Adán
Aunque estaba en el Paraíso,
Adán caminaba por los senderos
preocupado y triste,
ignorante de cuanto se estaba perdiendo.
Después Dios fue y creó a Eva
a partir de una de las costillas de Adán.
Y al primer hombre le gustó tanto este milagro
que lo primero que hizo
fue tocarse la costilla adyacente,
y sintió un delicado hormigueo en sus dedos
al tocar aquellos pechos firmes
y aquellas dulces caderas
tan iguales a los contornos de la música.
Una nueva Eva surgió frente a él.
Había encontrado un espejo
y se estaba pintando los labios.
"¡Esto es vida!", dijo Adán,
y creó una Eva más.
Y cada vez que la Eva oficial
se daba la vuelta
o iba al mercado a por oro, incienso y mirra,
Adán creaba una nueva odalisca
de su harén intercostal.
Pero Dios se fijó en seguida
en la desordenada creatividad de Adán.
Le envió una citación, le puso una denuncia divina,
y le expulsó del Paraíso
por surrealista.
(texto tomado del blog "rimainterna" de Martín López-Vega en el sitio El Cultural.)
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