viernes, 17 de febrero de 2012

Honduras: un reo mexicano a salvo

México. D F.- La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que localizó a otro mexicano preso en la Granja Penal de Comayagua, Honduras, quien sobrevivió al incendio que se registró la noche del martes 14 y que cobró la vida de 356 reos.

A través de un comunicado, la SRE indicó que la embajada de México en Tegucigalpa estableció comunicación con el interno mexicano que sobrevivió al siniestro quien, dijo, “se encuentra en buen estado de salud”.
Además del sobreviviente, cuyo nombre no fue dado a conocer por la Cancillería, y Walter Javier Paz Calderón, quien murió en el incendio, “no se tiene registro de más connacionales que hayan estado en dicho penal”, se asegura en el comunicado.
La dependencia informó que desde que tuvo conocimiento del siniestro, la embajada mexicana en ese país estableció contacto con las autoridades hondureñas para saber de la situación de los mexicanos internos en la granja penal.
Fue así que la embajada mexicana supo que un mexicano registrado como interno en la prisión, Paz Calderón, no se encontraba en la lista de sobrevivientes, por lo que se le clasificó como “no localizado”.
Ese mismo día, refiere la Cancillería, personal de la SRE en México “visitó a la familia del referido ciudadano mexicano para informarle de la situación”.
La dependencia federal explicó que de conformidad con la normatividad aplicable y con la práctica en materia de protección consular, “los nombres de los mexicanos –o de sus familiares– involucrados en casos de protección, no son dados a conocer”.
Añadió que seguirá trabajando de manera permanente hasta que sean plenamente identificadas las víctimas, “brindando la asistencia y protección consular que corresponda a los ciudadanos mexicanos y sus familias”.
Finalmente, la Cancillería mexicana reiteró su pesar al pueblo y gobierno de Honduras por el siniestro ocurrido el martes pasado en la Granja penal de Comayagua.
Este día, el Hospital Escuela de Tegucigalpa elevó la cifra de muertos a 356, luego de que falleciera en ese nosocomio Nery Gómez, de 31 años, quien era uno de los 20 reos que ingresaron el día del incendio con quemaduras de tercer y cuatro grados.
Otros dos reos que fueron identificados como Ángel López Herrera, de 25 años, y Alfonso Cavaría, de 70, murieron el miércoles 15 en el mismo hospital a causa de las graves quemaduras. Sus cuerpos ya fueron entregados a sus familiares, según la información oficial.
Hasta el jueves, la Fiscalía tenía un recuento de 355 muertos calcinados o por asfixia. Entre ellos había una mujer que había ingresado como visitante al penal.
Al siniestro sobrevivieron 477 presos, además de los 19 que aún permanecen hospitalizados atendiéndose de las lesiones ocasionadas por el fuego. El día del incendio había en total 852 personas en el penal cuya capacidad se previó para unos 400 presos.
Los 355 cadáveres que fueron sacados del penal entre el miércoles y el jueves pasado y llevados a la unidad de medicina forense de Tegucigalpa.
Ahí son examinados por equipos de forenses de Honduras, Chile, El Salvador y México, quienes trabajan en las autopsias para identificarlos y entregarlos a sus familiares.
Hasta ahora sólo 15 cuerpos han sido entregados a sus familias que esperan impacientes afuera de las salas de medicina forense del Ministerio Público de Tegucigalpa.
Las causas del incendio en la Granja Penal no han sido establecidas oficialmente y las autoridades no han agregado otra hipótesis a las dos que ya tienen, que el incendio pudo ser provocado por un cortocircuito o por la quema de un colchón por parte de uno de los internos.
Sin embargo, familiares de las víctimas atribuyen la tragedia a los guardias y autoridades de la prisión por su tardanza para atender la emergencia.
Este mismo viernes, corroboró AFP, familiares de algunas víctimas comenzaron a darles sepultura en sus pueblos de origen, en medio del duelo nacional por la tragedia que dejó 356 muertos.
Tres días después del mortífero incendio del penal, Medicina Forense había entregado 15 cadáveres identificados en la morgue de Tegucigalpa, en un proceso que avanza lentamente debido a que muchos cuerpos están calcinados.
Dos las víctimas, identificadas como Marvin Muñoz, 24 años, y Marco Suazo, de 23, fueron enterradas en una colonia marginal del noroeste de Tegucigalpa.
Y en la ciudad de Talanga, 50 kilómetros al noreste de la capital, Trinidad Varela, de 60 años, velaba al cuerpo de su hijo Edwin Ortega, de 28 años.
“Eso no se puede quedar así porque es un crimen bárbaro”, afirmó a la AFP la mujer, al tiempo que responsabilizó a la policía de la muerte de los reos porque, según ella, en el momento del incendio nadie les abrió las celdas.
Mientras unos enterraban a sus muertos, otros, desesperados, dolidos, agotados y mantenidos a la distancia por el fuerte olor que sale de la morgue, aguardaban la entrega de los restos de sus familiares.
En tanto, unas 30 personas abrían fosas en el humilde cementerio de Comoyagua, a la espera de que lleguen los primeros cuerpos de los reos oriundos de esa ciudad.
El presidente Porfirio Lobo lamentó el miércoles la tragedia y decretó luto nacional, al tiempo que anunció una investigación “transparente”. Además, prometió ayuda para el transporte de los cuerpos a fin de que las familias les den “cristiana sepultura” en sus pueblos de origen.
Las autoridades de salubridad han dado la orden a los familiares de las víctimas de sepultarlos de inmediato para evitar la propagación de enfermedades.
Finalmente, expertos de Estados Unidos y otros países se sumaron este día a las investigaciones de las causas del incendio ocurrido entre la noche de martes y madrugada de miércoles, en lo que constituye una de las mayores catástrofes carcelarias del mundo.


(nota de Afp tomada de la agencia Apro, de Proceso en línea.)