sábado, 23 de enero de 2016

Carlos Pellicer (1897/1977 )

Soneto


Señor, tenme piedad, bajo el escombro
desta noche de púas y venenos.
Relampaguea, mírame en qué cienos
pudro la voz con que al azul te nombro.

Haz que vaya otra vez hombro con hombro
con la alegre verdad que hiciste llenos
mis ojos peces de amargados senos
que miran sin belleza y sin asombro.

Una callada tempestad asoma
y se lleva la sombra. Una paloma
vuela sobre las brújulas destruidas.

Se ve el retoño entre mi pecho fuerte,
y un ángel con las alas compungidas
se interpuso entre mí y aquella muerte.


("otra iglesia es imposible")

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