Qué clase de tiempos son éstos
y
el viejo camino de la revolución se interrumpe entre sombras
cerca de un templo abandonado por los
perseguidos
que desaparecieron en esas mismas sombras.
Por allí caminé juntando setas al filo del espanto, pero no te equivoques
éste no es un poema ruso, éste no es otro lugar sino
aquí,
nuestro país que se acerca a su propia verdad y
espanto,
a
su propia manera de hacer a la gente desaparecer.
No voy a decirte dónde está ese lugar, la trama oscura del bosque
que se encuentra con la franja inmaculada de la luz
–
cruces fantasmas, paraíso de mantillo:
ya sé quién quiere comprarlo, venderlo, hacerlo desaparecer.
Y no voy a decirte dónde es ¿Para qué te digo ésto, entonces?
Porque todavía escuchas, porque en tiempos como
éstos
para tenerte siquiera escuchando es
necesario
hablar sobre los árboles.
(texto tomado del sitio "el placard", versión de Sandra Toro.)
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