Ritual del sueño
Duerme todavía
del lado derecho de la cama;
el que da a la ventana
—el de la puerta es siempre mío—.
En el baño
la toalla se mantiene
al alcance de su mano;
el rastrillo y el cepillo de dientes
en el mueble de encima del lavabo.
En la mesa del comedor
ocupa la silla del extremo,
también cerca de la ventana;
la del costado izquierdo es la mía.
A los dos nos gustan todavía
las comidas que llevan entremés, ensalada, plato fuerte,
postre, café y sobremesa.
Por las tardes
—sentados en el balcón—
bebemos vino y conversamos
acariciados por el aroma
que emana del árbol de naranjas que
se va llenado de azahares.
Y yo —acostumbrada a que me traicione hasta el espejo—: no creo en nada,
pero asumo como única verdad la de este sueño.
(en muro fb de la autora, con su venia)
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