Los lemas, además de ser profesiones de fe, programas políticos poderosamente condensados proponen una verdad profunda en sonoridades rítmicas. Son puntos de confluencia entre poesía y política.
Expresados en un dístico octosílabo, los slogans transforman a una masa apática en una división de avanzada. Una marcha se convierte por la magia de los lemas en una indestructible columna de hoplitas, en un batallón blindado, en una escuadra de rumberas o en una ruidosa batucada.
Corear un lema provoca la comunión del sujeto con el grupo. Repetir grupalmente un slogan tiene un potente valor informativo: “¿No que no?; ¡sí que sí!, ¡ya volvimos a salir!”; “Aquellos bigotones, también son maricones”: en el lema rima balcón y maricón; persiana y lesbiana. Siendo un producto muy destilado, un lema crea puentes entre la sociedad y los manifestantes.
Un lema es liberador y provocador; catártico y festivo; lúdico (“el que no brinque es buga; el que no brinque es buga; el que no brinque es buga”) y serio; identitario y contestatario; apostatario y al mismo tiempo, autoritario porque conmina al auditorio a profesar inmediatamente principios fundamentales de lucha, de resistencia: “Este puño si se ve”; “¡Banquetera, unete!”. Un lema es un relicario y mil y un lindezas más cuando está tejido con hábil jotería, cuando es concebido en ese relámpago de agilidad mental que lo volverá popular, machacón, una golosina.
¿Se puede imaginar una marcha sin lemas? No porque el lema es lo que hace avanzar a la marcha, llena de energía a los protestantes, es al mismo tiempo una bomba molotov y alimento para el alma; es agua de mayo para la sed del caminante y miel para la garganta irritada.
Un lema puede convertirse en hondo retrato psicológico y, al mismo tiempo, en tribunal: “Norberto Rivera; homofóbica y culera”;
Uno de los genios de la ciencia del eslogan es sin duda Ernesto Reséndiz Onkión, conocido como Ero, Erito, Erny… que me hizo vibrar con su “Amiga perra, únete a la guerra”. En estas líneas está la médula de la ética actual de la comunidad LGBT.
Sin duda, la guerra importante no es contra los narcotraficantes, expediente de último minuto de un presidente sin programa. La guerra ciudadana es contra un gobierno conservador que desconoce los logros jurídicos de la sociedad mexicana, misma que ha decidido ampliar los derechos básicos a la sociedad y reconoce la capacidad de la mujer para decidir responsablemente sobre su cuerpo.
Ero es particularmente iconoclasta. Reinterpretador de la historia nacional a través de la armonía del significante, de someterse a las resonancias del significante. “¡Si viviera Madero! / ¡andaría en el mamadero!”; “Si Villa viviera, ¡en los Mina anduviera!”
Ero propuso el 22 de abril los siguientes lemas para ser gritados, coreados, actuados, bailados, puestos en escena, coreografiados, zambeados, profesados, liberados, objetos de performance, en la XXXIV Marcha del Orgullo:
"¡Ay, qué rico ser princesa! / ¡Tú me pones muy intensa! "
"¡Tu verga turgente! / ¡Me pone muy ardiente!"
"¡Tu verga jugosa! / ¡Me pone sudorosa!"
"¡Tu verga caliente! / ¡Me pone muy urgente!"
“¡Tu verga picante! / ¡Me enchila en un instante!”
“¡Tu verga salada! / ¡Me pone muy mojada!”
¡Tu verga humedecida! / ¡Me pone de ofrecida!
“¡Tu monda peluda! / ¡sabrosa y bien menuda!”
¡Tu verga gigante! / ¡Me prende en un instante!
¡Tu verga sabrosa! / ¡Me pone muy fogosa!
¡Tu verga sabrosa! / ¡Me pone muy ganosa!
¡Tu verga sabrosa!/ ¡Me pone lubricosa!
¡Si viviera Madero! / ¡andaría en el mamadero!
Si Villa viviera, ¡en los Mina anduviera!
Como se puede apreciar, Ernesto Reséndiz Onkión ha colocado el gusto personal como centro de una política liberadora. Ha ubicado a la disidencia en un terreno ajeno al closet de la discreción. En la cosecha 2012 de lemas, Erny se ha decantado por proclamar las preferencias como acta de nacimiento. Su ditirámbica al falo significa la inmediata abolición de la esclavitud. Su obsesión temática engrandece a la Nación Queer.
Los potentes atabales han comenzado a resonar a mes y medio de la XXXIV Marcha del Orgullo. La resonancia ensordecerá al país entero desde la Ciudad de las libertades, la ciudad que ha sido certificada por el Vaticano como papafree, dogmasfree, sotanasfree, por la repugnancia del ínfimo pontífice a visitar una ciudad donde los homosexuales se pueden casar y las mujeres ejercer su libertad. Una ciudad que no vive de rodillas. Una Metrópoli que prefiere crear sus slogans antes que repetir oraciones sin significado.
Con este breve preámbulo declaro solemnemente la instauración de un nuevo terrenos de estudios interdisciplinarios: los de la lemática, ciencia del estudio de los lemas; poética de su creación; laboratorio de ensayo; clínica de la sonoridad de los slogans; estrategia de difusión de los lemas para Marchas del Orgullo LGBTTTIH…
(nota reproducida tal cual del blog "mesterdejoteria", de A. Marquet. El dos de junio habrá una marcha, de la otra aún no se define fecha.)