De cuando en cuando vienen
los muertos;recorren largas estancias
como puertos de partida
y como muelles de arribo.
De vez en cuando llegan
dolorosos como se fueron
y gozosos como llegaron un día
a nuestra vida, a nuestra cama.
Periódicamente llegan, cuando
los espejos se cubren previo
con enormes lienzos, grandes paños,
así se evita la repetida nostalgia.
Por lo menos una vez cada solsticio,
una sola vez en la vida
nuestros deudos se van y regresan,
coronados por la nostalgia
y dictan al oído callados poemas.