
o con palabras
o con aquello que a veces
no está perdido
Algo que es extraño
consigues
de todo eso
Yo elegí eso tuyo
que me lleva a velar tu sueño
con algo peor que preguntas
Con respuestas
de tal fragilidad como aquello
que construyes
obstinado e inútil
Pero no sé
me digo
yo que miro tu sueño y cuido
ese lento respirar tuyo
que me ilumina a mí
no sé, digo, cómo se puede
ser humano así
alguien que ha vivido
tan necesitado como
desatento excepto a
esa monstruosidad
de vivir para estirar ahora
con toda lentitud los dedos
hasta casi rozar
los finos labios con temor
y preguntar
¿es esto
es esto
el infinito
humano?
("de sibilas y pitias")
martes, 27 de enero de 2015
César Moro (1903/1956 )
¡Si no fuera!
(en la muerte de Xavier Villaurrutia)
Xavier si no fuera tu muerte
el azul la luz serían oro líquido puro
las manzanas guardarían cada una un diamante
las aguas tranquilas sonarían
bajo una noche de amatista que rueda.
Yo miraría a través de la esmeralda legendaria
el país de nubes de ídolos de nube y piedra
que amanece tanto.
Coatliclue la divinidad maestra de obras
llora el prestigio de tu nombre tus señales de fuego
en la noche de México y aquel ligero túmulo
que para siempre nos agobia.
¡Y la piel oscura y ardorosa!
las cuevas de Altamira del llanto
trashuma y muere, contigo muere
todo un girón de piel oscura y suave
un litoral de risas y de nardos de sombras.
¿Qué hará la Noche?
acaso brille ahora su azabache más hondo
y sea aún más honda la soledad humana
y el sol que nace
en pura pérdida alumbra los escombros
la hecatombe la gleba.
El crepúsculo vuelve y vuelve la noche
y la vida y los tambores de la vida
y el eco fúnebre redobla tan fuerte
que ya no deja oír la voz de tus volcanes
¡oh México de fuego!
Si el silencio pudiera reynar de nuevo
si el cristal de tu vida continuara
todo sería fresco y niño
y volvería a ser la vida
aquel sueño de juventud de praderas
al viento al puro sol desmelenadas.
¡Qué hacer! Tu la presencia
el calor la amistad
eres ahora piedra
y dureza de mármol y laurel
¡pero qué triste todo!
como si el mundo fuera tu heredad
tu abandonada casa
en que faltas de manera tan aguda
que todas las ventanas están ciegas
y abren desesperadas
sobre la noche sorda
sus batientes enloquecidos
herrumbroso.
¿Qué gritos de leones
qué arcángeles negros
pueblan la Puebla de los Ángeles?
¿Y Veracruz morena
detiene el canto y gime?
En México que llora tu pasado raudo
el tristísimo sueño en que al dormirte
nos sumiste.
(3 diciembre 34)
("in terra ignota", trad: kato molinari)
lunes, 26 de enero de 2015
Elder Silva (1955 )
Cuatro sugerencias para llevar minifalda
Una señorita que quiera llevar minifalda
y pretenda moverse con naturalidad
-tanto en la calle como en el pool debe
tener en cuenta cuatro cosas:
a.- Como primer paso, observar detenidamente si
es apta para llevarla. Recordar que Coco
Chanel
decía: la elegancia consiste en adaptar la
moda a cada caso en particular.
b.- Tener claro que la falda corta –inevitablemente obliga
a mostrar las piernas con toda
generosidad:
la depilación debe ser siempre impecable.
c.- Cuidar expresamente el bronceado. No hay
nada más
antiestético -anti poético, se diría que
unas piernas absolutamente blancas.
d.- Y sobre todo tener en cuenta que una tarde,
frente a ti,
puede sentarse un poeta, quien, ginebra en
mano,
palabra fácil,
intentará algún desborde de corte naturalista
y entonces medio país sabrá de tu anatomía
incluyendo, claro está, a los semióticos, los
académicos
y a toda la crítica especializada.
("la biblioteca de marcelo leites")
Una señorita que quiera llevar minifalda
y pretenda moverse con naturalidad
-tanto en la calle como en el pool debe
tener en cuenta cuatro cosas:
a.- Como primer paso, observar detenidamente si
es apta para llevarla. Recordar que Coco
Chanel
decía: la elegancia consiste en adaptar la
moda a cada caso en particular.
b.- Tener claro que la falda corta –inevitablemente obliga
a mostrar las piernas con toda
generosidad:
la depilación debe ser siempre impecable.
c.- Cuidar expresamente el bronceado. No hay
nada más
antiestético -anti poético, se diría que
unas piernas absolutamente blancas.
d.- Y sobre todo tener en cuenta que una tarde,
frente a ti,
puede sentarse un poeta, quien, ginebra en
mano,
palabra fácil,
intentará algún desborde de corte naturalista
y entonces medio país sabrá de tu anatomía
incluyendo, claro está, a los semióticos, los
académicos
y a toda la crítica especializada.
("la biblioteca de marcelo leites")
domingo, 25 de enero de 2015
Uriel Martínez (1950 )
La hoguera
estoy lejos de casa como una mano
se halla lejos de su par
estoy distante de mi calle como un ojo
puede estarlo del otro
estoy lejos del sol, del frío,
de la lluvia como un pie de otro pie
estoy lejos del café como el agua
puede estarlo del fuego y la garganta
estoy ajeno a los días nublados
como el sol se encuentra del cenit
estoy cerca de casa como el hijo
se encuentra de los primeros brazos
me encuentro lejos del derrumbe
como las altas catedrales del cielo
Pero no importa. Un día la hoguera
nos abrasará en un solo abrazo.
estoy lejos de casa como una mano
se halla lejos de su par
estoy distante de mi calle como un ojo
puede estarlo del otro
estoy lejos del sol, del frío,
de la lluvia como un pie de otro pie
estoy lejos del café como el agua
puede estarlo del fuego y la garganta
estoy ajeno a los días nublados
como el sol se encuentra del cenit
estoy cerca de casa como el hijo
se encuentra de los primeros brazos
me encuentro lejos del derrumbe
como las altas catedrales del cielo
Pero no importa. Un día la hoguera
nos abrasará en un solo abrazo.
sábado, 24 de enero de 2015
Virgilio Piñera (1912/1979 )
La isla en peso
(fragmento)
Son las doce del día.
Todo un pueblo puede morir de luz como morir de peste.
Al mediodía el monte se puebla de hamacas invisibles,
y, echados, los hombres semejan hojas a la deriva sobre aguas metálicas.
En esta hora nadie sabría pronunciar el nombre más querido,
ni levantar una mano para acariciar un seno;
en esta hora del cáncer un extranjero llegado de playas remotas
preguntaría inútilmente qué proyectos tenemos
o cuántos hombres mueren de enfermedades tropicales en esta isla.
Nadie lo escucharía: las palmas de las manos vueltas hacia arriba,
los oídos obturados por un tapón de somnolencia,
los poros tapiados con la cera de un fastidio elegante
y de la mortal deglución de las glorias pasadas.
¿Dónde encontrar en este cielo sin nubes el trueno
cuyo estampido raje, de arriba abajo, el tímpano de los durmientes?
¿Qué concha paleolítica reventaría con su bronco cuerno el tímpano de los durmientes?
Los hombres-conchas, los hombres-macaos, los hombres-túneles.
¡Pueblo mío, tan joven, no sabes ordenar!
¡Pueblo mio, divinamente retórico, no sabes relatar!
Como la luz o la infancia aún no tienes un rostro.
De pronto el mediodía se pone en marcha,
se pone en marcha dentro de sí mismo,
el mediodía estático se mueve, se balancea,
el mediodía empieza a elevarse flatulentamente,
sus costuras amenazan reventar,
el mediodía sin cultura, sin gravedad, sin tragedia,
el mediodía orinando hacia arriba,
orinando en el sentido inverso a la gran orinada
de Gargantúa en las torres de Notre Dame,
y todas esas historias, leídas por un isleño que no sabe
lo que es un cosmos resuelto.
(fragmento)
Son las doce del día.
Todo un pueblo puede morir de luz como morir de peste.
Al mediodía el monte se puebla de hamacas invisibles,
y, echados, los hombres semejan hojas a la deriva sobre aguas metálicas.
En esta hora nadie sabría pronunciar el nombre más querido,
ni levantar una mano para acariciar un seno;
en esta hora del cáncer un extranjero llegado de playas remotas
preguntaría inútilmente qué proyectos tenemos
o cuántos hombres mueren de enfermedades tropicales en esta isla.
Nadie lo escucharía: las palmas de las manos vueltas hacia arriba,
los oídos obturados por un tapón de somnolencia,
los poros tapiados con la cera de un fastidio elegante
y de la mortal deglución de las glorias pasadas.
¿Dónde encontrar en este cielo sin nubes el trueno
cuyo estampido raje, de arriba abajo, el tímpano de los durmientes?
¿Qué concha paleolítica reventaría con su bronco cuerno el tímpano de los durmientes?
Los hombres-conchas, los hombres-macaos, los hombres-túneles.
¡Pueblo mío, tan joven, no sabes ordenar!
¡Pueblo mio, divinamente retórico, no sabes relatar!
Como la luz o la infancia aún no tienes un rostro.
De pronto el mediodía se pone en marcha,
se pone en marcha dentro de sí mismo,
el mediodía estático se mueve, se balancea,
el mediodía empieza a elevarse flatulentamente,
sus costuras amenazan reventar,
el mediodía sin cultura, sin gravedad, sin tragedia,
el mediodía orinando hacia arriba,
orinando en el sentido inverso a la gran orinada
de Gargantúa en las torres de Notre Dame,
y todas esas historias, leídas por un isleño que no sabe
lo que es un cosmos resuelto.
("otra iglesia es imposible")
viernes, 23 de enero de 2015
W. H. Auden (1907/1973 )
El que más ama
Mirando las estrellas, sé bien
que si fuera por ellas me puedo ir al infierno,
pero en la tierra la indiferencia es lo que menos
tenemos que temer de los hombres o las bestias.
¿Cómo nos sentiríamos si las estrellas ardieran
con una pasión que no pudiéramos corresponder?
Si el afecto no puede ser igual,
entonces que sea yo quien más ame.
Por más admirador que crea ser
de las estrellas a las que les importa un comino esto,
no puedo decir, ahora que las veo,
que haya extrañado terriblemente una en todo el día.
Si todas las estrellas desaparecieran o murieran
yo debería aprender a mirar un cielo vacío
y a sentir sublime su oscuridad total
por más que me lleve un tiempito.
("hasta donde llega la voz", versión de tom maver)
jueves, 22 de enero de 2015
Gloria Fuertes (1917/1998 )
El guía de la abadía
-Y ahora, pasen al salón
vean las tres reliquias
de San Palemón;
aquí en el Sacristorio
se conservan
limpias de polvo y paja
-niño abre la caja-;
vean las tres calaveras
del Santo Patrón,
calavera de San Palemón niño,
calavera de San Palemón adolescente
y aquí, la calavera de San Palemón ya anciano en el martirio
-niño sujeta el cirio-.
(Las estampitas benditas
y pasadas por sus cuencas
valen a treinta.)
("otra iglesia es imposible")
-Y ahora, pasen al salón
vean las tres reliquias
de San Palemón;
aquí en el Sacristorio
se conservan
limpias de polvo y paja
-niño abre la caja-;
vean las tres calaveras
del Santo Patrón,
calavera de San Palemón niño,
calavera de San Palemón adolescente
y aquí, la calavera de San Palemón ya anciano en el martirio
-niño sujeta el cirio-.
(Las estampitas benditas
y pasadas por sus cuencas
valen a treinta.)
("otra iglesia es imposible")
miércoles, 21 de enero de 2015
John Ashbery (1927 )
El idiota
¡Oh cómo me ignora este hosco,
indiferente mundo! Esas rocas, esas casas
no conocen el contacto de mi carne, ni hay un árbol
cuya sombra me haya amparado cual un amigo.
He vagado por el mundo entero.
No he conocido ningún hombre, ninguna fiera se acercó
pacíficamente y puso su hocico entre mis manos.
Ninguna muchacha acogió mi rostro con un beso.
Sin embargo una vez, durante una travesía
de Gibraltar al Cabo de Hornos
conocí a bordo amistosos marineros,
y mientras luchábamos para salvar la nave del naufragio
durante una tormenta, las mismas olas parecían amigas,
y el rumor que hacía la espuma al golpear la frente de la nave
("otra iglesia es imposible", trad. alberto girri)
¡Oh cómo me ignora este hosco,
indiferente mundo! Esas rocas, esas casas
no conocen el contacto de mi carne, ni hay un árbol
cuya sombra me haya amparado cual un amigo.
He vagado por el mundo entero.
No he conocido ningún hombre, ninguna fiera se acercó
pacíficamente y puso su hocico entre mis manos.
Ninguna muchacha acogió mi rostro con un beso.
Sin embargo una vez, durante una travesía
de Gibraltar al Cabo de Hornos
conocí a bordo amistosos marineros,
y mientras luchábamos para salvar la nave del naufragio
durante una tormenta, las mismas olas parecían amigas,
y el rumor que hacía la espuma al golpear la frente de la nave
("otra iglesia es imposible", trad. alberto girri)
martes, 20 de enero de 2015
Esther Seligson (1941/2010 )
Mátame
"Mátame", te pedí, "mata a la hermana que es tu Esfinge como hizo Edipo con la suya. No quiero ser tu espejo, ni tu máscara. No soy tu madrastra ni el enemigo que te aguarda emboscado en el camino. Bastante tengo con mis propios acechos interiores..." Después, no quise abrazarte más.
("Todo aquí es polvo", Bruguera, México, 2010)
"Mátame", te pedí, "mata a la hermana que es tu Esfinge como hizo Edipo con la suya. No quiero ser tu espejo, ni tu máscara. No soy tu madrastra ni el enemigo que te aguarda emboscado en el camino. Bastante tengo con mis propios acechos interiores..." Después, no quise abrazarte más.
("Todo aquí es polvo", Bruguera, México, 2010)
lunes, 19 de enero de 2015
Wislawa Szymborska (1923/2012 )
Alguien a quien observo desde hace un tiempo
No llega en tropel.
No se reúne multitudinariamente.
No participa en masa.
No celebra a lo grande.
No saca de sí mismo
una voz coral.
No declara ante todos y cada uno.
No afirma en nombre de.
No en su presencia
este interrogatorio:
quién a favor, quién en contra,
gracias, nadie.
Falta su cabeza
donde cabezas y más cabezas,
donde paso a paso, hombro con hombro
y adelante hasta alcanzar el objetivo
con propaganda en los bolsillos
y el producto del lúpulo.
Donde sólo al principio
todo idílico y angélico,
porque pronto un tumulto
con otro se mezcla
y nunca se sabrá
de quién, ay, de quién
son estas piedras y flores,
estos vivas y palos.
Ni mencionado.
Ni espectacular.
Está empleado en el Servicio de Limpieza.
Al despuntar el alba,
en el sitio donde tuvo lugar todo,
recoge, lleva, arroja al contenedor
lo clavado en árboles medio muertos,
lo aplastado en la fatigada hierba.
Pancartas rasgadas,
botellas quebradas,
peleles quemados,
huesos mordisqueados,
rosarios, silbatos y preservativos.
Una vez encontró en los arbustos una jaula de palomas.
Se la llevó
y para eso la tiene,
para que siga vacía.
No llega en tropel.
No se reúne multitudinariamente.
No participa en masa.
No celebra a lo grande.
No saca de sí mismo
una voz coral.
No declara ante todos y cada uno.
No afirma en nombre de.
No en su presencia
este interrogatorio:
quién a favor, quién en contra,
gracias, nadie.
Falta su cabeza
donde cabezas y más cabezas,
donde paso a paso, hombro con hombro
y adelante hasta alcanzar el objetivo
con propaganda en los bolsillos
y el producto del lúpulo.
Donde sólo al principio
todo idílico y angélico,
porque pronto un tumulto
con otro se mezcla
y nunca se sabrá
de quién, ay, de quién
son estas piedras y flores,
estos vivas y palos.
Ni mencionado.
Ni espectacular.
Está empleado en el Servicio de Limpieza.
Al despuntar el alba,
en el sitio donde tuvo lugar todo,
recoge, lleva, arroja al contenedor
lo clavado en árboles medio muertos,
lo aplastado en la fatigada hierba.
Pancartas rasgadas,
botellas quebradas,
peleles quemados,
huesos mordisqueados,
rosarios, silbatos y preservativos.
Una vez encontró en los arbustos una jaula de palomas.
Se la llevó
y para eso la tiene,
para que siga vacía.
(fuente: "apología de la luz", sin c/al/la traductor.)
domingo, 18 de enero de 2015
Pedro Montealegre (1975/2015 )
Ofertorio
3
El camino hacia tu infierno está lleno de avellanas:
caminando me llevo a la boca algo de ellas.
¡Son mis pies los que dejan esta huella en el carbón!
Yo prefiero ser tu látigo, aunque no pondré mi rostro
en tu esponja de vinagre ni en tu paño de ramera.
¡He hurtado las monedas como todos los muchachos!
El sudor de mi mano tiene espumas de mar,
y mis dedos son finos como un hilo de seda.
¡Deja mortalizarme! Yo no quiero ser Midas,
no pretendo que mis dedos vuelvan oro cada cosa.
Córtame las plumas, que prefiero embriagarme:
dame un vaso y acompáñame. No pretendo ser Dédalo,
sino un ángel borracho que te beba como un hombre.
("el placard")
3
El camino hacia tu infierno está lleno de avellanas:
caminando me llevo a la boca algo de ellas.
¡Son mis pies los que dejan esta huella en el carbón!
Yo prefiero ser tu látigo, aunque no pondré mi rostro
en tu esponja de vinagre ni en tu paño de ramera.
¡He hurtado las monedas como todos los muchachos!
El sudor de mi mano tiene espumas de mar,
y mis dedos son finos como un hilo de seda.
¡Deja mortalizarme! Yo no quiero ser Midas,
no pretendo que mis dedos vuelvan oro cada cosa.
Córtame las plumas, que prefiero embriagarme:
dame un vaso y acompáñame. No pretendo ser Dédalo,
sino un ángel borracho que te beba como un hombre.
("el placard")
sábado, 17 de enero de 2015
Juan Gelman (1930/2014 )
Niño
Niño, tus cuatro letras de ternura
viven en mí.
Niño, seguramente naces cuando
el mar dice que sí.
Niño, te digo, voy por las orillas
de un alegre violín.
Llevo tus cuatro letras de ternura.
Viven en mí.
("Violín y otras cuestiones", coed. Universidad Veracruzana-Atrásalante, 2014)
Niño, tus cuatro letras de ternura
viven en mí.
Niño, seguramente naces cuando
el mar dice que sí.
Niño, te digo, voy por las orillas
de un alegre violín.
Llevo tus cuatro letras de ternura.
Viven en mí.
("Violín y otras cuestiones", coed. Universidad Veracruzana-Atrásalante, 2014)
viernes, 16 de enero de 2015
José Ángel Valente (1929/2000 )
Cae la noche
Cae la noche.
El corazón desciende
infinitos peldaños,
enormes galerías,
hasta encontrar la pena.
Allí descansa, yace,
allí, vencido,
yace su propio ser.
El hombre puede
cargarlo a sus espaldas
para ascender de nuevo
hacia la luz penosamente:
puede caminar para siempre,
caminar…
¡Tú que puedes,
danos nuestra resurrección de cada día!
(fuente: "life vest under your seat")
Cae la noche.
El corazón desciende
infinitos peldaños,
enormes galerías,
hasta encontrar la pena.
Allí descansa, yace,
allí, vencido,
yace su propio ser.
El hombre puede
cargarlo a sus espaldas
para ascender de nuevo
hacia la luz penosamente:
puede caminar para siempre,
caminar…
¡Tú que puedes,
danos nuestra resurrección de cada día!
(fuente: "life vest under your seat")
jueves, 15 de enero de 2015
Daniel Ferreira (1981 )
Pubis como melocotón
Por un momento recuerda a todas las mujeres de ojos claros que ha conocido. Son las que más le atraen. Mujeres de ojos de miel, cielo, uva, aguamarina y esmeralda. Le gustan, preferiblemente, las mujeres de cabelleras doradas, y sobre todo, menores de dieciséis -que es la edad de oro, el punto de maduración exacto en que las carnes duras empiezan a ablandar y los senos a bascular-. Si por una mentira piadosa resultan falsas rubias, de pubis desteñidos con tintes y agua oxigenada, sabe excusarlo a cambio de ver su inmediata depilación con cera caliente. Desde que cumplió cincuenta solo consigue a alcanzar una erección con menores de dieciséis y de pubis depilado como un melocotón. Solo al ver los ojos de aquellas mujeres tersas entre el pastizal de sus piernas, mujeres de ojos claros como babillas hundidas en aguas cenagosas conoce el placer verdadero, y la erección regresa.
("Viaje al interior de una gota de sangre", ed. Universidad Veracruzana, México, 2014)
Por un momento recuerda a todas las mujeres de ojos claros que ha conocido. Son las que más le atraen. Mujeres de ojos de miel, cielo, uva, aguamarina y esmeralda. Le gustan, preferiblemente, las mujeres de cabelleras doradas, y sobre todo, menores de dieciséis -que es la edad de oro, el punto de maduración exacto en que las carnes duras empiezan a ablandar y los senos a bascular-. Si por una mentira piadosa resultan falsas rubias, de pubis desteñidos con tintes y agua oxigenada, sabe excusarlo a cambio de ver su inmediata depilación con cera caliente. Desde que cumplió cincuenta solo consigue a alcanzar una erección con menores de dieciséis y de pubis depilado como un melocotón. Solo al ver los ojos de aquellas mujeres tersas entre el pastizal de sus piernas, mujeres de ojos claros como babillas hundidas en aguas cenagosas conoce el placer verdadero, y la erección regresa.
("Viaje al interior de una gota de sangre", ed. Universidad Veracruzana, México, 2014)
miércoles, 14 de enero de 2015
Benjamín Alire Sáenz (1954 )
Lluvia
Pensé en todos los alumnos que venían a verme. Había tantos que eran como las plantas que sobrevivían aquí, sin agua. ¿Cómo le hacían? ¿Cómo sobrevivían? Llegaban a verme con una sed en sus miradas; una sed, una sed tal, que sabría que nunca podría darles la lluvia que se merecían, la lluvia que tan desesperadamente necesitaban.
("Kentucky Club", Random House Mondadori, México, 2014, tr. Juan Elías Tovar Cross.)
Pensé en todos los alumnos que venían a verme. Había tantos que eran como las plantas que sobrevivían aquí, sin agua. ¿Cómo le hacían? ¿Cómo sobrevivían? Llegaban a verme con una sed en sus miradas; una sed, una sed tal, que sabría que nunca podría darles la lluvia que se merecían, la lluvia que tan desesperadamente necesitaban.
("Kentucky Club", Random House Mondadori, México, 2014, tr. Juan Elías Tovar Cross.)
martes, 13 de enero de 2015
Pedro Serrano (1957 )
El año que llega
Como una plancha de plata bulle el día,
un pescado en la sartén del amanecer,
crepitando entre el frío y el calor,
con la marea naranja del sol
inundando los mástiles de árboles,
blanqueando el horno del paisaje.
Un aceite de niebla lame las varas de romero,
los aros de cebolla chisporroteando,
la hojarasquería que ruge
hacia su consumación.
No es hambre lo que bulle en las tripas
de esta olla de invierno,
sino la proyección de caldos continuos,
la carne blanca y las espinas y huesos,
el halo plateado de las hojas,
el paisaje en que estamos.
No es hambre lo que nos trae aquí,
sino el vaho común que se concentra,
su producción en todo.
(fuente: "otra iglesia es imposible")
Como una plancha de plata bulle el día,
un pescado en la sartén del amanecer,
crepitando entre el frío y el calor,
con la marea naranja del sol
inundando los mástiles de árboles,
blanqueando el horno del paisaje.
Un aceite de niebla lame las varas de romero,
los aros de cebolla chisporroteando,
la hojarasquería que ruge
hacia su consumación.
No es hambre lo que bulle en las tripas
de esta olla de invierno,
sino la proyección de caldos continuos,
la carne blanca y las espinas y huesos,
el halo plateado de las hojas,
el paisaje en que estamos.
No es hambre lo que nos trae aquí,
sino el vaho común que se concentra,
su producción en todo.
(fuente: "otra iglesia es imposible")
lunes, 12 de enero de 2015
Manuel Bandeira (1886/1968 )
El río
Ser como el río que fluye
Silencioso entre la noche.
No temer a las tinieblas.
Si en el cielo hay estrellas, reflejarlas.
Y si el cielo se carga de nubes,
Como el río las nubes son agua,
Reflejarlas también sin pesar
En las profundidades tranquilas.
Petrópolis, 1948
Ser como el río que fluye
Silencioso entre la noche.
No temer a las tinieblas.
Si en el cielo hay estrellas, reflejarlas.
Y si el cielo se carga de nubes,
Como el río las nubes son agua,
Reflejarlas también sin pesar
En las profundidades tranquilas.
Petrópolis, 1948
(fuente: "marcelo leites", trad. rodolfo alonso)
domingo, 11 de enero de 2015
Luis Muñoz (1966 )
Fábula del tiempo
Seguramente, si lo piensas,
estos años no van a repetirse.
Vivirás su carencia irremediable,
se llenará de sombras tu mirada,
te habitará el vacío y, con el tiempo,
se destruirá tu imagen del espejo.
Y esperarás cansado, te aseguran,
muchas tardes morir en tu ventana,
buscando en la memoria
ese tiempo feliz, siempre perdido,
esa estación dorada que tuviste
y que debe ser ésta, más o menos.
(fuente: "labibliotecademarceloleites")
Seguramente, si lo piensas,
estos años no van a repetirse.
Vivirás su carencia irremediable,
se llenará de sombras tu mirada,
te habitará el vacío y, con el tiempo,
se destruirá tu imagen del espejo.
Y esperarás cansado, te aseguran,
muchas tardes morir en tu ventana,
buscando en la memoria
ese tiempo feliz, siempre perdido,
esa estación dorada que tuviste
y que debe ser ésta, más o menos.
(fuente: "labibliotecademarceloleites")
sábado, 10 de enero de 2015
Arnaldo Antunes (1960 )
As coisas
El vidrio quiebra pero no se derrite. El plástico se derrite pero no quiebra. Así son las gafas. Estructura plástica para lentes de vidrio. El espejo muestra, el vidrio deja ver. Así son los vidrios. El mármol es usado en las tumbas. La madera pulida no suelta astillas. Las burbujas cuando estallan no dejan trizas. El vidrio no se pudre, ni en la humedad, ni debajo de la tierra. Después de años enterrados los muertos miopes, restan apenas los huesos y las gafas. Y cuando no queden ya huesos aún estarán intactas las gafas. Si el vidrio es negro, los ojos desaparecen. Así son las gafas oscuras. Muestran pero no dejan ver. El hierro cromado no se oxida. El vidrio de la ventana retiene la lluvia pero deja pasar las escenas. El agua estancada espejea como la plata. Así es el agua. Si hay luz de un solo lado el vidrio espejea, como el agua estancada. La plata después de años ennegrece. Así es la plata. La piedra cuando toca fondo turba el agua. Así es la pérdida.
(fuente: "labibliotecademarceloleites", trad. reynaldo jiménez e ivana bollaro)
El vidrio quiebra pero no se derrite. El plástico se derrite pero no quiebra. Así son las gafas. Estructura plástica para lentes de vidrio. El espejo muestra, el vidrio deja ver. Así son los vidrios. El mármol es usado en las tumbas. La madera pulida no suelta astillas. Las burbujas cuando estallan no dejan trizas. El vidrio no se pudre, ni en la humedad, ni debajo de la tierra. Después de años enterrados los muertos miopes, restan apenas los huesos y las gafas. Y cuando no queden ya huesos aún estarán intactas las gafas. Si el vidrio es negro, los ojos desaparecen. Así son las gafas oscuras. Muestran pero no dejan ver. El hierro cromado no se oxida. El vidrio de la ventana retiene la lluvia pero deja pasar las escenas. El agua estancada espejea como la plata. Así es el agua. Si hay luz de un solo lado el vidrio espejea, como el agua estancada. La plata después de años ennegrece. Así es la plata. La piedra cuando toca fondo turba el agua. Así es la pérdida.
(fuente: "labibliotecademarceloleites", trad. reynaldo jiménez e ivana bollaro)
viernes, 9 de enero de 2015
Samih Al Qasim (1939 )
El miedo
El fuego se apagará en la chimenea,
la botella se vaciará,
el disco se parará,
los invitados se marcharán,
haremos juntos la cama
y dormiremos juntos.
Te levantarás por la mañana,
prepararás nuestro maravilloso café,
los pájaros de tu apacible bosque cantarán en mi honor,
me preguntarás: ¿te despiertas?
Temo que la muerte me sorprenda en mi sueño.
No, no me dormiré,
velaré hasta la mañana amiga
y observaré en tu rostro dormido
los astros de nuestro mundo futuro.
Al alba
te tapo con la colcha
y me deslizo como un gato familiar,
ligero, hasta la cima del mundo,
preparo nuestro maravilloso café,
corro hacia ti,
beso tu mano dormida
y exclamo: ¡ Vamos, despierta!
Buenos días, razón de mi vida.
¡Vamos, despierta!
Sin ti el sol no se pondrá,
sin ti el sol no saldrá.
El fuego se apagará en la chimenea,
la botella se vaciará,
el disco se parará,
los invitados se marcharán,
haremos juntos la cama
y dormiremos juntos.
Te levantarás por la mañana,
prepararás nuestro maravilloso café,
los pájaros de tu apacible bosque cantarán en mi honor,
me preguntarás: ¿te despiertas?
Temo que la muerte me sorprenda en mi sueño.
No, no me dormiré,
velaré hasta la mañana amiga
y observaré en tu rostro dormido
los astros de nuestro mundo futuro.
Al alba
te tapo con la colcha
y me deslizo como un gato familiar,
ligero, hasta la cima del mundo,
preparo nuestro maravilloso café,
corro hacia ti,
beso tu mano dormida
y exclamo: ¡ Vamos, despierta!
Buenos días, razón de mi vida.
¡Vamos, despierta!
Sin ti el sol no se pondrá,
sin ti el sol no saldrá.
(fuente: "el azul de los lápices", traductora: maría luisa prieto)
jueves, 8 de enero de 2015
Enzia Verduchi (1967 )
Señora Lexotán
Qué son seis miligramos
tres veces al día si con ello
se pueden anestesiar los sentimientos,
si controla la ansiedad del todo.
No ríes, no lloras, no percibes
ni el principio ni el fin del mundo.
Basta con abrir la boca:
el ama de casa no es indecisa
ante la gama del supermercado;
los adúlteros no discuten
la orfandad en el tálamo;
nada agrede al taxista
sólo el alto que obliga el rojo.
Señora Lexotán, con usted
no hay cabeza que perder.
(fuente: "emma gunst")
miércoles, 7 de enero de 2015
Alfredo Fressia (1948 )
El enamorado
I
Te busco en el castillo de mi cuerpo, soy
un rey abandonado en su palacio,
soy el tirano de mis mudos huesos.
Clausurado en mi cuerpo, te persigo
en la carrera de mi sangre,
te veo en los ojos que me arden
hasta girar la órbita de su reposo último,
te siento impenetrable entre mi vientre
como una dura catedral de vino.
rey demente en su país de sangre,
te recorreré por estancias agrietadas
hasta que estalles la frontera de mi piel,
hasta que alumbres mi hueso con tu hueso,
hasta que oigan caer el esqueleto
tu acantilado varón
y mi desierto.
(fuente: Eclipse, cierta poesía 1973/2003, coedición Alforja-Conaculta-Fonca, México, 2006.)
I
Te busco en el castillo de mi cuerpo, soy
un rey abandonado en su palacio,
soy el tirano de mis mudos huesos.
Clausurado en mi cuerpo, te persigo
en la carrera de mi sangre,
te veo en los ojos que me arden
hasta girar la órbita de su reposo último,
te siento impenetrable entre mi vientre
como una dura catedral de vino.
rey demente en su país de sangre,
te recorreré por estancias agrietadas
hasta que estalles la frontera de mi piel,
hasta que alumbres mi hueso con tu hueso,
hasta que oigan caer el esqueleto
tu acantilado varón
y mi desierto.
(fuente: Eclipse, cierta poesía 1973/2003, coedición Alforja-Conaculta-Fonca, México, 2006.)
martes, 6 de enero de 2015
Leopoldo Marechal (1900/1970 )
Al domador Celedonio Barral
Domó en la pampa todos los caballos,
menos uno.
Por eso duerme aquí Celedonio Barral,
con sus manos prendidas
a la crin de la tierra.
El doradillo, el moro, el alazán
entre sus piernas fueron
máquinas del furor
y pedazos de viento en su muñeca.
Su pan fue una derrota de caballo por día:
un trueno de caballos fue su música entera.
Para su Dios y para su mujer
tuvo sólo un aroma:
el olor de un caballo.
El potro de la muerte
no se rindió a su espuela
de antiguo domador y jinete final.
Por eso duerme aquí,
silencioso y vencido:
Porque domaba todos los caballos,
menos uno.
(fuente: "de sibilas y pitias")
Domó en la pampa todos los caballos,
menos uno.
Por eso duerme aquí Celedonio Barral,
con sus manos prendidas
a la crin de la tierra.
El doradillo, el moro, el alazán
entre sus piernas fueron
máquinas del furor
y pedazos de viento en su muñeca.
Su pan fue una derrota de caballo por día:
un trueno de caballos fue su música entera.
Para su Dios y para su mujer
tuvo sólo un aroma:
el olor de un caballo.
El potro de la muerte
no se rindió a su espuela
de antiguo domador y jinete final.
Por eso duerme aquí,
silencioso y vencido:
Porque domaba todos los caballos,
menos uno.
(fuente: "de sibilas y pitias")
lunes, 5 de enero de 2015
Luis Zapata (1951 )
La literatura
Orlando Barreto lee desde que era muy joven, y gracias a la literatura se ha enamorado, ha viajado, ha conocido el lujo y la cárcel, y ha tenido, como todo lector, acceso a refinados y burdos placeres, acceso a módicos e insoportables sufrimientos, todo sin merecerlo, todo cuando no le ha tocado vivirlo en la muchas veces insulsa realidad. La literatura ha sido la más dadivosa de sus amantes. Pero la depresión ha sido la más celosa, la más cicatera, y le ha exigido siempre la completa entrega de sus pensamientos y sus energías: ¿Con que te gusta leer? ¡Pues vas y chingas a tu madre!
(fuente: Como sombras y sueños, ediciones Cal y Arena, México, 2014)
Orlando Barreto lee desde que era muy joven, y gracias a la literatura se ha enamorado, ha viajado, ha conocido el lujo y la cárcel, y ha tenido, como todo lector, acceso a refinados y burdos placeres, acceso a módicos e insoportables sufrimientos, todo sin merecerlo, todo cuando no le ha tocado vivirlo en la muchas veces insulsa realidad. La literatura ha sido la más dadivosa de sus amantes. Pero la depresión ha sido la más celosa, la más cicatera, y le ha exigido siempre la completa entrega de sus pensamientos y sus energías: ¿Con que te gusta leer? ¡Pues vas y chingas a tu madre!
(fuente: Como sombras y sueños, ediciones Cal y Arena, México, 2014)
domingo, 4 de enero de 2015
Uriel Martínez (1950 )
El reguero
Cuestión de días y el año
habrá expirado: las ventanas
altas siguen empañadas.
No restan demasiadas lunas
y las semanas se habrán
ido como las sombras de uno.
Como los cuerpos que no
se sostienen por sí
habrán huido los meses.
Cierto es que lunas, soles
estrellas, semanas son precarios,
imprecisa la salud, la alegría.
Todo y nada es cuestión
de horas, como latidos
imperceptibles, espaciados.
Como una piedra que rodó
hasta llegar veloz
a ninguna parte.
Cuestión de días y el año
habrá expirado: las ventanas
altas siguen empañadas.
No restan demasiadas lunas
y las semanas se habrán
ido como las sombras de uno.
Como los cuerpos que no
se sostienen por sí
habrán huido los meses.
Cierto es que lunas, soles
estrellas, semanas son precarios,
imprecisa la salud, la alegría.
Todo y nada es cuestión
de horas, como latidos
imperceptibles, espaciados.
Como una piedra que rodó
hasta llegar veloz
a ninguna parte.
sábado, 3 de enero de 2015
Amalia Bautista (1962 )
Si ya
Si ya sé que me quieres,
si ya sé que me extrañas.
Si ya sabes que vivo secuestrada
del recuerdo de ti.
Si ya sabes que tengo varias velas
encedidas al dios de la esperanza.
Si llamas y tu voz me hace temblar
lo mismo que una hoja.
Si llamo y tu respuesta al otro lado
me hace temblar lo mismo que una hoja.
Si ya sabemos ambos que ni puedo
ni puedes hacer nada.
Si ya es mucho cualquier cosa que hacemos,
si ya es un mundo entero
el montón de las cosas que no hicimos.
(fuente: "emma gunst")
viernes, 2 de enero de 2015
Jesús Cárdenas Sánchez (1973 )
Sueña despierto
Aquel tipo camina sin medida
por la calle del aire, diríamos.
Parece una hoja
que se la llevara el viento.
Anda tarareando estribillos
en un inglés muy particular
de épocas que no conozco.
Hoy se ha olvidado de la mitad de la compra,
por poco lo atropellan, y si caen unas gotas
ni se inmuta; su mirada
se torna en alegría. No parece cansado,
aunque la jornada toca a su fin.
Qué más da si ese hombre sueña despierto.
Él así es muy feliz. Y da asco.
(fuente: "portal de poesía")
Aquel tipo camina sin medida
por la calle del aire, diríamos.
Parece una hoja
que se la llevara el viento.
Anda tarareando estribillos
en un inglés muy particular
de épocas que no conozco.
Hoy se ha olvidado de la mitad de la compra,
por poco lo atropellan, y si caen unas gotas
ni se inmuta; su mirada
se torna en alegría. No parece cansado,
aunque la jornada toca a su fin.
Qué más da si ese hombre sueña despierto.
Él así es muy feliz. Y da asco.
(fuente: "portal de poesía")
jueves, 1 de enero de 2015
Nikiforos Vretakos (1911/1991 )
Reparto
Lo más probable es que nadie me pregunte
qué hice con mi alma. Pero yo
necesito dar una respuesta antes de cerrar mi
monólogo en verso.
Pues bien,
corté mi alma con una afilada tijera en pequeñas
hojas, pequeños papeles, relámpagos pequeños,
y la reparto entre los transeúntes.
(fuente: "marcelo leites", traductor: horacio castillo)
Lo más probable es que nadie me pregunte
qué hice con mi alma. Pero yo
necesito dar una respuesta antes de cerrar mi
monólogo en verso.
Pues bien,
corté mi alma con una afilada tijera en pequeñas
hojas, pequeños papeles, relámpagos pequeños,
y la reparto entre los transeúntes.
(fuente: "marcelo leites", traductor: horacio castillo)
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