La cabra
Le he hablado a una cabra.
Estaba sola en el prado y atada.
Ahíta de hierba, empapada
de lluvia, balaba.
Aquel balido era igual y fraterno
a mi dolor. Le respondí, primero
por broma; luego, porque el dolor es eterno,
tiene una voz y no cambia.
Yo estaba oyendo esta voz
gemir en una cabra solitaria.
En una cabra de rostro semita
oía el lamento de otro dolor,
de cualquier otra vida.
De Casa y tiempo
(texto tomado de Bajo llave,
ed. Katún, col. Poesía Contemporánea,
no.4, México, 1983. Traducción de Guillermo Fernández)
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