corres la puerta horizontal del armario
y observas un orden en el ejército de ropa
callas los murmullos guardados entre
camisas pantalones y chamarras para oír la termita:
es un coro diminuto que labora
hasta altas horas del día siguiente
sabes que sin descanso perforan
sueños entrepaños repisas y fantasmas
sabes también que un día, sin saberlo,
hundido en el sueño, pasarán fronteras
calladamente, entonces habrán
brincado, siempre en silencio, a ti
cuando toses, cuando te incorporas;
al momento de evacuar riñones
se escurren en el chorro, bajan
al recipiente; pero vuelven luego.
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