Biblioteca de ciegos
Absortos, en sus mesas de caoba,
Algunos ciegos recorren como a un piano
Los libros, blancos libros que describen
Las flores Braille de remoto perfume,
La noche táctil que acaricia sus dedos,
Las crines de un potro entre los juncos.
Un desbande de palabras entra por las manos
Y hace un dulce viaje hasta el oído.
Inclinados sobre la nieve de papel
Como oyendo galopar el silencio
O casi asomados al asombro, acarician la palabra
Como un instrumento musical.
Cae la tarde del otro lado del espejo
Y en la silenciosa biblioteca
Los pasos de la noche traen rumores de leyenda,
Rumores que llegan hasta orillas del libro.
De regreso del asombro
Aún vibran palabras en sus dedos memoriosos.
(texto tomado de Lugar de apariciones, antología personal 1973/2007, ed. Aurora, Colombia, 2007.)
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