Niña
Cuando era niña me puse un abrigo de buen tartán
que mi abuela, poderosa mujer,
lanzadora magnífica de amor y ropa vieja, había puesto a flote
en un mar agitado de parientes,
de tía y prima y la gran ola envolvente de madre
hasta la pequeña ola de mí.
Oh, qué feliz estaba ese día en el patio de la escuela
cerca de la pared de piedra húmeda
cuando el viento amenazante de las nueve en punto
se aferró a la manga de mi abrigo y la agitó como una varita mágica
de amarillo, verde y azul brillante:
todos los colores, y los otros niños me querían
y las niñitas se morían por prestarme
su cuerda par saltar y los niños su balón.
Pero el hechizo pronto se rompió en mi mano.
Amor y manga juntos cayeron.
El viento sopló
aun más amenazante cuando el mundo vio
que mi abrigo de tartán ni siquiera era nuevo.
("huesos de jilguero", ed. uv, xalapa, ver., méxico, 2015, trductora lorena saucedo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario