el viento llega como borracho ciego
y toca y empuja cristales como loco
y de pronto recula y agarra vuelo
y golpea y golpea inmisericorde
no pronuncia parlamentos, no sigue
guión alguno: sólo señala con los dedos
no trae llave, no carga ganzúa
sólo la urgencia de brincar trancas
sabe que los espejos lo duplican
quiere acabarlos, dejarlos añicos
no conoce la desgracia ni el llanto
de criaturas muertas de frío
como dominado por alcoholes y mezcales
quiere trozar resistencias, apagar luces
quizá la noche lo ofusca, acaso
el sueño que sueñas sea su desdicha.
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