Benedicto XVI ha insistido en criticar los matrimonios entre personas del mismo sexo en su discurso, el pasado 9 de enero, ante los 180 diplomáticos acreditados en el Vaticano. Sus palabras exactas: “las políticas que dañan a la familia amenazan la dignidad humana y el porvenir mismo de la humanidad”. En España, donde la unión entre homosexuales es legal desde junio de 2005, diferentes colectivos para la defensa de los derechos de gais, lesbianas y transexuales han exigido al gobierno que rompa relaciones con aquel Estado.
Para Antonio Poveda, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), “estas palabras son despreciables, no son más que otra demostración de odio irracional”, según ha escrito en un comunicado. En su escrito la FELGTB solicita al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que condene las declaraciones del Papa y cese las relaciones con el Vaticano. Esta misma petición es la que ha expresado hoy en una nota el Area de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual (ALEAS) de Izquierda Unida. Es "urgente" una rectificación pública por parte de los representantes eclesiásticos, así como "una condena firme y unánime de las instituciones democráticas".
La postura “intolerante y antidemocrática de la jerarquía católica”, según IU, está en “conexión con la Postura del Partido Popular”. El partido que preside Mariano Rajoy recurrió en septiembre de 2005 la ley que permite en España el matrimonio homosexual, solo tres meses después de su aprobación. En su programa electoral de las pasadas elecciones de noviembre de 2011, sin embargo, no se proponía la derogación de la ley ni se hacía mención alguna sobre los derechos de los homosexuales. La única mención velada sobre este asunto era la siguiente: "la actualización de nuestro derecho de familia para adaptarlo a las nuevas realidades sociales, favoreciendo la mediación y la responsabilidad de los padres, y salvaguardando los derechos e intereses del menor”.
La FELGTB ha anunciado, en relación a las palabras del Papa, que volverá a solicitar una reunión con la Conferencia Episcopal Española para denunciar el “acoso” que los homosexuales están viviendo en muchas comunidades católicas.
(nota tomada de El País.)
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