Toluca • La obra del poeta y traductor Guillermo Fernández García trascendió gracias a su vasta trayectoria y premios conseguidos a nivel nacional e internacional. El trabajo del literato quien fue encontrado sin vida este sábado en su domicilio de la colonia Científicos en Toluca, es sinónimo de orgullo para la vida cultural mexicana.
Nació en la ciudad de Guadalajara, Jalisco el 2 de octubre de 1932. Pertenece a la generación de Juan García Ponce, José Emilio Pacheco y José de la Colina.
Fue el traductor del italiano más importante de México, ya que por más de 30 años pasó al español los textos de Guiseppe Tomasi de Lampedusa, Dino Campana, Umberto Saba, Valerio Magrelli, Andrea Zanzotto y Alda Merini, entre muchos más autores.
Por esta trayectoria, recibió la Condecoración de la Orden al Mérito de la República Italiana, en grado de Caballero, que le confirió el Gobierno Nacional de aquel país en 1997.
Además, fue un poeta reconocido por su obra formada por Visitaciones (1964 y 1993), La hora y el sitio (1973), Bajo llave (1983) y Exutorio (1998), así como de las antologías El asidero de la zozobra (1983) e Imágenes para una piedad (1991).
En 2006, el Fondo de Cultura Económica publicó su antología general 1964-2003, bajo el nombre Exutorio.
Fue Premio Jalisco de Literatura en 1997, que recibió dos años después, y Premio Juan de Mairena 2011, otorgado por la Universidad de Guadalajara a quienes se han distinguido por una trayectoria apegada a las letras, entre otros galardones.
Hasta su muerte, Guillermo Fernández dirigió en la ciudad de Toluca el taller de poesía “Joel Piedra”, del que se editaron dos antologías: Camisa de dieciocho varas (1997) y Reino de nadie (2006); asimismo, coordinó la colección “La Canción de la Tierra”, de la Subdirección de Publicaciones del Instituto Mexiquense de Cultura.
De la traducción, Guillermo Fernández tuvo ideas muy claras: “A mí me gusta repetir que la traducción es un mal necesario. Además, lo digo: no creo en la traducción. Yo he dicho que en lugar de poner «traducción» hay que poner «versión». ¿Cómo le haces para traducir a Sandro Penna? Sandro Penna que es tan musical, con un lenguaje tan sencillo (...) Aunque cuides el ritmo, pasan espectros de los poemas. Pero tenemos que leer las traducciones, qué le vamos a hacer”.
(Fuiste amigo del poeta y traductor desde que coincidían los sábados en un café de la colonia Roma y al que asistían Francisco Hernández, Sandro Cohen, Vicente Quirarte, Francisco Cervantes y otros amigos dedicados al quehacer literario. En ese entonces Guillermo vivía en la colonia Roma y era vecino de otro escritor, Sergio Pitol. Pasó el tiempo y ocasionalmente tenías noticia de su quehacer pues él hizo la traducción de la única novela de Umberto Saba, "Ernesto", que apareció en el sello Quimera. En la Fil de Guadalajara del 2011 alcanzaste un ejemplar de "Sobre la poesía", una selección de ensayos y notas de Eugenio Montale, edición de la UAM-Azcapotzalco, colección Molinos de Viento no.79, 1993. Nota en Milenio en línea.)