La justicia argentina condenó hoy al exdictador Jorge Rafael Videla a 50 años de cárcel por el robo de bebés dentro de un plan sistemático ejecutado durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).
La justicia consideró probado un delito de lesa humanidad "mediante la práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de niños menores de 10 años", en el contexto de un "plan general de aniquilación" contra parte de la población civil con el argumento de acabar con la "subversión" durante la dictadura militar.
Considerado un proceso "emblemático" por las organizaciones de Derechos Humanos, el juicio comenzó por una denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo y abarca más de una treintena de casos.
Junto a Videla se sentaron en el banquillo el ex dictador Reynaldo Bignone, condenado a 15 años, Antonio Vañek, ex-almirante, condenado a 40 años, el ex-capitán de fragata Jorge Eduardo Acosta, sentenciado a 30, y el exgeneral Omar Riveros, a 20, entre otros represores de la dictadura militar.
Sentado en primera fila, Videla escuchó sin inmutarse la condena, que se suma a las pena de cadena perpetua que ya pesa en su contra por delitos de lesa humanidad cometidos durante el régimen de facto. Según estimaciones de organizaciones humanitarias, 105 niños robados durante la dictadura han recuperado su identidad, aunque aún hay más de 400 denuncias pendientes por casos similares.
("Que se pudra en el infierno" escribió alguien en el sitio de Público, diario español en línea y que aquí reproducimos como un deseo universal.)