lunes, 18 de noviembre de 2013

Rosario Castellanos (1925/1974 )

Las dádivas

La mano que se abrió sobre mis días
es una mano grande como el cielo.
Me dio raíz, memoria, y para respirar
una herida que llaman la rosa de los vientos.

Plenitudes de aljibe que rebalsa
y vacío de túnel que eternizan los ecos.
Luz para ciertas horas
y la hora necesaria de oscuridad sin término.

Horizontes, mirada,
la presencia segura de los cuerpos.
El gozo del hallazgo,
el llanto del adiós en el pañuelo.

La vida. Muchas muertes
-una por cada amor del que es su centro-.
Todo. Y para decirlo
palabras y palabras. Y silencio.

(texto tomado del blog "mitakuye oyasin")

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