fuí a la fuente de los deseos
sin un porqué; tiré
una moneda de baja denominación:
sólo tenía escrito tu nombre;
cuando tocó fondo
vi que flotaba un animal
inerte, de colmillos opacos
y una placa al cuello;
vi o imaginé tu nombre
o el mío por
la primera o la última
de las vocales borrosa, eclipsada;
al sentirme observado,
volteé a todas partes,
quise sacar al animal
del rabo pues ya se iba
río abajo, a otro precipicio;
luego desistí al ver que se alejaba
lento, como la noche,
como las hojas de nuestras vidas,
como la caja que desciende al fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario