Estamos tan intoxicados uno del otro
Que de improviso podríamos naufragar,
Este paraíso incomparable
Podría convertirse en terrible afección
Todo se ha aproximado al crimen
Dios nos ha de perdonar
A pesar de la paciencia infinita
Los caminos prohibidos se han cruzado.
Llevamos el paraíso como una condena bendita
Miramos en él, como un aljibe insondable,
Más profundo que los libros admirables
Que surgen de pronto y lo contienen todo.
(texto tomado de El instante maravilloso, antología de poesía rusa del siglo XX, ed. Unam, Col. Poemas y ensayos, México, 2004, selección., traducción, introducción y notas de Jorge Bustamante García.)
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