martes, 25 de marzo de 2014
Laura Yasan (1960 )
¿y para qué?
el llama-ángeles de mi vecino
hace un sonido de corolas de níquel
un fino repicar sobre cristal de copas biseladas
treinta y dos veces por minuto
-treinta y cinco si hay viento-
constante sostenido
todo el maldito día y la maldita noche
se estrellan ángeles contra el techo
su exquisito plumaje se desgarra
en el vidrio dentado de la medianera
muchos se electrocutan en los cables de luz
pierden el brillo de los dientes
él sigue acumulando nicotina
en una camiseta sucia
frente al canal de los deportes.
(fuente: "el poeta ocasional")
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