Hay leña
Fui al monte con la carretilla,
busqué madera para encender,
piñas, leña gruesa, fina y seca.
Acomodo los palos como quien quiere
hacer una mesa que no tambalee.
Cada leño en el lugar correcto,
paz en las piezas desarmadas.
Miro el color de las primeras brasas.
El cuerpo peligroso se acerca a la llama.
Soplo suave, se apaga si no se aviva.
De las cenizas nace un brote de mí,
frágil, pero dispuesto.
El fuego es sagrado, crea y destruye.
Me fundo de tanto estar encendida.
("marcelo leites")
No hay comentarios:
Publicar un comentario