La devolución
Las flores son de plástico. Al roce de mis dedos, escapan de su maldición industrial, se libran del polvo imperceptible que las cubre y alcanzan la belleza de los seres vivos.
Aspiro su perfume, admiro la tesitura elegante de los tallos, que exigen el agua ausente en el florero. Los pétalos esplenden, dominio de color y de sol. Y, en el verde de sus hojas, las nervaduras, irrigadas ppor la savia, reproducen el diseño de la existencia.
Como toda imitación, esas flores de plástico estaban condenadas a la duración. Para ellas, el fluir de los días nada significaba, ni el magnánimo ritmo de las estaciones.
Ahora pueden morir. Yo les devolví la vida remitiéndolas a su naturaleza original y, tal vez, volviéndolas rivales de una eternidad que necesita de la muerte y la desaparición para afirmar su imperio siempre amenazado.
(texto tomado de la revista "La palabra y el hombre", no.26, otoño 2013, Universidad Veracruzana, México.Traducción de Jorge Lobillo.)
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