El hombre vivo
Me felicito a mí mismo por ser transitorio.
Siempre tuve miedo de la eternidad,
ese gran pero oscuro que me olfateaba las piernas
y me seguía sin morder.
Aguardando a la muerte como quien espera una carta
traída por un cartero divino,
nada tengo para las fiestas del día siguiente.
Toda mi vida fue este esperar sin fin.
Entre el sueño y el mar total, en el paisaje celeste,
solté mi cometa.
Vi el farol de mi tierra, y mi infancia entera
estirada en cien leguas delante del mar.
Nada quiero de ti, Muerte, ni aún las recompensas del otro lado
con que amenizas el fin de los que sufrieron mucho.
Dame apenas el sueño sólido de los que mueren
y son llevados a la tierra de los pies juntos.
Que la vida sea un sueño, y los sueños sean sueños
del sueño desdoblado de los que viven.
Efímero, late en el tiempo un corazón solitario
y la sombra de la tierra es poca para cubirlo.
("estación final, antología de poemas 1940-2011", ed. nod y taberna literaria, zac., 2013, méx., trad mario bojórquez)
jueves, 31 de mayo de 2018
miércoles, 30 de mayo de 2018
Ledo Ivo (1924/2012 )
El paso
Que me dejen pasar - es lo que les pido
delante de la puerta o delante del camino.
Y que nadie me siga en el paso.
No tengo compañeros de viaje
ni quiero que nadie se quede a mi lado.
Para pasar exijo estar solo,
solamente conmigo acompañado.
Pero si me prohibieran el paso
por ser diferente o indeseado
de todos modos pasaré.
Inventaré la puerta o el camino.
Y pasaré solo.
("estación final, antología poética 1940-2011", ed. nod y taberna libraria editores, trad. mario bojórquez, zacatecas, 2013)
Que me dejen pasar - es lo que les pido
delante de la puerta o delante del camino.
Y que nadie me siga en el paso.
No tengo compañeros de viaje
ni quiero que nadie se quede a mi lado.
Para pasar exijo estar solo,
solamente conmigo acompañado.
Pero si me prohibieran el paso
por ser diferente o indeseado
de todos modos pasaré.
Inventaré la puerta o el camino.
Y pasaré solo.
("estación final, antología poética 1940-2011", ed. nod y taberna libraria editores, trad. mario bojórquez, zacatecas, 2013)
martes, 29 de mayo de 2018
Linda Pastan (1932 )
Luciérnagas
Ya aquí
luciérnagas
con su estacato en
luz
pequeños faros
tiemblan
silencio
entre el pasto
cortadas
constelaciones
al cielo
negro
(el ansia así
transforma
al más simple
de todos)
o flashes de intuición
que estallan
un momento
y luego mueren.
("luvina", versión julia santibáñez)
lunes, 28 de mayo de 2018
Marie Howe (1950 )
Lo que hacen los vivos
Johnny, hace días que el fregadero está tapado, algo debe haberse caído por ahí
y el Drano no funciona, huele peligroso, y los platos sucios se apilan
a la espera del plomero que no he llamado. De esas cosas hablábamos.
Invierno: el cielo, azul, obstinado, la luz derramándose
por las ventanas abiertas: la calefacción está muy fuerte y no la puedo apagar.
Hace semanas, mientras manejo, o cuando se me cae la bolsa de compras en plena calle,
que pienso: Esto es lo que hacen los vivos. Y ayer, apurada por
las veredas rotas de Cambridge, mientras se me derramaba el café por la manga,
lo pensé otra vez. Y otra vez después, mientras compraba un cepillo: Esto es.
Estacionar. Cerrar la puerta del auto en medio del frío. Lo que llamabas ese anhelo.
Lo que abandonaste al fin. Queremos que llegue la primavera y que pase el invierno. Queremos
que alguien llame o que no llame, una carta, un beso —queremos más y más y aún mas de ello.
Pero hay momentos, al caminar, cuando me vislumbro fugazmente en la vidriera
de la tienda de la esquina, por ejemplo, que siento un amor tan profundo
por mi propio pelo en el viento, mi rostro cuarteado, mi abrigo, que me quedo sin palabras:
Estoy viva. Y te recuerdo.
("el poeta ocasional", trad. mori ponsowi)
Johnny, hace días que el fregadero está tapado, algo debe haberse caído por ahí
y el Drano no funciona, huele peligroso, y los platos sucios se apilan
a la espera del plomero que no he llamado. De esas cosas hablábamos.
Invierno: el cielo, azul, obstinado, la luz derramándose
por las ventanas abiertas: la calefacción está muy fuerte y no la puedo apagar.
Hace semanas, mientras manejo, o cuando se me cae la bolsa de compras en plena calle,
que pienso: Esto es lo que hacen los vivos. Y ayer, apurada por
las veredas rotas de Cambridge, mientras se me derramaba el café por la manga,
lo pensé otra vez. Y otra vez después, mientras compraba un cepillo: Esto es.
Estacionar. Cerrar la puerta del auto en medio del frío. Lo que llamabas ese anhelo.
Lo que abandonaste al fin. Queremos que llegue la primavera y que pase el invierno. Queremos
que alguien llame o que no llame, una carta, un beso —queremos más y más y aún mas de ello.
Pero hay momentos, al caminar, cuando me vislumbro fugazmente en la vidriera
de la tienda de la esquina, por ejemplo, que siento un amor tan profundo
por mi propio pelo en el viento, mi rostro cuarteado, mi abrigo, que me quedo sin palabras:
Estoy viva. Y te recuerdo.
("el poeta ocasional", trad. mori ponsowi)
domingo, 27 de mayo de 2018
Patricia Vázquez (1985 )
Lubricantes o la Atlántida sumergida
En La poesía de Uriel Martínez encontramos El no, quizá, nada o acaso, son destellos que llaman nuestra vista a través de la lectura de sus poemas.
Lubricantes nos lleva por espacios ahora idílicos, como es el caso de Atlántida que para su existencia aplica también el no, quizá, nada o acaso. Es decir, no existió Atlántida, quizá existió Atlántida, acaso existió la isla o nada de Atlántida.
¿Es Atlántida un reflejo de los poemas de Uriel Martínez? Lo es, y en ese reflejo encontramos además de los adverbios de duda o posibilidad, la nostalgia por la presencia del otro. La espera por el cuerpo de un hombre que algunas veces estuvo en la cama, "no sé, algunas madrugadas, unas cuantas" y después se fue aunque eso no -necesariamente -quiera decir el olvido.
La voz poética se aleja lo suficiente para darnos a conocer de una manera exacta y cuidada a un testigo de las cosas que fueron sucediendo a través del tiempo y las noches. Y ojo, este darnos a conocer información no nos remite necesariamente a la añoranza, es como la persona que se encuentra en el lobby de un hotel con un rostro estoico, no muestra sorpresa ante el tráfico sonrojado y nervioso de habitantes en la ducha.
Lubricantes se divide en 7 partes: I. Noche no te vayas, II. Paisajes, III. Fukushima, IV. Escenarios, V il poveretto, VI. Los ninis y VII. Mujeres rabiosas. De estos, en el tercer apartado, Fukushima, se habla evidentemente del abandono, de la gente joven que es obligada a irse de esta capital/prefectura de Japón, para evitar - si es posible- el contacto con materiales radioactivos. Los ancianos y los abuelos deciden quedarse, porque tienen 75 años y con enfermedades crónicas o bien 85 años y se queda porque quiere ser fiel a sus ancestros o al álbum fotográfico heredado por sus ancestros.
En este apartado III todos tienen una sentencia de muerte; incluso los que abandonan Fukushima, también los que se quedan.
Atlántida pudo haber sido una isla donde ahora se encuentra Santorini, en Grecia y en Lubricantes encontramos una atmósfera que da espacio a las auras, chamanes, búhos, lechuzas, aves de mal agüero, la salamandra que duele en todo el cuerpo, maletas y el hospedaje en habitaciones cerca del centro histórico.
Lubricantes es sin duda, una invitación al reconocimiento de la nostalgia, el sentimiento por lo que no está pero ya tampoco se añora. Un repaso por ciertos encuentros que de no ser por su carácter exacto podrían ser accidentes "Esos que andan por los tapancos de la noche como gato espinado ya no viven aquí. Pero no lo saben."
¿Son los poemas de Lubricantes un llamado hacia algo que no existe o por lo menos hacia alguien que ya no está presente? De entre los versos de diferentes poemas podemos extraer algunos que se transforman en un llamado. Entre los medicamentos, las huidas y ausencias hay una voz que busca a alguien que no encuentra "Durante algún tiempo consulté / horóscopos, vísceras, vuelos, / horarios, rutas, caminos. / Pero no aparecías". Así es como termina el poema "Durante mucho tiempo" del apartado IV titulado "Escenarios".
No sabemos si Atlántida existió, como tampoco conoceremos con certeza si Lubricantes llama a uno o a varios individuos. Lo que sí nos queda claro, es que -como lectores- es innegable sucumbir a dicho llamado de la nostalgia y los recuerdos, y de pronto nos vemos "desde estos barrotes" llamando a la persona que adentro, podría estar como la isla que existió y desapareció "junto con sus ejércitos rivales, "en un solo día y una noche terrible".
texto leído el 17 de mayo en el marco del Festival de la Diversidad Sexual en la bóveda de la Ciudadela del Arte en la ciudad de Zacatecas.
sábado, 26 de mayo de 2018
Karmelo C. Iribarren (1959 )
Como en la vida
Todo puede suceder
en un poema:
lo cotidiano, sí,
pero también lo deslumbrante,
e incluso
ambas cosas a la vez
- como en este, ahora
que empiezas a desnudarte.
("un día es un día")
Todo puede suceder
en un poema:
lo cotidiano, sí,
pero también lo deslumbrante,
e incluso
ambas cosas a la vez
- como en este, ahora
que empiezas a desnudarte.
("un día es un día")
viernes, 25 de mayo de 2018
Isla Correyero (1957 )
Cinta de Moebius
Yo vengo de perder una batalla de la vida
y otra más y otra más y otra.
Pero mi espíritu está indemne
y aún puedo saltar sobre todas las pérdidas
aunque sé que sin más flexibilidad
y menos exactitud que
en los 20 ó 25 metros de edad que tuve
y ahora ya no tengo más que predicciones
presagios de lo que va a ocurrir
según veo a los tipos que se acercan a mis ojos
según huelo sus preocupaciones
según cómo se empeñan en agradarme
o en desagradarme.
Eso veo. Ya lo tengo claro estoy preparada para perder
y distinguir cuál será la ventaja que yo saque
o cuál la captura
qué parte de mi corazón se llevará
quien me persiga y observe
cuánto soy de vulnerable.
Lo tengo claro todo eso de las pérdidas y las
ganancias afectivas o las otras
y no me importa perder el beneficio
porque yo vengo de una habilidad de penitenciarías
y en los correccionales en donde estuve
siempre me dejaron muy exactamente claro
que el modelo de mi conducta
iba derechito a los peligros y que ganar
en ellos
sería una suerte ingrata para mí.
De todos modos a veces he ganado
una chuchería una bola o la pieza de un zapato.
Y una vez sólo una vez gané
algo complicadamente bueno algo grande y
prodigioso que ahora con los años
valoro más que nunca.
Pero hoy ya sé que no volverá
la buena estrella ni el azar a mi vida
porque mi sublevación y mi trastorno están
conspirando para que me hunda:
Y a eso no le pondré freno ni me doblegaré.
Ya tengo bastante con mi suficiencia para el dolor
y una superioridad colérica para subsistir
y todavía asombrarme de cómo
entre el perder y el ganar
he preferido siempre la sutil y constante ingenuidad
que producen las pérdidas.
Así como si esto fuera un dulce
me ahorro el terror del desengaño.
("un día es un día")
Yo vengo de perder una batalla de la vida
y otra más y otra más y otra.
Pero mi espíritu está indemne
y aún puedo saltar sobre todas las pérdidas
aunque sé que sin más flexibilidad
y menos exactitud que
en los 20 ó 25 metros de edad que tuve
y ahora ya no tengo más que predicciones
presagios de lo que va a ocurrir
según veo a los tipos que se acercan a mis ojos
según huelo sus preocupaciones
según cómo se empeñan en agradarme
o en desagradarme.
Eso veo. Ya lo tengo claro estoy preparada para perder
y distinguir cuál será la ventaja que yo saque
o cuál la captura
qué parte de mi corazón se llevará
quien me persiga y observe
cuánto soy de vulnerable.
Lo tengo claro todo eso de las pérdidas y las
ganancias afectivas o las otras
y no me importa perder el beneficio
porque yo vengo de una habilidad de penitenciarías
y en los correccionales en donde estuve
siempre me dejaron muy exactamente claro
que el modelo de mi conducta
iba derechito a los peligros y que ganar
en ellos
sería una suerte ingrata para mí.
De todos modos a veces he ganado
una chuchería una bola o la pieza de un zapato.
Y una vez sólo una vez gané
algo complicadamente bueno algo grande y
prodigioso que ahora con los años
valoro más que nunca.
Pero hoy ya sé que no volverá
la buena estrella ni el azar a mi vida
porque mi sublevación y mi trastorno están
conspirando para que me hunda:
Y a eso no le pondré freno ni me doblegaré.
Ya tengo bastante con mi suficiencia para el dolor
y una superioridad colérica para subsistir
y todavía asombrarme de cómo
entre el perder y el ganar
he preferido siempre la sutil y constante ingenuidad
que producen las pérdidas.
Así como si esto fuera un dulce
me ahorro el terror del desengaño.
("un día es un día")
jueves, 24 de mayo de 2018
Claudio Rodríguez (1934/1999 )
Adiós
Cualquier cosa valiera por mi vida
esta tarde. Cualquier cosa pequeña
si alguna hay. Martirio me es el ruido
sereno, sin escrúpulos, sin vuelta
de tu zapato bajo. ¿Qué victorias
busca el que ama? ¿Por qué son tan derechas
estas calles? Ni miro atrás ni puedo
perderte ya de vista. Esta es la tierra
del escarmiento: hasta los amigos
dan mala información. Mi boca besa
lo que muere, y lo acepta. Y la piel misma
del labio es la del viento. Adiós. Es útil
norma este suceso, dicen. Queda
tú con las cosas nuestras, tú, que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.
("rua das pretas")
Cualquier cosa valiera por mi vida
esta tarde. Cualquier cosa pequeña
si alguna hay. Martirio me es el ruido
sereno, sin escrúpulos, sin vuelta
de tu zapato bajo. ¿Qué victorias
busca el que ama? ¿Por qué son tan derechas
estas calles? Ni miro atrás ni puedo
perderte ya de vista. Esta es la tierra
del escarmiento: hasta los amigos
dan mala información. Mi boca besa
lo que muere, y lo acepta. Y la piel misma
del labio es la del viento. Adiós. Es útil
norma este suceso, dicen. Queda
tú con las cosas nuestras, tú, que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.
("rua das pretas")
miércoles, 23 de mayo de 2018
Juan Manuel Roca (1946 )
Mapa de un país fantasma
A retazos habría de recordar
Trechos de camino: jugadores de tejo
Bajo una luna de potrero y hombres en bicicleta
Cruzando en medio de los pinos.
Si con solo doblar el mapa del país
Se guardaran en el bolso
Parajes que la memoria no visita,
Se podría dibujar un atlas del olvido.
Hay una tuerca suelta
Después de ajustar todas las piezas
Y acaso sea la que da vida a todo el engranaje:
Mi corazón andaba en cuarentena
O acaso dejaba que las lianas
Treparan evitando un nuevo viaje.
Por esos días
Yo ignoraba que ir de viaje en mi país,
Que soltar pié por los rincones de Colombia
Es entrar en un mapa cuyos predios
Siempre son ajenos.
Pero a veces me iba. Me iba con un maletín
Heredado de un fantasma
A mirar desde un tren las hojas de plátano
En sus lentos aletajes
O un árbol nocturno bajo el sol de los cocuyos.
Algunas veces recorrí de un lado a otro
Sus silencios, como animal en acoso
O como sombra en busca de su cuerpo.
En cantinas aprendí la historia negra del país,
Las leyendas que corren como el negro corcel
De un bandolero.
Desde las esquinas del baile hasta las zonas
Del peligro, el país que me habita
Desliza la hoja limpia de su cielo.
("world poetry movement")
A retazos habría de recordar
Trechos de camino: jugadores de tejo
Bajo una luna de potrero y hombres en bicicleta
Cruzando en medio de los pinos.
Si con solo doblar el mapa del país
Se guardaran en el bolso
Parajes que la memoria no visita,
Se podría dibujar un atlas del olvido.
Hay una tuerca suelta
Después de ajustar todas las piezas
Y acaso sea la que da vida a todo el engranaje:
Mi corazón andaba en cuarentena
O acaso dejaba que las lianas
Treparan evitando un nuevo viaje.
Por esos días
Yo ignoraba que ir de viaje en mi país,
Que soltar pié por los rincones de Colombia
Es entrar en un mapa cuyos predios
Siempre son ajenos.
Pero a veces me iba. Me iba con un maletín
Heredado de un fantasma
A mirar desde un tren las hojas de plátano
En sus lentos aletajes
O un árbol nocturno bajo el sol de los cocuyos.
Algunas veces recorrí de un lado a otro
Sus silencios, como animal en acoso
O como sombra en busca de su cuerpo.
En cantinas aprendí la historia negra del país,
Las leyendas que corren como el negro corcel
De un bandolero.
Desde las esquinas del baile hasta las zonas
Del peligro, el país que me habita
Desliza la hoja limpia de su cielo.
("world poetry movement")
martes, 22 de mayo de 2018
Ángel González (1925/2008 )
Cumpleaños
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en el aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
("life vest under your seat")
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en el aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
("life vest under your seat")
lunes, 21 de mayo de 2018
María Calcaño (1906/1956 )
Poema para una joven judía
La lluvia ha abierto la ventana
frente al retrato de ella.
Llueve distinto,
delante del silencio que le pasa por la cara.
Como frente a una casa
donde hubiera una niña
muerta entre espejos.
Como si con los pies desnudos ella viniera
y la castigara el polvo de muchos caminos…
También la lluvia trae
la misma voz del agua.
Vejez del agua pintada en el recuerdo.
Tiempo de la ola.
¡Inmensidad del mar
a espaldas de la ola!
¡Qué poca cosa es esta casa
cuando miro sus ojos!
¡Ya no llueve!
Pero ella sigue viendo llover.
¡Debió ser media noche
cuando partió a la lejanía!
("digo.palabra.txt")
La lluvia ha abierto la ventana
frente al retrato de ella.
Llueve distinto,
delante del silencio que le pasa por la cara.
Como frente a una casa
donde hubiera una niña
muerta entre espejos.
Como si con los pies desnudos ella viniera
y la castigara el polvo de muchos caminos…
También la lluvia trae
la misma voz del agua.
Vejez del agua pintada en el recuerdo.
Tiempo de la ola.
¡Inmensidad del mar
a espaldas de la ola!
¡Qué poca cosa es esta casa
cuando miro sus ojos!
¡Ya no llueve!
Pero ella sigue viendo llover.
¡Debió ser media noche
cuando partió a la lejanía!
("digo.palabra.txt")
domingo, 20 de mayo de 2018
Mario Montalbetti (1953 )
Ya no te quiero, pequeña
Ya no te quiero, pequeña
ahora amo a los caballos.
Mañana amaré a las islas
y pasado será alguna ave.
(Tal vez en tres años
te vuelva a amar).
Y luego serán las vacas
pintas y luego serán
los minerales —tú sabes, el
cobre, el hierro, el—
y luego serán las ciudades
(alguna que otra jirafa)
y luego los puentes.
Antes un arcoiris que amarte, pequeña,
ya no te quiero
ahora amo a una mujer
que disuelve sus cuerpos
en las lluvias del otoño
iluminada/ anudada/ inundada
por el neón brillante
del poste de alumbrado público.
(Oh pequeña)
ya no (te quiero
Oh mujer)
ya no te quiero
sólo amo a las calles que me alientan
hacia la noche mientras la noche
ya no es noche sino mar y el mar
tumba de sonámbulos océanos, licor.
Objeto y fin del poema
Es de noche y tiene que aterrizar
antes de que se acabe el combustible.
Así terminan todos sus poemas,
tratando de explicar con un lenguaj
público un sentimiento privado
Su ambición es el lenguaje del piloto
hablándole a los pasajeros
en medio de una situación desesperada:
parte engaño, parte esperanza, parte verdad.
Todos los poemas terminan igual.
Hechos pedazos contra un cerro oscuro
que no estaba en las cartas.
Luego hallan los restos: el fuselaje,
la cola como siempre, intacta,
el olor a cosa quemada consumida por el fuego.
Pero ninguna palabra sobrevive.
("verboser", no.2)
Ya no te quiero, pequeña
ahora amo a los caballos.
Mañana amaré a las islas
y pasado será alguna ave.
(Tal vez en tres años
te vuelva a amar).
Y luego serán las vacas
pintas y luego serán
los minerales —tú sabes, el
cobre, el hierro, el—
y luego serán las ciudades
(alguna que otra jirafa)
y luego los puentes.
Antes un arcoiris que amarte, pequeña,
ya no te quiero
ahora amo a una mujer
que disuelve sus cuerpos
en las lluvias del otoño
iluminada/ anudada/ inundada
por el neón brillante
del poste de alumbrado público.
(Oh pequeña)
ya no (te quiero
Oh mujer)
ya no te quiero
sólo amo a las calles que me alientan
hacia la noche mientras la noche
ya no es noche sino mar y el mar
tumba de sonámbulos océanos, licor.
Objeto y fin del poema
Es de noche y tiene que aterrizar
antes de que se acabe el combustible.
Así terminan todos sus poemas,
tratando de explicar con un lenguaj
público un sentimiento privado
Su ambición es el lenguaje del piloto
hablándole a los pasajeros
en medio de una situación desesperada:
parte engaño, parte esperanza, parte verdad.
Todos los poemas terminan igual.
Hechos pedazos contra un cerro oscuro
que no estaba en las cartas.
Luego hallan los restos: el fuselaje,
la cola como siempre, intacta,
el olor a cosa quemada consumida por el fuego.
Pero ninguna palabra sobrevive.
("verboser", no.2)
sábado, 19 de mayo de 2018
Teresa Orbegoso (1976 )
He inventado el amor
He inventado el amor
dice la última mujer
y parpadea
una cuerda tendida entre el pastor y las ovejas
una cuerda sobre un desierto
un peligroso detenerse
un querer su propio ocaso
oscura nube suspendida sobre la vida
he trabajado para construirle su casa al último hombre
he sido el espíritu que avanza sobre el puente
aquella que quiere seguir viviendo y no seguir viviendo
aquella que todavía tiene caos dentro de sí
y quiere hacer explotar la última luz de la estrella.
La mujer de la bestia
La mujer de la bestia contempla
su reino de animales fríos sin pastor
Levanta las manos crea el desierto
La niebla cubre su casa
Ella y el águila son uno en silencio
Sabe que el ser más pequeño se ríe de su Señor
Su libro está abierto para que escribas
Alimenta con sal el hambre del recién nacido
Es la m
ás bella
sonríe
Dentro de sus ojos
alguien sufre.
("digo.palabra.txt")
He inventado el amor
dice la última mujer
y parpadea
una cuerda tendida entre el pastor y las ovejas
una cuerda sobre un desierto
un peligroso detenerse
un querer su propio ocaso
oscura nube suspendida sobre la vida
he trabajado para construirle su casa al último hombre
he sido el espíritu que avanza sobre el puente
aquella que quiere seguir viviendo y no seguir viviendo
aquella que todavía tiene caos dentro de sí
y quiere hacer explotar la última luz de la estrella.
La mujer de la bestia
La mujer de la bestia contempla
su reino de animales fríos sin pastor
Levanta las manos crea el desierto
La niebla cubre su casa
Ella y el águila son uno en silencio
Sabe que el ser más pequeño se ríe de su Señor
Su libro está abierto para que escribas
Alimenta con sal el hambre del recién nacido
Es la m
ás bella
sonríe
Dentro de sus ojos
alguien sufre.
("digo.palabra.txt")
viernes, 18 de mayo de 2018
Chantal Maillard (1951 )
No pondrás nombre al fuego
No medirás la llama
con palabras dictadas por la tribu,
no pondrás nombre al fuego,
no medirás su alcance.
Todas las llamas son el mismo fuego.
Mi cuerpo es una antorcha que alumbra los espantos
que la razón constituye en sus tinieblas.
Hay que mirar al cuerpo, muy adentro,
tocar el centro ardiente, abrirlo y propagar
el gozo de la lava.
No importa en qué caderas,
en qué pecho resbale,
no importa la estatura, el sexo o la materia
pues todos caminamos sobre la misma pira.
No medirás la llama con palabras que encubren
los viejos sentimientos de los hombres.
("el placard")
No medirás la llama
con palabras dictadas por la tribu,
no pondrás nombre al fuego,
no medirás su alcance.
Todas las llamas son el mismo fuego.
Mi cuerpo es una antorcha que alumbra los espantos
que la razón constituye en sus tinieblas.
Hay que mirar al cuerpo, muy adentro,
tocar el centro ardiente, abrirlo y propagar
el gozo de la lava.
No importa en qué caderas,
en qué pecho resbale,
no importa la estatura, el sexo o la materia
pues todos caminamos sobre la misma pira.
No medirás la llama con palabras que encubren
los viejos sentimientos de los hombres.
("el placard")
jueves, 17 de mayo de 2018
Manuel Vilas (1962 )
MacDonald's
Estoy en el MacDonald´s de la Plaza de España de Zaragoza,
haciendo la cola gigantesca,
con los ojos clavados en los carteles de los precios,
el dinero justo en la mano derecha,
billetes arrugados.
Estoy ahora en el piso subterráneo, arriba fue imposible.
Estoy sentado al lado de un niño negro que tiene en su mano
una patata amarilla untada de ketchup muy rojo:
Santísima bandera del otro mundo, el niño negro que resplandece,
mi hermano ciego.
El niño está solo, no bebe,
no le llega para la Cocacola, sólo patatas.
Sólo patatas, sólo patatas, esa desgracia,
esa soledad idéntica a la mía,
¿no lo entiendes?, sólo le llega para las patatas,
y está sentado, quieto,
en su trono, la negritud y el niño,
en el trono, allá, allá, en ese trono radiante.
MacDonald´s siempre está lleno.
Es el mejor restaurante de Zaragoza,
una alegría despedazada nos despedaza el corazón:
Por tres euros te llenan de cajas, de vasos de plástico, de bolsas,
de pajitas, de bandejas.
Es el mejor restaurante del mundo.
Es un restaurante comunista.
Rumanos, negros, chilenos, polacos, cubanos, yo mismo,
aquí estamos, abajo, al lado de un muñeco,
al lado de un cartel que dice "I´m lovin´ it".
Tengo una bota encima de un charco
de un helado de nata deshecho. Miro la nata comerse el tacón de mi bota.
Una nata blanca, despedazada.
Arde el sol sin tiempo, bulle la mano sucia.
A mi lado, una niña de veinte años le dice a un tío de diecisiete
que no le importaría hacérselo con él. Con él, con él, un eco negro.
Y ríen y tragan patatas fritas.
Y yo trago patatas fritas.
Y dos maricas están enfrente comiéndose
la misma hamburguesa goteante,
cada boca en un extremo, y se manchan y
se muerden.
Y tragan patatas fritas. Y se besan. Y se tocan.
Y se despedazan.
En Londres, en París, en Buenos Aires,
en Moscú, en Tokio,
en Ciudad del Cabo, en Tucson, en Praga,
en Pekín, en Gijón,
somos millones, la tarde harapienta,
el dolor en el cerebro, la comida,
millones en miles de subterráneos esparcidos
por la gran tierra de los hombres.
Estoy en paz aquí con todo: barata la carne, barata la vida,
baratas las patatas.
Me siento Lenin. Soy Lenin, el marica inusitado,
el gran hereje, el loco supremo,
el hijo de la última mano miserable que tocó
el monstruoso corazón del cielo.
Si Lenin volviera, MacDonald´s sería el sitio,
el palacio sin luna,
el gueto de las reuniones clandestinas.
Algo importante está sucediendo
en este subterráneo del MacDonald´s
de la Plaza de España de Zaragoza,
pero no sé qué es.
No lo sé.
De un momento a otro, vamos a arañar la felicidad:
el niño negro, los novios, el muñeco, la nata del suelo, mis botas.
Botas nuevas, de piel brillante, con la punta afilada en señal de muerte.
En MacDonald´s, allí, allí estamos.
Carne abundante por tres euros.
("revista ágora")
Estoy en el MacDonald´s de la Plaza de España de Zaragoza,
haciendo la cola gigantesca,
con los ojos clavados en los carteles de los precios,
el dinero justo en la mano derecha,
billetes arrugados.
Estoy ahora en el piso subterráneo, arriba fue imposible.
Estoy sentado al lado de un niño negro que tiene en su mano
una patata amarilla untada de ketchup muy rojo:
Santísima bandera del otro mundo, el niño negro que resplandece,
mi hermano ciego.
El niño está solo, no bebe,
no le llega para la Cocacola, sólo patatas.
Sólo patatas, sólo patatas, esa desgracia,
esa soledad idéntica a la mía,
¿no lo entiendes?, sólo le llega para las patatas,
y está sentado, quieto,
en su trono, la negritud y el niño,
en el trono, allá, allá, en ese trono radiante.
MacDonald´s siempre está lleno.
Es el mejor restaurante de Zaragoza,
una alegría despedazada nos despedaza el corazón:
Por tres euros te llenan de cajas, de vasos de plástico, de bolsas,
de pajitas, de bandejas.
Es el mejor restaurante del mundo.
Es un restaurante comunista.
Rumanos, negros, chilenos, polacos, cubanos, yo mismo,
aquí estamos, abajo, al lado de un muñeco,
al lado de un cartel que dice "I´m lovin´ it".
Tengo una bota encima de un charco
de un helado de nata deshecho. Miro la nata comerse el tacón de mi bota.
Una nata blanca, despedazada.
Arde el sol sin tiempo, bulle la mano sucia.
A mi lado, una niña de veinte años le dice a un tío de diecisiete
que no le importaría hacérselo con él. Con él, con él, un eco negro.
Y ríen y tragan patatas fritas.
Y yo trago patatas fritas.
Y dos maricas están enfrente comiéndose
la misma hamburguesa goteante,
cada boca en un extremo, y se manchan y
se muerden.
Y tragan patatas fritas. Y se besan. Y se tocan.
Y se despedazan.
En Londres, en París, en Buenos Aires,
en Moscú, en Tokio,
en Ciudad del Cabo, en Tucson, en Praga,
en Pekín, en Gijón,
somos millones, la tarde harapienta,
el dolor en el cerebro, la comida,
millones en miles de subterráneos esparcidos
por la gran tierra de los hombres.
Estoy en paz aquí con todo: barata la carne, barata la vida,
baratas las patatas.
Me siento Lenin. Soy Lenin, el marica inusitado,
el gran hereje, el loco supremo,
el hijo de la última mano miserable que tocó
el monstruoso corazón del cielo.
Si Lenin volviera, MacDonald´s sería el sitio,
el palacio sin luna,
el gueto de las reuniones clandestinas.
Algo importante está sucediendo
en este subterráneo del MacDonald´s
de la Plaza de España de Zaragoza,
pero no sé qué es.
No lo sé.
De un momento a otro, vamos a arañar la felicidad:
el niño negro, los novios, el muñeco, la nata del suelo, mis botas.
Botas nuevas, de piel brillante, con la punta afilada en señal de muerte.
En MacDonald´s, allí, allí estamos.
Carne abundante por tres euros.
("revista ágora")
miércoles, 16 de mayo de 2018
George Bacovia (1881/1957 )
Plomo
Los ataúdes de plomo reposaban en silencio,
con flores de plomo y su funeral cubierta.
Yo estaba sólo bajo la bóveda... y hacía viento…
y las guirnaldas de plomo chirriaban.
Alzada mi amor de plomo yacía dormida
sobre una flor de plomo… y comencé a llamar.
Yo estaba solo junto al cadáver... y hacía frío…
y goteaban las alas de plomo.
Pastel
El fondo del otoño
resuena agonizantemente.
Los pájaros revolotean
y se esconden secretamente.
Una ligera llovizna gotea…
No hay nadie en el camino;
el humo te sofocaría
si permaneces afuera.
Lejos, sobre el llano
los cuervos llueven gentilmente;
y largos mugidos vienen
del fondo del establo.
Quejumbrosamente los cencerros
siguen disonando, locos.
Es muy tarde…
¡Y aun no he muerto!
("plomo", versión aleqs garrigóz)
martes, 15 de mayo de 2018
Rafael Cadenas (1930 )
Derrota
Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo
(“Ud. es muy quedado, avíspese despierte”)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada a cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas esas cosas y por otras
cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas
haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme,
barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación,
mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente
me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros
y de mí hasta el día del juicio final.
(muro fb de luis armenta malpica)
lunes, 14 de mayo de 2018
Patricia Vázquez (1985 )
20 de Noviembre de 2016
Marcela fue un toro.
Entre los lunares
de la capa morena en su piel
se asoma un planeta rojo
volcán extinto en la muñeca de su mano
sin señal
de trágicas batallas
y veneno.
Ayer manejé
y Marcela era copiloto
en sus labios gruesos
los semáforos
de verde a rojo
formaron la espalda abultada
y el pelaje tan oscuro
en que muere la noche.
Marcela fue un toro salvaje
libre y sin dueño
que vive en la meseta
de los cerros olvidados
donde se reproduce
la naturaleza
y de los extremos
a la vista plana
se exalta la violencia
de toro salvaje
que nunca será
marcado
por el hombre.
Le dije a Marcela
sé lo que fuiste
en tus vidas
anteriores.
Mi esposa
siguió con su vista oscura
en el coche de enfrente.
Aguscalientes, Aguascalientes
("diario de una poeta recién casada", ed.lunamía, morelia, 2017)
Marcela fue un toro.
Entre los lunares
de la capa morena en su piel
se asoma un planeta rojo
volcán extinto en la muñeca de su mano
sin señal
de trágicas batallas
y veneno.
Ayer manejé
y Marcela era copiloto
en sus labios gruesos
los semáforos
de verde a rojo
formaron la espalda abultada
y el pelaje tan oscuro
en que muere la noche.
Marcela fue un toro salvaje
libre y sin dueño
que vive en la meseta
de los cerros olvidados
donde se reproduce
la naturaleza
y de los extremos
a la vista plana
se exalta la violencia
de toro salvaje
que nunca será
marcado
por el hombre.
Le dije a Marcela
sé lo que fuiste
en tus vidas
anteriores.
Mi esposa
siguió con su vista oscura
en el coche de enfrente.
Aguscalientes, Aguascalientes
("diario de una poeta recién casada", ed.lunamía, morelia, 2017)
domingo, 13 de mayo de 2018
Uriel Martínez(1950 )
Hilachas
Al principio advertí
la playera raída, el cuello
de camisas luidos
y rotos por lavadas.
Pero luego encontré
agujeros en bolsas
de pantalones y pijama.
Tampoco me sorprendió
encontrar ranuras en rodillas,
en ingles, en sueños
y recuerdos.
El espejo me confirmó
ojeras, ventanas donde
hubo molares, incisivos
y caninos; ausencias
en lenguas, paladares
y labios estragados
por lepra.
Pero aún así no te ibas.
[Inédito]
Al principio advertí
la playera raída, el cuello
de camisas luidos
y rotos por lavadas.
Pero luego encontré
agujeros en bolsas
de pantalones y pijama.
Tampoco me sorprendió
encontrar ranuras en rodillas,
en ingles, en sueños
y recuerdos.
El espejo me confirmó
ojeras, ventanas donde
hubo molares, incisivos
y caninos; ausencias
en lenguas, paladares
y labios estragados
por lepra.
Pero aún así no te ibas.
[Inédito]
sábado, 12 de mayo de 2018
Mauricio Álvarez (1976 )
Silenciosa sombra
(silenciosa sombra de tu aliento: tormenta
en mitad del tiempo, roca inmóvil, océano
abierto, noche feroz, pedazos de nostalgia,
resto de piel, restos de
tus dedos acariciando palabras, dulce sudor, esperar
que se enciendan las luces, que vuelva a
comenzar la tímida calma desde tu
ombligo, lo que queda, luz amarillenta, palabras
torpes, este corazón, el invierno
acaba aquí.
ahora.)
("mejor arder", ed. bola de papel mérida-cd.méx.-monterrey, 2017)
viernes, 11 de mayo de 2018
Heberto Padilla (1932/2000 )
Canción de un lado a otro
Cuando yo era un poeta que me paseaba
por las calles del Kremlin,
culto en los más oscuros crímenes de Stalin,
Ala y Katiushka preferían
acariciarme la cabeza,
mi curioso ejemplar de patíbulo.
Cuando yo era un científico
recorriendo Laponia,
compré todos los mapas en los andenes de Helsinski,
Sarikovski paseaba su búho de un lado a otro.
Apenas pude detenerme en el Sur.
Las saunas balanceábanse al fondo de los lagos
y en la frontera rusa abandoné a mi amor.
Cuando yo era un bendito,
un escuálido y pobre enamorado
de la armadura del Quijote,
adquirí mi locura y este viejo reloj fuera de época.
Oh mundo, verdad que tus fronteras son indescriptibles.
Con cárceles y ciudades mojadas y vías férreas.
Lo sabe quien te recorre como yo:
Un ojo de cristal
Y el otro que aún se disputan el niño y el profeta.
("otra iglesia es imposible")
Cuando yo era un poeta que me paseaba
por las calles del Kremlin,
culto en los más oscuros crímenes de Stalin,
Ala y Katiushka preferían
acariciarme la cabeza,
mi curioso ejemplar de patíbulo.
Cuando yo era un científico
recorriendo Laponia,
compré todos los mapas en los andenes de Helsinski,
Sarikovski paseaba su búho de un lado a otro.
Apenas pude detenerme en el Sur.
Las saunas balanceábanse al fondo de los lagos
y en la frontera rusa abandoné a mi amor.
Cuando yo era un bendito,
un escuálido y pobre enamorado
de la armadura del Quijote,
adquirí mi locura y este viejo reloj fuera de época.
Oh mundo, verdad que tus fronteras son indescriptibles.
Con cárceles y ciudades mojadas y vías férreas.
Lo sabe quien te recorre como yo:
Un ojo de cristal
Y el otro que aún se disputan el niño y el profeta.
("otra iglesia es imposible")
jueves, 10 de mayo de 2018
Charles Simic (1938 )
Escena callejera
Un muchachito ciego
con un letrero de papel
prendido en su pecho.
Demasiado pequeño para estar fuera
mendigando solo,
pero allí estaba.
Este extraño siglo
con sus matanzas de inocentes,
su vuelo a la luna,
y ahora él aguardándome
en una ciudad extraña,
en una calle donde me perdí.
Al oírme aproximar,
se sacó un juguete de goma
de la boca
como para decir algo,
pero no lo hizo.
Era una cabeza, la cabeza de un muñeco,
muy mordisqueado,
la levantó para que la viera.
Los dos sonrieron con una mueca.
("un poema al día", trad. óscar e. aguilera f.)
Un muchachito ciego
con un letrero de papel
prendido en su pecho.
Demasiado pequeño para estar fuera
mendigando solo,
pero allí estaba.
Este extraño siglo
con sus matanzas de inocentes,
su vuelo a la luna,
y ahora él aguardándome
en una ciudad extraña,
en una calle donde me perdí.
Al oírme aproximar,
se sacó un juguete de goma
de la boca
como para decir algo,
pero no lo hizo.
Era una cabeza, la cabeza de un muñeco,
muy mordisqueado,
la levantó para que la viera.
Los dos sonrieron con una mueca.
("un poema al día", trad. óscar e. aguilera f.)
miércoles, 9 de mayo de 2018
José Luís Peixoto (1974 )
No quiero mentir...
no quiero mentir más. estoy cansado de mentir.
veo tu rostro detenido en una fotografía y la memoria
que guardo de ti es tan diferente de la realidad atemorizante de las
[fotografías.
mas no voy a mentir. estoy cansado de mentir.
mi vida también eres tú, tu rostro detenido en mi
[memoria.
mi vida eres tú y todas las manos que me sujetaron y me
[quisieron,
todos los labios que me besaron, todas las lenguas que me
[dibujaron figuras
en la piel, todos los dientes que me mordieron, todas las voces que
[me dijeron te amo
y me hicieron creer en eso. no quiero mentir más. estoy
[cansado de mentir.
no eres casi nada, mas no quiero y no voy a fingir que nunca
[exististe.
("depósito de objetos perdidos", trad. alejandro rodríguez morales)
martes, 8 de mayo de 2018
Nuno Júdice (1949 )
Poética
Quiero que mi poema hable de barcos y de azul, hable
del mar y del cuerpo que lo busca, hable de pájaros y
del cielo en que habitan. Quiero un poema puro, limpio
de la basura de las cosas banales, de las contaminaciones de quien
sólo mira por tierra; un poema donde lo sublime nos toque,
y lo poético sea la palabra llena. Es esto poema
que escribo en la página blanca como la pared que
acabó de ser encalada, con sus imperfecciones
apagadas por la luz del día, y un reflejo del sol
a gritar por la vida. Y quiero que este poema descienda
a las cavas donde la miseria se acumula, a los bancos donde
duermen los que no tienen ni techo ni esperanza,
a las mesas sucias con los restos del alba, a los
rincones donde la mujer de la noche espera al último
cliente, a la desesperación de los que no saben por dónde
huir cuando la muerte golpea a la puerta. Y canto
la belleza que sobrevive a las frases comúnes, a las
palabras ensuciadas por lo cotidiano de los mediocres,
a los versos descoloridos de quien nunca escuchó
el grito del ángel. Y digo esto para que quede, en el
poema, como la piedra tallada por un fuego divino.
("vallejo y co.", trad. chiara de luca)
lunes, 7 de mayo de 2018
José Rui Teixeira (1974 )
Cuando yo era niño
Cuando yo era niño los viejos escogían días
amarillos para morir. Llevaba los pies descalzos
sobre muchos caminos como si no oyese
a mi madre llamarme desde casa. Sentía
miedo. El cielo pesaba rojizo sobre
mi cabeza como el lino sobre los muertos
Después hubo muchos inviernos
Intemperies
de silencio debajo de las bóvedas habían anunciado
el fin del mundo.
Cuando yo era niño las paredes de casa eran permeables
a la luz. Y mi madre tenía la densidad interior de una mesa
y brazos extensibles como antorchas
o bosques de abedules. Mi madre descansaba sobre la superficie
del otoño como un ángel herido.
Cuando yo era niño las baldosas de la cocina representaban
constelaciones. Yo tenía miedo de atravesar el corredor
y esperaba pacientemente el día de la ira del Señor.
("arquitrave", no. 44, trad. miriam reyes)
Cuando yo era niño los viejos escogían días
amarillos para morir. Llevaba los pies descalzos
sobre muchos caminos como si no oyese
a mi madre llamarme desde casa. Sentía
miedo. El cielo pesaba rojizo sobre
mi cabeza como el lino sobre los muertos
Después hubo muchos inviernos
Intemperies
de silencio debajo de las bóvedas habían anunciado
el fin del mundo.
Cuando yo era niño las paredes de casa eran permeables
a la luz. Y mi madre tenía la densidad interior de una mesa
y brazos extensibles como antorchas
o bosques de abedules. Mi madre descansaba sobre la superficie
del otoño como un ángel herido.
Cuando yo era niño las baldosas de la cocina representaban
constelaciones. Yo tenía miedo de atravesar el corredor
y esperaba pacientemente el día de la ira del Señor.
("arquitrave", no. 44, trad. miriam reyes)
domingo, 6 de mayo de 2018
Daniel Faria (1971/1999 )
Entré en las sombras como alguien que va
Entré en la sombra como alguien que va
Entré despacio al ritmo de un salmo
y había luz
Era una luz como un árbol cuando crece
y estando en flor era un día entero
Entré con la sombra por la cintura como algo conquistado
con la sangre escurriéndome por los pies.
Pero igual aunque no sangrase entraba triunfal
totalmente vencido.
Entré hacia un lazo con salida porque era uno no abierto
y tenía los pies regados por la sangre que da la vida
Tenía unas sandalias de sangre para caminar libre
Entré en la muerte sucesiva, en lo que vive
Era la luz de un árbol cuando crece
y se ensombrece para no quedar sola.
("arquitrave" no 44, versión umberto cobo)
Entré en la sombra como alguien que va
Entré despacio al ritmo de un salmo
y había luz
Era una luz como un árbol cuando crece
y estando en flor era un día entero
Entré con la sombra por la cintura como algo conquistado
con la sangre escurriéndome por los pies.
Pero igual aunque no sangrase entraba triunfal
totalmente vencido.
Entré hacia un lazo con salida porque era uno no abierto
y tenía los pies regados por la sangre que da la vida
Tenía unas sandalias de sangre para caminar libre
Entré en la muerte sucesiva, en lo que vive
Era la luz de un árbol cuando crece
y se ensombrece para no quedar sola.
("arquitrave" no 44, versión umberto cobo)
sábado, 5 de mayo de 2018
Louise Glück (1943 )
El vestido
Se me secó el alma.
Como un alma arrojada al fuego, pero no del todo,
no hasta la aniquilación. Sedienta,
siguió adelante. Crispada,
no por la soledad sino por la desconfianza,
el resultado de la violencia.
El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo,
a quedar expuesto un momento,
temblando, como antes
de tu entrega a lo divino;
el espíritu fue seducido, debido a su soledad,
por la promesa de la gracia.
¿Cómo vas a volver a confiar
en el amor de otro ser?
Mi alma se marchitó y se encogió.
El cuerpo se convirtió en un vestido demasiado grande
para ella.
Y cuando recuperé la esperanza,
era una esperanza completamente distinta.
(muro fb eduardo quijano tenrreiro; traducción de mariano peyrou)
Se me secó el alma.
Como un alma arrojada al fuego, pero no del todo,
no hasta la aniquilación. Sedienta,
siguió adelante. Crispada,
no por la soledad sino por la desconfianza,
el resultado de la violencia.
El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo,
a quedar expuesto un momento,
temblando, como antes
de tu entrega a lo divino;
el espíritu fue seducido, debido a su soledad,
por la promesa de la gracia.
¿Cómo vas a volver a confiar
en el amor de otro ser?
Mi alma se marchitó y se encogió.
El cuerpo se convirtió en un vestido demasiado grande
para ella.
Y cuando recuperé la esperanza,
era una esperanza completamente distinta.
(muro fb eduardo quijano tenrreiro; traducción de mariano peyrou)
viernes, 4 de mayo de 2018
Mauricio Álvarez (1976 )
Así, lento...
(así, lento el silencio en tu piel, la
humedad, la ciudad escondida, dulce
aliento cansado, noche en que
tiemblas, toda
la rabia, toda la niebla, todos los
recuerdos que van llenando de abejas
mi voz, todo el viento que buscaba
el mar: tus ojos cerrados, estrellas
alrededor de tus huesos, sábanas
tristes, lo que fue, rodeado se sombras)
("mejor arder", ed. bola de papel, mérida-cdmx-monterrey, 2017)
jueves, 3 de mayo de 2018
Amalia Bautista (1962 )
El puente
Si me dicen que estás al otro lado
de un puente, por extraño que parezca
que estés al otro lado y que me esperes,
yo cruzaré ese puente.
Dime cuál es el puente que separa
tu vida de la mía,
en qué hora negra, en qué ciudad lluviosa,
en qué mundo sin luz está ese puente
y yo lo cruzaré.
("life vest under your seat")
Si me dicen que estás al otro lado
de un puente, por extraño que parezca
que estés al otro lado y que me esperes,
yo cruzaré ese puente.
Dime cuál es el puente que separa
tu vida de la mía,
en qué hora negra, en qué ciudad lluviosa,
en qué mundo sin luz está ese puente
y yo lo cruzaré.
("life vest under your seat")
miércoles, 2 de mayo de 2018
Paulina Vinderman (1944 )
La balada de Cordelia
IV
Gracias Juan, me apena
tu partida.
Pero no puedo viajar, no tengo pies.
Me he convertido
en una enorme raíz,
una especie de anti-árbol
de memoria y de miedo.
Tengo a la India en mi ventana
en forma de azalea.
Y mi corazón es un barco sin cubierta,
con todos sus camarotes vacíos
para que yo los llene.
Para mudar de uno a otro
cada noche, y esperarme.
Volveré un día al pueblo por los dos.
La plaza debe sentirse tan sola
con sus faroles nuevos.
Te envío siempre mi amor.
Cordelia
("a media voz")
martes, 1 de mayo de 2018
Giovanna Pollarolo (1952 )
Después de los 30
Dicen
que después de los 30 las mujeres envejecen pronto
malhumoradas
sufren de males jamás pensados
no se resignan
y sufren comparándose con la rosa marchita
pétalos caídos, belleza acabándose
o se resignan
y voltean los espejos
prefieren las veladas a media luz
huyen de las vidrieras
hasta de los charcos de agua
cuando hay luna llena.
Dicen que
después de los 30 las mujeres
aprenden a hacer el amor
y su ansiedad espanta
ávidas de orgasmos
ninfómanas
son suplentes en camas ajenas
mujeres fáciles
o se empiezan a secar
asqueadas y temerosas
de sus deseos (ávidos, urgentes)
les falta hombre comentan.
Putas o reprimidas
es a la larga lo mismo. Así dicen.
("poemas del alma")
Dicen
que después de los 30 las mujeres envejecen pronto
malhumoradas
sufren de males jamás pensados
no se resignan
y sufren comparándose con la rosa marchita
pétalos caídos, belleza acabándose
o se resignan
y voltean los espejos
prefieren las veladas a media luz
huyen de las vidrieras
hasta de los charcos de agua
cuando hay luna llena.
Dicen que
después de los 30 las mujeres
aprenden a hacer el amor
y su ansiedad espanta
ávidas de orgasmos
ninfómanas
son suplentes en camas ajenas
mujeres fáciles
o se empiezan a secar
asqueadas y temerosas
de sus deseos (ávidos, urgentes)
les falta hombre comentan.
Putas o reprimidas
es a la larga lo mismo. Así dicen.
("poemas del alma")
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