Enemigos
Vine al cine Comala
a buscar a mi hijo Miguel Páramo
como el ciego a tientas
recorre el túnel de noche;
Vine al cine Comala
a ofrendar el tacto nebuloso
de mi lengua, los trazos
áridos de mis huellas dactilares;
Vine al cine Comala
a ensayar los telones
corredizos del pudor
y el tejido quieto del abandono.
Una vez más: vine al cine Comala
con la certeza de no encontrarlo,
la incertidumbre de reconocerle;
la seguridad de, una vez más,
evitarnos...
(Inédito)
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