Poema
Aún conservas intacta, memoriosa,
la marca de un antiguo sacramento bajo tu paladar:
tu sello de elegida, tu plenilunio oscuro,
la negra sal del negro escarabajo con el que bautizaron tu
linaje sagrado
y que llevas, sin duda, de peregrinación en peregrinación.
¿Para quién la consigna?
¿Qué te dejaste aquí? ¿qué posesiones?
¿O qué error milenario volviste a corregir?
Ahora llegas caminando hacia atrás como aquellos que vieron.
Llegas retrocediendo hacia las puertas que se alejan con
alas vagabundas.
Tal vez te asuste la invisible mano con que intentan asirte
o te espante este calco vacío de otra mano que creíste
encontrar.
Vuelcas el plato y permaneces muda como aquellos que
vuelven,
como aquellos que saben que la vida es ausencia
amordazada,
y el silencio,
una boca cosida que simula el olvido.
(texto tomado de Obra poética,
ed. Corregidor, Col. Biblioteca de Poesía,
Buenos Aires, Argentina, 2007.)
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