Como un rayo...
Como un rayo inesperado
derramé cloro en
mi ropa negra;
la estrella que tracé
involuntaria en ese
luto mío me abrió voz;
como una herida blanca
el cloro en mis ojos
horadó la noche,
rasgó silencios;
nunca más, dije, nunca
más un cuerpo yerto;
entonces mojé las manos,
la mollera del tierno;
conforme el cloro hizo
su tarea, yo abría puertas,
caminaba litorales y puertos,
me perdí en la distancia;
después llené un cuaderno.
[Inédito]
No hay comentarios:
Publicar un comentario