sábado, 28 de enero de 2012

Trafican alimentos para Tarahumaras

Chihuahua, Chih.- En Baquiriachi, una comunidad rarámuri y mestiza ubicada en los límites entre Balleza y Guachochi, la ayuda del Gobierno estatal conformada por maíz, frijol, leche en polvo y salchicha se agorgoja y caduca en las bodegas de la Casa Ejidal, mientras parte de sus pobladores continúan padeciendo hambre como consecuencia de la sequía que ha hecho de la autosuficiencia alimentaria un mito en la Sierra Tarahumara.

La conserva o alacena para toda la comunidad es administrada por el representante del Ayuntamiento de Balleza, a quien los comuneros catalogan como un cacique. Es el dueño de la tienda de Liconsa, de la abarrotera, del taller mecánico sobre la carretera y de varias propiedades en la parte central del pueblo.
Además, es un ejidatario mayoritario y su esposa es la que administra la bodega de los alimentos en la Casa Ejidal.
La ayuda alimentaria fue proporcionada personalmente por el gobernador César Duarte a finales de diciembre pasado.
Jovita Estrada, cocinera de la escuela primaria de Baquiriachi y encargada de la bodega donde la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas deposita bimestralmente los alimentos que permiten nutrir con desayuno, comida y cena a los alumnos becados, detalla que en la bodega de la Casa Ejidal han permanecido varios sacos de maíz y frijol más de un mes sin repartirlos a la gente necesitada que, en esta población, rodea la escuela en espera de los sobrantes de la comida de los estudiantes becados.
Juana Cruz, esposa de un comunero que tuvo que migrar a Sinaloa por trabajo, se quejó porque durante el reparto de la ayuda sólo le entregaron una despensa que le duró cuatro días. Juana tiene seis hijos y no ha vuelto a recibir apoyos alimentarios.
En la Casa Ejidal, El Diario constató que estaban almacenados aproximadamente 200 sacos de maíz y frijol, 400 cajas de leche en polvo y unas cajas con embutidos tipo salchicha.
Ahí, una regidora del Cabildo de Balleza, encargada de la cartera de Desarrollo Rural e identificada como Karla Holguín, explicó que la ayuda fue y ha sido entregada paulatinamente conforme a una lista o censo elaborados con antelación para dar orden al reparto.
Sin embargo, los pobladores manifestaron que la repartición sólo beneficia a amigos y parientes de los caciques ejidales.
Al respecto, el vocal ejecutivo de la Coordinación Estatal de la Tarahumara, Jesús Velázquez Rodríguez, aseguró que en el reparto de la ayuda alimentaria en las comunidades serranas no hay actitudes caciquiles ni acaparadores.
Sin embargo, un día después de su declaración, durante la entrega de la ayuda que los juarenses enviaron a las comunidades indígenas, y cuya logística corrió a cargo de esa dependencia bajo la tutela de la Secretaría de Fomento Social, las “famosas” listas mencionadas por los pobladores de Baquiriachi salieron a relucir en Rocheachi, donde una parte de las despensas fue dotada a hombres que usaban sombrero, vestían pantalones de mezclilla, calzaban botas y conducían camionetas, algunas de reciente modelo; y a mujeres con chamarras costosas y ataviadas con joyas (lo cual se puede constatar en el video en Diario.tv).
En Baquiriachi, además, los pobladores se quejaron porque la ayuda no ha sido entregada como en años anteriores por la Coordinación Estatal de la Tarahumara, cuyas sedes en Baquiriachi, Guachochi y Balleza están abandonadas y prácticamente vandalizadas.
Aunque negó que estén abandonadas y que sean oficinas o sedes operativas, Velázquez Rodríguez confirmó que éstas no han sido usadas en mucho tiempo. “Son simplemente bodegas y por el momento están vacías”, indicó.
En Baquiriachi, en el interior de la sede de la Coordinadora de la Tarahumara sólo hay unas paletas de carga en el piso, un baño semidestruido, unas tablas y una caja con botes de polvo para hornear con plaga. Así, estas sedes incumplen con su propósito que es mejorar las condiciones sociales, económicas, culturales y políticas, para propiciar el desarrollo de los municipios serranos.
Los pobladores de las comunidades indígenas aseguran que en estas sedes, cuando la ayuda llega, es insuficiente y entregada en las poblaciones por los caciques disfrazados de representantes de la autoridad municipal. La entrega es manoseada, asegura Antonio Bustillos, comunero de Guachochi y ex coordinador regional de la Tarahumara.

Esperanza

Antonio Bustillos critica los mecanismos para entregar la ayuda alimentaria. Propone que sea de casa en casa para constatar las carencias de cada familia, pero ante todo anhela que estos repartos lleguen a su fin en el mediano plazo como consecuencia de la productividad y la autosuficiencia de los pueblos indígenas a través del trabajo, no de la dádiva.
Y predica con el ejemplo.
Con su familia, utilizando como ahorro los recursos de programas federales de asistencia social, Antonio Bustillos conformó una microempresa que produce pinole nutricional.
Este pinole lo vende en forma artesanal en varias partes de la Sierra, y hasta Sinaloa.
Por su alto valor nutricional, Antonio recientemente contestó un formulario solicitado por Naciones Unidas, organismo que manifestó interés en comprárselo a gran escala para distribuirlo en África y así mitigar la hambruna y la mortandad infantil con dicho complemento.
El problema de que el Gobierno no se lo compre para combatir la desnutrición infantil en la Sierra Tarahumara, dice que es simplemente por burocracia y de celo político.
Antonio considera que más allá de su producto, en la sierra podrían reemprenderse los proyectos de explotación e industrialización de los recursos forestales, un plan que el Gobierno estatal tiene en mente a gran escala en la Sierra, y que Velázquez Rodríguez informó que ya tiene un plan piloto en la comunidad de San Carlos, en el municipio de Balleza.


(No te extrañe que mañana o pasado se divulgue que la ayuda a los indígenas tarahumaras sólo ha beneficiado, además de los caciques que abundan en los gobiernos priístas y panistas, a sus parientes los narcos que mantienen controlados y atemorizados a los integrantes de la pirámide social, incluido el cura de cada pueblo. Nota de Antonio Rebolledo, Diario de Chihuahua. En Youtube puede verse el testimonio bajo el nombre "Hambruna en la sierra", de 14 minutos 3 segundos.)

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