Te vi de lejos como cuando
enfocas binoculares a la inversa:
supe que te sobraban sesenta
minutos para cruzar calles
y plazuelas del centro:
presto a tender las redes.
Hace días atrasaste los relojes:
la hora del verano terminó
casi a las puertas del otoño.
Acaso no lo has razonado:
inicia la carrera irreversible
de los últimos días.
Voltea a donde gustes:
en esa esquina, en aquella
y en la otra expiraron cuerpos
como focos, fanales y cerillos
que ya no encienden, velas
consumidas y pabilos vencidos.
Cuerpos marcados por eclipses
y síntomas no advertidos.
Te vi de lejos y quise los añicos
de ese espejo empañado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario