Pasionaria
Has visto a la ahogada como una flama sonámbula, absorta en su transparencia. Los ojos vueltos hacia nunca jamás y la firme vocación de amapola desleída, a la deriva, llevada en vilo por la indolencia del arroyo. ¿En qué dialecto febril realiza el trueque liminar de sus monedas desoladas? ¿En qué parvada se desdobla el abanico oracular de su perseverancia? Ahogada en el vendaval del alba, su mansión ambulante, su reino giratorio en la caña de un relámpago.
Y canta, ahora, bajo el arco del puente, su plegaria de prófuga contra el duro olvido.
("revista la jornada semanal", no.8, nueva época, 6.viii 1989)
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