lunes, 10 de junio de 2013

Emilio Coco (1940 )

Gracias Señor
por la criatura
que sacudiéndose la lluvia de las alas
se aproxima a saltitos circunspectos
a picotear del pan una migaja
casi bajo mi pie
mientras espero sentado en una banca
el autobús que me regrese a casa
luego de una noche insomne en hospital.
Gracias desde el alma por la compañía.
Gracias por no atemorizarla.


(texto tomado de "laberinto", suplemento de Milenio; traducción de Marco Antonio Campos, poeta.)

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