sábado, 19 de septiembre de 2020

Joan Maragall (1860/1911 )

 La vaca ciega


En los troncos topando de cabeza,

hacia el agua avanzando vagorosa,

del todo sola va la vaca. Es ciega.

De una pedrada harto certera un ojo

le ha deshecho el boyero, y en el otro

se le ha puesto una tela. La vaca es ciega.

Va a abrevarse a la fuente que solía,

mas no cual otras veces con firmeza,

ni con sus compañeras, sino sola.

Sus hermanas por lomas y cañadas,

por silencio de prados y riberas,

hacen sonar la esquila mientras pastan

hierba fresca al azar. Ella caería.

Topa de morro en la gastada pila,

afrentada se arredra, pero torna,

dobla la frente al agua y bebe en calma.

Poco y casi sin sed; después levanta

al cielo enorme la testuz cornuda

con gesto de tragedia; parpadea

sobre las muertas niñas, y se vuelve,

bajo el ardiente sol, de lumbre huérfana,

por sendas que no olvida, vacilando,

blandiendo en languidez la larga cola.


("enbuscadeotrasítacas", versión de miguel de unamuno)

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