lunes, 5 de agosto de 2013

Louise Glück (1943 )

El sufrimiento de Circe



 Al final, hice que

tu mujer me conociera como

un dios haría, en su propia casa, en

Ítaca, una voz

sin un cuerpo: ella

paró de tejer, su cabeza se volvió

primero a la derecha, luego a la izquierda

Aunque era por supuesto imposible

identificar la procedencia

de ese sonido: dudo

que vuelva a su telar

con lo que ella sabe ahora. Cuando

la vuelvas a ver, dile

que así es como se despide un dios:

si estoy en su cabeza para siempre

estoy en tu vida para siempre.


(texto tomado del blog "emma gunst", traducción de Julio Mas Alcaraz)

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