La escritora y editora Esther Tusquets (Barcelona, 1936) ha fallecido en la ciudad en la que nació a los 75 años. Con ella, desaparece uno de los grandes testigos de la vida de la burguesía catalana en la segunda mitad del siglo XX y una de las escritoras más dotadas para la evocación en la literatura española.
'El mismo mar de todos los veranos' es la gran obra que viene a la cabeza cuando se piensa en Esther Tusquets. El crítico literario de EL MUNDO, Santos Sanz Villanueva, incluyó en 2008 aquel título en un 'canon' de novelas que ayudaran a narrar la democracia en España. "Tal vez el gran cambio habido en nuestra reciente democracia, auténtica revolución de resultados incalculables, es la mudanza en la situación de la mujer, en su papel familiar y laboral, en sus hábitos. De ello ha surgido una imagen pública inédita: libre, independiente, sin complejos. El retrato de una nueva Eva, restringido, eso sí, a un sector minoritario por economía y cultura, en las antípodas de aquellas madres de la posguerra, lo plasmó una editora prestigiosa, pero hasta entonces escritora secreta, Esther Tusquets, en esta novela que es una apasionada historia de amor lésbico, la primera propiamente tal en nuestras letras, progresista, desinhibida y muy rompedora, aunque suscitara reservas entre el feminismo radical. El estilo barroco y el enriquecimiento de la anécdota con un pródigo culturalismo dan dimensión literaria de primera categoría a este retrato de cierta Eva actual", escribió entonces Sanz.
El complemento a ese relato más personal es 'Habíamos ganado la guerra', un libro de memorias también evocativo pero de una índole más política sobre la vida de las '20 familias' que son el corazón de la alta burguesía barcelonesa. La llegada de Franco a Cataluña, celebrada por esa clase altísima, es el asunto central del texto, en medio de la maraña clásica de refinamientos, descubrimientos y desengaños.
Aquel tema reapareció en 2008, cuando Tusquets editó uno de sus libros más sonados: 'Pasqual Maragall, el hombre y el político' (firmado junto a Mercedes Vilanova), una indagación más o menos amable por la historia del ex presidente de la Generalitat, otro miembro de la Barcelona del tenis y la pérgola. El escándalo saltó cuando la mujer del político, Diana Garrigosa, solicitó el secuestro de la primera edición del libro (con 10.000 ejemplares ya impresos),porque no quería que viesen luz unas páginas que retrataban la satisfacción de la familia Maragall con la 'liberación' de Barcelona. "[los representantes de Maragall] estaban muy agresivos y [el editor] no quiso enfrentarse a un juicio. Nosotros somos gente seria, no escritoras de escándalo. Lo cómico es que lees el libro y peca de parcialidad pro Maragall, está escrito absolutamente a favor de él, porque uno intenta ser objetivo pero no puede evitar tomar partido".
Así era Tusquets, una personalidad atípica, dispuesta a exponerse personalmente en sus textos de manera radical. Su última novela, '¡Bingo!', era un autorretrato, casi cómico y enternecedor, de la ludopatía. Y el azar, de hecho, era el argumento al que recurría para explicar sus éxitos en la edición: 'Me cayeron Mafalda y Umberto Eco, después de crear un catálogo invendible', narraba en EL MUNDO del País Vasco en 2001. La escritora se refería así a sus primeros años en Lumen, la editorial que su padre Magín compró a unos familiares, y en la que trabajó desde 1960.
Su último libro, 'Tiempos que fueron', publicado este mismo año, fue una recopilación espeluznante de cartas con su hermano, el arquitecto Óscar Tusquets (el que dio nombre a la editorial Tusquets, en la que Esther no trabajó nunca), que dibujan sus recuerdos. Su hija Milena Tusquets podrá contar el final de esa historia. También es escritora y editora.
(nota clonada de El Mundo on line.)
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