viernes, 13 de diciembre de 2013

Brane Mozetic (1958 )


Querida Ana, Ljubljana es como

una pesadilla espantosa. Lo primero que se te ocurre

en esta ciudad es cortarte las venas o atarte una soga al cuello

o tirarte del edificio Neboticnik. Para soportarla, tendrías

que estar siempre borracho o colocado. Los amigos no son

amigos, los conocidos no son conocidos, los amantes

no son amantes, la madre no es madre, el padre

no es padre, la esposa no es esposa, el suelo no es suelo,

toda flota en un vacío infinito, fantasmas, espectros,

engendros, el agua no es agua ni el aire aire ni el fuego fuego.

Querida Ana, Ljubljana, tu ciudad, es el fin del mundo, es

vivir sin esperanzas, como un vegetal, es un infernal suplicio,

una pesadez en el estómago, es una acumulación

de energías negativas que sólo pretenden convertirte

en un ser estúpido y lisiado. Ljubljana, una serpiente

sonora, que te abraza con suavidad, con ternura, despacio,

y te falta el aire y no puedes librarte de ella, siempre

va contigo, te persigue a rastras, tan colorida,

inocua. ¡Venga, desaparece, húndete en el pantano,

regresa al lodo para siempre,

sálvanos!


(texto tomado del sitio "rima interna", de Martín López-Vega, traducción de Marjeta Drobnic.)

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