domingo, 17 de octubre de 2010

VICENZO CARDARELLI (1887- 1959 )

A la muerte

Morir sí,
no ser agredidos por la muerte.
Morir persuadidos
de que tal viaje es el mejor.
Y en ese último instante estar alegres,
como cuando se cuentan los minutos
en el reloj de la estación
y cada uno vale un siglo.
Si la muerte es la esposa fiel
que reemplaza a la traidora amante,
no queremos recibirla como una intrusa,
ni con ella huir.
¡Demasiadas veces partimos
sin decir adiós!
En el momento de atravesar
de golpe el tiempo,
cuando incluso la memoria
de nosotros se irá,
déjanos, ¡Oh Muerte! decirle adiós al mundo,
concédenos una prórroga.
Que el gran paso no sea
precipitado.
El pensar en una muerte repentina
me hiela la sangre.
Muerte, no me arrebates,
desde lejos anúnciate
y amigablemente poséeme,
como la última de mis costumbres.


(texto tomado de Poemas,
UAM, col. Media tinta, México,
1991, trad. Alfonso López García de Alba)

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