Bolaño moribundo
Legible como testamento, jocosa y
seriamente dedicado a su hepatólogo, el ensayo “Literatura + enfermedad = enfermedad” despliega un zapping
ácido por la poesía francesa, la literatura de viajes, las consultas médicas y
las ganas de follar (verbo ibérico que a Bolaño le encantaba, acaso por su
fricación tan a lo fuck). Estas veinte sobrecogedoras páginas hablan de
la escritura como conversación con la muerte, como lucha desde el centro del
propio malestar. La conclusión sería que ninguna literatura, incluida la
maldita, enferma a nadie. Sino que más bien vive en nuestras enfermedades,
síntoma y fruto del afán por sobrevivir. Bolaño vivió durante bastantes años
despidiéndose como un moribundo. También trabajó así: con la furia de las
últimas oportunidades, con la melancolía vitalista de los enfermos graves. A lo
mejor eso es lo que habría que hacer. Escribir siempre como moribundos.
Moribundos con salud.
(texto reproducido del blog "microrréplicas")
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