Sin ruido ni repercusiones, el año pasado ocurrió una entrevista por radio que fue, sin exageración, uno de los grandes acontecimientos culturales del 2011. Acabamos de descubrirlo por azar. El novelista estadounidense Cormac McCarthy y el cineasta alemán Werner Herzog, increíblemente, estuvieron juntos en una estación de radio en Tempe, Arizona el 8 de abril como invitados al programa de divulgación científica Science Friday, que el periodista Ira Flato conduce en la cadena National Public Radio (NPR). También estuvo presente en la conversación un destacado físico estadounidense llamado Lawrence Krauss.
Lo que une a Herzog y McCarthy, aparte de sus vidas iconoclastas y la excelencia de sus obras, es un profundo interés por la ciencia. Como se evidenció en el programa, el interés no es un adorno burgués sino una parte central del cuestionamiento perpetuo que estos dos artistas hacen a la extraña naturaleza de la condición humana. Además se vio claramente que los artistas –un novelista y un cineasta– adoran el método científico como una forma de pensar incertidumbres de manera mucho más rigurosa de lo que suele ocurrir en la ficción y el cine.
La transcripción de la charla está disponible en el sito de NPR y vale la pena imprimir sus 17 páginas y guardarlas. Lo mismo con el archivo de audio que corre una hora. Esto es oro. Entre los temas que se tocaron, estuvieron el futuro del hombre –ambos piensan que se extinguirá pronto, pero admiten que podrán estar equivocados–; los métodos y motivos de los pintores de las cuevas prehistóricas, sobre los que McCarthy tiene unas ideas originales que no aparecen en ningún estudio antropológico; y los últimos descubrimientos de la física –ambos McCarthy y Herzog están al tanto del tema como si fueran ellos mismos físicos de primera línea.
Lo más emotivo, sin embargo, ocurrió al final de la charla, cuando el periodista Ira Flato ya perdió control de sus entrevistados (y tuvo la sabiduría de ni intentar de controlarlos). Allí Herzog hizo una pausa y pidió rendir homenaje a su colega Cormac. Dijo que es el último escritor que ha hecho algo original con el lenguaje y con la novela. Que ha inventado paisajes. Que ha hecho descripciones de caballos que no existen en ningún otro lado. Que desde Faulkner y Melville y Joseph Conrad nadie ha escrito como éel en el idioma inglés.
Y después Herzog tomó el micrófono y se puso a leer las últimas páginas de All The Pretty Horses, una novela clásica de McCarthy publicada en el 1992.
Fue escalofriante.
(nota tomada de Revista Ñ, Clarín.)
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