La pastora
Ha llevado a su grey
entre la escarcha
paciendo últimas hierbas,
después la ha guardado;
con su pelo de abrigo
avanza hacia el invierno
y su deshielo.
Un camino paciente
entre las hojas
de este frío otoñal
se respira en el vaho;
sombras blancas del aire
por las fosas
como añoranza fiel
a cierto tiempo
cuyo paso de nieve
lleva dentro.
Entonces aparece
aquel rostro fugaz
de primavera.
Ondina congelada,
deleite subterráneo
a la luz de una lámpara,
como el río
nunca está detenido
y la flor que ilumina
cuyo tallo retuerce
ese silencio por amor,
son estrellas cayendo
de un lejano frío
que tiembla ardiendo
en brazos de la muerte.
("la jornada semanal", no. 29, 31 de dic. 1989, méxico)
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